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lunes, 30 de noviembre de 2020

Cinderella 2000

 

En el año 2047, el sexo está prohibido y el "Gran Hermano" utiliza robots para mantener el control. Una mujer intenta burlar al gobierno para poder estar con el hombre que ama.

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Sweet Chastity 1, Comix

 

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Mi gran amor


Sin duda alguna, lo prohibido es lo que más nos gusta a todos, o bueno, por lo menos a muchos de nosotros.

El querer algo que nos es imposible o por lo menos, muy difícil de obtener, le da ese grado de excitación extra a una situación que por si sola, ya es tremendamente excitante.

A mis 18 años de edad, había cultivado los últimos años de mi vida, una pasión verdaderamente enfermiza por mi hermana mayor.

Ella era bella de verdad. A sus 22 años, estaba convertida en un verdadero cromo de mujer.


Alta, con una personalidad avasalladora, facciones muy finas, senos medianos, una cintura breve, caderas totalmente proporcionadas a su espigado cuerpo y sin duda, las mejores piernas que he visto en mi vida, largas, torneadas con tobillos y pies perfectamente moldeados y desde luego, en conjunto, la mujer mas sexy que podía existir. Si sus medidas no eran perfectas, créanme que estaban muy, pero muy cercanas a serlo.

Ella era una obsesión para mí. Mi vida sexual era muy difícil, ya que ninguna mujer, por bella que fuera, me daba la satisfacción al hacerle el amor, que me brindaba el solo masturbarme hasta el cansancio pensando o viendo a escondidas a mi hermana.

No pueden imaginarse el suplicio que significaba para mí, verla con ropas minúsculas al estar en casa. Blusas cortas sin brassier, que dejaban ver sus extraordinarios senos coronados con pezones obscuros y duros, y con pequeños pantaloncillos que dejaban admirar sus preciosas extremidades inferiores o algunas veces, permitiendo observar que portaba un pequeño calzoncito que se perdía entre sus monumentales nalgas.

Obviamente, yo le conocía el cuerpo a las mil maravillas. La había espiado infinidad de veces al bañarse, al cambiarse de ropa, al estar plácidamente dormida, pero nunca, me atreví ni siquiera a rozarla o tocarla por el respeto que le guardaba por ser mi hermana, conformándome con colocar una pequeña cámara de vigilancia en la entrada del aire acondicionado de su recámara para observarla mientras dormía.

Ella, a pesar de que por su belleza, era tremendamente asediada por hombres de todas las edades, no tenía una pareja estable, ya que dedicaba su tiempo totalmente al estudio, lo que me permitía gozarla visualmente por largos períodos de tiempo.

Una noche, al llegar a casa, después de haber estado con mi novia en turno, me dirigí a mi habitación ya que por la hora, todos en casa estaban ya durmiendo. O al menos eso creí yo. Al pasar por la puerta de la recámara de mi hermana, me pareció oír ruidos extraños en el interior. Me había parecido oír un ahogado gemido.

Rápidamente pero sin ruido, entré a mi habitación, que por estar continua a la de ella y en un acto de verdadero deseo enfermizo, desde hacía dos años, había grabado a través de la camarita de video sus salidas del baño totalmente desnudas o el excitante ritual de vestirse, lo que me permitía masturbarme casi diario con su imagen.

Al encender el aparato reproductor, lo que mis ojos vieron por poco hace que yo me viniera de inmediato. Mi preciosa hermana, se encontraba totalmente desnuda, tumbada bocarriba en su cama, con sus preciosas piernas abiertas y apoyadas en las puntas de sus preciosos pies. Un artefacto de tamaño mediano entraba y salía de su vagina con ritmo acompasado, mientras su otra mano pellizcaba una y otra vez sus erectos pezones.

Su pecho abundantemente sudado, sus reprimidos gemidos, la velocidad con que metía y sacaba el juguete de sus entrañas , el ritmo acompasado de sus caderas, así como la posición de piernas y pies, me hizo llegar a la conclusión de que su rutina masturbatoria tenía ya un buen rato de duración y que estaba gozando hasta el cansancio..

Mi erección era tremenda. Sin pensarlo, saqué mi parado miembro de entre mis ropas empezando a masturbarme placenteramente, sin darme cuenta por mi estado de excitación, que estaba yo grabando esa deliciosa imagen que hizo me viniera salvajemente.

Todavía tardó un buen rato en terminar de disfrutarse, viniéndose una y otra vez. Al quedarse dormida totalmente agotada y relajada, fue cuando me di cuenta, que en un videocasete tenía yo una verdadera joya de la pornografía.

No dormí el resto de la noche. Me masturbé de nuevo gozando la película que involuntariamente había grabado, y pensando lo delicioso que hubiera sido entrar a esa habitación en ese momento.

A la mañana siguiente, yo desayunaba tranquilo cuando apareció ella en la cocina, vistiendo una ligera pijama de dos piezas, que aunque de mangas y pantalón largo, por lo delgado de la tela, dejaba adivinar que no tenía absolutamente nada debajo de la ropa.

Viéndola moverse mientras preparaba sus alimentos, recordé lo que esa finura había hecho unas horas atrás y mi excitación empezó a tomar forma de nuevo.

Después de tantos años de deseo reprimido, tenía yo alguna forma real de poder dominarla.

Ella, con su comportamiento habitual, se sentó a desayunar frente a mí, platicando de trivialidades cotidianas. Estábamos solos. Todos ya habían salido de casa, lo que de pronto sin pensar lo solté:

--Es delicioso masturbarse, verdad??---

El alimento se atoró en su garganta y abriendo los ojos con verdadera sorpresa preguntó:

--Que dices??--- No entiendo a que te refieres---

Mira—le dije—claro que sabes. Es necesario que te relate a fondo lo que hacías ayer por la noche??—

--Yo no hice nada!!—me gritó verdaderamente molesta al tiempo que se levantaba y se encaminaba de nuevo a su habitación.

Yo también me fui a la mía, convencido de que mi plan había fracasado, cuando oí que tocaban a mi puerta.

--Porque me dices eso??—me preguntó al abrir la puerta.

Pasa—fue todo lo que contesté, sintiéndome de nuevo dueño de la situación, e invitándola a sentarse.

Sin contestar sus preguntas, coloqué la cinta que había grabado la noche anterior, sin dejar de mirarla a los ojos.

Su reacción fue una mezcla de sorpresa y pena. Me recriminaba una y otra vez por haber violado su privacidad pero no apartaba la vista de la cinta.

Mira---le dije—sintiéndome triunfante y con una erección descomunal. –Desde hace años yo también me he masturbado pensando en ti una y otra vez. Creo que no tienes de que preocuparte si te portas bien conmigo. Pero si no, esa película navegará libremente por Internet. Que te parece??—

--Estas loco—comentó verdaderamente enfurecida. –Eres mi hermano—completó, al tiempo que levantándose se dispuso a salir.

--No te obligaré a nada,--le dije--- pero te recomiendo que estés pendiente de las páginas de e-mail, ya que empezaré por enviarla a mis amigos, que también se masturban pensando en ti--.

Esto último la detuvo en seco. Mi excitación fue suprema cuando con ojos llorosos me preguntó que tenía que hacer.

No le contesté. Me acerqué a ella, y apoyando su espalda contra el marco de la puerta, puse mis labios sobre su boca, mientras frotaba mi abultado miembro a su pelvis.

Si bien es cierto que ella me dejó hacer, su apretada boca y su ceño fruncido eran señal inequívoca de que no le agradaba para nada la situación.

Mi lengua consiguió que separara un poco los labios, lo que me permitió introducirla en su boca, y enroscar su lengua con la mía.

Ya una de mis manos, se había posado en su entrepierna por encima del largo pantalón de pijama, comprobando lo que pensaba antes. No tenía nada debajo.

A pesar de que su mano agarraba fuertemente mi muñeca, tratando de retirar la mano invasora, el apasionado beso empezó a dar sus frutos, cediendo poco a poco a mis manejos.

Sin dejar de acariciarla, la fui llevando hacia mi cama tendiéndola completamente bocarriba y desnudándome rápidamente, me tendí junto a ella.

Tomando una de sus delicadas manos, la obligué a que agarrara mi enorme pené, que ya para entonces goteaba secreción blanquecina copiosamente.

Que enorme la tienes—me dijo con voz de asombro y excitación. –Así me pones únicamente tu—le contesté.

Esta declaración yo creo que le agradó sobremanera porque todo el pudor que demostraba hasta ese momento desapareció de repente.

Quitándose la camisa de pijama, se incorporó para poder llegar con su boca a mi miembro chupándolo golosamente. Creo que alcancé la gloria en ese momento. Era una maravilla ver a esa preciosidad de mujer, tan deseada, mamando golosamente una verga, pero que además era la mía.

No pude más y un chorro abundante salió hacia su boca, haciendo que la leche escurriera por la comisura de sus labios, por no poder tragársela toda.

Saqué mi chorreante pene de su boca, y tendiéndola de nuevo en la cama, le quité los pantalones dejando al descubierto una rajada perfectamente cuidada y con vello púdico cuidado pero abundante.

Separé sus preciosas piernas, y perdí mi lengua en el interior de su vagina, encontrándola verdaderamente mojada por sus jugos.

Encontrar el erecto clítoris fue cosa sencilla, por lo que dediqué mis esfuerzos a lamerlo, chuparlo, mordisquearlo, lo que hizo que ella se excitara al máximo, gimiendo como loca, moviendo sus caderas al ritmo de mi lengua hasta alcanzar un orgasmo impresionante.

Ya para entonces, mi pene había alcanzado de nuevo su estado eréctil por lo que aprovechando que ella estaba todavía teniendo los últimos espasmos de su fuerte orgasmo, mi miembro inflamado al máximo, se perdió con gran facilidad en sus entrañas.

Ella me recibió enroscando sus preciosas piernas a mi cintura, acompasándonos en un movimiento verdaderamente exquisito. Parecía que habíamos cogido muchas veces antes.

Entrar y salir de su vientre, lamer hasta el cansancio los erectos y duros pezones, morder sus labios y su cuello, así como sobar con ambas manos piernas y nalgas, hicieron que se viniera una y otra vez , mientras la cambie de posición varias veces..

