Hay veces que suceden cosas muy extrañas y que uno no las había jamás pensado, soy una mujer madura de cincuenta años y algo, y mi marido ha llegado a los setenta, desafortunadamente fue operado de la próstata y perdió todo su vigor sexual. Mi esposo ya no está en grado de cumplir con sus deberes conyugales. Cada vez que yo quiero, él lo intenta, pero su pene no se pone lo bastante rígido. Lo masturbo y se lo chupo, a veces logro que se ponga medio duro y lo monto rápidamente, pero al cabo de un rato se reblandece y se sale de mi vagina, me quedo acongojada y triste. Me ayuda a masturbarme y me quedo tranquila por un par de días, pero como pareja, lo principal tanto para mí como para él, era tener sexo al menos cuatro o cinco días a la semana. Son ya casi siete años que el no tiene una verdadera erección y eyaculación en mi coño