viernes, 30 de abril de 2021

Dames and Dreams


Se predice a cuatro hermosas mujeres jóvenes sobre misteriosas aventuras que harán que cada una de ellas se aproveche de los hombres con su encantadora apariencia. Pero, ¿sobrevivirán a su escapada? Y, al final, ¿son las cosas realmente lo que parecen?

Inglés

Colección X No.35 - Marie Gabrielle en Oriente I, Comix




Mis Primas: Zorritas Inglesas


Capitulo 1

Hacía mucho tiempo que no las veía, unos cuatro años, porque residen en Cardiff, Inglaterra (ya que aunque mi tía es española, se casó con un inglés, Steve). Y, claro; los cambios que ocurren desde los 14 años hasta los 18 son considerables... Llegaron con su madre la primera semana de Agosto, en plenas vacaciones; fui con mis padres a recibirles al aeropuerto. No hace falta decir que se iban a hospedar en mi casa, claro. Me llevé una agradable sorpresa. Yo las recordaba una rubia (Jennifer) y otra de pelo castaño (Sophie); y no eran gran cosa en cuanto a atractivo físico. Pero al verlas en el aeropuerto, y después de recibirme con un sugerente "Hola" con acento inglés (su idioma prioritario es el inglés, pero hablan un perfecto español gracias a mi tía) y dos besos cada una en la mejilla; me dispuse a revisarlas bien con la vista: de arriba a abajo.

Jennifer había pegado un estirón hasta llegar a mi altura más o menos y conservaba su larga melena rubia. Además, con el calor; venía vestida con falda un poco larga, pero que dejaba al descubierto unas largas piernas; y una especie de camiseta ajustada que dejaba ver un curioso piercing; y se también unas preciosas tetas de tamaño considerable con unas marquitas que naturalmente eran sus pezones.

Sophie llevaba una melena cortita, teñida de morena; y era un poco más baja que su hermana. Lo que más me llamó la atención fue su perfecto culo, aparte de unas curvas impresionantes que se notaban gracias al pantalón ceñido que llevaba puesto y de unos labios carnosos y gruesos: impresionantes.

Con esos dos bomboncitos en mi casa ya me hice a la idea que iba a andar muy caliente la semana que iban a estar en nuestra casa... Me percaté de un detalle al venir de vuelta, cuando me tocó ir con ellas en el asiento de atrás del taxi. A veces hablábamos los tres pero de cosas sin importancia (los estudios, el tiempo...). Pero algunas veces cuchicheaban entre ellas en inglés, pensando que yo no me enteraría; pero gracias a Dios que era un crack en inglés y de vez en cuando podía descifrar algo de lo que decían; sin quitar ojo de las piernas de Jennifer (que en una ocasión las abrió más de la cuenta y vi un hermoso tanga negro...se nota que hacía calor...).


Pasaron cinco días sin "acción"; nada más que me dedicaba a observarlas (a veces se vestían con muy poca ropa; a Sophie la había visto varias veces por el pasillo en ropa interior...) y a cascarme alguna que otra paja en el baño gracias a ellas.

El viernes salimos nosotros, los más jóvenes, de copas hasta bastante tarde, lo que nos hizo dormir al día siguiente hasta bien entrada la tarde... Al principio las acompañé hasta unos cuantos lugares de buena música y ambiente. Luego ya me fui con mis amigos, porque me daba vergüenza estar con dos tías que estaban como un tren y no poder manosearlas ni besarlas...

En fin. Era sábado, el penúltimo día que estarían con nosotros mi tía y mis cachondas primas. Los que salieron en esta ocasión fueron mis padres con su madre, a cenar fuera. Yo no fui aludiendo lo cansado que estaba y mis primitas tampoco, por la misma razón. Nos advirtieran que llegarían un poco tarde, que no les esperásemos despiertos. Se fueron. Quedó la casa con Jennifer, Sophie y yo.

Nos pusimos a ver la tele los tres en el salón. Yo iba con un pantalón pijama y una camiseta; normal. Lo descarado era ellas, con una braguita y una camiseta sin sostén por debajo (la de Sophie era bastante transparente... lo que me hizo ver por un momento unos redondos y grandes pezones). Concentré mi mirada en la televisión, puesto que como mirara para ellas, mi verga es bien seguro que comenzaría a despertarse y aquel pantalón de mierda no disimulaba mucho... Pasado un buen rato, mis primas dijeron que se iban a la cama. Yo, como no tenía sueño, me quedé en el salón. Cuando ya se iban, pude traducir como Jennifer le decía a Sophie en inglés ago así como si se tomaban antes una ducha, a la que ésta le respondió afirmativamente. Estaba claro que no me podría perder ese espectáculo. Me acerqué sigilosamente y entreabrí la puerta del baño. Deducí que estaban duchándose juntas, aunque no las podía ver; y observé la ropa interior esparcida por el suelo. Cuando acabaron de ducharse pude contemplar por primera vez aquellas dos esculturas desnudas. Las dos mostrándose en todo su esplendor: sus culitos, sus pechos, sus coños (el de Jenni muy bien depiladito por cierto). De repente, no sé que pude hacer, que incomprensiblemente Jennifer dirigió la mirada hacia la puerta. Me dio tiempo de esquivarla para escapar y volver al salón; pero me quedó la duda de si me había visto o no. Yo pensé que no, mi movimiento había sido muy rápido...

Después de aquella incidencia, la luz del pasillo se apagó; por lo que supuse que se fueran a la cama. Mi polla estaba bastante encendida después de ver aquello, lo que me animó a poner el canal porno de la televisión digital, ya que me puse muy cachondo. Me empecé a masturbar muy lentamente.

Entre la televisión y el sofá había una mesa de bastante altura, lo que daba lugar a un pequeño pasillo entre la tele y la mesa. Algo hacía ruido por aquella zona y me asusté. Como por arte de magia: Jennifer y Sophie se levantaron de ese pequeño pasillo: no se fueron a la cama. Habían estado espiándome y arrastrándose por el suelo sin darme cuenta, hasta llegar allí. Por lo tanto, ya di por hecho que me vieron en la puerta del baño. No les podía decir nada, ya que yo las espié anteriormente y no tenía ningún derecho a reprocharles el verme en pelotas.

Se quedaron las dos mirándome fijamente, impidiéndome la visión de la tele. Estaban las dos con el mismo atuendo: un sujetador y un tanga negros. Sophie apagó la tele sin apartarme la mirada. Yo, excitado y temeroso a la vez sólo acerté a decir:

So...Sophie... ¿Qué haces?

Ni se inmutó. Jennifer fue la que caminó hacia mí, que estaba sentado. Se subió al sofá y abrió sus piernas para sentarse sobre mis muslos; poniendo su cara a escasos centímetros de la mía. Me acarició la verga (totalmente empinada) y sin parar de mirarme a los ojos me dijo sensualmente:

Parece mentira, Rober. Prefieres una mierda de peli porno antes que el sexo real con dos buenas hembras.

Yo debía aprovechar la situación, que, por supuesto, no se presentaba todos los días:

No, queridas primitas. Quedaré encantado de complacerlas.

Jennifer se apartó y se puso de pie. Me quité completamente el pantalón de pijama, con mi pija erecta y a punto de reventar. Jenni la miró con lujuria y le empezó a dar lentas lametadas en la punta, lo que me excitaba muchísimo. Sophie no quería quedarse fuera de juego... Así que, a medida que caminaba hacia mí, se iba desabrochando el sostén y observé sus tetas hermosas, pequeñas pero con dos enormes pezones. Jennifer por fin se decidió a metérsela toda dentro de la boca, y aumentaba el ritmo de las mamadas. A Sophie le empecé a manosear aquel par de globitos a la vez que introducía mi lengua en su boca. Jenni ya estaba cogiendo un ritmo bestial, alternando las fuertes mamadas con lametazos en mis cojones. Después de explorarnos las bocas, empecé a mamar como un bebé aquellos descomunales pezones de la zorrita de Sophie. No me lo podía creer, parecía un sueño... Con una mano le aguantaba de la melena a Jennifer y con la otra le manoseaba la teta que no estaba comiendo a Sophie...

Cuando Jennifer se hartó de mamármela, se tumbó boca arriba en la alfombra y se me abrió de piernas como diciendo "devuélveme el favor". Complaciente, le comencé a devorar aquella rajita empapada de jugos... Sophie, por su parte, viendo que quedó mi miembro libre, lo poseyó dándome otra tacada de mamadas. A decir verdad, Sophie succiona, con diferencia, mejor que su hermana. Entretanto, había descubierto en esta última que es de las que chillan. Yo no paraba de juguetear con su clítoris; tanto con la lengua, como mordisqueándolo suavemente con los dientes; a lo que ella me respondía con gemidos estridentes "¡Ohhhhhhhhhh!" y suspiros sonoros como "¡Oh, yeah!". Sophie seguía dándole a mi pene. De repente paró de succionármelo, y yo paré de comerle el chochito a su rubia hermana. Jennifer quiso tomar la iniciativa. Se puso a cuatro patas, diciendo:

Sophie, come here.

Sophie acudió y se puso abierta de piernas delante de Jenni, la cual le comenzó a comer su coño peludito. Le dio dos lametadas, antes de acordarse de mí. No me agarró por la cintura ni por la mano, ni siquiera me dijo nada... me agarró por mi polla y me posicionó detrás de ella. Me miró con cara de puta, pasándose la lengua por entre los labios a la vez que se pasaba su mano por el coño. Entendí en ese instante lo que quería. A los 30 segundos Sophie gemía por las lametadas de su hermana, una artista con la lengua, y yo penetraba por detrás el coño de Jennifer. En esa posición estuvimos un buen rato. En ocasiones, Jenni empujaba hacia atrás haciéndome saber que debía aumentar el ritmo, a lo que accedía gustosamente. Entretanto embestía a Jenni por detrás, llevaba mis manos a veces desde sus caderas a sus grandes senos. Una gozada ver bailar los pechos al ritmo que se folla. Sophie, después de tener unos tres o cuatro orgasmos se apartó de Jenni y vino hacia mí. Se puso de rodillas, mientras yo continuaba follando a su hermana, y me besó increíblemente. Luego volví a chuparle los enormes pezones, que estaban durísimos y que me volvían loco. Los sobé gratamente lo poco que pude, debido al ritmo descomunal con el que estaba clavándosela a Jennifer. Ésta se debió dar cuenta de ello, y cambiamos de posición para estar los tres más cómodos. Esta vez, Sophie y yo nos pusimos en la clásica posición del misionero, ya que Jenni tenía ganas de jugar todavía más: se puso de rodillas quedando la cabeza de Sophie debajo de su coñito; por lo que así mientras yo follaba a Sophie y le lamía los pechos a Jennifer, su hermana a la vez le lamía la raja a esta última. Si antes los gemidos eran fuertes, ahora eran ensordecedores.