Créanme que tantos años de espera valieron totalmente la pena. Puse sus piernas en mis hombros, la puse de a perrito, con las piernas hacia un costado, dobladas hacia ella, en fin, me la cogí una y otra vez, hasta derramarme abundantemente dentro de ella que no tenía fuerza ni para moverse. Sólo gemía y gemía, viniéndose a cada cambio de pose.

Nos dormimos abrazados profundamente, hasta que desperté sobresaltado pensando que alguien podía vernos si llegaba, pero ya ella no estaba, y mi cuarto estaba cerrado.

Al buscarla descubrí que solo quedaba de ella su olor en mi cama y en mi miembro, ya que astutamente había sacado no sólo la pijama, que era lo único que llevaba puesto, sino la cinta comprometedora que había sido vehículo para saciar mis instintos..

Lo que se enteraría después, es que apropósito, había yo grabado el encuentro, lo que me permitió gozarla una y otra vez posteriormente a pesar de su inicial molestia y posteriormente sus súplicas..

Lo platicado, ocurrió hace 18 años. Hoy yo tengo 36 y ella 40. Ella se casó, tiene 3 hijos y yo sigo soltero totalmente enamorado de mi propia hermana, la cual sigue siendo mi amante y la sigo haciendo mía cada vez que quiero.

Cabe mencionar, que después de tantos años de esta incestuosa relación, si bien es cierto que mi hermana sigue estando en desacuerdo, ya no tengo que obligarla.

En otra ocasión tal vez les cuente, su noche de bodas que minutos antes de partir hacia su luna de miel y en plena fiesta, me la cogí rabiosamente. Por cierto, esta fue la primera vez que la penetré analmente.

Por Medico

miércoles, 25 de noviembre de 2020

Les folies d’Élodie (AKA Secrets of the Satin Blues, Naughty Blue Knickers)

 

Una hermosa joven descubre un apetito sexual ardiente mientras usa ropa interior azul satinada nueva. Resulta que la ropa interior tiene el mismo efecto en todas las mujeres que la usan, y de alguna manera encuentra su camino alrededor de un grupo de mujeres deliciosas con resultados desenfrenados y pervertidos.

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Swinging Island, Comix





Un Incesto Diferente


Parte 1

Nací y crecí dentro de una familia formada principalmente por mujeres, perdón se me olvido presentarme mi nombre es Cecilia, vivo con mi familia en Navojoa, Sonora, un lugar de la provincia mexicana.. Entre los dos me han inculcado una rígida educación moral, lo cual obviamente ha influido en mi forma de ser. Tengo 14 años y me considero toda una mujer, al contemplarme desnuda en el espejo observo mi cuerpo, y veo que se ha desarrollado completamente. Mis pechos y mis caderas han alcanzado ya el volumen de los de mi madre, que a pesar de los sencillos vestidos que usa, lucen exuberantes y frondosos. Nunca la he visto desnuda, aunque recuerdo que una vez, cuando era pequeña la sorprendí en su cuarto mientras se vestía, mi papá estaba a su lado, observándola absorto. Mi indiscreción provocó fuertes regaños y castigos; Quiero aclararles que hasta ese momento era virgen, al menos con los hombres, no vayan a pensar que lo he hecho con un animal, aunque lo imaginé alguna ocasión, cuando una amiga me narró cómo trató de... bueno. Pero, como les decía, soy virgen con los hombres pero me las he ingeniado para tener un compañero infalible cerca de mi todas las noches.

También, a escondidas de mis padres, he conseguido ver en Internet varias paginas porno donde he leído varios relatos en las que algunas lectoras se complacen a sí mismas o sus parejas hombres u otras mujeres les hacen el amor con consoladores o vibradores. De seguro ya lo adivinaron, perdí mi virginidad nada menos que con un trozo de manguera al que le adapté en la punta un tapón de corcho grande y redondo. Un día me llamó mi padre, me quería, como siempre, para que hiciera algo: Traer del pueblo un bulto de alimento para los pollos. Al llegar a la veterinaria y pedir el bulto de alimento vi cómo don Pancho, uno de los vaqueros, cortaba un grueso pedazo de manguera para una señora. Lo enrolló con muchos trabajos para terminar de amarrarlo con un mecate; después de un bote sacó varios tapones de corcho que la señora media hasta que uno le quedó a una botella de boca ancha. Después de pagar el bulto le pregunté a don Pancho si podía darme una muestra de esa manguera para mi padre, porque necesitábamos reemplazar una que se habla agrietado. Cortó un tramo como de treinta centímetros, sentí que las rodillas se me doblaban cuando lo tomé en las manos. Qué cara pondría que don Pancho me preguntó si me sentía bien, le contesté que sí, -es que pareciera que te vas a desmayar niña, has de estar en tus días, igualito se pone mi hija-, -Sí, ha de ser eso señor-, le contesté. Casi salía cuando recordé el tapón de corcho.


El tapón salió gratis de lo pálida que me vio salir. Con eso armé mi consolador. Al llegar a casa no podía ni hablar, apenas eran las tres de la tarde y ya quería que fueran las siete para irme a acostar y cambiar mis dedos por la gran caricia de ese trozo de plástico que haría las delicias para mí. Para colmo de males ese día fue una prima a visitarme. Fuimos al río, y mientras paseábamos me contó cómo se había ido por ahí de loca con su novio. Me contó la forma cómo le chupaba los pechos y cómo se sienten los testículos de los hombres. Eso me puso peor de lo que ya me sentía, más excitada, pero ni modo de decirle que pensaba entregarle mi virginidad a un trozo de manguera. El destino estaba de mi lado, me pidió que le guardara un paquete durante un tiempo, y lo metió en mi chamarra. En la noche, por fin, después de cenar me despedí y me fui a mi cuarto. Saqué de la chamarra el paquete que me había dado a guardar mi prima, y curiosa lo abrí. No podía creer lo que veía: eran varias cajas de condones. Me desnudé y fui a lavar muy bien el corcho y la manguera con agua caliente y jabón.

Ya me sentía muy húmeda, con el frío que hacía, los pezones se me levantaron y me los apreté... iba a hacer realidad mi sueño. No sin trabajos logré ponerle el corcho a la manguera. Ya estaba a punto de meterme a la cama con mi consolador improvisado cuando tuve una brillante idea... Recordé los condones que me había dado a guardar mi prima y decidí enfundarlo en uno.

Lo que sigue ya se lo imaginarán, entre el lubricante del condón y mis jugos vaginales, el tosco consolador se fue deslizando dentro de mí como un cuchillo en mantequilla. Cuando ya no me cupo un centímetro más lo saqué y volví a meterlo muy despacio, lentamente fui encontrando el ritmo, la velocidad, los movimientos, todo lo que me hacía sentir que estaba acercándome al éxtasis. Tocaba mi clítoris, enroscando mis dedos entre los vellos, tirando de ellos hasta que me vine ahogando mis gritos en la almohada.

Terminé rendida, pero no quería sacarlo, lo apreté más y me quedé dormida con él en mi interior. Desde entonces lo he usado infinidad de veces. Pero eso cambio gracias a mi tía Imelda. Nada hacía presagiar que mi yo interno me dijera que mis gustos estaban dirigidos hacia personas de mí mismo sexo. Tenia mis amigos como toda niña de mi edad pero ninguno me atraía como para pensar que me enamoraría de alguno de ellos. Varias de mis amigas, tenían sus novios, pero a mi no me quitaba el sueño tenerlo esto, no sé si por que estaba demasiado, ocupada en mis estudios.

Pero eso cambio cuando conocí a mi tía Imelda, ella es hermana de mi madre, tenia veinte años, era soltera y tenia un cuerpo muy bonito, pechos pequeños, cintura estrecha, nalguitas paradas, y sobre todo unas piernas que envidiaría cualquier actriz. Nunca le conocí novio ni amigos, la relación entre las dos era muy buena, una tarde me invito a ir de compras, no tenia ni idea de lo que ocurriría. Caminábamos por el centro de la ciudad, y nos pusimos a mirar la cartelera de un cine, la película parecía interesante, compramos las entradas y entramos. Aun no comenzaba, las luces estaban encendidas por lo que buscamos unas butacas para

ver cómodamente. Al rato las luces se apagaron. Primeramente empezaron a mostrar comerciales, en la fila en que nos encontrábamos no había nadie más, hacia adelante había por lo menos tres filas y hacia atrás otras tantas que estaban desocupadas. Ya estaba por comenzar la película. Mi tía se sentó un asiento mas allá de donde yo estaba y puso unos paquetes entre ella y yo. Después de un rato cambio los paquetes de lugar y se sentó a mi lado, yo no le di importancia hasta que empezó a poner su brazo donde yo tenía apoyado el mío, molestaba en ese pequeño espacio tener las dos el brazo puestos, el de ella y el mío. Le miraba de reojo por sí sacaba su brazo, pero ella como si nada, incluso me dirigió su mirada y se sonrío. Yo estaba muy sorprendida así que la mire y le sonreí, Con lo que me estaba sucediendo casi ni me estaba preocupando mucho de la trama de la película, trate de prestarle atención, cuando sentí que mi tía Imelda acercaba mas su brazo al mío, y después sentí que su mano se acercaba a mi rodilla. Me miro y volvió a sonreír, en realidad en ese momento me sentí cohibida, no sabia como reaccionar. Ella tenia la mirada en la película, acerco mas su mano a mi rodilla y yo trate de alejarme hacia el lado opuesto de ella, pero ella se acercó mas a mí.

