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viernes, 31 de julio de 2020

Jerashî gêmu (AKA Jealousy Game)



La historia de una pareja de unos 30 años y una pareja de unos 20 años, y las sutiles emociones de los cuatro  bajo el tema del intercambio matrimonial.

Japonés/Inglés

Cochlea y Eustaquia, Comix





Violé a mi padre


Esta historia, cuyo final aún no ha llegado, pretendo rememorarla para asegurarme que, en mi memoria, aún permanecen inalterables aquellos acontecimientos pues, con el paso del tiempo, éstos tienden a transformarse y cambiar la realidad tal y como se produjo. Aquellos acontecimientos desembocaron en la situación actual, acontecimientos que supusieron una auténtica convulsión emocional y afectiva que me hizo variar, de por vida, mi escala de valores éticos.

La historia comienza hace ahora 12 años, cuando yo aún tenía 16. Mi madre, por desgracia, falleció entonces de una enfermedad incurable y mi padre y yo, hija única, quedamos del todo desconsolados. Ella contaba con tan solo 35 años y mi padre 38.

En casa cambió mi vida por completo; ahora ya no tenía a mi madre que me hacía todo y yo me ocupaba, hasta donde sabía y podía, de atender un poco la casa, comprar, mas que hacer, la comida, así como del cuidado de la ropa mía y de mi padre pues, aunque él también ayudaba, su trabajo y, sobre todo, su depresión por los acontecimientos, no le permitían hacer mucho mas de lo que hacía.


Ciñéndome al suceso que pretendo relatar, comenzaré indicando que mi padre era, y sigue siendo, un hombre atractivo, de complexión atlética y deportista y muy educado, lo que le convertía en el modelo de hombre al que yo aspiraba, no encontrando en mi entorno social nada parecido, especialmente después de haber tenido una experiencia afectiva con un chico del colegio, que me llenó de animadversión hacia todos los chicos, por su estupidez y perversidad. La verdad es que yo comencé a hacerme ilusiones con él y me defraudó completamente cuando comenzó a salir con otra chica, mi gran amiga, sin darme siquiera una explicación ninguno de ellos. En fin, experiencias de colegiales, como hoy lo veo, pero que en aquel momento de mi vida, rectificó mi conducta con el resto de chicos y chicas de mi edad, a los que evité desde aquel momento, pues se me metió en la cabeza la sospecha de que se había urdido un complot contra mí y que el ridículo que había sufrido era causa de burla por mi grupo de amigos. Supongo que nada de aquello fue cierto, pero así fue como sucedió. Cuando acabó aquel curso y con mis estudios secundarios terminados, dejé de acudir al instituto y ceñí mi vida a mi casa, en donde me encontraba muy cómoda conviviendo tan solo con mi padre. El, carente de empuje por el trauma sufrido, no me insistió demasiado cuando le dije que dejaba los estudios, con la excusa de dedicarme a nuestra casa. Supongo que él también deseaba un poco de orden en su vida. También él dejó casi totalmente abandonada su activa vida social que compartía con mi madre. Ahora se sentaba largos ratos en su sillón del salón de casa a leer y pasaba horas sin abrir la boca. Eso sí, continuaba haciendo deporte, especialmente con su motocicleta que usaba todos los días para desplazarse a cualquier sitio.

Así transcurría nuestra vida, cuando mi sexualidad estaba despertando a los sentidos y con mis 17 o 18 años, comencé a aficionarme a las películas eróticas o incluso pornográficas que ponían en televisión y siempre a escondidas de mi padre, claro, actividad que me resultaba muy excitante, pero no podía evitar el involucrar a mi padre en mis fantasías eróticas, algo que mi moral rechazaba por pecaminoso, pero mis pensamientos parecían autónomos y, en ocasiones, me masturbaba con aquellas fantasías y ayudada por las imágenes de una revista o de la televisión.

Con estos preludios cuya evolución era progresiva y empeorando, yo comencé, inconsciente o conscientemente, a crear situaciones de cierta provocación, intentando atraer la atención de mi padre hacia mí, algo que distaba mucho de conseguir. Así, me solía poner ropa que dejase ver parte de mi anatomía, tales como escotes mas que provocativos, ropa ancha para que en determinadas posturas se viese mi interior, ropa semitransparante que mostrase la ropa interior que, a su vez, era del todo provocativa, batas que dejaba abiertas hasta prácticamente la braga, …etc. Pues bien, nada de esto parecía atraer la atención de mi padre quien, en ocasiones, me llamaba la atención, de forma indiferente, indicándome que me abrochase los botones o que me subiese alguna cremallera intencionadamente dejada abierta para mostrar su interior. En una ocasión, incluso, me fui al baño a ducharme y dejé abierto el pestillo de la puerta, para esperar a que mi padre tuviese necesidad de acudir al baño y, al abrir la puerta, se encontrase de frente con mi cuerpo desnudo bajo la ducha, algo que efectivamente sucedió y puso de manifiesto el desinterés que mi padre tenía en mi físico, al pedir perdón y salir dejando la puerta cerrada tras él. No hizo alusión alguna a mi descuido en cerrar la puerta.

En otra ocasión, incluso, le solicité ayuda para que me diese su opinión acerca de un supuesto dolor que tenía en la parte inferior de mi abdomen, rogándole que me palpase la zona para comprobar si notaba algo anormal. Innecesario es añadir que me había quitado previamente la braga y al subir mi camisón, dejé al descubierto mi vagina húmeda de deseo, aunque mi pudor consiguió enrojecerme al mostrarme así ante mi padre. Tampoco dio el resultado previsto, mostrando él su parte mas tierna y comprensiva al tranquilizarme diciéndome que no debía avergonzarme ante mi padre. Pues bien, tras palpar cuidadosamente la zona, incluido mi pubis a requerimiento mío, me dio su dictamen asegurándome que no veía anormalidad alguna, por lo que sería aconsejable llamar al médico. Yo, claro, le dije que no, pues ya me encontraba mucho mejor después de su "masaje", esperando se ofreciese a continuarlo, pero no fue así.

Estos episodios, narrados en dos párrafos, se distanciaron a lo lardo de casi un mes, un día con una cosa y otro con otra, pero, ya digo, los resultados, nulos.

Transcurría un día normal, cuando la hora en que regresaba mi padre habitualmente, se había pasado notablemente, hasta el punto de llegar a preocuparme y llamar a la oficina tratando de averiguar su paradero. De allí solo pudieron decirme que había salido a su hora normal, es decir, a las 1800h.

Eran ya las 2200h cuando sonó el teléfono y yo, nerviosa, me apresuré a atender la llamada, pues me imaginaba que sería mi padre diciéndome que se había retrasado por algún motivo, como efectivamente así fue, pero la razón del retraso me causó preocupación, pues me decía mi padre que había tenido un pequeño accidente con la moto y le habían tenido que escayolar pues tenía un par de huesos rotos en ambos brazos, aunque me insistía en que el asunto carecía de gravedad. Me dijo que cogiese un taxi y me acercase a recogerle al hospital, pues no podía valerse por sí solo, aunque seguía insistiendo, que estaba perfectamente y así me lo pareció por su tono de voz, completamente normal.

Me apresuré a vestirme para salir a buscarle y cuando le vi me asusté un poco, pues tenía ambos antebrazos escayolados hasta la mano pues, según me contó después, el peso de su cuerpo cayó sobre sus manos que se apoyaron en el suelo para protegerse de la caída. Al no tener guantes, las manos habían sufrido, además de la rotura de algunos huesos, diversas contusiones y quemaduras, así como su cara que, en el pómulo derecho tenía un cardenal que le llegaba al ojo y en la cadera derecha tambien había sufrido un fuerte golpe.

Nos fuimos ya tarde a casa y en el taxi, de camino, mi padre me pidió disculpas por no haberme llamado antes y por el trabajo adicional que me daría su accidente, así como los cuidados que durante los días de escayola, tendría que dispensarle, tales como su aseo personal y ayudarle en sus necesidades fisiológicas. Yo no pude evitar un pensamiento malvado y considerar que el demonio había puesto a mi alcance aquella oportunidad que me ofrecería la posibilidad de aprovecharme y hacer realidad mis mas oscuros y perversos pensamientos. Realmente me veía, en aquel viaje inolvidable, como una auténtica pervertida, pero incapaz de dominar racionalmente mis instintos mas bajos. Se me ocurrieron mil ideas y a cual mas perversa.

Llegados a casa, mi padre me pidió que le acostase lo antes posible, pues tenía todo el cuerpo dolorido. No quiso comer ni ir al lavabo –algo que lamenté-, así es que tras quitarle los pantalones y la camisa y chaqueta que habían quedado destrozadas con el golpe, le puse su pijama y con un analgésico y un antinflamatorio, se durmió sin más. Yo aproveché para husmear en sus interioridades y conocer que ropa interior utilizaba, siendo sus calzoncillos de estilo de slips-pantalón corto y que, como estaban relativamente bien, no quiso cambiarse, igual que de camiseta. Yo no pude pegar ojo en toda la noche esperando su llamada y cabilando sobre la forma de acceder a mis deseos aprovechando su incapacidad física. Imaginé muchas formas de lograr mi objetivo, pero todas pasaban por una parte de abuso violento, pues mi padre había dado muestras sobradas de estar completamente alejado de mis deseos, no viéndome para nada como la mujer que ya era a mis diez y ocho años aproximadamente.