Durante unos siete minutos estuvimos follando en esa posición tan placentera... hasta que Jenni, que definitivamente se había hecho con el mando del trío; se apartó. La perdí de vista mientras yo seguía produciéndole placenteros orgasmos a Sophie. La vi volver con un frasco de una especie de crema... y se la untó en el ano. Mientras yo me trabajaba a Sophie iba viendo como se untaba la crema y se metía uno, dos, tres dedos por el culo... Ya no pude resistirme, y después del último orgasmo de Sophie (para no dejarla insatisfecha) me dirigí hacia ella. Me dio unas chupadas a mi polla para lubricarla aún más y le aplicó esa crema... Se dio un cachete en la nalga como diciendo "¡vamos chaval!". Le acaricié las nalgas con la punta de mi polla para calentarla aún más cuando por fin decidí darle por atrás. Sophie, mientras, observaba la situación masturbándose... Al principio, se escucharon los clásicos aullidos de dolor. Cuando la intenté penetrar por última vez, sin éxito, me disponía a desistir de la maniobra; pero fue en ese preciso momento cuando Jenni dio un golpe seco hacia atrás y mi verga entró en toda su extensión, se clavó hasta los huevos. Sophie se levantó, y mientras penetraba analmente a Jennifer lentamente, me vino por detrás y me empezó a acariciar la espalda, el culo, los huevos; a darme mordisquitos con la boca y me susurraba guarradas en el oído; con lo que yo me ponía más cachondo aún. Aumenté el ritmo con Jenni y los gritos retumbaban en toda la casa (una suerte que no tenga vecinos cercanos). Como estaba poseída por la excitación, ya no traducía lo que gritaba: "Oh, yeah!", "Oh, my God!", "Don’t stop!". Las nalgas de Jenni rebotaban salvajemente en cada enculada, lo cual me ponía cachondísimo... No duré mucho: toda esta acción anal no duró más de tres o cuatro minutos. Decidí sacar la polla fuera puesto que sería injusto correrse dentro de Jenni, Sophie tenía derecho a saborear mi leche. Así, se pusieron de rodillas delante de mi polla y yo les pedí que repitieran ese gesto de pasarse la lengua entre los labios, como las actrices porno; y eso fue la cumbre: el orgasmo más espectacular de mi vida comenzaba.

Ya que Sophie tuvo un papel un poco secundario en esta parte final, dejé que fuera ella la que me masturbara con la mano. Lo hizo increíblemente rápido: cinco impulsiones de semen llenaron su cara y sus pechos; luego tomé yo la polla y le dirigí otro par de ellos a Jenni...

Quedé exhausto de tanto placer que había dado (y recibido). Me senté en el sofá mientras las dos hermanas se limpiaban mutuamente con las lenguas los restos de semen.

El día siguiente, era el día de la despedida. Mientras hacían las maletas, cada vez que nos cruzábamos, nos dirigíamos risitas y palmaditas en el culo cuando no nos veían. Ya en el aeropuerto, nos fuimos un momento a los baños y nos besamos mientras nos toqueteábamos pícaramente por encima de la ropa. Recordando lo sucedido, las pajas que me casqué la semana siguiente fueron impresionantes; y más aún cuando por Internet me mandaron unas cuantas fotos que se habían hecho con la webcam desnudas y en posiciones comprometidas. Incluso un día me llegó un vídeo confirmando que cuando una hermana quería placer, se lo proporcionaba la otra...

Capitulo 2

"¡Prepara tu maleta ya, Rober!". Era mi madre. El vuelo escala hacia Londres (para luego llegar a Cardiff por carretera) salía mañana por la mañana, muy temprano; y debía tener la maleta lista esa misma noche. Comencé a meter ropa y ropa, calzado, máquina de afeitar... y dos cajas de condones, por si acaso me exigían su utilización.

Estaba claro que iba con la única pretensión de follar y follar, incesto y más incesto. Pero hacía tiempo que estaba preocupado porque no me mandaban correos electrónicos con fotos de ellas desnudas para hacerme unas buenas pajas. Bueno, ya sé que era muy habitual que colgase aquellas fotos en Internet, pero joder, Internet es muy grande y no creo que las hubiesen visto. Aún así, con lo putas que son y en el caso que las encontrasen creo que no les hubiese importado...

Seis de la mañana. Ahora sé lo que siente un amigo mío que se levanta a esa hora todos los días para trabajar... Y eso que yo era el único día en mi vida que me había levantado a esa hora; es muy chungo. Como consecuencia, ni me enteré de que estábamos en el avión; para mí fue llegar en un minuto, tiempo que tardé en echar una buena cabezadita.

Londres. Hermosa ciudad, las inglesas aún están bastante buenas. Después de estar toda la mañana por allí, partimos inmediatamente después de comer hacia Cardiff. Durante el trayecto ya iba nervioso, recordando las escenas que ocurrieron meses atrás; lo que provocaba que en muchas ocasiones, en el centro de mi pantalón hubiese un bulto de campeonato (suerte que no iba nadie en el asiento de atrás, tan sólo yo). Llegamos a Cardiff. Comenzamos a guiarnos por nuestro chapucero inglés preguntando a la gente para llegar a la casa de mis tíos, de mis queridas primitas. Por fin dimos con ella. Era una casa, alejada muy poco de la ciudad, pero con vecinos a cincuenta metros como mínimo.

Nos saludamos todos, pero los dos bellezones no estaban allí. El tío Steve las llamó, puesto que estaban en el piso de arriba. Bajaron. Primero Jennifer... luego Sophie... y luego un chico. Ya empecé a sospechar desde el primer momento al ver al chaval aquel, más o menos de mi edad, que se confirmó después de los besos de bienvenida. John, el novio de Jenni. Empecé a dudar de que mi estancia en Inglaterra tuviese alguna sesión de sexo, con aquella formalidad. ¿Jenni un novio?. ¡Si hace pocos meses pillaban al primero que pasara en una noche de marcha, se lo follaban y luego lo mandaban a tomar viento!. Y todo eso no es poco, ni miradas picaronas, ni explicación del porqué no me mandaban más fotos... Mal asunto.

 

Pasaron dos días, sin nada en especial; tan sólo las visitas esporádicas del tal John. Me parecía imposible que tanto Jennifer como Sophie se volvieran formales en tan poco tiempo; me jugaba lo que fuese apostando a que Jenni le ponía los cuernos.

Cosa que averigüé poco tiempo después, en concreto, esa misma noche.

Con mis primas hablaba normalmente, pero como si no hubiese sucedido lo de meses atrás. Yo podría insinuarme, con comentarios sobre repetir lo de la otra vez; pero es que me daba miedo que su formalismo fuese cierto. Era por la tarde. Mis padres me habían dicho que saldrían a cenar fuera con mis tíos. Nos propusieron ir con ellos, pero Sophie contestó "Gracias, pero otro día. Ya tenemos planes". Me sorprendió, ya que respondió en nombre de los tres. Les pregunté que qué plan tenían, a lo que me respondieron que "irnos por ahí".

Efectivamente, tal y como yo hice con ellas cuando vinieron aquí; nos fuimos de copas y de discotecas... pero poco tiempo. Allí cierran tempranísimo. Como plan final, no sabía a donde íbamos, tan sólo las seguía a ellas; como el resto de la noche. Se pararon delante de otra casa parecida a la de ellas, ya que, aunque lejos, estaba en la misma zona de aquella especie de urbanización. Timbraron. Estaba la casa a oscuras, tan sólo se veía una luz en una de las habitaciones. Después de poco rato, abrieron. Ya me parecía a mí que faltaba alguien: era John. Un beso a su novia, otro en la mejilla a Sophie, y un apretón de manos a mí. "Hi, Robertou" con ese acento inglés. Pasamos a aquella habitación encendida, era el salón de la casa. John estaba solo en su casa. Nos sentamos y nos sirvió bebidas. Empezaron a hablar y hablar. Yo estaba bastante perdido, ya dije que era bueno en inglés, pero no tanto como para entenderlo a la velocidad a la que hablan. Así que yo, mientras, me concentraba bebiendo y echando miradas al atrevido escote y la "miniminifalda" de Sophie, que estaba a mi lado derecho. ¡Qué piernas, qué tetas!. Llevaba un perfume que me estaba volviendo loco. Seguían dale que te dale a hablar...

De repente, Sophie, que tenía la bebida en la mano, se le escapó el vaso y me cayó a mí, y me puso perdido de esa especie de whisky. Entre "lo siento" y "lo siento". Me quitó la única camiseta que tenía y la puso en el radiador que encendió de la sala para que al menos me secase. Yo me limpiaba mi pecho desnudo con una servilleta, pero Sophie me sorprendió, llevando su mano a mi pecho en ocasiones diciendo "espera, que tienes un poco aquí". En ese instante me pregunté si al menos Sophie conservaba ese instinto de putita que parece que había perdido su hermana. Cada vez con más insistencia llevaba ahora sus dos manos a mi pecho. Mi verga se estaba despertando. Jenni y John se estaban besando apasionadamente, y, de momento, no se percataban de lo que estábamos haciendo. Para mi alegría pude comprobar como Sophie se estaba excitando, al ver sus grandes y preciosos pezones dibujados perfectamente en el vestido, a pesar de llevar sujetador. Sin embargo, fui precavido hasta el momento en que me dijo "¡Oh!. Te he salpicado también el pantalón. ¿Lo pongo a secar?". Vaya momento. Sólo acerté a decir: "Ehhh...". No sabía como reaccionar, porque no tuve tiempo para contestarle; ya estaba quitándome el pantalón. Cuando me lo quitó de todo no había caído en la cuenta, pero mi verga estaba dura y se me salía por el calzoncillo. Mientras colocaba el pantalón, dirigí mi mirada hacia la parejita feliz; que de cortada no tenía un pelo. Estaban besándose igual pero la puta de mi prima Jenni ya tenía la mano dentro de la bragueta del pantalón de John. Volví mi mirada a Sophie. Estaba mirando mi polla, que ya se salía un cacho considerable de mi calzoncillo; y vino hacia mí. En cuanto estuvo encima empecé a manosearle todo lo que pude el vestido mientras entrecruzaba mi lengua con la suya. Se lo fui quitando poco a poco, salió bastante fácil. Se quedó con la ropa interior, un tanga y sujetador rojos. La estaba besando en el cuello y agarrándole del buen culazo que tenía; pero no aguanté más; con una mano le saqué una teta del sujetador y quedó a la vista aquel gigante y rosadito pezón. Se lo empecé a chupar con desesperación y traté también de sacarle la otra. Sophie me cogía de la cabeza y me hacía fuerza contra su pecho para comérselo más fuerte. Ataqué el otro pezón, y mientras, le tocaba más o menos como podía con la mano que no agarraba su firme culito, el clítoris por debajo del tanga. Sophie ya estaba soltando pequeños suspiros de placer. Por un segundo aparté la vista de los pezones de Sophie y miré a los otros dos. John le estaba comiendo ya el chochito a Jenni, quien empezaba a soltar ya sus clásicos gemidos estridentes de placer.

Pero yo seguía a lo mío. Sophie se apartó y comenzó a acariciar mi verga por encima del calzón, (que por cierto se estaba saliendo por la parte de la pierna y como quiere subir para arriba estaba despedazando el calzoncillo...) para posteriormente sacarlo fuera. Ella estaba ardiendo, tenía ganas de polla y se la metió hasta los huevos; para acto seguido, imponer un ritmo fuertísimo.

Sophie seguía trabajándose mi verga, mientras Jenni y John demostraron que eran una pareja muy liberal (¡qué remedio!, con lo puta que es Jennifer...); ya que se me acercó Jenni (que estaba a cuatro patas) y me empezó a besar el pecho, y subió, subió hasta yo poder probar su sabrosa lengua. Nada más hacerlo, apareció John para clavarle su polla de tamaño más que considerable (ahora entiendo porqué es el novio de Jenni) por el coño. Sophie me estaba poniendo a cien gracias a las lametadas que le metía en la punta de mi polla y a las mamadas completas a cada uno de mis cojones, mientras Jenni apartaba su boca de la mía en ocasiones para soltar algún que otro "Ohhhhh!".