Ya luego, mirándome acerco su mano y sin más la coloco sobre mi rodilla. Yo estaba temblando de miedo. Suavemente empezó a subir mi falda y tomo mi rodilla desnuda empezó a acariciarla muy suavemente su mano se dirigió hacia el interior de mi muslo, se sentía muy caliente la deslizaba muy despacio hacia mi entrepierna, yo estaba muy asustada y volteaba a ver quien se encontrara cerca. Estaba temerosa pero tan poco así nada quería ver hasta donde llegaba la audacia de mi tía Imelda para tocarme tan impunemente, me miro y sonrió nuevamente ahora paso su mano por detrás y rodeaba mis hombros al tomarme por el hombro contrario a ella, hizo que me acercara y con su otra mano, tomo nuevamente mi rodilla empezó a subir mi falda. Acariciaba suavemente mi muslo y su mano llegaba ya a mí entrepierna, yo me estaba empezando a sentir excitada ante semejantes caricias. Su mano llegó finalmente a posarse sobre mi panochita, por encima de la pantaleta, empezó a acariciarla, sus dedos expertos sabían como hacerlo. Yo trataba de mirar la película. pero esas caricias lo hacían imposible, de pronto su mano subió y se metió por entre el elástico de mi pantaleta y mi estomago, sentí su mano acercarse a la entrada de mi panocha. Revolvía mi matita de pelillos púbicos y acercaba su dedo medio a la entrada de mi panocha. Abrió mis labios vaginales y lógicamente se entero de mi humedad, sonrió y acerco su cara a mi oído y dijo: -acércate mas acá. Mi amor’- No sé si me tenia hipnotizada o que, pero le obedecí y me acerque hacia ella. Su mano rápidamente tomó firmemente posesión de mi panochita. Su dedo acariciaba dulcemente la entrada de mí panocha e ingresaba suavemente hacia el interior, los jugos de mi panocha hacían que su dedo entrara con mas suavidad Me sentía transportada hacía otro mundo, sus caricias me estaban haciendo cerrar los ojos y apretar los dientes para no exclamar ningún grito de placer. su otra mano bajo de mi hombro y se acercó hacia los botones de mi blusa, los desabrocho y acerco su mano a mi seno izquierdo, sentía mi pezón duro, excitado. Mi pecho estaba totalmente excitado,

Sentía el corazón acelerado al máximo, por todo ello echaba mi cabeza hacia atrás y me sentía transportada a las más deliciosas sensaciones -Levántate un poco!- Me pidió mi tía Imelda. Lo hice y. al instante, empezó a bajar mi pantaleta luego la sacó de mis piernas y quede cubierta sin nada mas que mi falda. Abría las piernas para que su mano acariciará mas profundamente en mi panocha. Ya sus dedos llegaban a mi culito, y aprovechando que estaba totalmente mojada, su dedo se dio a entrar por allí, sentía como ingresaba sin mucho dolor. Mi tía Imelda no resistiendo mas, se hincó entre mis piernas y se dio a lamer mí panocha. Su lengua era ardiente, lamía como una experta, me recorría entre la panocha y el ano; puso mis piernas sobre sus hombros. Lo que le dio mayor visión de mi panocha y culito.

Oooohhhh que manera de hacerlo... mmmmmhhhhh estaba tan ríiiícoooo, !Lámeme mas adentro!- Le rogaba calladamente, para no despertar sospechas entre los demás en el cine. Ella no se hacia de rogar y metía casi toda su lengua dentro de mí panocha. Chupaba mis juguitos con sumo deleite, se los devoraba

;Ahhhhhhggg... lame.., lame... lámelo... más.., más... tómalo... tómalo... ya llega... tómalo... chúpamelo mas fuerte. Aaaggggghhhhh uuuuuhhhhmmmmm, le decía quedamente y quedé totalmente exhausta con mí panocha totalmente excitada y mojada. Mi tía Imelda, arregló mi falda, se ordenó ella, me limpio los muslos con mi propia pantaleta, y las guardo en su bolso. nos levantamos y salimos del cine. Durante el regreso a la casa no comentamos lo sucedido. Ese día supe que me gustaban las personas de mí mismo sexo, definitivamente una maravillosa e inolvidable forma de saberlo, nunca olvidaré a mi tía Imelda.

Parte 2

Después de lo sucedido Con mi tía Imelda y de masturbarme con mi consolador, nuestro padre me dejó ir con mi hermana, Sandra, de vacaciones con unos parientes a Hermosillo, mi hermana Sandra es menor que Yo por 2 años, es morena, con un cuerpo apenas en desarrollo, todavía lo tiene de niña. Nos llevábamos muy bien, nos contábamos todo, incluso le conté lo sucedido en el cine con la tía Imelda, a partir de ese día ella me hacia preguntas sobre sexo, le llegue a mostrar mi consolador y le enseñe a masturbarse, recuerdo la primera vez que lo hizo.

Esa noche nuestros padres salieron, era muy raro que nos dejaran solas, así que después de cenar, nos dirigimos a mi cuarto, me desnude por completo, Sandra no dejaba de mirarme, comencé a pellizcarme los pezones, hasta que estos se pararon, luego seguí hasta tocar mi panocha, estaba húmeda y metí un dedo, así estuve un rato, de pronto se me ocurrió una idea, - Sandra, pásame la caja que estas bajo la cama-, ella lo hizo sin preguntar y cuando me la dio, saque el consolador, abrió los ojos, luego me recosté en la cama y abrí las piernas, dejando mi panocha a su vista, -métemelo, por favor-, le dije, -pero esta muy grande, te vas a lastimar-, me respondió. Por toda respuesta la tome de la mano y la puse sobre mi panocha, la cual esta super húmeda, -no te preocupes-, ella tomo el consolador, le enseñe a ponerle el condón era el ultimo que me había dado a guardar mi prima, luego se coloco entre mis piernas y puso el consolador en mi panocha, empuje la cintura hacia arriba, metiendome un trozo, luego Sandra logra meterlo todo, comenzando un mete y saca que me hace gritar de gusto, - Aaaggggghhhhh uuuuuhhhhmmmmm, asiiiiiiiiiii, no te detengas-, le decía gritando como loca, ella por su parte lo hace mas rápido mientras Yo muevo las caderas y pellizco mis pezones, siento que me muero, por fin tengo mi orgasmo y me quedo quieta con el consolador dentro.

Cuando recupero el aliento Sandra me dice sorprendida, -estas bien-, le contesto que estoy mejor que nunca, -quieres probar-, -no eso me partiría en dos, es muy grande para mi- me responde-, -no te lo meteré, solo te enseñare a masturbarte- y sin darle tiempo de responder, tome su vestido por abajo y se lo quite, Sandra quedo en corpiño y pantaleta, la acosté en mi cama y le quite el corpiño, metí mis manos en su pantaleta, de algodón con florecitas, y se la quite, tenia su panochita libre de pelitos, le tome su mano y se la pase por sus pezones, Sandra cerro sus ojos y se dejaba llevar, pronto se le pararon, luego baje su mano por su vientre hasta llegar a su panochita, hice que se sobara el clítoris y se metiera un dedo. Pronto ella lo estaba haciendo sola, así que me senté a su lado observándola, ella gemía, -aaaaaaghhhh, mmmmmmm-, Yo por mi parte también me masturbaba, las dos gemíamos sin importarnos que nuestra hermana menor se diera cuenta de lo que hacíamos, era un concierto, -quee ricooooo es estooooo-, ella decía, nos corrimos juntas. Yo quise comerme esa panochita, hacerle sentir lo que mi tía me había hecho sentir a mi, pero en ese momento escuchamos la puerta, eran nuestros padres que habían vuelto, ella se puso su vestido y salió corriendo a su cuarto, Yo por mi parte me hice la dormida. Cuando escuche que mis padres entraron a su cuarto, tome la pantaleta de mi hermana y la olí, así me quede dormida.

Al día siguiente, mientras desayunábamos, nuestro padre nos dijo que tenia que hablar con nosotras dos, Yo creí que mi pequeña hermanita nos había delatado, nos pusimos nerviosas, el dijo-he pensado mandarla un tiempo a casa de sus tíos a Hermosillo, eso como premio de sus buenas calificaciones-, el escuchar eso nos devolvió el alma al cuerpo, nos alegramos y corrimos a preparar las maletas. En la tarde nos llevaron a la central de autobuses y nos subieron a uno, el cual estaba casi vació, nos sentamos en la ultima fila, cerca del baño, Sandra se mareaba muy fácil cuando viajábamos, el autobús comenzó andar y pronto la ciudad quedo atrás. Sandra iba mirando el paisaje, los de mas pasajeros estaban en sus propios asuntos, Yo estaba caliente todavía por lo de la noche anterior, así que se me ocurrió una idea.

Me acerque mas a mi hermana y puse mi mano sobre su pierna, Sandra se sorprendió al notar los dedos explorando sus piernas. La primera reacción de Sandra fue la de retirar mi mano de su pierna, le susurre al oído, -no te preocupes, nadie nos ve, nuestros asientos quedaban casi ocultos-, me miro directamente a los ojos, estaba a punto de decirme algo, cuando mi mano llego a su pantaleta.

Dio un respingo, en ese momento supo que no era buena idea negarse. La mire a sus ojos, brillaba el deseo. Mis dedos le masajeaban la panocha con delicadeza aunque con insistencia. Sus labios estaban húmedos. Seguro que la excitaba mi forma de hacerlo. -Por favor... -, Fue casi un susurro, mientras que cerraba sus piernas lo más que podía de poco servía, pues mi mano estaba bien enterrada en su panocha, mis dedos frotaban una y otra vez su clítoris a través de la pantaleta. Su vulva, comenzó a hincharse, como cuando se masturbaba. Me miró furtivamente, Yo parecía ajena a todo lo que mi mano hacía, mirando hacia otro lado. Pero mis dedos seguían el ritmo que habían iniciado. La sensación de calor empezó a hacerse más fuerte, ya no podía negarlo: estaba excitándose, y de una forma que nunca antes había experimentado. Desesperada se movió, sus piernas se abrieron más. No se dio cuenta de que las tenía completamente separadas, mi mano insidiosa obraba con total libertad. Miró a su alrededor. La mayoría dormitaba, el resto no miraba ni remotamente en nuestra dirección, solo rostros aburridos. Comprendió que no había de que preocuparse, y dejó que mis dedos de fuego siguieran frotando su pantaleta, mojada ya por sus propios fluidos.