El primer día de convalecencia de mi padre en casa fue el mas apasionante para mí, pues era de esperar que sus necesidades acudiesen a él desde primera hora de la mañana, siendo del todo necesaria mi colaboración para ayudarle, así es que me levanté temprano y esperé que se despertase, lo que sucedió aproximadamente a las 0800h de la mañana. Sentí que mi padre me llamó y tras indicarme que se encontraba totalmente dolorido y sin capacidad para moverse, me pidió que le incorporase y le llevase al aseo, ayudándole yo de inmediato. Había llegado el momento ansiado, así es que me pidió que le despojase de su ropa inferior y le ayudase a situarse sobre el inodoro, algo que no tardé en realizar con toda diligencia, evitando que notase mi "interés" por verle en aquella violenta situación. La camisa del pijama evitó parcialmente que tuviese una visión completa de su sexo, pero lo que alcancé a ver me llenó de excitación y deseo de asaltarle allí mismo, pero mi conciencia controló mi pasión y valoré la necesidad de esperar a que hubiese otra ocasión mas asequible y, sobre todo, esperar a que su dolorido cuerpo comenzase a recuperarse; podrían ser dos o tres días, supuse y luego ya veríamos. Durante ese tiempo debía ganarme su total confianza mostrando un control propio de un adulto responsable y que mi padre se mostrase sin reparos ante mí. Así, con la guardia baja, le tendría mas a mi alcance.

Tras pedirme pudorosamente, que saliese del baño mientras evacuaba, me requirió nuevamente para ayudarle a limpiarse, lo que hice con gran espíritu de colaboración y que fuese evidente para él que podría contar conmigo con total confianza. Después de esto, se dio la vuelta y me solicitó ayuda para desnudarse, pues deseaba ducharse; le quité la camisa de su pijama y le ayudé a acomodarse en la bañera, aunque siempre de espaldas. Yo lamenté su pudor y traté de asearle sin ponerle en aprietos, aunque sintiendo sobre mi mano sus genitales en dos o tres ocasiones cuando le pasaba la esponja por esa zona y procurando recrearme en ella. Me sentía roja de pasión y me preocupaba que mi padre lo notase, pero su honestidad personal no le hubiera permitido entender lo que a mí me sucedía.

Ese primer día transcurrió entre los medicamentos y alguna que otra queja de mi padre sobre su mala suerte. Pronto llegaría el segundo y los siguientes, a los cuales me referiré a continuación.

Con el transcurso de los tres o cuatro días siguientes, mi padre fue perdiendo ese pudor inicial y mostrándose mas confiado en mis cuidados, permitiéndome que le limpiase todo su cuerpo sin reparar en si yo le miraba mas o menos. Yo, lejos de acomodarme a la situación, cada día sentía mas necesidad de gozar del sexo con él, esperando la ocasión de hacerlo; suponía que en algún momento y tras mi frotación de sus genitales, su pene debía entrar en erección y ese sería un buen momento para poder crear el ambiente propicio. Por mi parte, me iba aligerando de ropa cada día en el momento de su baño, y con la excusa de no mojarme excesivamente, pues la ducha me salpicaba y ponía el suelo perdido de agua, al tener que mantener la cortina del baño abierta mientras le lavaba.

Por fin, aquel domingo que pensábamos salir a pasear, se levantó mi padre un poco pronto, requiriéndome para su ducha diaria, algo que me apresuré a cumplir. Me sorprendió que en aquella ocasión me diese de nuevo la espalda, pero no quise hacer ningún comentario al respecto, simplemente aproveché para quitándome el pijama, meterme en la ducha con él, con la consabida excusa de no mojarme yo ni el baño con las salpicaduras de agua, aunque apenas pude articular palabra debido a mi excesiva excitación. El habitual flujo vaginal me manchó enseguida mi braguita blanca, aunque con el agua de la ducha se disimulaba sin problemas.

Su repentino pudor me brindó la ocasión, pues simplemente con la braga-tanga que me venía poniendo ya habitualmente y esperando este momento, me colé en la ducha a pesar de sus muestras de disconformidad.

Comencé a frotarle la espalda y rápidamente y a pesar de sus quejas por mi iniciativa, le pedí que se girase hacia mí para frotarle por delante, pero se negó; me pidió que lo hiciese así, por lo que casi en un abrazo y con ambas manos, le comencé a frotar su pecho... vientre y, por fin, su pene, esta vez completamente erecto y de unas dimensiones desconocidas para mí; rápidamente pensé en salirme de la ducha, pues mi nerviosismo me impedía mantener un control de movimientos coherente y, por otra parte, reconozco que me asusté de las consecuencias de la penetración con las dimensiones de aquel miembro erecto. Mi padre, sorprendentemente, me pidió disculpas por esta situación que no podía evitar, tratando de explicarme que eso era normal en ocasiones en los hombres, viéndome yo en la necesidad de explicarle también y tranquilizándole, que yo ya era una mujer adulta y que estaba perfectamente informada de la sexualidad de los hombres y, siendo su hija, no debía tener vergüenza alguna de mostrarse en su estado natural, así es que podía darse la vuelta. El, agradeciendo mis palabras, me preguntó evidentemente violento con la situación, si yo estaba desnuda, respondiéndole enseguida que por supuesto que no y tratando de tranquilizarle, así es que con los ojos bajos se giró mostrándome su parte delantera y, con sus brazos escayolados, trataba de cubrirse sus genitales, algo que por supuesto no conseguía, pero que era irrelevante en relación con la sorpresa que se llevó al verme casi totalmente desnuda, con mis pechos descubiertos y mi tanga blanco y mojado, dejando ver al trasluz mi vello púbico apenas cubierto por su escaso material.

Mi padre, sin casi poder articular palabra, me reprendió por mi iniciativa indicándome lo inadecuado de la situación, lo violento que le había puesto con esta idea mía y por mi desnudez, impropia de una mujercita que ya era su hija. Yo traté de tranquilizarle, sin poder contener mi propia intranquilidad al ver y sentir el pene de mi padre a escasos centímetros de mi vagina y con un deseo irreprimible de apretarle contra mí, pero mantuve un control mínimo y le pedí que procurase verme como yo a él, como mi padre y sin ruborizarme por ello. Era evidente que ni yo misma me lo creía, pero mi padre trató de mantener su compostura y, ahora sí pude apreciarlo claramente, sin poder evitar llevar sus ojos a mis pechos y mi entrepierna, se dejó llevar por mi iniciativa y comencé a frotarle su pecho, cuello, vientre, ... su pene erecto, sus testículos endurecidos por la larga abstinencia, sus piernas... etc. .. en fin, cuando recuerdo esta escena aún siento escalofríos. Era mi primera experiencia.

Yo procuraba aparentar normalidad y autocontrol, incluso indiferencia, sin manosear excesivamente sus genitales y mi padre, en ocasiones, cerraba los ojos, supongo que escondiendo su vergüenza.

No pasó de aquí la cosa, aunque para mí había sido algo estremecedor. No fui capaz de llegar mas adelante, pero esta experiencia habría de ser el preludio de la espléndida relación que aún hoy y espero que por muchos años, mantengo con mi padre.

Después de aquello, efectivamente dimos un paseo por el parque cercano. Era el primer día que mi padre salía de casa después del accidente y ambos nos encontrábamos felices de sus progresos. Al menos ya no tenía dolores, aunque la escayola habría de durar aún algún tiempo... por suerte!.

Durante este paseo me preguntó mi padre si me había resultado muy violento verle desnudo y en "esas condiciones" y yo, haciendo un alarde de madurez, le dije que en absoluto, todo lo contrario, pues empezaba a ver que mi padre me mostraba la confianza que se merece una hija solícita que le atiende gustosa en una necesidad de su vida, algo que él habría hecho conmigo igualmente, pues para eso está la familia. Lo que lamentaba era haberle violentado yo a él, al meterme en la bañera para poder lavarle mejor, explicándome él que lo que ocurría era que creía que estaba desnuda y no le parecía bien esa especie de exhibición ante él, que era mi padre. No pasó de ahí la conversación y me alegré de comprobar que mi padre estaba totalmente convencido de mis "buenas intenciones", por lo que las siguientes duchas habrían de ser parecidas y, en cuanto me fuese posible, mejores aún.

Después de una bonita mañana y tras el paseo, nos fuimos al bar de la esquina de nuestra manzana, a tomar el aperitivo, algo que hacía antes con mi madre. Allí tomamos dos o tres riojas –yo también, a solicitud de mi padre, quien me dijo que ya era una mujer hecha y derecha-, y los pinchos habituales, alcanzando por mi parte un nivel de euforia desconocido pues, a decir verdad, era la primera vez que bebía y no quería quedar mal ante mi padre. Tambien a él se le veía contento y saludando a sus amigos a quienes hacía tiempo no veía.