Era una posición muy placentera, por supuesto, pero las incansables zorritas de mis primas no tenían bastante y decidieron cambiar.

John se acercó a Sophie; por lo que Jenni quedó libre, y con gesto con el dedo que me hizo de "Ven, ven"; me acerqué a ella. Le empecé a amasar sus pechos gigantes, ¡qué delicia!. Y a disfrutar de su rasurado coño, tocándole su conejito; y ella respondía con gemidos estridentes que me ponían calentísimo. Después de hacer un perfecto 69, en el que disfruté de su coño al máximo y ella de mi verga; Jenni tomó un tarro de vaselina y me empezó a untar vaselina en la polla. ¡Joder!. Iba a ser la cumbre, como de la otra vez, poseer a Jenni por su espléndido culo. Se puso a cuatro e intenté despacio penetrarla analmente, las primeras veces, aún con la vaselina, sin éxito. Mientras lo intentaba, oía unos gemidos impresionantes de Sophie. Levanté la vista, puesto que tal como estábamos Jenni y yo me permitía perfectamente ver como John, contagiado por el instinto sexual de su novia, estaba trincando a Sophie agarrada a él, en el aire, muy fuertemente. Instantes después, con Sophie casi en el paraíso, la tumbó en el sofá y siguió follándola sin cesar.

Dejé de observar lo que estaban haciendo para centrarme en lo mío. Después de varios intentos, y Jenni soltando pequeñitos gritos de dolor; se la clavé. Fue suave. Le di tres clavadas suavecitas más... hasta que en la cuarta la enchufé hasta los huevos. En ese preciso momento, el gemido de Jenni ya no era de dolor, sino del placer que estaba disfrutando la muy zorrita. "¡Rober!¡Fóllame como estaba haciendo John con Sophie!¡Fóllame duro!¡Sí!¡Sí!". Yo, como buen camarada, y en plena forma; empecé a darle por atrás de una manera tan brutal que ya no podíamos oír ni a Sophie ni a John. Yo gritaba bastante, pero a Jenni parecía que la estaban matando de los chillidos y gemidos que pegaba. Cuando la mirada de ella y John se encontraban hasta se encargaba de traducirlos: "¡Oh!¡Ohhhh!¡Oh my God!¡Come on baby!¡Fuck me baby!". Sus nalgas parecía que iban a reventarle de lo que botaban; y sus tetas, parecía que se iban a descolgar; aún encima de lo grandes que eran, verlas balancearse era para mí lo más excitante y aceleraba la marcha de las enculadas cada vez que las veía. Por si esto fuera poco, Jenni daba empujones hacia atrás para aumentar su placer. Aunque los vecinos estaban a 50 metros, me parece a mí que nos tuvieron que oír... Llevaba como tres orgasmos, pero aguanté ralentizando en esos momentos sin correrme porque tenía la intención de descargar toda mi rica leche al final.

Saqué mi miembro del culo de Jennifer más duro que una piedra, era imposible moverlo hacia los dados, estaba apuntando al cielo inmovilizado; con la punta casi de rojo total en vez de rosadito. En ese momento, vi que John y Sophie también habían hecho tiempo muerto y les oí decir algo, frases muy entrecortadas por la respiración debido al cansancio. Me fue imposible traducir lo poco que se decían por lo que mientras le manoseaba el culito poseído a Jennifer le pedí que me dijera lo que se estaban diciendo. "Sophie dice que es virgen por atrás". Haciendo memoria, en nuestro primer encuentro hace meses, sólo me tiré por atrás a Jenni. "Esto hay que remediarlo" pensé. Además John y yo no habíamos dado de beber buena lechita a nuestras dulces zorritas. Le volví a pedir a Jenni que le dijera a John que la follaríamos por atrás y por delante al mismo tiempo. Sophie no se había enterado de ello, pero John fue muy listo tumbándose boca arriba con Sophie encima follándola por el coño.

Comenzó a follarla mientras yo me preparaba para poseer su culo por primera vez en su vida. Ella no se estaba percatando de ello. Jenni me daba más vaselina en la verga, mientras yo saboreaba por primera vez en la noche de los grandes melones de mi primita. Cuando estuve a punto, fui despacio hacia Sophie. Sin que ella se enterara me acerqué lo más posible. Entonces con mis manos la acosté un poco para adelante. "Rober, ¿qué haces?". Paró de cabalgar sobre John, momento que aproveché para meterle la punta de mi polla en la entrada de su recto anal. "¡Roberto!". Continué introduciéndola poco a poco. "¡Roberto!. ¡Me haces daño!". Continué metiéndosela con suaves empujoncitos. "¡Rober, para!. ¡Para!. ¡Ayyy!". De repente, su ojito del culo cedió y le clavé de un tirón mi polla en toda su extensión. Los alaridos de dolor iban desapareciendo. Durante dos o tres segundos Sophie no dijo nada.

Luego comenzaría sexo salvaje. Comencé a darle por atrás despacito, y John sabía compenetrarse muy bien conmigo en el tema del ritmo. Íbamos parejos. Yo empecé a aumentarlo considerablemente, y John hacía lo que podía, ya que su posición era bastante incómoda para darle por el coño a gran velocidad. Pero yo estaba en una posición privilegiada, quería que gimiera como lo había hecho antes, como cuando John la follaba en el aire a una velocidad endiablada. Pronto se alcanzó ese nivel de gemidos y suspiros cuando yo aún no había llegado a mi "máxima potencia". Cuando esto ocurrió, Sophie estaba fuera de sí. Gritaba, chillaba, gemía, suspiraba.

Casi suelta lágrimas de placer por los ojos. Su hermana le había puesto su coño delante de su boca para que le diese unas chupadas... pero era imposible, Sophie sólo gritaba y gemía. Harta de esperar una comedura de clítoris, Jenni se posicionó con las rodillas y su coño encima de la lengua de John, que respondió haciéndole un trabajito a fondo en su rajita. Los alaridos de placer de las dos hermanas sonaban como el equipo musical a todo volumen, eso sí; Sophie le ganaba por goleada gritando a su hermana. Y era lógico, estaba viviendo el orgasmo de su vida.

O mejor dicho, los orgasmos de su vida; seguramente ni ella los contabilizó. John y yo estábamos follando a destajo, reteniendo la venida de nuestra corrida hasta tres veces. A la cuarta sentí, que ya no podía más, mi central lechera quería repartirla. Lo mismo le sucedió al inglés, con la cara embadurnada de la corrida femenina de su querida Jennifer. Me aparté y él también; no sin ciertas dificultades, ya que Sophie estaba ciega de placer y estaba bastante ida. Jenni y su hermana, con las pocas fuerzas que le quedaban; se posicionaron de rodillas en el suelo. Sus manos estrujando las tetas y las lenguas moviéndose lujuriosamente por los labios. Iba a ser mi mejor corrida de mi vida (había estado sin correrme estos últimos días para juntar un buen suministro). John y yo de pie, machacando nuestras vergas; John estalló primero. Se le acabó el depósito de leche muy rápido, se nota que ha estado follando con su novia bastante (o con las dos, el muy cabrón).

Pero un poquito después estallé de placer, soltando un alarido increíble. Estuve como medio minuto o así soltando leche sin parar. Yo también estaba como Sophie, en órbita. Tan sólo cerré los ojos y dirigí mi polla hacia ellas. Cuando terminé, lo primero que vi fue a John con la boca abierta, sorprendido, de tanta leche que yo había soltado. Miré hacia ellas, las puse perdidas de lefa. Se veían rayas blancas desde sus melones hasta su cara (claro, y sin contar el que se han bebido). Me senté en el sofá exhausto, con mi verga increíblemente dura; que no se me bajó hasta un cuarto de hora después. Tiempo que más o menos tardaron las dos hermanas en lamerse mutuamente la leche vertida sobre sus cuerpos de zorritas. Y aún les sobró tiempo para mamarnos nuestras pollas por última vez para quitarnos los restos de corrida que había en ellas.

Llegamos a casa a las tantas de la mañana. Nuestros respectivos padres (lógicamente ya habían llegado de cenar, habían estado esperándonos). Al ver a Sophie un tanto mareada de lo que acababa de hacer; y yo, también algo mareado (y con la verga que me dolía un poco); nos echaron la bronca de haber estado bebiendo, tal y como les dijo Jennifer (una excusa, claro; no era la bebida lo que nos había puesto mareados); aparte de la de llegar tarde.

Subimos las escaleras al piso de arriba, donde estaban los cuartos; ellas dos delante mía, lo que me permitía ver sus partes íntimas, algo manchadas de flujo vaginal; y el culo se Sophie todavía dilatado. Les di unas palmaditas ahí a las dos; me contestaron con una sonrisita de zorritas. Entramos cada uno en su cuarto.

El día siguiente no hace falta ya explicarlo... dormir, dormir y dormir...

Anónimo

¿Qué les parece la nueva portada de @LASCIVIA de mayo? ¡espérala mañana!

 


jueves, 29 de abril de 2021

Carne de tu carne


Una historia gótica de amor entre un adolescente y su media-hermana durante la dictadura militar de los años 50 en Colombia. A través de la relación incestuosa los amantes son poseídos por los fantasmas de sus antepasados y se convierten en criaturas caníbales y vampíricas que siembran el terror al confundirse con mitos autóctonos. Al tomar como víctima al hijo de un campesino, los hermanos son asesinados y enterrados por este. Los amantes resucitan y salen de su tumba para seguir sembrando el terror.

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Español/Inglés


Colección X No.34 - Una mujer casada, Comix




Picante Rosa


Capitulo 1 Mi cita con el Radiólogo

Siempre me ha gustado el sexo. Desde muy pequeña me masturbaba e incluso llegué a jugar con algunas amiguitas desnudas y nos besábamos y tocábamos nuestras partes íntimas. Cuando podía le sacaba a mi padre las revistas pornográficas que siempre tenía escondidas en su cuarto y que un día sin querer se las descubrí y desde ese día esperaba un descuido de su parte para entrar y deleitarme con las revistas.

Fui creciendo con ese gusto por el sexo y aunque dejé de ser virgen a una edad adulta, siempre que tuve novio me dejaba manosear por ellos, me dejaba hacer el sexo oral y que me masturbaran.

La primera vez que un hombre me tocó de una manera sexual explícita, fue un radiólogo. Yo contaba con algo más de 15 años y me tuve que tomar unas radiografías en la columna, así que tomé mi cita y el día que me tocaba fui acompañada por mi mamá, pero cuando llegó mi turno solo pasé yo y mi mamá se quedó en la sala de espera.

Cuando entré me recibió un hombre bien parecido me saludó con un "hola bonita", me pedió que me desvistiera, y me mandó a recostar sobre una especie de mesa algo extraña pensé en ese momento, pero igual hice lo que me dijo, luego el me pidió que me relajará y me empezó a sacar conversación sobre lo que hacia, si tenía novio y toda la cosa, me preguntó la edad y me dijo que aparentaba más edad de la que tenía y mientras me decía todo esto se me fue acercando y me dijo viéndome a los ojos que era muy guapa y seguidamente me beso, aunque lo hizo con suavidad como tanteando el terreno, al ver que yo no decía nada y no lo rechazaba profundizó el beso y me tocó un pezón el cual ya estaba duro primero por el aire acondicionado y luego al verme desnuda frente a un hombre eso me excitó y por eso no dije nada cuando el tipo me besó.