Sandra empezó a mover la cintura adelante y atrás, muy suavemente. Por un momento empezó a gustarle aquella situación, le gustaría venirse bajo la masturbación a la que la sometía. Su excitación era demasiado intensa. Nada importaba, solo seguir sintiendo mis dedos en su gruta. Siguió moviendo su cintura. La mire por un breve instante. Una fugaz sonrisa de comprensión apareció en sus labios, luego volvió a hacerse la desinteresada, aunque la intensidad y rapidez de los movimientos de su cintura aumentó. Sandra pasó de una reacción inicial de rechazo a una aceptación y atrevimiento total, mientras mis dedos se movían sobre su panocha. De repente hizo algo que me sorprendió, llevo sus manos a la cintura y alzando su falda tiro hacia abajo su pantaleta, la tenia ahora en las rodillas, rápidamente se la bajo hasta los tobillos acabando por quitársela, metió en su bolso y se sentó. Nadie se había percatado de lo que había hecho, Nadie excepto Yo, por supuesto, que sorprendida, contemple de reojo la operación.

Sandra abrió las piernas, invitándome a proseguir el juego. No la hice esperar, mis dedos ahora empezaron a hurgar en su interior, mojándose a medida que la frotación continuaba. Emitió un suspiro inaudible, empezando a moverse de nuevo. Aquello era el delirio. Nunca había imaginado que pudiera ocurrir algo así, pero ahora no quería que acabase nunca. Se movía cada vez más rápido, como mis deditos juguetones, que pasaron a moverse de forma circular, rápidamente, con los movimientos exactos que la propia Sandra utilizaba para llegar al éxtasis cuando se masturbo. El orgasmo no se hizo esperar, llego en lentas oleadas de placer intenso, húmedo y caliente al mismo tiempo. Empezó a temblar de gusto. Muy pronto se derramo sobre mi mano tan cachonda que apenas podía controlarse. Mordiéndose los labios para no gritar de placer, apretando entre sus puños su falda, se vino como nunca en su vida lo había hecho. Sintió el orgasmo empezando en su vagina y expandiéndose por todo su cuerpo. Otro gemido involuntario que no pudo impedir escapó de su garganta en el momento en que pequeños chorritos de flujo vaginal escapaban de panocha, dejando bañados mis dedos que se movían velozmente sobre su jugosa fruta. Casi perdió el conocimiento por el intenso placer.

Poco a poco se fue relajando, mis dedos aflojaron la presión, hasta separarse definitivamente de ella. Entre suspiros, limpie mis dedos en un pañuelo mientras me relamía los labios ante lo que había provocado en ella. Nos miramos, ahora tranquilas. Una mirada de comprensión, de agradecimiento mutuo. Sandra me dio las gracias y un beso en la boca, que me calentó mas, mis pezones se marcaban en mi blusa, me dolían por la caliente que estaba, mi pantaleta estaba muy húmeda, Sandra quiso hacerme lo mismo pero le dije que ya tendríamos tiempo, Yo traía puesto un pantalón, además quería comerme esa panochita y que ella hiciera lo mismo, mientras olía el pañuelo con sus jugos. Nos quedamos dormidas hasta que llegamos a Hermosillo.

Cuando llegamos a Hermosillo nos estaba esperando nuestros tíos, después de los saludos de rigor nos dirigimos su casa, durante el trayecto nos preguntaron que si como había estado el viaje, Sandra y Yo nos volteemos a ver y nos sonreímos, fue una sonrisa de complicidad. Cuando llegamos a la casa, nos enseñaron el cuarto que nos habían preparado, el cual era amplio y quedaba algo retirado de las demás habitaciones, nuestro tío no dijo –disculpen esta muy retirado, pero creo que se la pasaran mas cómodamente, además tiene baño propio-, claro que ha nosotras nos encanto, luego nos dejaron sola para que pudiéramos descansar. Sandra dijo que le gustaría bañarse primero, mientras ella lo hacia Yo acomode la ropa, cuando termine me dirigí al baño, justo cuando entré ella salía de la ducha y se secaba con una toalla blanca. Me saludo con picardía y me quedé pasmada al verla tan de sensual, solo envuelta en esa toalla.

Mientras se secaba me dejó ver sus bellísimos pezones parados, su cabello mojado le caía sobre los hombros y jugaba con la toalla para no dejarme ver mucho.

-¿Te gusto? -me preguntó.

-Estás buenísima -no pude contenerme en responderle y me acerqué decidida a todo.

-¿Te provocó? -insistió.

-A que te beso -le respondí y la tomé por los cabellos como para besarla.

Fue entonces cuando mis instintos me dominaron. La tenía tomada por lo cabellos por lo que la bese justo en la boca. Ella no opuso resistencia, se me entregó en un beso apasionado. Nuestras lenguas se entrelazaron descubriendo cada rincón de nuestras bocas. Seguí por su cuello hasta llegar a sus senos. Olía divino, sabía a pasta dental y respiraba entrecortado. Así nos recostamos en la cama y ya encima de ella besé sus pezones deliciosos. Sé que Sandra estaba tan excitada como yo. Se me salió el instinto lésbico y con mis uñas la rasguñé suavecito por el vientre. Ella me abrazó duro y me besaba locamente, nos empezamos a acariciar con lujuria y a saborearnos todo. ¡Qué senos más ricos, cabía casi todo y mi boca se daba un manjar que no quería abandonar!

Ella estaba entregada. disfrutándome, chupaba mis senos, metía sus manos bajo mi pantalón buscando mis nalgas. Me desvestí en dos movimientos, nadie impediría experimentar esa fantasía que tanto me rondaba por la cabeza. no aguante más y me fui a chupar esos labios que empezaban a destilar ese flujo rico donde flotaba su clítoris hinchado. Por pura inercia nos envolvíamos en un 69 fantástico. Le metí la lengua suavecito hasta el fondo. Con mis dedos le abrí la concha y le pasaba la lengua por esos lugares que la hacen a una gemir de puro placer, Yo como mujer sabía bien dónde y como la haría venir. Mis toques delicados y certeros la hacían contonearse de placer a la vez que intentaba darme batalla metiendo dos dedos en la panocha con firmeza y ritmo, eso fue riquísimo. Así estuvimos cambiando de posiciones, la puse de espaldas y chupe sus nalgas, clavé mi lengua justo en su ano, mientras le saboreaba su panocha caliente.

Sandra aullaba de placer, -aaaaaugggggg, queeeeee ricoooooo, sigueeeee, no te detengasssssss hermanita, me matas-, mientras Yo seguía gozando de sus dedos en mi panocha.

Seguimos experimentando poses, caricias, mordidas y besos, hasta que nuestros sexos se pegaron uno contra el otro con las piernas entrecruzadas, moviéndonos como locas, presionando con fuerza. Subíamos y bajábamos ya gritando de placer para terminar en un éxtasis orgásmico que duró casi un minuto entero.

Así quedamos abrazadas una con la otra, por un rato no hablamos nada, luego Sandra me dijo que le había parecido increíble lo que había sentido. Yo le confesé que así también había sido mi primera vez, y que además estaba dispuesta a hacerlo con ella las veces que quisiera y sin ningún tipo de rollos ni prejuicios, además de seguir siendo su hermana y amiga.

No vestimos, y fuimos a cenar, esperábamos que alguien no digiera algo, que a lo mejor nos hubieran escuchado, pero le cena transcurrió normal, con excepción de que nuestra prima no estaba en casa, se había quedado a dormir con una amiga. Nos despedimos u nos fuimos de nuevo a nuestro cuarto, vimos un poco la televisión. Le dije a Sandra que ahora me tocaba a mi darme un baño, que falta me hacia, me dijo que si quería me acompañaba con una sonrisa picara, nos desvestimos y después comenzamos a besarnos y terminamos haciendo el amor otra vez pero ahora en el baño, bajo el agua tibia, tocando nuestros clítoris con la intensidad exacta para venirnos juntas en el suelo, llorando de placer y restregando nuestros cuerpos húmedos uno contra el otro en busca de más placer, cosa que no fue difícil porque la tercera venida fue la mejor de todas.

Por fin nos acostamos y nos quedamos dormidas, seguras que esas vacaciones gozaríamos mas, además todavía no habíamos visto a mi prima, por cierto es la que medio a guardar los condones, así que ya se imaginaran cuanto deseo tenia de verla.

Parte 3

Como les conté en los relatos anteriores, Yo era una chiquilla muy caliente que me divertía con un consolador que fabrique, luego mi tía Imelda me inicio en las relaciones lésbica, eso me animo a seducir a Sandra, una de mis hermanas. Pero ahora quería cogerme a mi prima Laura.

Laura era la prima que me dio a guardar los condones, y que me platicaba lo que hacia con su novio, durante las vacaciones no tuve oportunidad de estar con Laura, por que ella estaba en cursos de verano debido a que andaba mal en los estudios. Así que apenas tuvimos tiempo de platicar, le conté lo del consolador y lo de la tía Imelda y lo de Sandra, eso la puso muy caliente, quería saberlo todo con lujos de detalle. Al día siguiente Laura me confeso que esa noche se masturbo pensando en lo que le conté. Quería saber que se sentía con una mejer, ella lo había hecho con su novio, bueno exnovio. La oportunidad se presento un fin de semana en que mis padres vinieron a hermosillo, planeaban ir a Tucson, Arizona, de compras. Mis tíos también se animaron, en eso Laura dijo que ella no podía ir por que tenia que estudiar, ella mi guiño un ojo, Yo por mi parte dije que quería quedarme con ella para no dejarla sola, mis padres no estaban del todo de acuerdo, pero mis tíos los convencieron diciéndoles que ya estábamos grandes y nos cuidaríamos además que solo seria un fin de semana. Sandra intento quedarse, sabia lo que pasaría, pero no la dejaron.

Cuando nuestros padres se fueron, Laura me dijo que estudiaría un rato y se fue a su cuarto, Yo me quede viendo la tele casi todo el día, luego ella salió diciéndome que tenia que ir a la casa de una amiga, Yo comencé a creer que ella tenia miedo de estar a sola conmigo, pero estaba equivocada. Cuando Laura regreso traía un película, Yo estaba en mi cuarto, me hablo a la sala y me preguntó si estaba lista para comprobar lo que le conté,

-Hasta pálida te pusiste, querida-, exclamó con una sonrisa de oreja a oreja, "vamos a ver si todo lo que dices es cierto o se trata sólo de mentiras-.