Presumía ante sus amigos de su hija y enfermera que tan bien le atendía y decía que cada día le recordaba mas a mi madre. Yo estaba francamente mareada y me ponía nerviosa perder un control que hasta ahora me había llevado a tan buenos resultados.

El día transcurrió sin novedad.

A la mañana siguiente, nuevamente mi padre me pide que le duche y nuevamente yo me dispongo a la labor, preparando todo. Este día ya no aprecio reparo alguno en su disposición para seguir mis instrucciones, dejándose desnudar por completo y subiendo a la ducha él mismo. Me decepcioné al comprobar que su pene mostraba un aspecto triste y de mirada "baja". Llegué a pensar ayer que yo era el motivo de su animación, pero hoy no parecía lo mismo. En fin, decidida a seguir con mi plan, yo tambien me quité mi camisón y, tan solo con un tanga negro que llevaba debajo, me metí con mi padre en la bañera, y le pedí que se sentase, para bañarnos en lugar de darnos la ducha de siempre, pues es mas relajante y no teníamos prisa ninguna. Yo esperaba conseguir mejores posturas para "acercar posiciones", de modo que me situé de rodillas sobre él, que quedó debajo de mí y comencé a pasarle la esponja por todo su cuerpo y cuando llegué a sus genitales, dejé la esponja y con la mano, comencé a manosearle suavemente, notando como poco a poco aumentaba de tamaño, algo que me tranquilizó, al comprobar que todo iba según lo previsto. Con cierto nerviosismo me dijo que ya estaba bien y que deseaba salir de la bañera, rogándole yo que esperase un momento, pues yo iba tambien a aprovechar para asearme. Casi en la misma horizontal su pene semierecto y mi vagina, y sin darle tiempo a reaccionar, metí mi mano aún caliente de sus testículos, bajo mi braga y comencé a frotarme y descubriéndome en parte ante su mirada asombrada. Tratando de evitar una alarma innecesaria, seguí frotándome el resto de mi cuerpo y haciendo especialmente paradas en mis pechos y mi sexo. Mi padre seguía sin reaccionar, aunque su pene sí lo había hecho.

Yo, decidida a terminar con aquel sufrimiento mío, me quité el tanga tratando de aparentar normalidad y evitar actuaciones anormales y de tensión y puesta a horcajadas sobre él, esta vez desnuda, comencé a lavarme la cabeza, dejando caer el jabón sobre mis ojos, lo que me permitió ausentarme de aquella tensa situación y permitiendo a mi padre que disfrutase libremente de sus miradas y de sus actos, si es que se decidía. Yo había puesto todo lo necesario para que él, casi con un leve esfuerzo, y hasta casi sin él dadas las dimensiones de su pene, pudiese ponerlo en contacto con mi vagina, y era lo que yo esperaba, tanto si era decisión suya como si la madre naturaleza ayudaba un poco alargando lo necesario el pene de mi padre.

Tras un par de minutos de espera, sin que mi padre dijese ni una palabra ni yo tampoco y viendo que el suceso no acontecía, comencé a agacharme suavemente buscando el encuentro deseado, algo que se produjo al instante, aunque sin mucha precisión, ya que no conseguí que la punta de su pene tocase al menos, las puertas abiertas de par en par de mi vagina húmeda. No mostré ninguna alarma por el "pequeño accidente" y, sin reacción alguna de mi padre, me propuse otro intento, esta vez mas acertado, pues pude notar, con toda mi sensibilidad a flor de piel, ese ansiado contacto, ese pene erecto y tan deseado, tocando a las puertas de mi pasión. Ya no me era posible mantener la normalidad, pues comenzaba a fluir el jugo lubricante de mi interior a raudales, cayendo sobre el pene de mi padre que, esta vez sí lo notaba, iba penetrando lentamente dentro de mí y por su propia iniciativa, o la de mi padre, pues yo no miraba ni quería estropear el momento.

Con un temblor descontrolado y escalofríos por todo mi cuerpo, dejé caer mi peso sobre el firme pilar que mi padre había puesto entre mis piernas, pues éstas ya no me sostenían. Solté las manos de mi cabellera y las apoyé sobre el pecho de mi padre, dejándome caer sobre él y sintiendo una pequeña resistencia en mi interior que no llegó a suponer dolor alguno, pero sentí mi cuerpo lleno del miembro de mi padre, a quien oía jadear y notaba un suave movimiento de sus caderas subiendo y bajando rítmicamente y proporcionándome un placer muy intenso. Para mí era la primera vez, de modo es que apenas sabía lo que tenía que hacer, pero la madre naturaleza nos dotó de un instinto básico y no tuve problema alguno para adaptarme al ritmo que marcaba mi padre.

En unos segundos, o al menos así me lo pareció a mí, note que mi padre daba un gran empujón hacia arriba y tuve que abrir mis ojos para ver que ocurría, viéndole con el rostro desencajado y sus dientes apretados, suspirando agitadamente y noté en mi interior, con una fuerza inesperada, una gran eyaculación y unos espasmos que acompañaban cada chorro ardiente que caía dentro de mí. Yo me asusté al ver a mi padre así, pensando si eso era o no normal, pero lo cierto es que en unos segundos volvió a la normalidad y me pidió que me levantase y le sacase de la bañera. Me resistí inicialmente y continué yo el movimiento, pero el miembro de mi padre perdió todo su vigor y cayó pesadamente sobre su pierna izquierda saliendo por completo de mi cueva palpitante aún y dejando salir una gran cantidad de semen que tambien cayó sobre los genitales de mi padre. Le protesté levemente recriminándole que se retirase sin dejarme disfrutar a mí tambien, pero no quise llevar muy lejos una discusión de ese tipo. No me es posible contar lo que no sucedió, tal y como he visto en otro relatos que me suenan a algo realmente anormal por la duración, repetición de orgasmos, dimensiones de los genitales, … en fin, creo que la realidad no es así, al menos la mía no lo fue y se quedó en lo que acabo de contar; eso sí, fue el inicio de unas experiencias mucho mejores y mas intensas, pero no tan espectaculares como las de los relatos que leo en ocasiones en las páginas de Internet que aún sigo visitando. Me gustaría contar una de esas historias en las que ambos disfrutan enloquecidamente durante horas, pero no fue así.

Yo me había quedado sin disfrutar del todo y fue una especie de decepción inicial, pero estaba muy satisfecha con el resultado de mi iniciativa y, sobre todo, el haber conseguido romper los prejuicios de nuestro parentesco, lo que me permitía suponer que la situación se prolongaría en el futuro.

Le saqué de la bañera y me pidió perdón con lágrimas en los ojos, algo que me provocó un trauma interior al comprender mi entera responsabilidad y hasta donde había forzado y doblegado la voluntad de mi padre, el cual se consideraba responsable del suceso.

Me pidió que le perdonase, que no volvería a ocurrir y que él era el único responsable por no haber previsto esta posibilidad. Que contrataría a una enfermera a partir de ahora y no volvería a suceder otra vez lo mismo. Me pidió que le llevase a un amigo suyo médico a solicitarle una receta para comprar en la farmacia una píldora anticonceptiva que debía tomar antes de 24 horas y así lo hicimos. Me sorprendió su control de la situación a pesar de la traumática experiencia, pues yo no había pensado en un posible embarazo y me tranquilizó comprobar que mi padre seguía pendiente de todo.

No hubo problema y, en cuanto a la posibilidad de un embarazo no deseado, todo estaba resuelto, pero el problema de conciencia no sería fácil de superar… para él.

Solo añadir, en éste punto, que mi padre trató de exculparme a mí del suceso y achacarse por completo la responsabilidad, insistiendo durante los 2 o 3 días siguientes casi de una manera enfermiza.

La verdad es que hubo de pasar algún tiempo hasta conseguir que mi padre volviese a dejarse seducir por mí, pero era del todo inevitable ante la situación de imposibilidad de contratar a nadie para ayudarle, pues el costo era muy elevado y su estado de necesidad de ayuda externa para valerse, le hacía totalmente dependiente de mí, así es que supe esperar, eso sí, masturbándome cada noche con el recuerdo de aquella, mi primera experiencia, algo insatisfactoria. A pesar de ello, yo ya veía a mi padre como un amante, y él, aunque se resistiese, el haber probado el fruto prohibido habría de condicionarle necesariamente.

Para ahorrar este lapso de tiempo muerto, de 20 o 30 días, entre la primera y la segunda ocasión que se me presentó, solo decir que mi padre me prohibió que me desnudase cuando le fuese a duchar, así es que tuve que diseñar una estrategia de provocación diferente. Decidí ponerme unos camisones que usaba para dormir, de tejidos y telas muy finas, sin ropa interior debajo, de tal modo que cuando se mojaba, se me adhería al cuerpo y se hacía semitransparente, mostrando mi anatomía al completo.