Al contrario abrí me boca para sentir su lengua, el me preguntó si era virgen y yo le dije que sí, entonces me dijo que no me preocupara que cuando saliera de ahí seguiría siéndolo pero que quería enseñarme unas cositas nuevas para mí y que si estaba de acuerdo con eso, por supuesto le dije que sí,, así que me beso los pechos, me chupo ambos pezones por un rato y metió uno de sus dedos entre mis piernas hasta conseguir mi rajita húmeda, lo hundió y lo tuvo sacando y metiendo un buen rato y sobando mi clítoris con su pulgar, mientras me chupaba los pechos, y yo disfrutando de esa masturbación como loca, hasta que me preguntó si alguna vez me había tocado un chico como el lo hacía y yo le dije que era el primero que lo hacía, que solo había jugado con mis amigas, pero nunca con un chico, me dijo voy a chupártela y lo dejé hacer, me saco el dedo y me arrimó al borde de la mesa, me abrió las piernas y me empezó a darme la primera mamada masculina, estuvo genial, el tipo tenía una lengua algo gruesa y lamía divino me chupó el clítoris, lo sorbió como si fuera una almeja y me penetro con su lengua, sentía que me iba de puro placer hasta que no aguanté y acabé con un orgasmo delicioso y con su lengua lamiendo todos mis jugos.

Cuando me hizo acabar me dio otro beso me levantó, y me preguntó como me sentía le dije que algo débil, pero que muy bien, el sonrió y me dijo que era una buena zorra, le pregunté si no quería que hiciera algo por él y me dice que sí, que yo podría prestarle mi boca para acabar en ella y yo le dije que estaba bien y que me enseñará a mamarle una verga a un hombre, así fue que por primera vez tuve el pene de un hombre en mi boca y la verdad que me encantó sentir ese pedazo de carne dura y venosa en mi boca. Me dijo como hacerlo y con sus manos en mi cabeza dirigió los movimientos y penetraba mi boca como si fuera una vagina hasta que sintió que había agarrado el ritmo, entonces me soltó y dejo que yo lo hiciera sola, empezó a pellizcarme los pezones, estaba como loco y me susurraba cosas como "que rico mamas" "eres mi putita" "te quiero coger como a una perra", esas cosas me excitaron y me empecé a tocar con una de mis manos, hasta que sentí como empezó a salir un liquido viscoso y calientito de su pene y me pedía que lo tragara que no dejará manchas en ningún lado, así que lo hice, lamí toda su leche, me sentía eufórica, y saber que me estaba comportando como una putita no me preocupaba para nada, más bien me encantaba. Por último me levantó y me limpió con mi sujetador las pocas gotas que se escaparon de mi boca, me lamió los pechos y me acaricio entre las piernas para hacerme acabar de nuevo y me dijo que estaba bien, se acomodó su pene ya flácido entre su pantalón, me tomó las placas, me ayudó a vestir y me dijo que esperaba poder tomarme otra radiografía algún día. Lástima que nunca más se me presentó la oportunidad.

Capitulo 2 Mi Primo y yo

A los 15 ya había tenido mi primera experiencia sexual con chicas y un hombre y definitivamente me gustaban más los hombres así que empecé a relacionarme más con éstos de manera de poder tener más oportunidades de repetir lo que había hecho con el radiólogo, incluso llegar más allá del sexo oral y sentir una penetración que por demás está decir que me cargaba al borde de la obsesión. Empecé a tener buenos líos pero ningún chico me satisfacía como para llegar más lejos de los besos y toqueteos acostumbrados. Así que llegué a las 18 años sin haberme deshecho de mi molesta virginidad. A esa edad me antojé de estudiar en otra ciudad, no muy lejos de donde yo vivía, pero al fin y al cabo otra ciudad, quería irme a otro sitio y conocer a otras personas y tener nuevas experiencias.

Mis padres no estuvieron muy de acuerdo, pero decidieron dejarme ir con la condición de que viviera con una de mis tías y acepté. La verdad a la final fue toda una experiencia. Mi tía tiene 5 hijos de los cuales 2 son varones uno menor que yo 4 años y otro de mi edad, este estaba estudiando en otra ciudad cuando yo llegué a vivir con ellos. Por vivir en ciudades distintas no teníamos mucho contacto y pensé que a lo mejor no les caería muy en gracias a mis primos la nueva integrante de la casa, pero todos me recibieron muy bien, en especial mi primo "Antonio".

"Antonio" estaba muy desarrollado para su edad que en ese entonces era 14 años, ya tenía buena estatura y unos ojos verdes preciosos, enseguida quedé prendada de él, había crecido mucho desde la última vez que nos habíamos vistos y al parecer a también le gustaba los cambios que se habían producido en mi cuerpo. Tenias los pechos más grandes y las caderas más redondas y mi trasero redondo y duro invitaba a ser tocado. Pronto él y yo entramos en confianza, siempre aprovechábamos las oportunidades de quedarnos solos y charlar de cualquier nadería y me daba cuenta que cualquier excusa era buena para tocarme, pero no se decidía a ir más allá. Así que decidí tomar el toro por los cuernos y propiciar un encuentro de manera que me viera con la menor cantidad de ropa posible y se animará a hacer algo más que mirarme con cara de bobo y no tacarme más allá de lo correcto. Ese día llegó más rápido de lo que imaginaba él salió al cine con unos amigos mis tíos habían salido a una reunión de su iglesia y mis primas habían salido cada una con sus respectivos novios. Una de ellas me invitó a que los acompañara, pero no quise, yo sabia que de todos ellos el primero en regresar sería "Antonio", y no quería perder esa oportunidad. Así que decliné la invitación alegando que estaba muy cansada por lo ajetreado del día en la Universidad, todos se marcharon y yo empecé a prepararme para la ocasión, me duché y me puse algo de perfume en sitios estratégicos de mi cuerpo, me vestí con una bata muy ligera y casi transparente y me senté en el salón a ver la tele y a esperar que él llegara. No tardó mucho y como era de suponer a no ver a nadie en las áreas comunes de la casa se acercó al salón a ver quien estaba en casa.

<Hola> me dijo y como siempre me saludó con un beso en la mejilla.

<Hola, pensé que llegarías más tarde> le dije.

<Ya ves que no, donde están los demás?> me preguntó

<Todos salieron y no creo que regresen tan temprano>

<Y tú por qué no saliste de farra hoy?>

<Estoy cansada, estuve muy ocupada en la Universidad, recién llegaba cuando todos estaban por salir, así que preferí quedarme a descansar, pensé que iba a tener la casa para mi sola más tiempo> le dije. Para ese momento la sangre ya me hervía y notaba como sus ojos no se apartaban de mis pechos y ya deseaba que me tocara no quería pensar en que fuera a llegar alguien antes de tiempo e interrumpirnos.

<Te gusto?> le pregunté a boca de jarro. El se quedó sin habla por un momento.

<Por qué lo preguntas?>

<Porque no dejas de ver mis pechos, te gustan los senos grandes?> se puso rojo como un tomate maduro pero me contestó

<Sí, y tú los tienes muy bonitos, disculpa si te ofendo al mirarte, pero tu bata no tapa mucho que digamos>

<No me importa que me mires, a mi me gusta que me mires, porque tú me gustas a mi> le dije.

<Pero si soy menor que tú> me dijo

<Y qué importa eso, tú eres guapo y tienes cuerpo de chico más grande de 14 años y me gustas>

Diciendo esto me levanté del sillón para que el se diera cuenta de que debajo de bata no llevaba nada, no pudo evitar mirarme y pude ver como le brillaban los ojos a medida que acercaba a él. Me recliné sobre él de manera que mis pechos se pudieran apreciar mejor y me le fui acercando más y más a su cara.

<Quiero besarte, me dejas?> le pregunté

<Somos primos, balbuceó> yo no le contesté nada a eso sino que lo tomé y lo besé con hambre, para que se diera cuenta que lo deseaba, así que mientras lo besaba sentí como ponía sus manos en mi cintura y me sentaba sobre su piernas, al instante sentí su erección, eso me dio fuerzas para seguir, así que me separé de su boca y le dije

<Quiero tener sexo contigo, hoy y cada día que pueda mientras viva en esta casa> mientras decía esto me quité la bata y quedé desnuda frente a él. No hablamos más, bajó su cabeza y tomó uno de mis pechos y empezó a lamerlo y mientras que con la otra mano masajeaba el otro seno.

<Que rica tus tetas, desde que llegaste, he soñado con tocártelas y mamarlas como estoy haciendo ahora, esto es mi fantasía hecha realidad> me decía entre chupada y chupada.

<Son tuyas desde ahora, quiero que me las chupes y las toques siempre que quieras, yo nunca te diré que no, pero ahora quiero que hagas algo por mí> le dije

<Lo que quieras>me contestó

<Me levanté y fui al otro sillón y me senté en el borde, abrí mis piernas, de manera que el pudiera ver mi sexo en todo su esplendor.

<Desnúdate y ven gateando hasta mí, quiero que ver tu cabeza entre mis piernas> le dije

<Claro, primita, lo que quieras, por comerme ese coño hago lo que quieras>me contestó.

<Ya veo que estás agarrando confianza> le dije. Y sin más se desnudó. Cuando quedó completamente desnudo, no pude evitar suspirar de deleite, mi querido primo tenia una buena tranca, lo cual quería decir que por fin me iba a deshacer de mi molesta virginidad.

<Te gusta lo que ves?> me preguntó <me encanta, pero ven y haz lo que te pedí> mi coño ya estaba más que anhelante por su lengua y dedos, moría por sentir su boca comiendo mi sexo.

El se agachó se colocó en cuatro patas y se acercó a mí, subió con besos lentos por mis piernas y empezó a jugar, que rico fue sentir su respiración en mi coñito caliente y ansioso. Besó mis labios vaginales, los recorrió con la lengua, pero no tocaba ni mi clítoris ni mi entrada húmeda, jugaba conmigo y me decia:

<Quieres que te coma el coño? ¿quieres que te coja con mi lengua? Dime que quieres que te haga>

<Cómeme el coño, con tus dedos y con tu lengua, hazme acabar en tu boca> le dije y así empezó a comerse mi sexo, con su lengua y sus labios.

<Chúpame el clítoris> le decía mientras yo me agarraba los pechos. Estaba delirante y me hacia gozar con sus mamadas, me di cuenta que a pesar de sus 14 años y su timidez inicial conmigo, ya se había comido más de un coño. Lo hacia riquísimo, me metía su lengua entera y sentía como la movía, a ratos me chupaba el clítoris y mientras lo hacia me metía un dedo.

<Sigue, no te detengas, méteme la lengua, quiero correrme con tu lengua adentro.

<Que cuca más rica, es la cuca más rica que me he comido>me decía, me corrí de lo más rico sintiendo sus labios en coño ardiente tomándose todos los jugos que me había arrancado con sus caricias.

Se levantó y me dijo <vamos al cuarto, no quiero que alguien llegué y nos encuentren en esto>

Así que recogimos nuestras ropas, y nos fuimos a su habitación. Allí nos tendimos en la cama y empecé a besarlo por todo su cuerpo hasta llegar a su verga dura y hermosa ( De hecho es la más hermosa que he tenido el honor de comerme). Su pene estaba duro como una roca, lo lamí en toda su longitud, delineándolo con mi lengua, lamiéndolo hasta que lo metí entero en mi boca.

