jueves, 8 de junio de 2023

Catita: La niña de al lado


Todo sucedió hace quince días. Mis padres se fueron a Brasil a pasar unos días. Yo obviamente por el colegio no pude ir. Es que tengo bajas las notas y me han castigado por eso. Y estaba bien. Me apliqué a estudiar, ya que este es mi tercer año del secundario y ya no puedo tontear más.


Al lado hay una granjita/almacén donde normalmente mi madre compra la leche fresca, el pan y algunas otras cosas de uso inmediato. Lo atiende siempre Doña Norma, la madre de Catita. Esta mujer está sola hace tiempo. Su esposo la dejó con su niña, por lo que suele venir a casa bastante seguido a conversar de sus males con mi madre.

Catita va y viene de su casa a la mía como si Ella viviera en nuestra casa. No toca ni el timbre, llega y manotea la puerta, si está sin llave, entra y directamente se acomoda en el living a ver Tv. Convengamos que es una niña preciosa, muy sociable, vivaracha y muy cariñosa. A Ella legusta molestarme cuando estoy estudiando, le divierte hacerme enojar. Pero luego terminamos sentados juntos viendo TV o jugando en la Play. Me da pena lo solita que está. A veces llora de tristeza por que su padre no está.

En fin, continuemos. Esa tarde, yo había terminado mis tareas, y como estaba solo en casa, puse el canal porno en el living y me tiré en calzoncillos con toda la intención de hacerme una buena paja mientras veía la peli. En la película una niña japonesa, en edad escolar, recibe una buena cogida por parte del primo, que tiene una verga importante, y la japonesita se la traga toda por todos sus agujeros. Estaba yo en medio de la peli y en medio de mi paja cuando se abre la puerta de golpe y entra Catita corriendo, cerró con un portazo y se vino rápidito a sentarse al futón. 

Me encontró con los calzoncillos por los tobillos, la verga dura como tabla en mi mano y en la película el primo le estaba enterrando tamaña verga en el culo a la japonesita. Ver todo de golpe fue impactacte para mi vecinita. Abrió la boca y los ojos a más no poder. Miraba la pantalla donde la niña gemía como loca y miraba mi poronga. No sabía si enojarme por la entrada de la piba que me había cortado la paja, si parar la película, seguir con la paja. 

Y como no puedo dejar de hacer macanas, viendo la reacción de Catita simplemente le tomé la mano y se la puse sobre mi verga. Ahí recién reaccionó, pero no solto mi pija, la empezó a apretar suavemente, yo puse mi mano sobre la de ella y la acompañaba mientras la nena me masturbaba lentamente. Y eso me excitaba más todavía. En la peli, el muchacho le sacaba la verga del culo a la japonesita y se la hacía chupar hasta acabar llenándole la boca de semen. Al ver esa parte, 

Catita me miraba a mí y a la tele. Yo me aproveché y le ordené, dale Cata, chupala como la nena de la pelicula. Catita medio dudó pero de repente se agacha y se mete media pija en la boca. No tenía ni idea de que debía hacer, pero que es corajuda, no hay duda. Entonces le indiqué que se fije en la película y haga lo que la otra niña hace. Y ahí comenzó a mamarme la verga, toscamente, pero lo hacía, a veces me hacia doler con sus dientes, pero no me importaba. Me aproveché del momento y le pellizcaba sus tetitas, luego metí la mano por entre sus piernas, debajo de su faldita y le toqué la conchita, ya su calzón estaba húmedo. Cuando le rocé su clítoris con mi dedo mayor gimió y se abrió de piernas. Luego fui por el agujerito de su culo. Metí lapuntita del dedo y se quedó quietecita, entró con calzón y todo. Paró de mamarme la verga, entonces le ordené que se bajara la bombachita, lo cual hizo sin protestar, estaba totalmente entregada a mí, Genial!!!

Le pregunté si le gustaba lo que estaba viendo y lo que yo le hacía. Con la cabeza dijo que sí. Ya Catita había agarrado ritmo en la mamada y sin mayor aviso la tomé de las orejas para sujetarla y le llené la boca de semen. Medio se ahogó pero como tenía la verga hasta la garganta tuvo que tragar todo. Luego le saqué la verga de su boca, todavía la tenía medio dura. No la dejé reaccionar, simplemente la apoyé de panza en el futtón, me coloqué detrás de ella, levanté su faldita y me encontré con ese hermoso culito. Blanquito y bien rellenito. Por el medio de sus piernas aparecía su conchita de labios gruesos y brillosos. En la mesita ratona tenía el gel lubricante de mi padre, yo se lo usaba para pajearme. Lo tomé y poniendo la punta del tubo en el agujerito cerrado y chiquito del culo de Catita le lo llené de gel. Inmediatamente metí mi dedo gordo en su ano. 

No se quejó siquiera, su ano es por demás flexible, enseguida metí un segundo dedo y ahí la nena medio se quejó. Dos dedos es el ancho  del lomo de mi verga, por unos 16 cms de largo. La cabeza en punta facilita la invasión de los agujeros. Puse la punta de mi tripa bien centrada en su ano, le pido que se abra los cachetes, y empujo suavemente pero sin detenere, y aunque hay un poquito de resistencia del esfínter, pronto la cabeza se pierde en el túnel aterciopelado y estrecho de la vecinita de al lado. Sigeo penetrándola lentamente y muy suavemente hasta que pronto tengo más de la mitad de mi tripa en su culito. Catita gime suavemente, se queja que le duele, pero hago oídos sordos, me quedo quietito un poco hasta que se amolda su culo al grosor de mi verga, pronto se relaja y muy lentamente ella comienza a moverse a lo largo de mi pija, pasado unos minutos ya se comía toda la verga por el culito. 

Qué placer ese estrecho agujero, para mientras la masturbaba con mi mano derecha y la izquierda maltrataba sus pechitos. Pronto estuve a punto de acabar nuevamente, aceleré el ritmo y Catita comenzó a gemir fuerte, y de pronto con u largo suspiro se desmoronó, había acabado, y no resistí y le llené su culo de semen con tres potentes chorros. Al sacarle la verga, salió con algo de caquita. El agujero de su culito parecía un volcán. Expulsaba semen en vez de lava. Tambien en ese momento se terminó la película. Llevé a la niña al baño y nos lavamos, Puse mucho agua fría en su ano para que se contrajera nuevamente. 

Catita no decía nada. Volvimos al living y nos sentamos uno al lado del otro. Ahora venía la parte de convencer a la chiquilla que no diga nada a nadie. Resultó fácil, le hice creer que ahora éramos novios y no podía contar nada a nadie ya que sus padre y los míos se enojarían y no dejarían que estenos juntos nunca más y a mi me llevarían preso por ser más grande. Prometió y juró que nunca le contaría a nadie. Y que al otro día vendría por la tarde a visitar a su novio. Y se fue moviendo su culito de acá para allá. Y yo quedé totalmente complacido con mi nueva amante.

Por CRAYZZYGARY1

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