A mi padre ya no le era posible ignorar mi cuerpo como antes, sobre todo después de haberlo probado, de tal forma que yo veía reaccionar su pene ante mis provocaciones. No obstante cuidaba los momentos de su ducha evitando las mañanas y, además, distanció la frecuencia de su ducha diaria, de tal modo que ahora las hacía coincidir en ocasiones con la noche. Además, raramente me mostraba su frente desnudo, procurando que le asease vuelto de espaldas, aunque yo siempre le palpaba sus genitales y comprobaba su estado, a pesar de sus reticencias. Esto me excitaba lo indecible. Me estaba haciendo sufrir lo inimaginable.

Finalmente la situación se presentó, o mas bien tengo que decir que la provoqué, un día en el que mi padre me informó que tenía que ir a la clínica para ver si ya le quitaban las escayolas que llevaba y, en todo caso, para una revisión que tenía programada. Aquello me alarmó de tal forma que pensé que si llegaba a valerse por sí solo, perdería toda ocasión de repetir la experiencia, pues he de decir que mi padre tenía un control, para mí incomprensible, de modo es que tenía que actuar con rapidez, pues si lograba que me hiciese el amor de nuevo, sería definitivo, lo presentía. Aquel día me pidió que le duchase por la noche, y me decidí a no demorarlo mas, así es que, a pesar de su cuidado en controlar la situación yo, descaradamente, le manoseaba los genitales, frotando su pene y apretándome contra él por su espalda. A pesar de que amenazaba con salirse de la bañera, no podía defenderse, pues sus manos aún estaban anuladas. He de decir que a pesar de su resistencia heroica, conseguí que su pene alcanzase una erección total y ya le notaba algo menos resistente, así es que con mucha suavidad comencé a masturbarle, hasta sentir, con mi cabeza apoyada en su espalda, como su corazón se aceleraba notablemente. No me interesaba esta rapidez, así es que forcé su voluntad y le giré hacia mí y yo, agachándome, me metí su pene en mi boca ante su sorpresa y a pesar de que hizo un intento de retirarse, yo no le dejé y comencé a succionar, chupar y lamer, manoseando sus testículos a la vez.

Le oía repetir, "por favor…", "Dios mío, no puedo.." En fin, exclamaciones mas de éxtasis que de reproche, así es que continué suavemente frotando con mi boca y mi lengua su pene que ardía, hasta que sentí que sus frases se convertían en sonidos quejumbrosos y respiración agitada, por lo que paré de esta actividad y me levanté, quitándome el camisón que llevaba y pidiéndole que se sentase en la bañera, a lo que accedió sin poner reparo alguno. Yo, como era de esperar, tenía mi sexo ardiendo y deseando clavarme la estaca de mi padre hasta el fondo de mis entrañas, así es que me senté nuevamente sobre él y coloqué su pene en la puerta de mi sexo, introduciéndolo lentamente, sintiendo cada milímetro de su piel rozando las paredes interiores de mi vagina, volviéndolo a sacar para introducirlo otra vez lentamente… mi padre se dejaba llevar sin oponer resistencia alguna y yo disfrutaba cada segundo controlando como una experta la situación y aprovechándome a tope del momento. Poco a poco y con intensidad creciente, comencé a hacer flexiones rítmicas sobre mi padre, con todo su pene en mi interior, pero tratando de evitar que alcanzase el orgasmo antes que yo, aunque me pareció observar que ahora mi padre también colaboraba en este empeño, así es que cuando yo iba alcanzando una velocidad "de crucero", mi padre reaccionó y me pidió que parase un momento; creí que quería parar, pero pronto comprendí que quería tomarse un respiro para conseguir que yo alcanzase esta vez el mejor y mayor orgasmo de mi vida.

Me levanté de mi posición sintiendo un tremendo vacío en mi interior y seguí impulsiva e inconscientemente frotando mi clítoris con mi mano, pero mi padre me pidió un momento para colocarse y se tumbó sobre el fondo de la bañera, pidiéndome que me pusiese en cuclillas sobre su boca... ¡aquello era de locura!, ¡me lo pedía él!.

Pronto acerqué mi sexo a su boca y comenzó a pasarme su lengua por toda la zona mas sensible de mi cuerpo hasta centrarse en mi clítoris, que localizó sin dificultad, pues he de decir que en mi caso es bastante grande. Yo alucinaba y me parecía imposible lo que estaba viviendo, pero no quería pensar en nada y solo disfrutar de lo bien que sabía hacérmelo mi padre. Durante un rato, creo que bastante, yo gozaba sin parar, pero sin alcanzar el orgasmo pleno; creo que me lo impedía la situación tan atípica que vivía. Reconozco que sentía cierta preocupación por lo que pasaría a partir de entonces, pues conocía a mi padre y me parecía imposible que estuviese colaborando activamente en aquello. Llegué a pensar que era otro de mis sueños eróticos.

De mi vagina manaba un flujo incesante que pedía la penetración profunda que había sentido antes, pero mi padre no me soltaba y yo no tenía fuerzas para reclamar nada, pensando que podría arrepentirse, así que me mantuve en esa posición retorciéndome literalmente cuando sentía que el éxtasis se aproximaba. Recuero que en aquellos instantes me preocupaba si mi padre podría sentir repugnancia por lo que le caía sobre la boca, pero no parecía importarle.

En unos minutos, no muy cortos a decir verdad, supongo que 10 o máximo 15, alcancé el mayor placer que había sentido hasta entonces en mi vida y, sin poder contener un grito alargado y tenso, disfruté de los espasmos mas convulsos que se puedan imaginar.

Dejé pasar un rato después de correrme en la misma posición y mi padre proseguía una succión suave y placentera sobre todo mi sexo que aún sufría unas contracciones intensas, esperando que yo disfrutase de ese post-orgasmo intenso que estaba teniendo. El lo sabía y no me apresuró a terminar. Solo me dijo al levantarme :"Qué tal hija? ¿Lo has disfrutado hoy?" Creo que la expresión sonriente de mi rostro le dio la respuesta y entonces pensé que él aún no había terminado. De hecho, miré hacia atrás y vi su enorme verga aún erecta con una dureza extraordinaria. Comprendí que aún él esperaba algo, así es que me giré y me agaché sobre su pene comenzando a chuparle yo a él, con toda la delicadeza y cuidado de era capaz, pero me pidió que me sentase sobre su pene otra vez, pues lo que no quiso antes es correrse dentro de mí, para evitar embarazos indeseados, pero que ahora, durante unos minutos, podría controlar la situación, así es que podría penetrarme con cierta tranquilidad y mañana, compraría definitivamente píldoras anticonceptivas y podríamos disfrutar sin temor alguno.

Yo me alegré sobremanera comprendiendo que mi objetivo lo había logrado: por fin mi padre se había convertido en mi amante y tendríamos todo el tiempo del mundo para disfrutar de ese placer y del amor, sí, amor real que, yo al menos, sentía por él.

Me dispuse a darle un poco mas de actividad a mi sensible vagina y esta vez, ya mas tranquila con mi pasión satisfecha, me centré en devolverle a mi padre todo el placer que él me había dado a mí minutos antes, así es que suavemente comencé a introducir su pene en mi vagina y a subir y bajar con lentitud. Pronto comprendí que podría volver a alcanzar otro orgasmo sin dificultad, si mi padre tenía un poco de aguante y parecía que hoy iba la cosa muy bien. Al cabo de unos minutos y ya ambos sincronizados en un movimiento rítmico y sensual, yo me acoplaba totalmente sobre mi padre, viendo desaparecer totalmente dentro de mí, su magnífico ejemplar, tan dentro que sentía casi dolor interno cuando me dejaba caer por completo sobre su miembro, pero era un dolor que me hacía sentir la conciencia del tremendo placer y desconocido para mí, que estaba sintiendo. Aquello era mucho mejor que todo lo que había visto en las películas y en revistas… aquello era real!!

En esta ocasión fue distinto, pues efectivamente él controlaba la situación. Mi lívido iba subiendo nuevamente estimulada por tan placentera actividad y ya no pensaba sino en alcanzar otro orgasmo lo antes posible, sin preocuparme de las consecuencias; todo me daba igual. Ardía nuevamente de pasión y no quería, por nada del mundo, estropear el momento, pero mi padre tenía otras intenciones. Me pidió parar un momento y colocarnos de forma que pudiésemos acabar con la boca. La verdad es que me estropeó un poco la fiesta, pues no me ha gustado demasiado esas variantes, pero accedí en mi ánimo de no contrariarle y facilitarle cuanto desease, así es que nos situamos en posición adecuada y comenzamos cada uno con nuestra labor.

La penetración, para mí, es incomparable, pero he de reconocer que mi padre sabía hacer disfrutar a una mujer con el sexo oral, mejor que nadie, así es que nuevamente mi pasión me hacía arder y no creo que pudiese aguantar mucho mas. La verdad es que era incapaz de controlar lo que le hacía a mi padre, pues mi cuerpo sufría de convulsiones y espasmos y carecía de control alguno sobre mis movimientos.