<Uhmmmm, que pene tan rico tienes, primito> < Me lo voy a comer entero> y acto seguido empecé a mover mi boca de manera que entrara y saliera de ella como si fuera mi vagina.

Sentí como se contraían sus huevos y me preparé para recibir su descalga en mi garganta.

<Quiero acabar en tu boca, primita> < Quiero dejar toda mi leche en tu garganta de putita, uhmmmm.

Y mientras me decía esto, sentía como se descargaba su verga dentro de mi boca y como niña buena me chupaba toda su leche.

Por un momento no hablamos, solo suspirábamos por el goce recibido. De pronto sentí su mano subiendo por mis glúteos y apretándolos suavemente.

<Es la mejor mamada que me han hecho hasta el momento, prima>

<Y te han hecho muchas?

< Algunas, pero me la han hechos mis novias del colegio, nada comparadas contigo>

<Bueno si eres el primer chico a quien le hacen una mamada, por supuesto que no serán igual a las mías, pero no te preocupes que con la practica se aprende pronto>

<Creo que a partir de ahora solo me interesarás tú, prima>

Su mano se mudó a mi entrepierna y empezó a jugar con mi raja, que ya se estaba humedeciendo de nuevo.

<Ahora viene la mejor parte, querido Antonio>

<Si prima, quiero clavarte hasta el alma con mi verga>

Me subí arriba de él y empecé a besarle, jugaba con su lengua mientras sus manos jugaban con mis senos, me separé de su boca y me incliné hacia arriba para meterle mis pechos en su boca.

<Muérdelos, Antonio, cómete mis tetas, son tuyos, ricura> ya me sentía a millón.

<Que rico, uhmmmm, así, primito que buen niño eres, cómete las tetas de tu primita, uhmmmm>

<Bájate prima y ponte en 4 patas que te voy a dar duro> En ningún momento le dije que era la primera vez que me penetrarían, solo quería que lo hiciera.

< Sí, Antonio, cógeme como a una perrita>

Me puse de espalda a él y en 4 patas, se me acercó y con sus dos manos tomó mis caderas y me sujetó con firmeza mientras su miembro jugaba con la entrada de mi coño. Me restregaba su glande por el ano y luego bajaba hasta mi coño, pero sin penetrarme, solo jugando y sosteniéndome fuerte.

<Cógeme primo, no juegues más, mételo todo, de un golpe> Le pedía casi sollozando.

<Suplícame, prima, pídeme que te lo meta>

<Hazlo, Antonio, cógeme rico, anda cariño, quiero correrme con tu verga dentro de mí, por favor, primito, uhmmmm>

Y sin mediar más palabras me lo clavó de un golpe, solo sentí un fuerte tirón y ardor que solo duró un minuto, porque él no se detuvo a preguntar por grité, sino que empezó a bombearme soltando mis cadera y subiendo sus manos hasta mis pechos y agarrándolos fuerte, me cogió fuerte, muy fuerte, perdido en su gocé y yo me dejaba hacer porque también lo estaba gozando. Me gustaba la forma que me lo hacía y las cosas que me decía.

<Dale, Antonio, no te detengas, dame duro, cógeme así, uhmmm, que rico, primito, cógeme toda que soy tuya>

<Sí, ya veo que te gusta que te cojan como a una perrita, prima. Desde hoy serás mi puta, mi putita particular y yo seré tu primito consentido><uhmmm, te voy a llenar de leche prima, te llenaré entera con mi leche>

<Sí, dámela toda, toda, uhmmmm,>

Y así seguimos por una hora más, teniendo sexo como animales hasta que se acercó la hora de que llegaran los demás. Nos bañamos juntos, luego nos vestimos y nos fuimos al salón a esperar al resto de la familia.

Capitulo 3 Mi Profesor de Química

Las cosas entre mi primo y yo marchaban sobre ruedas, ya teníamos cierta rutina para nuestros encuentros sexuales, que dicho sea de paso eran unas sesiones extraordinarias. No lo hacíamos tan seguido como hubiésemos querido, a lo sumo 3 veces a la semana. Pero a pesar de que me gustaba estar con él, empecé a buscar en la Universidad a alguien que me gustara tanto como mi primo para llenar esos días en los que no podía estar con él.

Así, que un día en mi clase de química reparé en el profesor. Él era bastante elegante, de buen porte y su pelo ya pintaban algunas canas. La verdad que al inicio de clases no le había prestado mayor atención de la que se le presta a un profesor de muy buen ver, pero que al fin y al cabo es un profesor. Sin embargo, ese día estaba particularmente atractivo.

Me encapriché con él y, a medida que pasaban los días, empecé a fijarme en el profesor, él tenía pequeñas atenciones conmigo, y eso que yo no era la más guapa del salón, más bien soy bastante normalita. En fin, el profesor se hizo buen amigo de todos los de mi grupo y así resultó invitado a la celebración del cumpleaños de mi Amiga Romina.

Esta fiesta fue por todo lo alto, y había que ir de gala. Por supuesto fueron todos los de mi grupo con ganas de pasarlo genial, en especial yo, sobre todo después de haber visto llegar a mi profesor. El siempre fue muy correcto, se acercó a nuestra mesa y nos presentó a su esposa, una señora bastante atractiva para ser sincera, y a sus hijos, que por cierto no estaban nada mal, estuvo charlando con nosotros un rato más y se despidió diciéndonos que bailaría una pieza con cada una de sus hermosas alumnas en cuanto su esposa se lo permitiera, todos le reímos el comentario y ellos se retiraron a su mesa. La fiesta estaba muy bien y nosotros estábamos pasándola bomba. De vez en cuando echaba un ojo hacia donde el profesor estaba y lo veía pendiente de lo que acontecía en nuestra mesa, aunque bailó una que otra pieza con su esposa, no sé acercó a invitarnos a bailar como había dicho cuando llegó.

Él estaba vestido muy elegante y yo no me quedaba atrás, tenía puesto un vestido negro de caída muy suave y tirantes muy finos, estaba hecha toda una tentación.

Yo estaba en grupo hablando cerca de la pista, cuando sentí que alguien me tocaba el hombro, cuando me giré para ver quien era vi que era mi querido profesor de química, me tomó la mano y sin decir nada me llevó a la pista. Una vez en la pista él me abrazó y soltó un suspiro muy profundo y me dijo:

No sabes lo ansioso que estaba de que llegará este momento.

¿Por qué? – Le pregunté yo.

Si te lo digo te puedes molestar conmigo.

Por supuesto que no, profesor, dígamelo, yo quiero saber.

Quería que llegara este día para poder invitarte a bailar y así poder hacer lo que estoy haciendo, es decir, abrazarte y poder oler tu aroma.

¡Vaya!, parece que yo le gusto mucho, profesor. Lo que no entiendo es el por qué.

No veo porque no me puedes gustar. Eres joven, llena de vida, alegre y tiene una mirada sensual y pícara que me vuelve loco y una boca llena con labios provocativos no sabes las veces que me he tenido que contener en clase para no acercarme a ti y besarte.

Profesor, la verdad es que me halaga mucho gustarle a un hombre maduro como usted.

Me sonrió y me apretó un poco más, la música se fue haciendo más lenta e íntima y hasta bajaron las luces de manera que quedó casi en penumbras el salón de baile. Tan pronto esto sucedió, mi profesor me acercó más a él y mi cuerpo quedó literalmente pegado al suyo. Empezó a acariciarme con la mano que tenía en mi espalda, muy suavemente, la subía y la bajaba lentamente, hasta que llegó a mis caderas y a medida que hacía esto yo sentía que su entrepierna iba aumentando de tamaño, y por instinto empecé a mover mis caderas de manera que lo frotaran.

¿Quieres que salgamos un momento al jardín? - Me preguntó con la voz un poco ronca

¿Crees que sea buena idea? - Le pregunté.

Una cosa era dejarme manosear por él en la penumbra y otra muy diferente era estar a solas y expuestos a que nos descubrieran. Eso era peligroso tanto para él como para mí, por aquello de la ética y todo el rollo de la Universidades y de que un educador no se puede liar con un (a) alumno (a). Aunque para ese momento ya estaba excitada por el bulto que había estado frotando con la parte baja de mi cuerpo.

No pasará nada que no quieras, pero necesito besarte y si lo hago en la pista, nos pueden ver y eso sería un problema para los dos. Será que no quieres seguir con lo que empezamos con el baile? - Me preguntó.

Claro que quiero, y claro que quiero que me beses, es solo que aquí hay mucha gente. ¿Y si nos buscan? ¿Además, dónde metiste a tu mujer?

Todos están bailando, nadie se darán cuenta, tus amigos pensarán que andas por ahí y mi mujer la envié a casa con mis hijos. Ellos mañana salen de viaje y no se querían desvelar demasiado. Yo me quedé solo para poder estar un rato contigo y poder hablarte en un sitio diferente al aula de clases. Vamos un momento al jardín, por favor.

Me decía todo esto mientras empujaba sus ingles contra las mías y me tomaba de la cintura mientras nos movíamos a ritmo de la música. Ya sentía mis pezones duros, y la verdad si que quería seguir. Giré mi cabeza y me fijé en las demás parejas, todas estaban abrazadas, algunos hasta se estaban besando aprovechando la oscuridad, entre ellos varios de mis compañeros de curso. Entonces me decidí y le dije:

Vamos

Me tomó de la mano y salimos al jardín, nos alejamos hasta que la música se escuchaba lejana. Entonces paró de repente entre unos setos y me abrazó con fuerza y sin decirme nada me besó con fuerza, como desesperado y yo me dejaba hacer. Me recorría el cuerpo con sus manos, como si no supiera donde tocar primero, hasta que se decidió por mis pechos y me los apretó suavemente. Se separó de mi boca y me dijo:

Te quiero besar los pechos ¿Me dejas?

Claro profesor, haga lo que guste.

Que linda eres, te quiero comer toda, déjame hacerlo, por favor.

Tome de mí lo que quiera, solo no me rompa el vestido, por favor.

Uhmm, que rico, déjame que te lo quite.

Me abrió el cierre y bajo los tiros del vestido y mis pechos saltaron libres y mis pezones erectos fueron engullidos por su boca hambrienta. Mientras me comía las tetas me terminó de bajar el vestido, estaba como loco y yo sentía sus manos por todo mi cuerpo. El dejó mis tetas un rato y empezó a besar mi abdomen hasta llegar a mi ombligo, lo besó y siguió bajando hasta posar su boca sobre mi pubis cubierto solo por mis bragas.

¿ Puedo quitártela? - Me preguntó, mientras veía fijamente mi entrepierna.

Claro, profesor.

Me la quitó y me hizo abrir un poco las piernas.

¿Eres virgen? - Me preguntó mientras metía uno de sus dedos entre mis labios vaginales.

Ohhhh, No, hace poco que dejé de serlo, Uhmm.

Entonces ya has probado las delicias de la carne, ¿Quién fue el afortunado de ser el primero en poseerte, pequeña?

¿Para qué quieres saberlo? Solo interésate por lo que estamos haciendo ahora y hazme gozar, Uhmm que rico mueve sus dedos, profesor.

Te gustas que te coja con los dedos?

Síiiiii.

Le dije entre suspiro. Luego sacó su dedo y lo metió en su boca como probando mi sabor y enseguida abrió más mis piernas y empezó a comerme el coño. Ahí estaba yo, desnuda, de pie y mi profesor agachado entre mis piernas comiéndose mi sexo completamente vestido y arrancándome grititos de placer. Sentía mis piernas de gelatina y un calorcillo recorriendo todo mi cuerpo.