Al sentarme en la sala noté que el televisor estaba encendido, comenzaron a aparecer rayas, luego las barras de colores de las películas. Era una cinta porno, muy porno, apenas si había tenido contacto con ellas. Era una cinta de bisexuales.

Se me cayó la mandíbula al ver lo que se hacían dos mujeres con largos penes de hule introduciéndolos por sus panochas y después llenando sus culos con bolitas ensartadas mientras le chupaban el pené a dos actores muy guapos y bien dotados.

De pronto apareció una escena grotesca en la que una mujer, de espaldas sobre una mesa, era penetrada por la boca y por atrás por dos hombres, lógico, pero lo más increíble era que el que se la metía por el trasero era penetrado por otro hombre. Ni siquiera podía moverme del sofá, era como si una fuerza invisible me mantuviera pegada al asiento.

Entonces sentí la presencia de Laura. Al voltear hacia arriba tenía su cara encima de la mía. la bese en la boca y no pudo resistir corresponderme, sus besos eran mejores que los de Sandra.

La lengua de Laura llegó a tocar mi garganta, eso me encantó, mis manos tomaron delicadamente su rostro, su cuello y se deslizaron por encima de sus pechos, entonces trato de retirarlas. Laura tenia puesto una blusa y un pantalón entallado, le quite la blusa y el brasier y pude ver sus senos. Sus senos eran mucho más grandes que los míos, más firmes y sus pezones eran de un color canela mientras los míos estaban teñidos de rosa pálido.

Laura reclinó mi cabeza sobre el respaldo del mueble y puso sus pechos encima de mi boca. -Chúpalos-, dijo excitada, -chúpalos -, Sus palabras me causaron excitación, la obedecí en el acto. Me sentí como un bebé, manso y hambriento.

Mientras le besaba y chupaba los pezones, Laura me desabotonó el vestido, colocó mis pechos encima de las copas del sostén y agachó la cabeza para hacer lo mismo con los míos; después, con movimientos ansiosos me quitó el bikini y comenzó a acariciarme suavemente el pubis, rozando mi clítoris inflamado. Para ese momento yo estaba totalmente húmeda, excitada, y cuando, tirando de mis labios mayores, me dio delicados pellizcos con sus afiladas uñas, yo lo único que deseaba era que me metiera uno de sus dedos, lo que finalmente hizo al tiempo que me daba un profundo beso en la boca. Gemí ante su invasión y le apreté un pezón, ella también hizo un ruido de gusto.

Estando desnudas las dos, tome la iniciativa, la tumbe en el piso y le bese los muslo hasta llegar a su panocha virgen, en el terreno lésbico, y mame su clítoris, Laura cerro sus piernas sobre mi cabeza mientras que gemía de gusto –aaaaoooo, uuughhh, que rico, primita me matas-, le hice tener un verdadero orgasmo, no como los que tenia con su exnovio.

Creí que eso seria todo, pero ella se levanta y me dijo, -primita me hiciste tocar el cielo, no se como pagártelo-, sonreí mientras le dije –creo que Yo si se como puedes pagármelo-, y le señale mi panocha, ella sonrió. Me puse en cuatro patas sobre el sofá y Laura se puso detrás de mi, con sus manos abrió mis nalgas y paso su lengua por el canal que las divide, toco mi culito y hizo que mi piel se enchinara, siguió hasta llegar a mi panocha y comenzó a mamar como una experta, tuve que morder el sofá para que mis grito no se oyeran hasta la calle, -mmmm sigueeeee, quiero massssss- caí desfallecida después de mi tercer orgasmo, no podía ni moverme, estaba con los ojos cerrados cuando Laura me dijo que todavía faltaba una sorpresa mas, se dirigió a su cuarto, cuando regreso traía un consolador pegado en su cintura, se parecía al de la película, media como 20 cms y parecía una verga verdadera, aunque Yo todavía no había visto una en persona.

Se coloco de manera que la verga se puso en la entrada de mi panocha y comenzó a meterla lentamente poco a poco, eso me dolió –ahhhhh, eso duele, sácamelo, Laura por favor sácamelo-, pero ella no me hacia caso al contrario lo metía mas, -aguanta, Cecilia, luego te gustara-, y me lo metió todo. Sentí que me partía en dos pero luego cuando comenzó a meterlo y sacarlo le agarre el gusto, luego me puso en cuatro patas y me penetro por atrás mientras que me picaba el culo con sus dedos, los gritos se debieron de oír en la casa vecina, -ouggggg, queee ricooooo sigueeeeee-.

El placer que sentía en ese rato en inenarrable; la verga de hule en mi panocha, los dedos de mi prima Laura en mi culo y los míos en mis pezones. Tuve como cinco orgasmo seguidos, cada uno mas intenso que el otro.

Laura me pidió que la hiciera gozar, y me coloco el arnés, queriendo cobrarme el dolor inicial se lo metí en el culo de un solo golpe, pero cual seria mi sorpresa que se le fue como cuchillo en mantequilla, ella me dijo luego que su novio se la había metido por ahí. Ella comenzó mover la cintura en círculos mientras que Yo metía y sacaba la verga de su culo, entonces me dijo algo que no creía.-primita nalguéame, pégame-, así que le comencé a dar de nalgadas, cada vez mas rápido y fuerte, hasta que las tenia completamente rojas y alcanzo su décimo orgasmo. después de eso caímos rendidas y nos quedamos dormidas hasta la mañana siguiente.

Cuando nos despertamos estábamos adoloridas y mas que satisfechas, nos bañamos y luego salimos a pasear, Laura me llevo a conocer a mis otras primas, bueno primas lejanas, casi todas estaban de muy buen ver. Al día siguiente llegaron nuestros padres y creí que tendría que regresar a Navojoa, pero entre mi prima Laura y Yo convencimos a mis padres para que me dejaran y así poder estudiar la prepa. Sandra quiso quedarse pero le dijeron que no, por que nuestra otra hermana se sentiría muy sola.

Por Ana Cecilia Cordova

martes, 24 de noviembre de 2020

Serena The Sexplorer

 

La lujuriosa y deliciosa visitante interestelar Serena viene a la Tierra para satisfacer sus más profundos deseos en esta erótica historia.

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Inglés

The Family Hike, Comix

 

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Devoradora de adolescentes


Hola, me llamo Susana, tengo 41 años de edad, a la carencia de amor en mi vida he sabido hacerle frente, nunca fui feliz hasta hace tres años cuando descubrí que los adolescentes pueden amar de forma más ardiente, sincera y desinteresada que los hombres adultos, que sólo buscan conveniencia económica o sexo rápido, hoy en día solo tengo relaciones sexuales con chicos entre los 13 y 15 años, ni más ni menos, a esa edad son más dóciles y hacen todo lo que una les diga, pero empezaré contándoles desde que era adolescente para que sepan el porqué de mis gustos, cuando tenía 14 años fui violada por un viejo que para evitar la cárcel se casó conmigo con la aprobación de la familia , ya que ellos no deseaban ser el punto de habladurías y cosas por el estilo. Mi tristemente esposo tenía una excelente posición económica, razón por la cual a mi nunca me faltó ningún bien material, pero lamentablemente la carencia más importante de mi hogar fue el amor, mi esposo siempre se desentendió de mi, fue mujeriego, malhumorado, aunque nunca me maltrató físicamente tampoco se preocupaba por mis deseos, cada cierto tiempo me violaba, en otras palabras cuando a él le venían ganas de hacer el amor, lo hacía y ya. Era de los tipos que dejan abandonada a su mujer meses enteros, mirando las cuatro paredes de la casa, sin salir ni divertirme por temor a que él llegara en cualquier momento. Pero cuando él llegaba siempre deseaba que yo camine desnuda por la casa, y yo tenía que cumplir, no importaba si era verano o invierno, tenía que quitarme la roa y hacer mis quehaceres como cocinar, lavar, o limpiar la casa totalmente desnuda, a mi marido le gustaba observarme en estas situaciones.


Cuando a él le venía la gana de hacer el amor, teníamos que hacerlo, me acuerdo de una vez que estábamos almorzando, ya terminábamos de comer, cuando a él le vino ganas de tomar el vino de su copa de mi culo, como esta desnuda me hizo ponerme a cuatro patas sobre la mesa , empezó a besarme las piernas, después los vellitos de mi sexo, fue abriéndome el trasero, a medida que sentía su lengua penetrándome podía sentir su aliento... dé repente una vez abierto mi trasero él me da un beso en mi ano, uno de esos que suenan como si fueran dados con pegamento, y empieza a verter el vino por la abertura que hacen mis nalgas en la parte superior (la de la espalda) .. el coloca su boca, con su lengua saliente pegada a mi vagina y bebía poco a poco de mis nalgas... no contento con eso se pasaba casi una hora tomando de mi trasero. Algunas veces en medio de la comida le venía ganas de tomarse una copita de vino para relajar y allí yo que tenía que subirme a la mesa ponerme a cuatro patas con el culo en la cara de mi marido para darle el gusto.

Lo peor de todo para mi es que no soy fea, al contrario y con la modestia del caso puedo decir que soy muy atractiva, por lo que pienso que si no hubiera sido por el matrimonio de emergencia bien podía haberme buscado un buen marido con quien disfrutara yo también del sexo. Para que tengan idea les cuento que en el colegio fui elegida reina de la primavera dos años seguidos , mido 1.70 de estatura , no soy ni delgada ni gruesa, digamos que termino medio (sin mucha barriga ), mi piel es blanca , mi cabello castaño oscuro, mi trasero es grande y muy parado gracias a los aeróbicos, y mis senos son muy muy generosos, sin llegar a ser voluptuosa, siempre tuve muchas fantasías sexuales, en la mayoría de ellas me gustaba dominar a los hombres a mis anchas pero sólo eran eso, fantasías.