Os puedo asegurar que nuevamente tuve un orgasmo tremendo, quizá con mas intensidad que el anterior, hasta el punto de que recuerdo que brotaron lágrimas de mis ojos. Al cabo de unos segundos reaccioné y traté de continuar la labor que a mí me correspondía, pues mi padre seguía armado y a la espera de su parte, aunque él seguía lamiendo mi sexo incandescente y enrojecido, mas por el placer sentido que por la frotación física.

Cuando aún sentía las contracciones de mi orgasmo, largo e intenso, sentí un borbotón de semen en mi boca que me sobresaltó y me hizo retirarme por un segundo, pero rápidamente reanudé mi actividad y procuré hacerle a él algo parecido a lo que él me había hecho a mí, así es que me aguanté ese punto de repugnancia que confieso sentí en aquel momento y le procuré todo el placer que pude. También él ahora se retorcía debajo de mí y su lengua ya no controlaba los restregones que aún me daba por mi zona sensible.

Le pedí que nos fuésemos a la cama a hacer el amor tradicional, pero él, con buen criterio, me aseguró que no podría ponerse sobre mí pues no podía aguantar el peso de su cuerpo con sus brazos, y que, además, quería comprar píldoras anticonceptivas al día siguiente para poder hacerlo con toda tranquilidad. A pesar de eso, aquella primera noche que dormí con mi padre, fue algo inigualable; le abracé tiernamente y le pedí que me tomase como su amante para siempre, pues yo siempre le había deseado y no quería entregarme a ningún otro hombre. En fin, creo que sentamos las bases de una sólida relación de futuro y, por ahora, todo permanece dentro de una estabilidad absoluta. Ambos estamos completamente satisfechos y practicamos el sexo casi a diario… he de añadir que casi siempre a requerimiento mío, pues mi pasión continúa siendo como en aquellas primeras experiencias.

A pesar de lo relatado, os puedo asegurar que los día siguientes fueron tremendos: las sesiones de sexo eran a diario y aunque sin demasiadas repeticiones, al menos una o dos veces cada día disfrutábamos de nuestro amor.

Ambos aprendimos a satisfacer a nuestra pareja y ese era nuestro objetivo.

Especialmente los dos o tres días siguientes a la utilización de la píldora, fueron extraordinarios, algo que pienso relatar en otra ocasión para, al menos, mi propia satisfacción y la de aquellos a los que gusten de estas experiencias, sobre todo si son tal auténticas como la mía.

Por Fermina

miércoles, 29 de julio de 2020

También bailo desnuda


Mi nombre es Anabell, tengo 22 años y soy asidua lectora de los relatos que se publican en esta extraordinaria pagina, es la primera vez que me atrevo a escribir un relato de mis experiencias personales estimulada por el relato publicado hace unos meses en esta web.

En el relato referido narra situaciones con las que me identifico de manera asombrosa de tal suerte que bien pudiera ser mi historia, o que me lo estoy "fusilando", sin embargo existen algunas diferencias que a la vez lo hacen totalmente distinto, a mí también me encanta bailar desnuda, me excita sobre manera y me pone muy cachonda, deseosa de sexo, y me inspira a entregarme a los placeres de la carne con el primer hombre que aparezca en esos momentos.

Las diferencias principales que existen con el relato mencionado son, que yo no bailo desnuda en lugares públicos, aunque no es nada mala la idea de intentarlo, lo hago solo en mi casa. Mi audiencia no es numerosa o ante desconocidos, solo lo hago para dos personas, mis hermanos mayores, de 26 y 27 años respectivamente. No consumo "éxtasis" para reforzar mi lujuria, solo fumo la mariguana que acrecienta mi placer sexual. Aunque tengo deseos de hacerlo, no me entrego a los placeres con cualquier chico o chicos que conozca ocasionalmente, solo lo hago con mis hermanos y separadamente con mi novio en turno, quien por supuesto ignora que lo hago con mis hermanos y acostumbro cambiar de novio constantemente. Mi confidente no es mi prima sino una amiga que haca lo mismo con su hermano.


En fin que esta narración verídica empezó hace ya casi cuatro años, cuando descubrí que no les era sexualmente indiferente a mis hermanos y como en casi todas las familias ellos me espiaban cuando me bañaba o me cambiaba de ropa, y se hacían la ya tradicional masturbación con mi ropa intima sucia, me desnudaban con la mirada y no desaprovechaban cualquier oportunidad de mirarme las piernas y las pantaletas, que por cierto me fascina la lencería pequeñita y atrevida, todo eso me ponía muy caliente haciendo que me masturbara fantaseando que era cogida por ellos y en múltiples ocasiones me volvía a poner las pantaletas con las que ellos se habían frotado la verga para imaginar que tenia ésta entre mis piernas aprisionándola contra mi vulva, así que les facilitaba esas excitantes tareas dejándome ver y poniendo a su alcance mi ropa interior sucia fingiendo no darme cuenta de nada.

Como lo dije antes me fascina bailar desnuda y me pone caliente aunque siempre lo hacia a solas en mi recamara o al estarme bañando, pero cuando bailo en alguna fiesta o antro imagino que estoy desnuda, me pongo extremadamente cachonda y mojo las tanguitas. Cuando descubrí que era espiada por mis hermanos la excitación se acrecentó de manera incontenible y bailar desnuda ante su furtiva mirada me llevaba al orgasmo al saber que estaba siendo deseada sexualmente por ellos.

Un día que estaba sola puse música a todo volumen y bailaba con erotismo en la sala de la casa manteniendo los ojos cerrados fantaseando estar desnuda en un lugar publico, no me di cuenta cuando mis hermanos entraron y se dedicaban a verme sin hace ruido, cuando me di cuenta deje de bailar pero ellos insistieron en que continuara, ya estaba lo suficiente caliente y les complací sin dejar de mover mi cuerpo con lascivia, ellos me devoraban con la mirada seguramente imaginándome en ropa interior o encueradita, tal como acostumbraban a verme cuando me espiaban.

Esta situación se repitió de manera reiterada a petición expresa de ellos diciéndome que lo hacia muy bien y les gustaba verme para aprender algunos pasos, yo sabia que era mentira y que lo que realmente querían era verme moviéndome con lujuria y excitándose pues de reojo les veía con se formaba el bulto de su erección bajo sus pantalones, lo que me ponía muy deseosa y lo hacia con total complacencia e intención de excitarles tanto como yo lo estaba.

Un buen día empezaron a palmear las manos y en son de broma decían "mucha ropa" o repetían "tubo, tubo, tubo" como si estuvieran ante una desnudista en un "table-dance", lo que me excitaba aun más y a ellos también pues su erección era mas que evidente, yo también fingiendo que era en son de broma me empezaba a levantar la ya de por sí corta falda o minivestido mostrándoles mis muslos casi en su totalidad y de vez en vez procuraba que me pudieran ver las pantaletitas o por la parte posterior una porción de mis nalgas pues como acostumbro usar tangas éstas me meten entre mis nalgas dejándolas al descubierto.

Semanas después, un día, ya de noche, llegué de casa de unas amigas en donde se había celebrado una fiesta y donde habíamos estado tomando licor y fumado mariguana, así que venia muy caliente con el deseo de que mis hermanos me pidieran que bailara frente a ellos, aprovechando que mis padres se habían ausentado y llegarían tarde. En efecto al llegar lo primero que hicieron mis hermanos fue pedirme que bailara para ellos, aun bajo los efectos de la droga accedí de inmediato, los gritos de " mucha ropa y tubo, tubo" no se hicieron esperar, estaba dispuesta a complacerlos y experimentar sus reacciones al dejarles ver mas de lo acostumbrado.

Pusieron música y se sentaron frente a mí, empecé el baile y de inmediato mis movimientos exteriorizaban mi cachondez, a medida que la música tocaba mis movimientos se volvían cada vez más frenéticos y provocativos, el ajustado minivestido que lucia se subía por mis muslos sin que yo hiciera nada por bajarlo, antes al contrario poco a poco lo iba subiendo mas de tal suerte que mis piernas estaban totalmente expuestas a su libidinosa mirada.

Las peticiones de "mucha ropa" se repetían sin cesar, ya sentía que mis pantaletas estaban muy húmedas y con la total desinhibición que me provocaban los efectos de la mariguana les advertí que me quitaría el vestido pero que "solo ver pero no tocar", ellos aceptaron jubilosos, el respectivo bulto que hacían sus vergas erectas bajo su vestimenta era por demás evidente y no trataban de ocultarlos, lo que acrecentaba aun más mi apetito venéreo.

Así que dejándome llevar por la lujuria que se había apoderado de mí, mi baile se hizo más erótico y me subía lentamente el vestido hasta la cintura dejándoles ver mis minúsculas pantaletas y nalgas a través de las pantimedias y momentáneamente pasaba las palmas de mis manos por mis muslos, nalgas y senos ante los comentarios de mis hermanos que me animaban a seguir adelante mientras que instintivamente se acariciaban sus vergas y las acomodaban dentro de su pantalón sin perder de vista mi cuerpo que seguía contoneándose con una carga de erotismo difícil de describir.