Uhmm, si me sigues comiendo el coño así me correré en tu boca. - Le decía mientras me sujetaba de su cabeza para no caerme.

Hazlo, quiero tomarme todos tus jugos, que rico, Uhmm.

Siiii, Ohhhh, lo haces muy bien, desde hoy serás mi profesor favorito, chúpame, Uhmm, cómete todo mi coño, Uhmm, estoy por correrme, que rico, ahhhhhh.

Entre un suspiro y otro me corrí en su cara, mientras él me apretaba fuerte como si quisiera llegarme muy adentro mientras yo tenía mi orgasmo. Luego me recostó de la hierba y se bajó los pantalones y su ropa interior (de hecho fue lo único que se quitó)

Quieres más, nenita?

Sí, profesor, quiero saber todo para poder complacerlo. – Le decía mientras abría más mi piernas para que viera mi coño bañado de su saliva y mis flujos.

No tenemos tiempo para enseñarte, pero no te preocupes, ya me estás complaciendo con solo dejarme disfrutar de tu cuerpo, que rica tetas tienes, son grandes como me gustan a mí y tienes un coñito estrecho y muy, muy caliente. No sabes como te he deseado durante todo este tiempo. -- Me decía mientras se pajeaba y se acercaba hasta mí.

Chúpamela, nena, sácale la leche a tu profesor.

Tomé su verga y la metí toda en mi boca. No era muy larga, pero si gorda y estaba durísima.

Uhmm, que rica, Uhmm, que verga tan gorda y dura, Uhmm, está deliciosa me la comeré toda.

Sí cómetela toda muñequita, ohhhh, siiii, así que bien mamas, se ve que has hecho tu tarea con tus amiguitos, no pares, no pares, que boca tan caliente, que lengua de zorrita caliente tienes.

Estaba como loco, me agarraba las tetas y me pellizcaba los pezones y me decía cosas obscenas.

Uhmm, que rico mamas, se ve que te aplicabas en los juegos con tus amiguitos. Uhmm, ven levántate, nenita y ponte de espalda.

¿Qué vas a hacer?

No te preocupes que te va a gustar.

Diciendo esto me ayudó a levantarme y me puso de espalda a él y me indicó que me sostuviera de los setos. Así lo hice e inmediatamente empezó a besarme la espalda y a apretarme las nalgas, me recorrió la espalda con su boca hasta llegar mis glúteos y me dio pequeños mordiscos, luego se irguió y me abrió las nalgas y empezó a sobarme con la punta de su pene duro la entrada de mi ano y luego lo baja hasta la entrada de mi sexo y mi clítoris, me metía solo la cabeza y la retiraba y volvía a sobarme la raja húmeda y mi clítoris ya duro como piedra y lo subía otra vez hasta mi ano.

Uhmm, sigue no te pares, cójeme ya. Cójeme duro, clávamela de una sola vez.

Quieres que te coja, ricura?

Síiiii, métemelo todo, no importa que me duela. Quiero que me cojas.

Si, me gusta que me lo pidas, desde ahora solo serás mía, solo conmigo, podrás hacer esto, ricura.

Dicho esto me agarró firmemente por las caderas y me lo clavó de una vez. La verdad fue que me dolió un poco, pero yo estaba tan excitada que no me importó, solo pensaba en lo rico que se sentía tener un pedazo de carne tan gorda saliendo y entrando de mi coño húmedo. Estaba en el cielo y gritaba de puro placer. Me estuvo bombeando con mucha fuerza hasta que no pudo más y se corrió dentro de mí. Y yo sentía que me iba cuando sentí su esperma caliente bañando las paredes de mi vagina.

Lléname toda, profe, ahhh que verga más rica, siii, Uhmm

Uhmm, que rico, eres divina. Quiero cojerte toda la noche, ricura. Pero debemos volver a la fiesta, ya ha pasado casi una hora.

Y dicho esto, sacó su pene de mi coño aun chorreando semen, yo no me resistí y me agache a lamerlo. Estaba rico y yo enardecida no dejé ni una gota. Cuando terminé me ayudó a levantarme y con una sonrisa pícara empezó a recoger nuestra ropa y de su pantalón sacó un pañuelo y con él me limpió la cara y la entrepierna, luego me ayudó a vestir, se puso su ropa interior y su pantalón y en silencio nos dirigimos de vuelta a la fiesta. Cuando llegamos ya estaban tocando música más alegre y nos colamos hacia una esquina de la pista y comenzamos a bailar como si nada. El acercó su boca a mi oreja y me dijo:

Gracias por hacer mi fantasía realidad y dejarme disfrutar de tu joven cuerpo. Nunca lo olvidaré.

Yo tampoco, profesor, fue demasiado rico y si a usted le parece bien, lo podremos repetir en alguna ocasión.

Claro nena, pero ahora es hora de que vayamos a nuestras respectivas mesas.

Así que cuando terminó la pieza, me acompañó a mi mesa y se despidió de mí con un “muchas gracias por bailar conmigo y nos vemos en clase el lunes”

Desde ese día fui una excelente alumna y Química se convirtió en mi materia favorita.

Por PicanteRosa

miércoles, 28 de abril de 2021

Tendre et perverse Emanuelle (AKA Tender and Perverse Emanuelle)


Después de que su esposa, una concertista de piano, es encontrada asesinada, un hombre rico es sospechoso de su asesinato. Pero a medida que más sospechosos comiencen a acumularse, este misterio podría afectar a más de un participante.

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Inglés/Alemán

Colección X No.33 - Los infortunios de Janice II, Comix




Mi fruta prohibida


Siempre fui un hombre bastante excitable, desde muy pequeño ya me masturbaba pensando en mi profesora o mi vecinita Kathy o en mi prima Verónica quien a pesar de sus diecisiete años ya se manejaba un trasero inmenso y unos muslos que eran una delicia; yo tenía 10 años pero sin embargo siempre me las ingeniaba para espiarla desde abajo, cuando subía las escaleras o si estaba sentada en la mesa, yo siempre tenía que recoger algún lápiz que se había caído ¿? y allí estaba, ese panorama precioso, dos piernotas semiabiertas con el fondo del triangulito del calzón blanco. Cuando cumplí los trece, me di cuenta que mi pene se había desarrollado más que el resto de mis compañeros, siempre recuerdo aquellas ocasiones cuando, en el baño, los hombrecitos se ponían a medirse el tamaño de sus miembros y yo siempre ganaba, ellos con envidia reconocían su desventaja. Lo malo fue después, mi pene siguió creciendo y engruesándose a tal punto que cuando cumplí los quince ya tenía vergüenza que me vean.

A pesar de tener muchas enamoradas quienes a veces me proponían tener sexo, al final todas se desanimaban al ver semejante verga, siempre inventaban alguna excusa de última hora. Sólo una chica, mayor me acuerdo (yo tenía 17 y ella 28) aceptó, le pareció provocativo, y no se arrepintió, le encantó, según me confesó después; me enteré que era casada y me alejé. Cuando cumplí 19 años, mi pene era aproximadamente de 22 cm de largo, pero el grosor era descomunal, casi 5 cm de diámetro y 17 cm de circunferencia. Conocí a Jenny, una chica bellísima de la cual quedé enamorado al instante, ella era un año menor que yo y también muy ardiente; me llamó la atención cuando follamos por primera vez, no puso reparos en el tamaño de mi pene, lo disfrutó completamente, ella ya había tenido bastante experiencia sexual y su vagina parece que era más flexible,; aún así costo bastante trabajo conseguir meter mi falo en su concha, siempre quedaban 10 o 12 centímetros fuera, esto me producía una mescla de excitación y de frustración al mismo tiempo. Al parecer, cada vez que entraba mi verga extendía a lo ancho los músculos vaginales y esto acortaba la longitud de la vagina, y le producía tener orgasmos múltiples, que según ella nunca antes había sentido con sus anteriores enamorados.


Al año siguiente nos casamos y pronto tuvimos un hijo, Ricardo, quien fue nuestro único engreído hasta los cuatro años cuando nació nuestra pequeña Jenny, quien se convirtió en mi preferida, era tan bella y encantadora como su madre. Cuando mi hija Jenny cumplió los nueve años, tuve que partir a Canadá, siguiendo a la compañía para la cual trabajaba. Yo me desempeñaba como Ingeniero Químico al mando de un campamento al norte de Ontario, al finalizar el contrato, pude por fin, regresar a mi pueblo, una provincia de Venezuela, la cual se encuentra a cuatro horas de Caracas, y reunirme con mi familia a la cual no veía desde hacía cinco años. Mi hijo estudiaba ya en la Universidad de la capital y mi esposa estaba próxima a viajar, destacada al Hospital Central de Caracas. Yo no quise mudarme a la gran metrópoli, preferí quedarme en mi pueblo con mi hija quien aún estudiaba la secundaria en una escuela de señoritas. Todavía recuerdo cuando llegué a mi casa, fue impresionante ver a mi hija, toda una adolescente; a pesar que no había crecido mucho de estatura, era toda una mujercita, tan finita en sus formas. Su madre tuvo que viajar a los dos días que llegué y se suponía que estaría fuera seis meses; esto me entristeció, pero luego sabría que me esperaba una experiencia extraordinaria.

Pasaron los días y pude apreciar con más atención lo crecida que estaba mi pequeña Jenny. Era inevitable observarla, cuando me quedaba a descansar en el sofá y ella circulaba por la casa desenfadadamente vestida en su T-shirt , el cual hacía evidente que debajo de esa prenda, que le cubría con las justas las nalgas y que revelaba parte de su calzón cada vez que se empinaba sobre la punta de sus pies para alcanzar algo, no llevaba más nada, dejaba traslucir unos senos desarrollados y con unos pezones, que me parecían, siempre erectos, unas caderas no muy anchas, pero lo parecían en contrastarse con esa cintura delgadísima, unos muslos torneados y un trasero precioso, pequeño, pero tan bien formado que cuando se ponía de perfil resaltaba con su vientre tan plano. Al principio no quise aceptarlo y trataba de poner mi atención en la TV o en el libro que me encontrara leyendo, pero poco a poco me fui dando cuenta que no podía evitarlo, tanto así que se convirtió en una obsesión y después me encontré un buen día espiándola en su cuarto o en la ducha. Ella tenía una ingenuidad increíble a sus catorce años, tal vez era su carácter y su educación tan recatada.

Habían transcurrido dos semanas y el tiempo de abstinencia estaba haciendo efecto, a pesar que a veces me masturbaba en las noches, esto no era suficiente; lo que descubrí fue que todas aquellas mujeres que me servían de objeto de mi fantasía para mi masturbación fueron reemplazadas, increíble, por mi hija. esto era inconcebible, pero cuanto más lo pensaba más me excitaba. Un buen día se me ocurrió la idea de follarme a mi propia hija, esto era ya inevitable para mi, así que empecé a crear una estrategia.

