jueves, 10 de febrero de 2022

Mi hermano y yo somos amantes: Capítulo 2


Como les dije antes, a los doce, aun seguía manteniendo sexo oral con mi hermano, pero algo ya había empezado a cambiar, o por lo menos si de mi parte. No me gustaba que mi hermano se acercara a otras chicas, por más que fueran amigas que teníamos en común o compañeras de clase, los celos habían comenzado a aparecer en mí porque yo ya no veía a mi hermano solo como eso, yo más bien era de “mi propiedad”.

Nuestra primera vez fue inolvidable para los dos, a él por placer y a mí por dolor. Fue una de las tantas noches que estábamos teniendo sexo oral, pero con la diferencia de que nuestros padres fueron a una fiesta que organizaban en el trabajo. Estaba en mi labor cuando mi hermano de repente paró y me dijo:


-Pao, para mi ya no es suficiente solo que me la chupes, te amo y quiero tener sexo contigo.

De esa frase lo que me encanto fue ese “te amo”, creo que eso abrió la puerta para lo que vendría después. Yo, un poco temerosa le respondí:

-No se Charly, tengo un poco de miedo, si es como dicen que duele.

-Si, pero también leímos que después es placentero.

Todo sobre sexo lo buscábamos por la red, por ejemplo para aprender como hacerle una buena mamada a mi hermano busque algunas películas porno, pero como dice el dicho “la experiencia hace al maestro”.

Mi hermano seguía con sus suplicas:

-Dale hermanita, te prometo ser cuidadoso y hacértelo despacio para que no te duela.

-Esta bien amor pero si me duele paramos, si?

-Lo que vos digas, me respondió.

Mi hermano se recostó sobre mí, pero a mí me parecía que la forma mas fácil de penetración era ponerse en cuatro como veía en las películas así que le pedí a Carlos que se quitase para poder ponerme en posición:

-A ver amor, deja que me acomode (era la primera vez que le llamaba tan dulcemente a mi hermano).

Me puse en cuatro abrí un poco las piernas y él comenzó a dirigir su pene a la entrada de mi vagina, no se cuanto de su pene había entrado, pero cuando hizo presión para perfora mi himen gemí de dolor.

-Au, no amor para me duele.
-Pero si apenas metí solo la punta.

-Espera un segundito y tratamos otra vez.

Pero en esa segunda ocasión sucedió lo mismo. Así que decidí tomar mucho valor le pedí a mi hermano que se pusiera boca arriba, me coloque arriba de él, tomé su pene, lo puse en la entrada de mi vagina, respiré hondo y me lo metí todo de una. Grite del dolor, me tapé la boca porque creo que si no hubiera roto los vidrios de la casa, pero yo tenia el control de la situación.

-Hermanita, salí de encima si te duele mucho, me dijo Charly

Se me caían las lágrimas, pero le respondí entre sollozos:

-No, ni loca, con lo que me costó meterlo… espera un ratito hasta que se me pase el dolor y seguimos.

Espere unos minutos pero aun me dolía, un poco menos pero era aguantable hasta cierto punto. Mi hermano me preguntó si podía continuar, yo asentí con la cabeza yo empecé a moverme de arriaba hacia abajo metiéndomela despacio y profundo. El dolor se hizo presente otra vez, era punzante, pero ya no quería parar, no por ser masoquista sino porque por amor a mi hermano no quería hacerlo. Después de unos minutos cambiamos de posición, volví a ponerme de cuatro y mi hermano me bombeaba, mientras me frotaba el ano (como a mi me gustaba cuando me masturbaba) suavemente. Creo que fue el único momento en el que tuve placer con mezcla de dolor hasta que el terminó acabando dentro mío.

-Me gustó mucho hermanita, de verdad es muy placentero tener sexo, lo disfrutaste al final?

-A mí aún me arde y solo sentí placer cuando me masturbabas.

Me levanté con mi vagina adolorida y chorreando unas gotas de semen, pude divisar que a pesar de haber sido desvirgada no había rastros de sangre ni en las sabanas ni mi entrepierna, me dirigí al baño, me senté en el bidé y deje salir el agua fría para calmar un poco el ardor que sentía.

Al otro día, me acuerdo que era sábado, trataba en todo lo posible de caminar bien para que mis papás no preguntaran nada ni se dieran cuenta o sospecharan algo. Ese mismo día nuestros padres nos dieron una noticia que a mi ni a mi hermano nos gustó:

-Chicos vengan un minuto, dijo papá.