Me sentía al borde del orgasmo, y sin pensarlo mas me despoje del vestido quedando solo con el sostén de media copa, las pantaletitas ambos de color rojo y las pantimedias, luciendo mi candente cuerpo al compás de la música para deleite de mis hermanos que no perdían detalle y seguían acariciando su endurecido falo.

En el éxtasis de la lujuria me olvidé un poco de la música y me dediqué a exhibirles mi cuerpo con total descaro acercándome a ellos para que me pudieran apreciar a plenitud, el mayor de ellos aprovecho la cercanía y paso su mano por vez primera encima de mis nalgas, sin tratar de evitarlo y sin retirarme solo le repetí "ver pero no tocar" y seguí enseñándoles mi caliente humanidad forrada en mi ropa intima ante sus solicitudes para que me quitara las pantimedias.

Sentía que mis pantaletas escurrían de los flujos vaginales que emanaban de mi sexo y estuve muy, pero muy cerca del orgasmo, creo que si en ese momento me hubieran propuesto cogerme lo hubiera aceptado. Para nuestra desgracia en esos momentos escuchamos que se abría la puerta del garaje y entraba el auto de mi padre por lo que súbitamente terminamos la exhibición nos fuimos presurosos a nuestras respectivas recamaras en donde procedí a masturbarme soñando que mis hermanos me cogían, seguramente ellos estarían haciendo lo mismo.

Pasaron algunos días sin que se repitiera la experiencia y sin comentario alguno de lo sucedido, todo siguió "normal", me seguían espiando cuando me bañaba o me cambiaba de ropa, me seguían desnudando con la mirada y aprovechando mis "descuidos" al sentarme para verme las piernas y las breves pantaletas, así como el evidente manipuleo de mi ropa interior sucia.

Pero llegó el fin de semana y como de costumbre mis padres se irían a alguno de sus acostumbrados y aburridos eventos sociales, contra mi costumbre ese viernes por la noche no salí a ningún antro, mis hermanos tampoco, con ansiedad todos esperábamos la exhibición que esa noche habríamos de tener y para lo cual elegí la ropa más sexi que se me ocurrió, seria un coordinado de pantaletas tipo tanga y brassiere de media copa en color blanco totalmente trasparente, no llevaría pantimedias, un minivestido de lickra ajustable y una sandalias destalonadas confeccionadas en corcho sólido. Estaba cachonda solo de pensarlo y dispuesta a exhibirles a mis hermanos mi cuerpo desnudo y con ello hacer realidad uno de los sueños eróticos más deseados.

Esa noche aun antes de que mis padres se fueran empecé a coquetear con mis hermanos, contoneaba mi cuerpo de manera exagerada cuando pasaba frente a ellos, al sentarme permitía que el reducido vestido se subiera mostrándoles las piernas y separando un poco éstas les dejaba ver con descaro, al fondo de mi entrepierna, mis pantaletitas y a través de su transparencia mi abundante vellosidad pubica, todo ello acompañado de sonrisas picaras y miradas provocativamente lúbricas.

Mis padres se fueron y sin mayor tramite mis hermanos pusieron la música con el volumen alto, bajaron la intensidad de la luz y sirvieron unos tragos de ron, mientras ingeríamos el trago ellos me pedían que bailara y ensalzaban mis atributos físicos y la pretendida facilidad para el baile, me hice del rogar por unos minutos y luego fingiendo que me habían convencido les pedí que me esperaran un poco y me fui a mi recamara con un caminar extremadamente sensual dejándoles ver en mis nalgas el borde de las pantaletitas que se marcaban bajo el ajustado minivestido.

En mi dormitorio saqué un cigarrillo de mariguana y le di algunas fumadas, suficientes para ponerme "locamente cachonda" y volví a la sala en donde con ansiedad mis hermanos me esperaban desnudándome anticipadamente con la mirada, el bulto que formaban sus respectivos penes endurecidos bajo el pantalón me indicaban que ya están calientes y ello contribuía a mi propia cachondez.

Por fin me coloqué en el centro de la sala y empecé a bailar con erotismo desbordado, como ya se había hecho costumbre empezaron a repetir " mucha ropa y tubo, tubo", a consecuencia de mis sensuales movimientos el reducido vestido se me iba subiendo hasta el borde de mis nalgas poniendo a su vista la totalidad de mis desnudos muslos, momentos después pasaba mis manos por mis pierna subiéndolas por toda la extensión de los mismos y arrastrando el vestidito hasta la cintura en donde permanecía debido a lo ceñido que me quedaba.

Me di media vuelta quedando mis nalgas plenas a su vista ya que las pantaletitas estaban incrustadas entre mis glúteos, el movimiento de mi cadera invitaba a que acariciaran mis nalgas pero aun no me acercaba a ellos que incesantemente se frotaban la verga aun bajo su pantalón, seguían las manifestaciones de "mucha ropa" y en un movimiento decidido me saqué el minivestido arrojándolo al piso, mis hermanos enmudecieron al verme prácticamente desnuda ya que aun cuando todavía conservaba el sostén y la tanguita eran tan trasparentes que no dejaban absolutamente nada a la imaginación sobresaliendo el manchón negro de mis numerosos vellos pubicos, seguía bailando pero ya no muy de acuerdo a la música pues mas bien me dedicaba a posar para ellos exhibiéndoles mi cuerpo casi desnudo y mis partes intimas a través de la transparencia de mi ropa intima.

Me pedían que me quitara el brassiere y las pantaletas, pero me animé a decirles que lo haría siempre y cuando ellos también me mostraran su órgano viril, más rápido de lo que lo escribo mi hermano mayor se sacó el pene en total erección y mi hermano menor de plano se bajo el pantalón hasta los tobillos dejándome ver su verga bien parada, ahora fui yo quien se quedó muda y momentáneamente inmóvil, me habían impresionado las vergas de mis hermanos, eran verdaderamente enormes, tal vez no tanto como la mas grande que haya tenido dentro de mi cuerpo, pero no hay duda están muy bien dotados mis hermanitos, en pocas palabras eran unas vergas divinas que ansiaba tener dentro de mí por alguno de mis orificios, ambas circundadas y cada una precedidas de enormes y sabrosos güevotes en los que, después sabría, almacenan gran cantidad de esperma.

Más cachonda que nunca ante la excitante presencia de las macanas de mis consanguíneos reanude el baile meneando morbosamente mi cuerpo con toda la lujuria de que soy capaz, me bajé los tirantes del brassiere con lo que permitía que se me viera la aureola que rodea mis pezones y amagaba con sacar de las copas del sostén mis senos, pero opté por empezar a bajarme las pantaletas muy lentamente y cuando éstas descubrían mis partes intimas las volvía a subir de un solo golpe, a petición reiterada de mis hermanos las dejé enrolladas en la parte superior de mis muslos y me acerqué a ellos pidiéndoles que me desabrocharan el brassiere, mi hermano mayor fue quien procedió a quitármelo mientras mi hermano menor me acariciaba las nalgas aun cuando le decía aquel estribillo de "ver pero no tocar", pero no hacia nada por evitarlo ya que me estaban fascinando las caricias de sus manos en mi trasero a consecuencia de la enorme calentura que en esos momentos estaba posesionada de mi cuerpo y mi hermanito me despojo por completo de las pantaletas dejándome totalmente encueradita.

Ya desnuda me separé de ellos y reanude el baile, pero ahora me dedicaba mas a exhibirles mis partes intimas que bailar al son de la música, abría las piernas y les enseñaba mi peluda vulva separando los labios de mi vagina, así como separándome las nalgas les mostraba mi culito, me tiraba en el suelo y adoptaba poses cual si me estuvieran cogiendo y de vez en vez me frotaba mis partes a manera de masturbación, ellos seguían atónitos viendo el espectáculo sin dejar de frotar sus excelentes camotes.

Me puse de pie y me acerqué nuevamente a ellos quienes se lanzaron sobre de mí, el mayor se dio a la tarea de chuparme las chichis mientras que el menor arrodillado me besaba las nalgas y metía su rostro entre ellas buscando con su lengua mi culito, por la pose en que estabamos solo le alcanzaba a sobar el pene a mi hermano mayor, era delicioso ser cachondeada por mis propios hermanos.

Me levantaron en vilo llevándome al sofá donde me recostaron, besaban y chupaban cada porción de mi cuerpo haciendo delicioso énfasis en mis partes erógenas volviéndome loca de placer, no supe en que momento les empecé a hacer la felación, cuando me dí cuenta ya les estaba chupando alternadamente el camote a mis hermanos mientras ellos disfrutaban con manos y boca de mi cuerpo, hasta que me llevaron a un intenso y delicioso orgasmo, y ellos eyacularon sobre mi cuerpo y rostro bañándome con su tibia y espesa leche.

Los tres fines de semana siguientes, incluyendo viernes y sábado, repetimos los actos cachondos de sexo oral incestuoso narrados, solo avanzamos en que eyaculaban en mi boca y yo golosa tragaba el semen de ambos, pero al cuarto fin de semana, el sexo oral entre mis hermanos y yo fue rebasado e inevitablemente me empezaron a coger entre los dos dándome la doble penetración en todas sus formas, boca-vagina, boca-culito y culito-vagina.