Yo había caído en cuenta que a ella desde niña siempre le gustaba observarme cuando yo hacía mis experimentos en el laboratorio que tenía en mi casa; así que un día que me encontraba trabajando y me sentía totalmente excitado, llamé a Jenny para que me ayudara a preparar unos portaobjetos para observar en el microscopio y mientras ella se encontraba atareada yo estaba (supuestamente) concentrado observando unas muestras; descuidadamente le empecé a hablar sobre la importancia de la ciencia y los avances que se habían conseguido hasta ahora, "Lamentablemente hay algunas cuestiones que todavía no han quedado claras" le dije, "Si yo descubriera algunas respuestas, tal vez, me vuelva famoso y gane mucho dinero" agregué, "¿Si? pero ¿Qué cosas? ¿Ya no han descubierto todo?" me interrogó; esto era lo que yo esperaba y le contesté casi con desinterés "Muchas cosas, investigaciones químicas con el cuerpo humano, sobre todo con cuerpos de chicas jóvenes, pero que... Oh, no me vas a entender" le contesté para acicatearla; "¿Con cuerpos de chicas jóvenes? no entiendo, por favor Papi, explícamelo" A estas alturas recién me doy cuenta que mi hija llevaba puesto un short de algodón que se había ceñido tanto a sus entrepiernas que yo creía ver a través de él, todo su pubis y parte de su vulva, luego repuse en la tremenda erección que todo esto me ocasionaba, y pedí permiso para ir al baño donde rápidamente arreglé mi verga hacia abajo de mi muslo derecho, llegaba a la mitad de éste.

Regresé al laboratorio y mientras caminaba lentamente la quedé observando, ella estaba sentada en un taburete de espaldas a mi, observando a través del microscopio; ese panorama era impresionante o yo estaba excitado, su cintura hacía juego con sus caderas y nalgas, que descansaban en el asiento del taburete formando la ilusión perfecta de una pera. Cuando ella sintió mis pasos, siguió preguntándome sin dejar de observar los portaobjetos "¿Anda Papi explícame que experimentos tienen que hacer con cuerpos jóvenes y que cuerpos jóvenes?" "Bueno te contestaré, pero no creo que me entiendas;

Se cree que el liquido lubricante de una mujer no es una sustancia activante…" en este punto me interrumpió "¿el líquido lubricante? ¿Qué líquido lubricante?" " ¡Lo ves! No me vas a entender, el líquido lubricante que segrega una mujer cuando está excitada o cuando se masturba, pero como seguramente tu nunca te haz masturbado, mi explicación es en vano";-- "No, No, yo sí me he masturbado, a veces"; se apuró en replicarme, "¿estás segura o me estás mintiendo sólo para que te cuente mis experimentos? Le contesté con una falsa duda. "Bueno, yo me masturbo desde los 12 años, al principio yo no sabía que eso se llamaba así, sólo me tocaba mi cosita, que a veces me picaba mucho o vibraba y solamente se calmaba cuando la acariciaba, ¡Ahh! Ahora que me acuerdo siempre se moja bastante, por la entrada vaginal, ¿A ese líquido te refieres?" Esta revelación fue demasiado para mi pobre polla que estaba a punto de reventar, de pronto sentí humedad por el muslo derecho, unas gotas corrían hacia abajo a la rodilla, creí que me estaba orinando, pero no, era mi propio líquido lubricante, que salía sin contención debido a la fuerte excitación. Trate de disimular un poco y mirando hacia unos papeles en la mesa seguí hablando supuestamente sin poner mucha atención "Ah que bien, entonces eres una pequeña mujercita" dije sonriendo " Y cuando te tocas tu cosita, como tu dices, sólo te acaricias el Clítoris? sabes cual es el Clítoris, ¿No?" le pregunté con malicia, y ella me contestó un poco ofendida "Por su puesto que sé cual es mi clítoris; ya te dije que en la escuela estudiamos educación sexual, y he aprendido muchas cosas de anatomía, además hace unos meses atrás, que en la entrada vaginal sentía mucha vibración y tuve que acariciarla también, después sentí que introduciendo un dedo sentía mucho más placer cuando terminaba. Mis amigas me han contado que ellas se meten dos y hasta tres dedos, yo no he podido, pero hace un semana ya conseguí meter dos dedos".

Esto era cachondísimo y mi pene no dejaba de gotear, note una mancha húmeda en mi pantalón a la altura mi muslo, tuve que pedir permiso nuevamente para ir al baño y secarme un poco, al regresar continué "Cuando yo me refiero a cuerpos de chicas jóvenes , me estoy refiriendo a cualquier chica adolescente de 15 á 18 años, porque estoy seguro que a esa edad el líquido lubricante es más activo y si lo pusiéramos en contacto con esperma fresco entonces creo que los espermatozoides vivirían más de cinco días y además les darían más movilidad; pero hasta ahora estos experimentos han fracasado porque siempre se ha experimentado con sustancias muy maduras, por ejemplo mujeres de 25 ó más años..." , "¿Y por qué no han experimentado con muchachas jóvenes como dices tu?" me interrumpió "Lo que pasa es que a nadie se le ha ocurrido; yo lo haría pero necesito una chica de 15 ó 16 años, ¿Dónde la voy a conseguir?; bueno, en fin, me olvidaré de todo este asunto" agregué, supuestamente concluyendo la conversación, pero ella insistió "Pero papi, ¿En que consiste el experimento?" "Bueno se debe tomar una muestra del líquido lubricante de una mujer joven y mezclarlo con una muestra de semen, y estoy seguro que al ver al microscopio se podrán apreciar a los espermatozoides mucho más vivos y muy rápidos y fuertes" "¿Y también tendrás que conseguir a un hombre para que done el semen?", me preguntó "No, felizmente ese no es problema para mi, porque yo estoy dispuesto a realizar el experimento con mi propio semen" "Pero Papi, no te preocupes, si tu quieres yo te puedo dar un poco de mi líquido para tu experimento" , "No, ¿estás loca? Además tiene que ser una chica mínimo de 15 años" , "Pero Papi, yo ya tengo catorce años y no creo que por un año, mi líquido no sirva, de pronto hasta es mejor" me contestó entusiasmada; "No sé, uhmm..., ¿pero a ti te sale bastante líquido?

Creo que eres muy niña todavía, uhmm..." me hacía el difícil, "Papi, yo te demuestro que si puedo" , "Bueno, está bien, te daré este tubo de ensayo pequeño, y ahí echarás un poquito de tu líquido. Ahora anda ve al baño y trata de conseguirlo", ella me recibió el tubito con una sonrisa muy entusiasmada y corrió al baño; era evidente que era todavía una niña, era como un juego para ella. No creo exagerar, si les digo que tardó cerca de 20 minutos y regresó bastante frustrada, porque en el frasquito casi no había nada, apenas en el borde se notaba un poquito de crema blanca, era evidente que aquello era su líquido, inclusive llegó rápidamente a mi nariz el olor característico de conchitas de mar, es decir una vulva fresca; era fantástico, pero estaba ocurriendo.

"Y ¿qué pasó, mi amor?" le dije sonriendo; "No sé, por más que me frotaba mi clítoris o mi vulva, no salía mucho líquido, no sé porque; otras veces me sale bastante" me dijo desconsolada; "No te preocupes, te voy a explicar, no es tu culpa; para que una mujer se lubrique tiene que estar muy excitada "; "Papi, entonces ¿tu también tienes que estar muy excitado para que te salga el semen? Me interrogó; "No, en el caso de los hombres es diferente, nosotros nos excitamos más rápido y fácilmente" ; "Oh, yo no te creo, como de la nada harás para que te salga tu líquido"; "Pues es fácil, y si quieres te lo demuestro", esto era lo que yo esperaba; "Pues a ver, ¡ demuéstramelo! " me dijo; yo no podía creer lo que estaba pasando. "Por favor, alcánzame ese recipiente de vidrio que ves allí , me acerque al borde de la mesa de trabajo y coloqué el recipiente en la mesa, exactamente debajo de mi bragueta y procedí a bajar el cierre de mi pantalón; ella se quedaba observando con suma atención cada movimiento mío; metí mi mano por la bragueta y dentro de mi slip, pero mi verga estaba tan dura y hacia abajo que no lograba extraerla por el cierre.

Ella se impacientó y me pregunto "¿Qué pasa Papi?, tu tampoco puedes, ves que no es fácil" ; "No hija, no es eso, lo que pasa es que no puedo sacar mi pene..."; "que no puedes sacar tu pene ¿porqué?, ¡ que gracioso !" me dijo soltando una carcajada; "Espérate" le dije, y desabrochando mi cinturón bajé mis pantalones hasta las rodillas y tremenda verga quedó expuesta, se había salido por una de las piernas del slip, colgando como una manguera de carne que latía a cada segundo; al mirar de reojo a Jenny, ésta se había quedado anonadada, miraba fijamente mi inmenso pene sin pronunciar palabra, yo proseguí con mi "tarea" lo tomé en mis manos y lo saqué por encima del slip quedando expuestos también mis testículos y mi abundante bello púbico.

Ella por fin atinó a decir " ¡ Papi tu cosa es grandota ! como puede entrar eso en la vagina de mi mamá, ¿No le duele? " ; "No. No le duele mi amorcito, porque la vagina de la mujer es muy flexible y además cuando se excita sólo siente placer, lo que pasa que te parece demasiado grande porque nunca haz visto un pene en persona", le dije tratando de quitarle cualquier temor que pudiera surgir. Entonces me contestó " No No, yo sí he visto un pene"; "¿Cómo?" Me alarmé, "si, fue una vez en la casa de Adela, yo me encontraba estudiando en la sala, pero sentí que ella estaba en su dormitorio con Mike, su enamorado; y como sentí ruidos extraños empecé a espiarlos por la ventana que daba al jardín, y pude ver como Adela saco el pene de Mike por la bragueta de su pantalón. Me acuerdo que era inmensa y me dio un poco de asco como ella empezó a basarla y creo que también la chupaba" ; "¿Y por qué te dio asco? si es algo natural" ; "no sé, seguro porque yo era más pequeña, fue hace más de un año, pero tu cosa es el doble o el triple de la de Mike. ¡ Papi, mira te estás orinando !" gritó, porque notó que de mi glande colgaban gotas de mi líquido lubricante y estaba tan espeso que habían llegado al suelo sin romperse. " No hijita, no me estoy orinando, lo que pasa es que mi pene se ha excitado demasiado y tiene ganas de una vagina " ; "Huy, entonces ahora que harás, mi mami está de viaje" ; "No importa, bueno, volvamos a nuestro experimento" y empecé a estrujar y apretar mi verga, la cual parecía que iba a reventar, tener la mirada de mi pequeña Jenny sobre mi masturbación me producía oleadas de placer, el orgasmo se venía a toda velocidad, saqué fuerzas para controlarme y alargar el tiempo lo más que podía; "Parece que tu cosa está bien dura", pronunció con inocencia ella, esto me permitió sugerirle.

"Si quieres tócala, pero tienes que agárralo muy fuerte; ella inmediatamente tomó en su pequeña mano derecha tremenda verga, me di cuenta que la palma de su manita no alcanzaba a cubrir totalmente el grosor de mi pene, el contacto de su piel hacía más difícil el seguir aguantando el clímax, " ¡ Aprieta, Aprieta más ! , le pedí casi a gritos, ella tuvo que usar la otra mano y empezó a apretar, "Está muy dura, es muy grande no puedo agarrarla bien" ; "No importa, tu sigue apretando que ahorita voy a acabar y saldrá todo el semen" ,; ella siguió con su tarea, de pronto, no se como voltee a mirar a Jenny mientras ella seguía subiendo y bajando con sus dos manitas a lo largo de todo el pene, y descubrí que observaba con atención absoluta mi verga, cuando creí ver una mancha de humedad en sus entrepiernas, quise pensar que se estaba excitando y la eyaculación se vino como una explosión, chisgueteaba chorros de semen espeso en el recipiente y fuera de él.