Hace 9 años que falleció mi marido de un paro cardiaco, justo cuando se disponía a violarme ( después de mucho tiempo) , sucede que él había llegado de viaje de no se donde, estaba con un fuerte dolor de cabeza, yo lo atendí estando vestida y me fui a bañar , el estaba viendo tv en nuestro dormitorio, yo acababa de entrar al baño sin darme cuenta que me había olvidado la toalla, salí descalza y con un camisón trasparente , empecé a buscarla por entre los muebles , el camisón era lo único que llevaba así que mi marido se estaba ganando con el espectáculo, no deseaba provocarlo, pero creo que salir con el camisón fue peor, por supuesto que no había ningún problema si es que hubiésemos sido un matrimonio normal, pero las cosas no eran normales él era casi un extraño para mí, yo estaba buscando una toalla por todos los cajones , no me percaté que estaba haciendo un ángulo de 90 grados entre mi abdomen y mis piernas, cosa que resaltaba mi gran trasero, mi marido no me quitaba el ojo, pero siempre callado, estuve así un buen rato hasta que la encontré y rápidamente me fui a duchar , rápidamente entré a la ducha, me mojé el cuerpo y empecé a enjabonarme mis senos y mi trasero , en ese momento el entra al baño , completamente desnudo, me miró de pies a cabeza con una lujuria tremenda, rasgó la cortina de la ducha y me abrazó fuertemente , quise resistirme , pero el me abrazó con brazos y todo , en eso cierro mis piernas , pero al estar enjabonadas el interpuso las suyas con mucha facilidad , justo cuando su miembro se disponía a entrar dentro de mi, di un grito que me salió del alma, en ese instante el me miró con ojos de cordero degollado, dio un suspiro , se estremeció y cayó ante mis pies , creo que el ya no estaba para esos trotes y verme después de tiempo fue demasiado para su corazón.

Con su muerte yo heredé todo su dinero y sus propiedades, mi marido no trabajaba, vivía de su fortuna, así que en mi vida solitaria no hubo mayor cambio y responsabilidad, por otro lado yo siempre tuve un circulo de amistades muy reducido.

Así pasé muchos años, en realidad no deseaba un compromiso con otro hombre, a la mayoría de los que frecuentaba solía calentarlos sin querer, en otras palabras ellos solos se calentaban viéndome, muchos de ellos me hicieron propuestas, a las que yo... mejor les cuento que una vez uno de ellos me dijo que me amaba y esa misma noche quiso llevarme a la cama, cuando escuché su propuesta me entraron ganar de reír a carcajadas en su cara, pero me abstuve de ellos y respondí "afirmativamente" , me dijo que en un hotel sería menos llamativo, me llevó en su carro a las afueras de la ciudad, al pobre se le caía el sudor y sus ojos parecía que se querían salir de la excitación, una vez que llegamos al hotel, él dejó el carro estacionado en el primer sitio que encontró, en recepción reservó la habitación más cara y con apuro me llevó , una vez adentró y sin decir nada empezó a desvestirse, era gracioso ver como se equivocaba al desabrocharse la camisa y los pantalones por el ansia de tenerme, yo me saqué el sacón con mucha tranquilidad, haciendo tiempo para que él se desnudara, cuando estuvo en calzoncillos le dije que por favor gateara un rato para mi... él se me quedó mirando, pero parecía hipnotizado, al instante se puso en cuatro patas delante de mi, gateando, después le dije que ladrara, cosa que él hizo al instante y sin protestar... yo que estaba que me aguantaba la riza me saqué el calzón por debajo de la falda y le enseñé mi vaginita peluda.. el se acercó como si fuera un perrito y empezó a lamer , no lo hacía mal, pero yo no deseaba nada con él, después de un rato de habérmelo lamido , se disponía a penetrarme con su miembro erecto y goteando, lo detuve y le dije que fuera a bañarse que lo deseaba bien aseado, protestó, me dijo que no podía aguantar más, pero yo seguí en mi punto, el siguió protestando como un niño caprichosito, hasta que lo convencí de que fuera a bañarse que yo lo estaría esperando en la cama... él entró corriendo a la ducha, yo me apuré para ponerme las bragas, coger su ropa de él junto con las llaves de su carro y sus documentos de identidad y salir más rápido que un rayo... al final del pasillo encontré un contenedor de basura donde puse su ropa tratando de taparla con los demás papeles, a la salida del hotel tiré sus documentos de identidad a la pista y las llaves de su carro las aventé al techo de una casa cercana. Todo eso por creer que yo era una mujer fácil.

Pero no podía hacer eso todos los días, para no aburrirme me uní a un movimiento de señoras que buscaban orientar vocacionalmente a chicos y chicas menores de edad, no me sentía muy cómoda donde estaba ya que yo era muy joven en comparación a las otras venerables damas que casi llegaban a los 70 años, pero allí pude darme cuenta por primera vez, la forma en que me veían los muchachos, comentaban y hacían bromas cuando pasaba delante de ellos, por supuesto eso no me incomodaba para nada, pero pensé que lo hacían por fastidiar. Después de un año decidí por tomar unas vacaciones y acepté la invitación de mi hermana que vivía en el cuzco, sin pensar que mi vida cambiaría rotundamente , al llegar ella y su familia fueron a recibirme al aeropuerto, su esposo mayor que ella era amable y su hijo Esteban se le veía bien desarrollado a pesar de sus 13 años ( que en realidad no aparentaba).

Era de cabello negro y piel clara, de contextura gruesa y una mirada penetrante para su edad.

Ellos tenían un buena situación económica debido a que su esposo con los años llegó a ser gerente de una empresa de turismo, así que compraron una gran casa , ellos me indicaron donde estaría ubicada mi habitación , era en el mismo pasillo donde estaban ubicadas sus habitaciones , pero al final de dicho pasillo, los días pasaron de forma normal, haciendo mucho turismo por la ciudad imperial ( así llaman al cuzco) , cuando se acercaba el día de mi regreso, mi hermana me invitó a quedarme más tiempo con ellos, los tres se habían acostumbrado a mi presencia y yo a ellos, bueno acepté quedarme unos cuantos meses. Así que por mi propia voluntad dejé de ser una invitada y empecé a ayudar con los quehaceres del hogar, la casa era muy grande, tenía dos pisos y a mi hermana le sentaba bien una ayuda, al cabo de un tiempo ella empezó a trabajar y yo me quedaba sola por las mañanas, en las tardes disfrutaba la compañía de Esteban, era muy educado , o por lo menos eso creí , una tarde a eso de las 4:00 p.m. sonó el teléfono, yo estaba en el segundo piso arreglando unas cosas y Esteban en el primer piso, justo en el momento en el que alcé el teléfono Esteban hacía lo mismo, me sorprendió el tono de dicha conversación, al parecer era una voz de un muchacho que le decía

Oye ahora cuéntame todo

Esteban dijo – Bueno, no se si ahora, no estoy seguro , tal vez otro día;

Nada del otro día , en el colegio dices lo mismo, cuéntame, ya viste desnuda a tu tía

No, todavía no, es que , no se ha dado la oportunidad, pero estoy pensando la situación

Pero dime la verdad, es tan rica como dices? O me estas engañando

No!, en verdad está buenísima , bueno tengo que colgar chau!

La conversación me dejó sorprendida, jamás pensé que un chico tan joven pudiera sentirse atraído por una mujer madura, mi sobrino?! Con lo educado y serio que parecía?, esa noche no pude dormir, me la pasaba pensando en Esteban, si era cierto o no, bueno después de meditarlo, decidí al día siguiente hacerle su habitación, como no había nadie en casa rebusqué con cuidado en sus cosas y en su closet encontré la prueba de lo que pensaba, una caja muy bien escondida llena de revistas y videos pornográficos, era para quedarse fría , en realidad Esteban no aparentaba nada de esto, el era muy bueno y responsable, puse uno de los videos y pude ver a muchachos jóvenes teniendo relaciones con mujeres maduras, en toda clase de lugares, y haciendo toda clase de poses, debo confesar que al inicio me pareció algo grotesco, pero después le fui cogiendo el gusto, empecé a pasar mi mano por mi sexo como quién veía la película, poco a poco fui meneando mi mano alrededor de mi clítoris , no pude aguantar más y me quité mis pantalones y mis bragas y me di el gustazo con una masturbada como nunca había tenido, pensaba en Esteban y en mi como si fuéramos los actores de la película, él encima mío, yo encima de él, siempre yo dirigiendo el acto sexual, hasta que sin poder más un intenso orgasmo invadió todo mi cuerpo haciéndome gritar de placer. Me quedé echada un buen rato, semidormida, después de una media hora descansando no se que se dio, tal vez lo que estaba caliente, la situación que no vivía desde hacía mucho tiempo, decidí empezar el juego. Si Esteban me quería, me iba tener, pero no iba a ser tan fácil para él.

Empecé a ponerme faldas y polos ajustados, después del almuerzo mientras lavaba los servicios le decía que me hiciera compañía , le hacía conversación, mientras a manera que iba lavando me apoyaba en el lavadero sacando a relucir mi muy buen dotado trasero y mis pantorrillas carnosas, el niño a medida que yo hacía eso me daba respuestas vagas y por el tono de su voz notaba que sus nervios crecían a medida que me seguía mirando, yo me demoraba bastante por cierto , cuando yo terminaba de lavar , él con una excusa se metía al baño, donde se demoraba más de una hora, seguro que el pobre que ya no podía más, se masturbaba pensando en mi; así seguimos durante algunos días, en los cuales me empecé a mostrar más cariñosa y "descuidada" en lo referente a lo que él hacía. A la siguiente semana después de lavar los servicios y antes que él entrara al baño le decía que me permitiera entrar al baño para darme un duchazo , por supuesto que aseguraba bien la puerta, me duchaba rápido y en vez de vestirme salía envuelta con la toalla , en pantuflas y con el cuerpo mojado, con la excusa de buscar algo me paseaba por toda la casa, Esteban ponía unos ojos de cordero degollado (me hacía recordar a mi difunto esposo) , seguro que a lo más y pese a lo que diría en su colegio, jamás había pensado en verme así , después de unos 10 minutos me iba a mi dormitorio a vestirme, los primeros dos días lo hice rápido , pero al tercer día vi que la cerradura se movía, me quedé esperando a ver si entraba, pero al no hacerlo concluí en que él me espiaba y no haría más, así que para darle el gusto me tomé un buen rato echándome cremas humectantes a todo mi cuerpo, por cierto, todo esto sin mostrar más de lo debido. Seguro que él deseaba ver mi vagina y mis senos, pero no le daba el gusto.