Desde entonces cada fin de semana soy cogida por mis hermanos, entre los dos o bien solo por uno de ellos, pero también entre semana recibo en mi recamara la fraterna visita de alguno de los dos que desea disfrutar de mi cuerpo y yo lo gozo como loca.

Anonimo

martes, 28 de julio de 2020

Dan Oniroku onna biyoshi nawa shiku (AKA Female Beautician Rope Discipline)



La estilista Misa conoce a Ippei, entusiasta de S&M, y está convencida de probarlo. Luego, más tarde, la ex esposa de Ippei, que resulta ser una de las clientas de la tienda de belleza de Misa, comienza una relación sexual con ella. El asunto de las lesbianas también se ve acentuado por algo más de S&M.

Japonés/inglés

Instituto Pene Negro 1, Comix





The Strokes, Discografía





01 Is This It 
02 Room on Fire 
03 First Impressions of Earth 
04 Angles 
05 Comedown Machine 


06 The New Abnormal 



The Strokes es una banda de rock originaria de Nueva York Estados Unidos formada en 1998 por el vocalista de la banda Julian Casablancas. Tras el lanzamiento de su álbum debut Is This It en 2001, muchos críticos nombraron al grupo como: «Los salvadores del rock». Han vendido más de 8 millones de copias en todo el mundo. Su canción mas exitosa es Reptilia del álbum Room on Fire.

lunes, 27 de julio de 2020

In the Heat of the Click



El Dr. Fez (John Lazar) pierde el dispositivo nuevamente, esta vez ante dos novias, Linda (Gabriella Hall) y Alsacia (Leslie Olivan), que también están buscando un collar mágico.

Inglés


Bizarre Comix 8, Comix





Mi hermano, el primero


A primeros de ese año mis amigas me descubrieron cómo jugar con el coño. No es que me enseñaran nada que no hiciese ya intuitivamente o que no supiese que se podía hacer, es que gráficamente explicado por las más avispadas de nosotras, el conocimiento de las distintas posibilidades y tomar consciencia de que nada me impedía hacer lo podía hacer, hizo que fuese imposible dejar de tocarme en todo el invierno. Pero llegó la primavera y tras ella el verano... y la autosatisfacción desenfrenada se había instalado como un vicio incontrolado. Solía frotarme el clítoris frenéticamente en cuanto me veía sola, incluso en los aseos de clase. Otras veces, pocas, me deleitaba usando objetos con cierta forma fálica. Jugando con un pato de goma acabé rompiéndome el himen, dándome tal susto que estuve casi una semana sin tocarme. Me dio tal gusto tras ese período de descanso, que me pase el día entero encerrada en mi cuarto, en la cama simulando una indigestión. Pensé que con el tiempo se me quitaría el calentón, deseaba que así fuese. No podía hablar con mis amigas de eso porque no confiaba en su discreción, pero al final del día, cuando atendía por tercera o cuarta vez al reclamo de mi irritado coño, me sentía un poco culpable.

Lo que tenía que ocurrir alguna vez, ocurrió, y en verano me pillaron con la mano metida dentro del bañador. Fue en casa, en el trastero, muerta de calor y envuelta en un sudor que me caía por los brazos, haciendo que los dedos resbalaran maravillosamente por mis labios menores y el clítoris. Estaba en plena faena cuando mi prima abrió la puerta. Me di un susto tremendo y ella reaccionó saliendo al instante, pero se lo pensó antes de alejarse y volvió a entrar. Empezamos a hablar, con humor, sin dramas. Me dijo con cierto apuro que me había visto en otra ocasión en la misma actividad, recomendándome a continuación que intentara ser más discreta. Estuvimos hablando muchísimo sobre sexo en general y la masturbación en particular. En ese espacio tan cerrado y con el olor de mi coño de fondo, al fin pude desahogarme con alguien.


Mi prima había llegado ese verano hecha una mujer súper sexy. Nandi nunca había hecho buenas migas con mi hermana la segunda, pero sí con Tomás, el mayor. Mi otro hermano, Alberto, iba a lo suyo, como siempre. Ese año ella fue el centro de atención de propios y extraños. Me di cuenta de que mi padre y Alberto le miraban el culo en cuanto podían. Me resultó difícil asimilar la sexualidad desnuda de los miembros de mi familia, sobre todo por mi padre. A Alberto lo llegué a ver tocándose disimuladamente el pene en la playa mientras ella estaba a cuatro acomodándose en la toalla. Lo de mi padre sí que me sorprendió más, sobre todo por los comentarios tan poco sutiles que intercambiaba con mi tío a cerca de si Nandi tenía novio, noviete o amiguete, usando expresiones que ellos creían sutilmente picantes pero que realidad eran burdas obscenidades. Tomás, en cambio, estaba totalmente absorbido por Nandi y no se daba cuenta de que no era el único que bebía los vientos por ella. Y ahora esa Nandi, la Mujer, se abría ante mí y se volvió como una especie de mentora, resolviendo dudas y preguntas que rondaban por mi cabeza.

No censuró mi vicio, al contrario, le pareció divertido. De vez en cuando me daba pistas sobre cómo ampliar horizontes, como por ejemplo orinar en la ducha mientras me masturbaba, algo que se convirtió en costumbre. Empecé a ver normal que los amigos de siempre y que los hombres de la casa mirasen a mi prima de esa forma tan sexual.

Después de aquella primera charla con ella, había observado que Nandi y Tomás desaparecían en la casa durante mucho tiempo, y en cuanto tuve la oportunidad le pregunté al respecto. Al principio no me dio alguna respuesta satisfactoria, pero acabó confesando que realmente se escondían y que mi hermano se tocaba delante de ella. Aquello me pareció asqueroso y muy friki. Ella se puso a la defensiva y empezó a contarme detalles escabrosos para hacerme cómplice de sus perversas travesuras. Me contó que le insinuaba las tetas, incluso el coño, y que para ella era muy morboso tener la polla de Tomás al alcance de la mano, una bonita verga bien proporcionada. Fue adornando tan bien sus encuentros que acabé mojando la braguita, haciendo que desde entonces pensara en el pene de Tomás como un objeto que podía usar en mi imaginario sexual. Por sus detalladas descripciones no me quedó claro si había habido contacto entre ellos o no.

Al día siguiente, muy temprano por la mañana, salí de mi cuarto para orinar. Me encontré a mi padre masturbándose mientras miraba a través de la ranura de la puerta donde dormían mis primas. Con la mano dentro de los calzoncillos, llegué a tiempo de presenciar las últimas sacudidas, y unas gotas de semen cayeron al suelo sin que él se diese cuenta del rastro que estaba dejando. Sin percatarse de mi presencia, se alejó al cuarto de baño. Entonces me acerqué a la puerta y me asomé también. Mis primas dormían plácidamente, pero Nandi estaba boca arriba, con los brazos en cruz y las piernas un tanto abiertas. Sus pechos se desparramaban en la camiseta de tirantes blanca, de forma que uno de ellos se había salido por una axila. Dormida, acarició ligeramente con un dedo su sexo y, en cuanto arrancó un gemido, volvió a reposar la mano. Me alejé antes de que me viese mi padre a su regreso. Me acordé de la gota de semen en el suelo y la busqué. Me mojé los dedos en ella y limpié el resto con mi propia camiseta. En mi habitación todo me daba vueltas. Había visto eyacular a mi padre, aún tenía su semen en mis dedos. Lo olí, lo probé. Acabó lubricando mi primera paja de la mañana. Nandi, y su hermana, eran como unas hijas para mi padre, una hermana para Tomás y nosotros. Terminé corriéndome comprendiendo que tenía carta blanca a la hora de focalizar mi deseo, pues en mi fantasía era la lengua de Nandi la que lamía con furia mi coño, mientras ella era penetrada por Tomás y mi padre, que la follaban violentamente mientras los tres miraban cómo me retorcía de placer.

Horas después, cuando me levanté, me pasé el resto del día espiando a mi hermano y a mi prima. Estaba muy excitada, deseando participar en sus juegos. Al fin los pillé. Estaban en uno de los cuartos que nos sirve de almacén. Abrí la puerta en silencio y me asomé, estando ellos tan ensimismados que no se dieron ni cuenta. Mi hermano se masturbaba frente a Nandi y ésta estaba sentada en una posición realmente sensual. Sin mostrar nada, se podía recorrer perfectamente su cuerpo y sus bonitos atributos. Entré y al fin me vieron. Mi hermano se tapó rápidamente con una toalla. Yo cerré tras de mí y me senté junto a Nandi. Sabía lo que estaban haciendo, pero quería que me lo contaran para que no tuvieran alguna razón para echarme. Tomás estaba visiblemente incómodo, con ganas de irse o de que me fuese. Empezó a molestarme aquello, me sentía como una imbécil al haber pensado que podía ser una más en el juego. Si Nandi podía, ¿por qué yo no? Empecé a decir estupideces que no hacían más que empeorar la situación.