Ya no me importaba, dejé toda la mesa mojada pero había una buena cantidad en el recipiente. "Papi, te ha salido como un litro de semen, ¿Y todo eso puede entrar en la vagina?" ; "Si, mi vida" le contesté mientras guardaba mi pene semi flácido ; "Pero yo buscaría un hombre con un pene más chico"; me dijo, "¿Por qué?" le pregunté, "porque, si en mi vagina sólo pueden entrar dos dedos, menos podría entrar un pene como el de Mike y menos uno como el tuyo" , "No Jenny, ya verás como poco a poco todo esto te parecerá natural y después querrás penes grandes" ; "No te creo", me contestó; "Bueno, ya tenemos mi líquido, ahora falta el tuyo" le dije, terminando la discusión "Si, pero cómo hago?" ; "Yo te ayudaré, ven acércate", ella vino y la ubiqué parada frente a mi, mientras yo estaba sentado con mis piernas abiertas, la puse de perfil y le dije "Tu concéntrate, no pienses en nada, solamente siente, mientras yo te ayudo con algunos masajes y ya verás como te mojas en abundancia. "¿Si?, quiero verlo" dijo y tiro su cabeza hacia atrás y cerró los ojos.

Yo empecé a acariciar su espalda y su pecho al mismo tiempo, haciendo círculos subí poco a poco hasta llegar a sus senos, se sentían duros y grandes, me parecieron más grandes ahora; baje a su vientre y sus piernas, a través del short de algodón sentía toda la forma de su pubis y la otra mano descubría un lindo trasero, con nalgas que aunque redondas y duras cabían perfectamente en mi mano; acariciaba sus torneados muslos y creía tener a una mujer perfectamente formada pero en miniatura (Jenny, tan sólo medía 1,50 m de estatura y yo 1,85 m) sentí como se estremecía con cada masaje y caricia por sus pezones que parecían de acero, por lo duros que estaban; con ambas manos, una por atrás la otra por delante, toqué sus entrepiernas y por fin sentí lo que ya me imaginaba, todo el fondo de su short, estaba empapado; entonces tomé una de sus manos y la llevé hasta allí, y le dije "Siente esto, ¿Te estás mojando o no?" ; "Si papi, si, quiero majarme más", y volvió a cerrar los ojos esperando mis masajes; yo aprovechando esta situación, le advertí que si seguía acariciándola se mojaría toda la ropa interior. "Pero papi, a mi me gusta mucho, es muy rico, anda no seas malo, además necesitas mi líquido", me amenazó. Yo le dije "Bueno te seguiré acariciando, pero te sacaré un poco esto" dije mientras bajaba su short y quedaba ante mi vista su cuerpo, que estaba cubierto por unas bragas pequeñas, blancas de algodón, con mucha lentitud baje también sus braguitas hasta la mitad del muslo, el panorama era increíble, mi verga estaba a punto de estallar nuevamente; de pronto note que toda su vulva estaba embadurnada con un líquido cremoso que más parecía yogurt, un poco había quedado en el calzón más abajo.

Aquí haciendo un esfuerzo de desinterés, me paré para traer el tubo de ensayo y lo pase por la entrada vaginal recogiendo una buena cantidad de esa preciosa crema, pero le dije "Aquí hay un poco de líquido pero falta más" así que reinicié mis caricias, ahora levanté su t-shirt hasta el cuello y empecé a estrujar suavemente esas tetas, que más parecías tiernos melones pequeños y al mismo tiempo acariciaba la hendidura de entre sus duras nalguitas y pude sentir el pequeño orificio de su culito y más adelante estaba su vulva caliente y chorreando abundante líquido, con mi mano derecha muy suavemente empecé a acariciar su clítoris y con el dedo medio acariciaba la entrada de su conejito, de vez en cuando lo introducía un poco, y me sorprendía con la facilidad con que se introducía, tal vez por las masturbaciones anteriores; entonces introduje dos dedos y sólo llegaron hasta la mitad, ella dejó escapar un quejido de dolor, ahora sí sentía que la abertura era demasiado estrecha, continué con masajes en redondo que al producir más placer más se mojaba yo aproveche esto para tratar de introducir un tercer dedo, al principio fue difícil pero con mucha paciencia lo logré, no lo podía creer me arrodillé para masturbarla mejor y pude ver de cerca como mis tres dedos estaban enterrados en aquella vagina mojada pero irritada e hinchada por el esfuerzo, sus labios parecían que me abrasaban los dedos, de pronto sentí contracciones en los músculos internos de su coño, supe que estaba a punto de terminar, en efecto a los pocos minutos, se estremeció en orgasmo explosivo, apretando con su conejo mis dedos y con su eyaculación femenina, empapó toda mi mano.

Todo esto fue demasiado para mi, viéndola así con sus braguitas hasta las rodillas, el T-shirt levantado por encima de sus tetitas, todo su vello púbico mojado y brillante, su bellísimo rostro tirado hacía atrás con los ojos semi cerrados, casi en trance por el desgaste y agitación que le habían producido el orgasmo, ella se encontraba casi semi inconsciente, no resistí más, mi tremenda verga necesitaba esa deliciosa conchita, así que la tomé en mis brazos, la levanté en el aire y la llevé al filo de la mesa, la coloqué sentada, abrí sus piernas quedando expuesta su rosada y empapada vulva; luego tomé mi hinchado y latiente pene, lo dirigí hacía su conejito.

Ella de pronto tomó un poco conciencia y me preguntó "Papi, ¿Qué vas a hacer?" ; "Ahora tengo que hacerte masajes con esto, porque si no, te puedes enfermar, no ves que te haz mojado demasiado y tu vagina necesita urgente alivio, ya mis dedos no son suficientes" ; ella me contestó entre sueños "Pero papi, tu cosa me va a doler, no entrará en mi cosita, mejor no" ; "Bueno tu me pediste que te acepte como voluntaria y ahora ya no puedes quedarte así, necesitas otro orgasmo más fuerte para calmar a tu conchita" ; "Pero papi, yo ya sentí un orgasmo fuerte, tengo miedo" ; "No seas tonta, ya verás que después me lo agradecerás" y mientras hablaba con mis manos ya había ubicado el glande de mi verga cerca de su coñito, éste era tan pequeño que la cabeza de mi pene era más grande que toda su vulva entera; hasta llegué a pensar que mi intención de introducirla era imposible, creo que no podré meter ni siquiera la punta, la reventaré, pensé.

Ella empezó a temblar y el miedo dibujado en sus ojos que miraban fijamente mi tremenda polla, todo esto me excitaba cada vez más, mientras ella cerraba sus piernitas seguía implorando "Papi, mejor lo hacemos otro día, me va a doler mucho" ; "No, no espera un poquito" dije separando sus muslos nuevamente, coloqué la palpitante cabezota de mi verga que se encontraba morada por la presión de la sangre y goteaba sin cesar líquido espeso, yo embadurné con este líquido toda sus vulva, sus vellos quedaron empapados, esto ayudaría a la penetración pensé, no aguanté más y con el glande en la entrada de su caliente conejito empecé a empujar suavemente, pero no lograba nada, sólo apretar hacia adentro sus labios mayores y labios menores, como si en cada arremetida se fuese a introducir mi verga, con vulva y todo, dentro de su estrecha vagina "Papi, NO, por favor se me va a partir mi cosita, tu pene no puede entrar, es muy grueso, me duele mucho...por favor, ya no"; pero lejos de sentir compasión más me exacerbaba. Pensé, "tengo que comerme este conejito o muero en el intento" estaba casi fuera de mí. Como de pronto me di cuenta que Jenny soltó algunas lágrimas, esto me hizo cambiar de estrategia y comencé a frotar suavemente el glande contra su clítoris, sus labios y entrada vaginal, "Tu solamente relájate y siente, ya verás como después pedirás más" le dije amablemente; esto tuvo un gran efecto, dejó de llorar y todo su cuerpo empezaba a relajarse, se terminó de echar en la mesa y dejó sus piernas abiertas, de esta manera pude trabajar con libertad; cada vez que pasaba la punta de mi polla por su entrada vaginal empujaba un poquito, noté que ya estaba mojada, con mi mano derecha hice un esfuerzo, apreté lo más que pude mi glande y traté de introducirlo en aquella abertura que parecía cerrada, a pesar de algunos quejidos y protestas de su parte, logré por fin meter la mitad de la cabezota que ahora parecía un émbolo a punto de reventar a esa dulce y rosada vulva, su clítoris y sus labios menores habían desaparecido sólo se veían sus labios mayores sumamente distendidos, irritados y que forzados abrazaban la tremenda bola del glande de mi polla, empujé con más fuerza por fin vi desaparecer toda la cabezota dentro, era increíble; mi hija empezó a temblar y con los ojos entreabiertos y en blanco gritó "Papi, oh nooo..." y dejó salir un buen chorro de su líquido cremoso, que goteó hasta la mesa, mojándola.

En ese momento comprendí que el dolor se había transformado en placer, traté de seguir introduciéndola, metí con las justas cinco centímetros más y mi glande chocó con el fondo de su vagina, esto me desesperó, yo quería a toda costa meterla aunque sea hasta la mitad y sólo había conseguido enterrarla un cuarto de verga, era imposible, no había espacio, su pequeña vagina al ensancharse se había acortado en longitud, esto era lógico y me producía una calentura de locura, estaba a punto de correrme, vi a mi pequeña Jenny casi semi-consiente con la boca abierta y los ojos en blanco. Hice un esfuerzo sobrehumano para no terminar todavía. Lo logré, empecé a mover mi tronco dentro y afuera, pero en la tercera metida sentí de pronto como todo el cuerpecito de Jenny se convulsionaba y mientras se arqueaba en la mesa, sentí claramente sus músculos vaginales vibrar y contraerse, apretando aun más el pedazo de tronco que tenía introducido, supe entonces que estaba a punto de correrse y al escuchar sus delirantes suspiros "Oh Papi... Oh Papito, se va a reventar mi conejito... Oh Noooooo...." ; fue ahí, que tomé conciencia plena que, era mi verga la que estaba produciendo este tremendo orgasmo en la conchita de mi pequeña Jenny.

Esto fue demasiado para mi y sin quererlo me vine inmediatamente dentro de ese coñito precioso, pero mi instinto animal me hacía empujar, pero ya no entraba más, los fuertes chisguetazos de semen que inyectaba internamente la hicieron correrse nuevamente, pero al mismo tiempo me gritaba "Ahhh...Papi, ya no, sácamelo por favor, me duele" ; tuve que sacar un poco mi polla, porque sentí que ya no podía seguir eyaculando, estaba tapada, y es que en ese pequeño conducto ya no cabía más semen. Al fin terminé sacándola toda, la tome con las dos manos apretando fuertemente y siguió eyaculando chorros de esperma que fueron a parar hasta la cara y tetas y cuerpo de Jenny, terminé sentándome a un lado, en una silla y podía apreciar como manaba abundante semen del dilatado y enrojecido conejito de mi linda hija mientras ella continuaba tirada en la mesa semi inconsciente, como si la hubiesen torturado, pero con una sonrisa de satisfacción y felicidad dibujada en sus labios, sólo atino a decir finalmente "Oh Papi, que rico me haz hecho, eres el más bueno y más grande de toooodos los padres del mundo".

Ahora que reflexiono sobre todo lo acontecido, creo que sí, en verdad soy un padre ejemplar; por lo menos nadie podrá decir que no "quiero" a mi hija.

Por Sexviolador