Los días siguientes transcurrieron con un gran entusiasmo por parte de Esteban , ahora cuando llegaba del colegio me saludaba con un fuerte abrazo, y en la tarde no perdía ocasión para abrazarme más de la cuenta, con cualquier excusa lo hacía; a mi me gustaba jugar bastante con él así que a veces jugábamos juegos medio bruscos, y yo dejaba que él se diera gusto con mi cuerpo, me abrazaba por detrás, por adelante, a veces jugando a que me escapaba me cogía de las piernas subiendo su mano cada vez más y más a medida que forcejeábamos, pero no lo dejara ir más lejos, quería hacérsela más difícil así que al final yo protestaba y lo alejaba con mis manos, y el niño que se ponía rojo ante mi actitud, lo que más me gusta de los hombres a esa edad es que son muy dóciles , para rematar siempre le decía que porqué me abrazaba de esa forma, siempre con la cabeza hacia abajo me decía que era porque me había agarrado mucho cariño ya que casi ni me conocía hasta este año. Eso era muy enternecedor, pero era parte de mi juego avergonzarlo.

Como se acercaban los exámenes, decidí hacerlo estudiar, para ello nos poníamos cómodos y en su dormitorio nos sentábamos en el suelo , por supuesto que yo cruzaba las piernas de forma evidente (ahora andaba con minis) y mostrándolas en todo su esplendor, el pobre niño no sabía si atender a lo que le repasaba o ver mis piernas, yo le tomaba la lección y cuando no respondía me molestaba, así que no le quedaba otra que atender, en esa situación fue que me di cuenta que su cosilla había crecido y se estaba haciendo notoria a través de sus pantalones, el chico no sabía como escondérmelo, pero yo me hacía la que no me daba cuenta. Esa misma noche mientras comíamos Esteban se sentó frente a mi en la mesa, y noté que a cada rato se le caía la servilleta, sus padres que estaban en plena conversación conmigo no se daban ni cuenta , pero yo adivinaba que este chico no perdía ni una y que estaba mirando mis piernas, así que empecé a abrirlas poco a poco para que pudiera ver mi calzón.

Al día siguiente en cuanto el llegó me dieron ganas de ir al baño, una vez sentada haciendo lo mío, me percaté que Esteban me miraba por el ojo de la cerradura, me entró una calentura como no me entraba desde hacía mucho tiempo , mientras me aseaba aproveché para observar mi vagina como si estuviera buscando algo siendo observada por mi sobrinito, rebuscaba por los labios mayores y menores de mi vagina, por entre mi pubis , la calentura se me subió a la cabeza tanto que ese día en la noche fui a darle las buenas noches como nunca lo había hecho, yo estaba aun vestida pero el estaba en pijama, abrí la puerta sorpresivamente y noté que se movía, al instante el reacciono, estaba sudando , le dije que qué tenía?, él me dijo que nada, que sentía calor, me acerqué y le sequé el sudor de su frente, le dije que lo quería mucho y lo abrasé poniendo su cara contra mis pechos y apretándolo de forma fuerte, tanto que casi se asfixia, le dije que descansara y que si salía bien en los exámenes le daría un buen regalo, esa noche yo me calmé con los recuerdos de las semanas transcurridas y con lo que leía sus revistas pornográficas en el día y sin que él lo supiera.

Llegó la semana de los exámenes finales, yo le había prometido un regalo , pero haría lo que fuera para que saliera mla en los exámenes, así que empecé el juego, me puse un polo con un gran escote, una minifalda ajustada y me quité los zapatos, cuando Esteban regresó del colegio se sorprendió al verme así, es cierto que antes le había enseñado bastante, pero ahora parecía que yo era una prostituta.

Mientras él comía yo le acariciaba su cabeza y me pasaba y repasaba por la cocina para que él me viera, después seguimos el mismo ritual del lavado de servicios, pero esta vez el podía ver hasta mi calzón. Le pedí que me ayudara a secar los servicios, cuando hube terminado de lavar me hice como si me picara algo en mis piernas y sin previo aviso y para sorpresa de Esteban, puse uno de mis pies encima del fregadero como quien se ayuda mejor a buscar lo que le picaba. Esteban tenía los ojos desorbitados, súbitamente cambió su semblante y su expresión y le entró un gran nerviosismo. Casi se le caen los platos, por lo que me le acerque bastante y poniendo mis senos a la altura de su cara le pregunté si es que estaba nervioso, por cierto que por el escote él podía ver el agujero que había entre mis senos.

Más tarde cuando él se disponía a estudiar en su dormitorio le dije que lo hiciera en el patio como quien me hacía compañía. Ya hacía calor y me disponía a tomar unos baños de sol, él estaba sentado frente a la colchoneta donde yo me iba a echar , me puse un bikini que tenía guardado y que no usaba tiempo, apenas cubría mis pezones y un calzón que se perdía entre mis nalgas. Cuando Esteban me vio se quedó con la boca abierta , me tumbé boca arriba y le pregunté, Examen de qué tienes? Y tartamudeando me dijo , De matemáticas! , yo le respondí

Estudia bien, no bajes mucho en tus exámenes... toda la tarde y mientras el calor duró, me di de vueltas, me puse de costado, levanté mis piernas e hice mil poses más. Yo me reía entre dientes acerca de lo que pensaría el pobre muchacho.

Toda la semana lo acosé de la misma manera, repetía la rutina todos los día, por supuesto para las noches que sus padres llegaban, me cambiaba de ropa, y de actitud, Esteban por supuesto no comentaba nada nunca.

Ese fin de semana terminaron los exámenes, Esteban trajo sus notas, había salido aprobado en todo pero en matemáticas había bajado notablemente, yo me hice la molesta pero por dentro me reía, le di una buena regañada, Esteban había salido bien en su promedio pese a la baja en esa asignatura, pero yo le hice un mundo por ese problema , él me miraba con ojos rojos, entre apenado y arrepentido, seguro que se imaginaba que no le iba a dar su premio.

Ese fin de semana su madre y su padre salieron sorpresivamente, pues tenían una invitación del jefe de ella para ir a su finca a pasar todo el fin de semana hasta el lunes que era feriado, Cuzco tiene muchas fincas, grandes y hermosas, así que para ellos fue irresistible la propuesta y alistaron sus maletas ese mismo viernes por la noche diciendo que regresarían el domingo.

Ya tenía todo un fin de semana para seguir con el jueguito, esa misma noche a eso de las 11 , entré al cuarto de Esteban y lo encontré en el mismo plan que hace algunos días, sudando y rojo ( pero de vergüenza), con el pretexto de que él debía estar con fiebre lo llevé a mi cama diciéndole que esa noche dormiríamos juntos, por supuesto fui más dulce pero siempre haciéndole recordar la culpa que debería sentir por haber salido "mal" en el colegio, lo acosté en mi cama diciéndole que se relajara y se durmiera, desvergonzadamente empecé a desvestirme delante de el, Esteban no perdía ni un milímetro de mi cuerpo, sus ojos parecían desorbitarse, me quité los zapatos, me bajé la falda y me quité mi polo, así que al final me quedé con mis sostenes y calzones, empecé a buscar entre mis cajones un camisón, así que entre buscar y buscar, me puse en ángulo de 90 grados mostrándole mi culo a la criatura, una vez que encontré mi camisón, me lo puse y me acosté, pude observar que el niño estaba más rojo que antes, apagué las luces y empezamos a "dormir" , yo me fingía dormida y le di la espalda al niño, el poco a poco fue acercándose a mi lado , hasta que logró pegar su figura a la mía, podía sentir su respiración a la altura de mi oído derecho, y un poco arriba de mi culo sentía que su pequeña cosa iba creciendo poco a poco, el bandido empezó a pasar sus manos por mis piernas y por mi culo, en eso me finjo despertar repentinamente y el niño se asusta, después de un rato vuelve al ataque, lo dejo jugar un buen rato con mi culo y cuando presiento que está a mil, me despierto repentinamente y me doy la vuelta, el hace lo mismo y allí queda todo.

El día siguiente fue muy soleado , así que el vistió ropa de baño y yo un short muy apretado, me buscaba conversación, (seguro quería saber cuál sería su regalo) , sin aguantar más me lo dijo, yo me hize la importante y le dije que si aún deseaba que se lo diera, le iba a costar, él no entendía, así que le ordené que se desnudara, le dije con voz autoritaria:

Desnúdate!

Que? – no podía creerlo

No me escuchaste quítatelo todo! Ahora

El nervioso se quitó su polo y el short, quedándose en calzoncillos, a lo que le ordené :

He dicho todo!!!

Todo?

No te lo volveré a repetir, todo?

El chico avergonzado se quitó todo, pude ver su pequeña cosa, dormida, tal vez por la difícil situación que él estaría pasando. Le di ordenes que hiciera limpieza desnudo, el titubeó pero empezó a barrer toda la gran casa, sacudió , trapeó y enceró. Para sacar brillo le dije que se pusiera a cuatro patas, Esteban no daba crédito a lo que yo le decía, así que después de mirarme intrigado, se puso a cuatro patas y empezó a encerar los pisos de la casa.

Una vez terminado el trabajo le hice que regara el jardín, después le hice lavar los servicios, limpiar los baños, el sótano, ordenar los cuartos, y un sin fin de cosas que lo dejaron cansado para la tarde, a la hora del almuerzo le dije que sólo tomaría leche y se la puse en un plato en el piso, le ordené que gateara como perrito y que se la tomara sin coger el plato. El protestó y me dijo que no, yo le dije:

Sabes cuál será tu premió?

No, ya no me interesa (me respondió muy molesto con su voz de niño)

Que pena le dije (burlonamente), me bajé la falda y después las bragas, lentamente y con ritmo, al final pudo ver mi vagina tal y como había venido al mundo . Los ojos de Esteban crecieron a lo mismo que su pequeño pene que por cierto me impresionó, le dije : Este es tu regalo..... lo deseas aún?

Bb bb bbueno ... ss ssi.

Ahh bueno si deseas tenerme toda, tendrás que hacer LO QUE TE DIGA!.

