Me llamo María, tengo 21 años y estudio literatura en la universidad. Las noches son mi refugio, cuando la casa está en silencio y puedo perderme entre las páginas de mis novelas de BDSM. Nunca pensé que alguien descubriría mi pequeño secreto, pero Carlos, mi hermano mayor de 25 años, lo hizo.
Nuestros padres decidieron tomarse unas vacaciones, dejándonos solos en casa. La ausencia de ellos no fue exactamente como esperaba: la nevera vacía, el olor a humedad en el aire, y el constante sonido de la televisión de Carlos retumbando en las paredes.
Sospechaba que Carlos había leído mi diario. Para descubrirlo, escribí una fantasía sobre ser dominada por él. Mi plan era avergonzarlo, pero Carlos es un rival astuto; me siguió el juego y dejó un contrato con todos los detalles de nuestra relación amo-sumisa dentro de mi diario.