Nosotros estábamos en nuestra habitación y cuando fuimos al comedor el estaba con mamá.

-Les queríamos decir que con su madre estuvimos hablando y creemos que ya es hora de que cada uno tenga su propia habitación así que pediremos un préstamo para hacer la ampliación para una habitación más.

La sola idea de que nos separen nos aterró. Entonces como era obvio protestamos.

-A mi no me molesta compartir el cuarto con Paola, es más me parece genial estar con ella.

-Yo tampoco quiero tener que separarme de habitación, porque no mejor sacan el préstamo para un automóvil? No hablan siempre de eso en la mesa?

-No se trata de sepáralos, replicó mamá, lo que pasa es que ya sos una señorita y tenes que tener tu privacidad.

-Si el tema es que no me vea en ropa interior Charly, a mi no me molesta y cuando me cambio de ropa él no está observándome, aparte nos vimos desnudos tantas veces que para nosotros es de lo más normal.

-Aún te ve desnuda! Exclamo papá.

-Toda la vida papá y como nunca nos dijeron nada pues no lo vemos como algo malo. Creo también haber dejado en claro que si me separan de mi hermano solo por eso estoy en total desacuerdo.

La discusión de si hacer un cuarto nuevo o no se prolongó bastante, pero al final mi hermano y yo logramos permanecer juntos y si sacar un préstamo para comprar un auto.

Luego, con mi hermano volvimos a la habitación y él me abrazo y me dio un beso en la boca y me dijo:

-Estuviste fantástica hermanita, yo me quede helado cuando papá preguntó si te veía desnuda. Bueno desde anoche, más que verte.

Aunque me daba vergüenza admitirlo yo tampoco quería que nos separen por que, aunque mi hermano aún no sintiera en ese momento lo que yo por él, me había gustado lo de la noche anterior y que no tardó en repetirse; fue a la noche siguiente.

Esta vez fue diferente porque desde esa noche me volvería adicta al sexo anal. Comenzamos como siempre lo hacíamos, toqueteos caricias y un buen 69, cuando Charly me pidió que me diera vuelta yo no lo dudé me puse de cuatro, pero cuando el estaba a punto de penetrarme le dije:

-Por la vagina no amor, me dolió mucho la noche anterior.

-Entonces vos queres…

-Si por atrás, le conteste abriendo una de mis nalgas con una mano, pero despacito, bien suave.

Y así lo hizo, con total delicadeza me iba penetrando bien despacio hasta que la tuve toda adentro y lo mejor era que apenas me dolía porque cuando teníamos sexo oral con mi hermano, no tan solo me chupaba ambos agujeros, también me metía dos dedos por la cola lo cual me encantaba y como un su pene no era mas ancho que eso (recuerden solo teníamos 12 años y medio mas o menos) solo las 2 o 3 primeras veces sentí ese pequeño dolorcito y después era todo placer. Estuvo penetrándome unos 5 minutos y yo deje caer mi cabeza contra el colchón quedándome empinada pidiéndole que lo hiciera más lento, ya que había empezado a acelerar el ritmo de las estocadas y yo quería sentirlo y disfrutarlo, así estuvo 10 minutos más, calculo cuando sentí que había terminado dentro de mi. Estaba un poco frustrada porque yo no me vine ni una vez y tenía ganas de mucho más, pero mí hermano ya había terminado:

-Me gustó más que la otra noche por tu culo es más apretado y estrecho, me dijo.

Yo sin demostrar mis ganas le dije:

También me gustó y no me dolió casi nada, creo que de ahora en adelante sólo lo vas a tener que hacer por acá.

Y así fue por un par de años, era de todas las tardes desde que nuestros padres se iban a trabajar hasta 30 minutos antes de que regresaran tener sexo todos los días. La mayoría de las veces era yo quien comenzaba a sacarme la tanga apenas escuchaba que mis papás cerraban la puerta, quería sentirla una vez al día por lo menos y mi hermano complaciente me la daba aunque algunas veces solo me masturbaba porque él no tenía la misma marcha que yo para dármela todos los días, pero mientras fuera él quien me masturbara y no tener que autosatisfacerme para mi era suficiente.