En ese momento Esteban con su pene erecto empezó a caminar como perrito y a tomar su leche, era gracioso ver a mi sobrinito totalmente sumiso y excitado (yo me puse la falda pero por supuesto ya no me puse las bragas) . Después que terminó de comer, el muchachito me dio una mirada un tanto lujuriosa para su edad , le dije que siguiera siendo el perrito por un rato más, él lo hizo sin decir palabra, después que terminé de lavar los servicios le dije que estaba muy cochino así que yo misma lo bañaría en la ducha, lo llevé gateando hasta la ducha, llené la tina de agua y lo hice entrar en ella, su pene estaba totalmente tenso y el agua fría lo incomodó un poco, pero el objetivo era calmarlo , porqué tenía que ser fácil mi entrega?

Me abrí un poco la blusa para que el niño pudiera ver algo de mis senos y me quité los zapatos para no mojarlos, por supuesto no llevaba medias, empecé a jabonarlo poco a poco, primero por sus pechos, fui bajando , pasaba mi mano por su estómago, después por su vientre, y después por su pubis, el niño pareció perder el control , me cogió la mano cuando estaba tocando su pene... yo le di una mirada frívola y parece que se le fueron las ganas (pero solo de la mente) porque me soltó la mano pero su pene seguía tieso, yo me divertía frotándole su sexo a medida que lo masturbaba y el pobre sin poder hacer nada, su semblante fue cambiando, creo que se puso hasta rojo, me miraba a medida que yo frotaba su pene y no sabía que hacer, de pronto yo lo suelto, me seco las manos y le digo que termine de bañarse , y que se apure que vaya desnudo a mi dormitorio que lo estaré esperando allí y me retiro con prisa. Esteban se quedó congelado y confundido, por supuesto frustrado ha ha ha! .

No tardó mucho en salir de la ducha, yo lo estaba esperando preparada para darle su premio, no se me ocurría hacerle otra cosa más, además ya había jugado mucho, él se apareció delante de mí con su penecito totalmente erecto, estaba rojo, parece que el baño no había podido bajar sus ansias de sexo, yo empecé a quitarme la blusa, por cada botón que desabrochaba su pene crecía un poco más, sus venas parecían hincharse cada vez más y más, terminé de desabrocharme la blusa , me acerqué a él sólo con la falda puesta, con los dedos de mi mano apenas si toqué la piel de su pecho, él dio un respiro de excitación, me bajé la falda delate de él y se la puse como sombrero, le sonreí, pero el niño no me quitaba los ojos de encima, entendí sus deseos, acerqué mi vagina peluda a su pene, tan sólo con el sentir de mis bellos rozándola el volvió a dar un respiro profundo... me agarro de la cintura e hizo el intento de penetrarme, pero como era inexperto su pene siguió otra ruta directo a mi pierna... yo me reí de Esteban, el pareció avergonzarse, súbitamente lo besé en los labios , sentí su aliento juvenil , lo primero que hice fue meter mi lengua en su pequeña boca, él se deleitó jugando con mi lengua, al segundo beso el pequeño era todo un experto, tomó la delantera introduciendo su lengua en mi boca y besándome al mejor estilo francés. Sorpresivamente agarré su pene y lo jalé a la cama , lo tumbé en la cama y empecé a besar su pecho su estómago, su vientre , cogí su glande entre mis manos y bajé su prepucio, su penecito estaba hinchadito como el de un torito, suavemente soplé sobre su glande, Esteban suspiró, su glande ya estaba medio que goteaba, así que sabía que si no me apuraba el chico terminaría haciéndole el amor a mi aliento. Abrí mi boca y me dispuse a saborear por primera vez el pene de un hombre... cuando en ese momento suena el timbre. El sonido pareció caernos como un balde de agua fría, el timbre sonó otra vez y otra y otra, así que dejé a Esteban, abotonándome la blusa , poniéndome los zapatos y subiéndome la falda salí apurada a ver de que se trataba.

Para sorpresa mía eran amigas del trabajo de mi hermana, había tenido poco roce con ellas , pero al no saber que hacer decidieron darme una visita, las hice pasar y rápidamente fui a mi cuarto, le dije a Esteban que me esperara un rato que tenía visita y que trataría de despedirlos en seguida. Esteban tirado en la cama sólo movió la cabeza, estaba un poco frustrado por la interrupción. Por mi parte me pasé como 4 horas de amena conversación, dentro de mi pensaba y me reía de solo imaginarme lo que el niño estaría haciendo , seguro que molesto, seguro que masturbándose, o tal vez se hubiese quedado dormido, además que reflexionaba si seguir con el juego o simplemente llevarle un baso de leche para las buenas noches.

A eso de las 10 de la noche y después de un lonche entre risas, mis nuevas amigas se marcharon, yo hize más tiempo todavía recogiendo la mesa y lavando los servicios, cuando en eso escucho unos ruidos en la puerta, voy y la abro y sorpresa, era Esteban desnudo , el pobre no había aguantado más y estaba espiándome , le sonreí y le invité a que pase. Terminé de lavar los servicios y le dije que secara los servicios, le di un beso suave , le dije que me iba a bañar y que me esperara en la cama.. el me dijo – Y que tal si ahora viene alguien?, yo le respondí que esta vez no abriría la puerta, que lo deseaba esta noche para mi sola. El palabreo hizo efecto!!!!!!!!!! Su penecito se puso tieso como un fierro ardiente que se rehuza a doblarse por el calor... debo confesar que esto me excitó, me fui a la ducha , me bañé rápido y me sequé apenas, salí desnuda caminando lentamente.. Esteban esta en la cama esperándome en la misma posición en que lo había dejado horas antes... le dije - El pequeño desea continuar con el juego!!!! Ahora por haberse portado bien y haber hecho todo lo que su tía le dijo, recibirá su premio! , él cerró sus ojos y yo me tragué lentamente todo su pene, primero lo metí y lo saqué de mi boca, lentamente al principio , acelerando a medida que pasaba el tiempo, dé repente paraba y llenaba mi boca de saliva, bañando a ese pene joven y vigoroso. Así estuvimos unos 20 minutos, cuando de pronto Esteban empezó a gemir y gemir, su respiración era cada vez más y más fuerte, dé repente y sin previo aviso sum pene explotó en mi boca dejándome sentir el agradable sabor de ese semen casi dulze que su pene me regalaba, Esteban se convulsionaba mientras yo me tragaba todo, no deseaba dejar una sola gota de semen ni en mis labios ni en su pene.

Después de un rato Esteban recuperó las fuerzas, yo empecé a montarme sobre él introduciendo su pene en mi vagina, la primera sensación de sentir mi capullo capturando su pene fue de sorpresa, él abrió los ojos y me dijo tía!!!!!!!!!, yo le dije no me llames tía, llámame SUSANA!!!!!! , de ahora en adelante seremos amantes. Lo monté como si estuviera montando a un caballo pura sangre, pese a que él era un adolescente, me estaba haciendo vibrar como si fuera todo un adulto, estaba sintiendo lo que nunca había sentido, yo golpeaba contra su cuerpo de manera más y más salvaje, podía verlo sudar al igual que a mi, dé repente sentí una llama ardiente que partió desde mi vagina y empezó a quemar cada centímetro de mi cuerpo , era un orgasmo único, como no había sentido nunca, casi al unísono Esteban tuvo su orgasmo, entre gemidos y gritos, los dos nos abrazamos y nos quedamos dormidos.... después de 2 horas durmiendo, me levanté y me fui al baño, al regresar y acostarme en la cama, Esteban me abrazó y me dijo, te amo Susana, siempre te he amado, me gustas mucho! Yo me sonreí, y le dí un fuerte beso en su boca, allí comenzó todo de nuevo, después de un rato de besos, su manos habían empezado a recorrer todo mi cuerpo, era fácil cómo aprendía el niño, le dije , prométeme que todo esto quedará entre tu y yo, no se lo digas a ninguno de tus amigos, si no se termina nuestro amor, el me prometo que no se lo diría a nadie, así que me senté en su cara y después me eché encima de él lamiendo su sexo, estábamos en la posición del 69. Esteban demostraba un gran interés en esta posición, de hecho me la pidió repetidas veces mientras duró lo nuestro, pese a su inexperiencia me excitaba con sus lengüetazos sobre mi sexo y yo siempre lograba tomarme todo su semen.

Al día siguiente hicimos el amor en cuanto nos despertamos, todo el día la pasamos desnudos, él siempre me abrazaba con intenciones de penetrarme, pero yo debía calmarlo repetidas veces, as esa edad son hiperactivos, tal vez eso es lo que más me gusta de los adolescentes, en fin, sus padres llegaron del paseo que tuvieron pero eso no paró nuestra vida secreta de amantes, yo siempre iba a darle el beso de las buenas noches y de pasada le hacía una buena mamada que lo dejaba satisfecho por toda la noche, en las tardes lo hacíamos en cualquier lugar, en la cocina, en la sala, en mi cama, en su cama, etc.

Poco a poco a Esteban le fueron gustando hacer cosas más y más osadas, como querer eyacular en mi cara, cosa que nunca permití por el simple hecho de no querer darle el gusto, pero lo que sí le permití fue masturbar su pene por fricción entre mis nalgas, debo confesar que muchas veces esto lo hacía obtener sus orgasmos casi al instante.

En las tardes algunos días dormíamos la siesta juntos después de haber hecho el amor, a él le gustaba verme desnuda así que de cuando en cuando yo transitaba por la casa así para que el me viera. Pero a los 4 meses pensé que era mejor volver a Lima, no era que no me gustara Esteban, pero temía que el terminara enamorándose de mi, no deseaba hacerle daño, así que me regresé a Lima inventando cualquier excusa. El ultimo día que nos vimos fue en el aeropuerto, Esteban estaba lagrimeando , le dije que cuando cumpliera los 20 , si todavía me recordaba con tanto cariño que me buscara..... Me escribe una que otra carta y siempre se acuerda de mi en navidad, espero que dentro de 7 años me sigua gustando igual, por mi parte no deseo dar cara, quiero que las cosas sucedan como deben suceder..... además el no fue el único, ya les contaré....

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