Esto siguió como un secrete hasta que tuvimos 15 años cuando nuestros mejores amigos (una pareja amiga del colegio que cursaron con nosotros primario y secundario) nos descubrieron por un descuido mío. Sucedió así:

Una noche con mi hermano íbamos a ir a una disco con ellos dos y no juntábamos con el resto del grupo adentro, quedamos en pasar a buscarlos con el auto para después hacer lo que hoy le llaman “una previa” y recién luego ir a la disco. Nosotros salimos una hora antes para poder hacer lo nuestro, nos gustaba hacerlo en el auto, en realidad donde fuera, pero más ahí. Esa noche fuimos por la ruta oscura sacamos el autote la misma, mi hermano paso párale asiento de atrás mientras yo me desnudaba para no quería arrugar mi ropa. Como el auto era un Renault Megane descapotable pase por sobre el asiento a la parte de atrás y ahí me senté arriba de mi hermano cunado quede totalmente sentada empecé a moverme despacio, primero yo y después él, cuando era yo la que llevaba el ritmo el me lamía mis tetas moviendo en círculos su lengua hasta llegar a mis pezones los cual chupaba y succionaba con gran fuerza, eso me hacía estremecer, porque después de mi cola golosa, mis senos son la parte más sensible a la hora del sexo. Cogiendo se nos fue la noción del tiempo y cuando terminamos (mi hermano fuera de mí) sonó el celular nuestro, (en ese tiempo todavía no había estos compactos de ahora eran esos grandes como los handy de los policías) Era Richard, nuestro amigo:

-Van a venir? Llevan retrasados una hora.

-Si ya vamos lo que pasa es que tuvimos que cargar gasolina y se nos pincho un neumático, pero ya vamos en camino. Conteste yo aún muy agitada.

-Ok, pero ya perdimos mucho tiempo de previa. Me respondió

Nos vestimos muy aprisa con Charly, como pudimos porque estaba todo oscuro y partimos para haya. Al llegar ellos nos esperaban ya en la puerta para ir tomando un par de cervezas en el auto mientras llegábamos a la disco (quedaba lejos a unos 6 Km. mas o menos).

-Muy bien, que los hermanitos hacen su acto de presencia, dijo Andy (la novia de Richard).

Aclaro ahora que ambos se llaman Ricardo y Andrea pero siempre usábamos diminutivos de nuestros nombres o bien los nombres en ingles.

-Les parece bonito? Agregó Richard. Ustedes que son siempre tan asquerosamente puntuales, hasta me parece raro.

-Bueno, bueno discurso por una vez que nos demoramos hacen tanta alharaca. Les respondió Charly.

Ellos subieron atrás y en determinado momento cuando Andy se inclinó para buscar la segunda cerveza encontró la pieza clave para descubrirnos a nosotros y la particular relación que teníamos. Era mi tanguita negra, no me la había puesto en el apuro y ni cuenta me había dado.

Con voz pícara dijo:

-A quien le pertenece esta tanga negra idéntica a la que te regalamos para los 15 junto con el portaligas y el corpiño? Lo más curioso es que a las medias las llevas puestas y el portaligas seguro también.

-Ustedes son amantes, no? Agrego Richard.

Nos quedamos helados con mi hermano, no atinamos ni a negarlo siquiera y como decimos acá “el que calla otorga” no había más para hablar, pero Richard decidió romper ese silencio incomodo:

-La verdad es que no nos sorprende, nosotros ya sospechábamos, pero solo teníamos conjeturas con pruebas sin sustento. Como el hecho de que ninguno de los 2 tiene novio/a, siempre salen juntos, la manera muy cariñosa de tratarse entre uds., pero hasta todo eso entre hermanos puede pasar. Pero respondiste el celular muy agitada, como si hubieras corrido una maratón, y bueno, de tu prenda intima ni hablar.

Andy agrego:

-De todos modos eso importa poco, siempre vamos a ser sus mejore amigos y como tales saben que su secreto de nosotros no va a salir, pero tienen que ser mas cuidadosos de ahora en adelante. Y si nos quieren decir, desde cuando sucede esto?

-La curiosidad mato al gato, le respondí.

No quería agregar mas detalles, pero siempre podía contar con mi hermano.

-A los once comenzó como una etapa de descubrimiento para ambos, pero desde los trece que ya no nos queremos como hermanos. Y nuestros padres por suerte no lo saben aún y no sabemos como lo van a tomar el día que decidamos decirles. No pregunten más.

Después de aquella vez no se volvió a tocar el tema con ellos, pero por lo menos era reconfortante si no juntábamos los 4 dentro de casa o las de ellos (sin que estuvieran los padres) poder tratar a mi hermano como mi novio y no como un hermano.

Por acá les dejo este relato y mas adelante les contare de cómo mis padres tomaron la noticia de que nosotros éramos unos hermanos muy especiales.

Por Paola

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