Nandi nos calmó a todos. Tenía esa habilidad. Me susurró al oído que si me hacía la invisible podía quedarme, que no me preocupase. Su aliento en mi oreja me había erizado la piel y no quería que dejara de hablarme. Mientras, la polla de Tomás se movía bajo la toalla, pero no era su mano la causante. Nandi pidió a Tomás que continuase. El retiró la toalla y vi su pene empalmado. Los nervios hicieron que se me escapara una risa que me avergonzó al momento. Era una polla hermosa, como me había dicho Nandi. Mi prima me hablaba de ella al oído y no sólo me volvió a erizar la piel, sino también los pezones. Busqué el contacto de sus carnosos labios, me mojé mientras mi hermano jugaba con la piel de su polla, llevándola arriba y abajo. En un momento dado, Nandi se bajó los tirantes para mostrar sus grandes y puntiagudos pechos, haciendo que Tomás abriese totalmente los ojos. Nandi pegó una teta a mi brazo, haciendo que sintiera su pezón aplastado en mi piel. Yo me derretía por momentos y mi hermano empezó a masturbarse frenéticamente.

Tomás estaba llegando al límite y preguntó a Nandi si seguía o no, a lo que ella le dijo que sí. Yo no me lo pensé y tomé posesión de su polla. Era mi primer pene y lo rodee con mis manos, sacudiéndolo al mismo ritmo que lo había estado haciendo Tomás. Mi hermano me miraba como suplicándome que parara. Pero si Nandi jugaba con él, yo también tenía derecho a hacerlo. Además, Tomás sólo tenía que pedirme que lo dejase, pero era tan incapaz de pedírmelo como yo de soltarle la verga. Me acaloré y me quité la camiseta. Nandi tenía un cuerpo arrebatador, pero Tomás miraba mis pechitos. Aprendí más de sexualidad en esos minutos que en toda mi vida anterior. De pronto Tomás se tensó y tras unas primeras salpicaduras que casi me dan en la cara, empezó a brotar semen. Había mucho, no dejaba de salir, y yo seguí bombeando hasta que él me hizo parar. Cuando me di cuenta, estaba tan mojada que parecía que también me había corrido. Tras limpiarnos, salimos. Ya nada fue igual desde entonces.

Buscaba a Tomás, le metía mano en el pasillo, en el coche. A veces se dejaba manosear el pene y me interrumpía cuando iba a correrse. Lo que me molestaba era que él no me tocase, los escrúpulos que tenía conmigo. Un día le pedí ir al cuarto donde solía verse con Nandi. El se sentó en suelo, como solía hacer. Me puse en cuclillas sobre él y lo empecé a masturbar. Sabía que en ese lugar seguiríamos hasta que la aparición de su leche diese por terminado el encuentro. Lee tapé los ojos con un pañuelo y lo hice tumbar. Me situé en equilibrio sobre él, y me mojé el índice y el pulgar, haciendo después un círculo con ellos que puse sobre la gorda cabeza de su pene. Lo bajé, apretando el círculo, arrastrando la piel mientras su espalda se tensaba. Lo hice así varias veces y a continuación probé mi primera polla con la boca. El no supo exactamente qué estaba haciendo, pues el único tacto que recibía de mí era el que tenía en la verga, así que Tomás no tenía ninguna referencia ni de dónde estaba yo ni de lo que hacía. Cuando comprendió que lo estaba lamiendo con los labios y la lengua, gimió y dijo un "ufff" que me puso a cien. Su pene estaba hecho a medida para mi boca, con mi lengua ligeramente aplastada. Estaba muy mojada y tenía todo el cuerpo a flor de piel. Sujetaba firmemente con el índice y el pulgar la base de la verga mientras movía la cabeza para recorrer el tronco todo lo que podía. Lo malo es que a pesar de mi excitación, mi inexperiencia me hizo ser incapaz de replicar esas divinas mamadas que había visto tantas veces en el porno. Me sentí ridícula y desistí.

Sin soltar la base de la verga, me puse en cuclillas sobre ella, apunté y me dejé caer. Nunca había tenido nada así en la vagina. A pesar de estar tan mojada y que mi cuerpo resbalase sin resistencia, sentía su polla abriéndome en canal. Era rígida y carnosa, cálida. Nada que ver con otros objetos que mi coño había engullido. Empecé a moverme apoyada en el suelo y en mis rodillas, subiendo y bajando el culo, evitando tocarle y emitir gemidos. No tardó en darse cuenta que aquello no era ni boca ni manos y se quitó la venda. Puso sus manos en mi trasero, ayudándome en el movimiento y aguantando mi peso en el descenso. Ahora podía dejar mis manos apoyadas en sus muslos. Embelesada bombeando la polla en mi coño, no me había dado cuenta que Nandi llevaba un tiempo sentada de rodillas junto a nosotros. No sabía desde cuándo estaba allí, pero ella tenía una mano dentro del pantalón, tocándose y la otra en el muslo, así que me giré y se la cogí, pero tuve que soltarla pues me caía. Tomás empezó a apretarme las nalgas y comprendí que estaba llegando, así que aumenté el ritmo. Cuando mi hermano dejó de gemir, su pene empezó a disminuir y se salió.

Joder con mi hermano en cualquier rincón se convirtió en costumbre, varias veces al día si hacía falta. El, o yo, me lubricaba el coño con saliva y me la metía sin protocolos. A pelo. Era todo muy sucio, guarro, excitante, sin límites. Pero en la última charla que tuve con mi prima, ésta me advirtió que sería difícil de explicar si nos veía alguien jodiendo, pero más aún el que me quedase embarazada de mi propio hermano. Me dio un pánico atroz y esperé ansiosa mi siguiente menstruación, que afortunadamente llegó como un reloj. A partir de ahí Tomás usó condones y al terminar el verano ya me había convertido en una experta felatriz.

Por Zupa

viernes, 24 de julio de 2020

Das Mädchen mit der heißen Masche (AKA French Pussycat, Loves of a French Pussycat)



Rolf (Michael Cromer), columnista de consejos sexuales y lecher, tiene relaciones con numerosas mujeres, pero nunca una relación permanente. Suzanne, una de sus ex amantes, se ofrece a apostar que ninguna mujer puede lograr que Rolf le proponga matrimonio, una apuesta que su novia Andrea (Sybil Danning) acepta con entusiasmo. Pero hay una trampa: para ganar la apuesta, Andrea debe hacer que el mujeriego Rolf se comprometa a casarse sin antes acostarse con él.

Inglés/Alemán 

Ironwood, Comix





Un tío hermoso


Capitulo 1

Hola. Me llamo Pamela (no es el real) tengo 14 años y quisiera platicarles algo que me viene sucediendo desde que tenia 12. Primero, déjenme decirles que soy de la republica mexicana, de un estado al norte del país, famoso por sus locaciones propias para trabajos cinematográficos, mido 1.60, mis medidas son las propias de una muchacha de 17 o 18 años, muchos me consideran bonita, mi piel es blanca y tengo el cabello negro y rizado.

Todo empezó desde que tenia 9 años. Tengo un tío que trabaja para el gobierno y tiene que vivir en diferentes estados y claro, siempre lo acompaña su familia. José (así se llama mi tío), desde que recuerdo, siempre tenia una especial atención y cariño hacia mi, siempre lo he querido por ser tan bonito conmigo, no puedo decir que es un galán, pero tiene lo que llamamos "ángel". En la familia todos lo aprecian.

El inicio de esta historia, fue cuando mi tío estando comisionado en la capital del país, tenia mas de un año sin visitar a nuestra familia y por ese motivo le comento a mi papá que si no me dejaba que los visitara para que pudiera convivir con mis primos. Mi padre dijo que lo iba a pensar. No me dijo nada hasta el día siguiente y me pregunto si a mi me gustaría ir de vacaciones con mis tíos.


Claro que acepte y haciendo todos los arreglos, en tres días ya me encontraba con la familia de mi tío. Estaba compuesta de su esposa (mi tía) y 3 primos, 2 varones y una mujer. Ellos tenían el mayor 13 años, el de en medio 10 y mi prima 9 como yo. Me recibieron muy gustosos y me acomodaron una cama para dormir en la recamara de mi prima, mis primos en otra habitación y mis tíos en la suya.

Mi tío salía muy temprano y regresaba después de las 5 de la tarde, cuando llegaba me hacia muchos cariños y todos salíamos a pasear. Los domingos nos levantábamos tarde y salíamos a desayunar, yo veía como mi prima Ester era muy cariñosa con mi tío y él con ella.

Una noche que estaba inquieta y no podía dormir, escuche como se abría la puerta de la recamara, yo me hice la dormida y con los ojos entreabiertos, pude ver que mi tío entraba cuidadosamente y cerraba la puerta. Tratando de no hacer ruido. Me puse nerviosa, porque sabia que el no debía de estar ahí, pero me contuve, mirándome se acerco mi cama, se inclino sobre mi cara, pensé que me tocaría, pero solo se cercioro que yo estuviera durmiendo. Yo trataba de respirar lo mas natural posible, pero sentía que era imposible, ya que mi corazón latía apresuradamente. Me tomo del hombro y me movió suavemente, al ver que no respondía, se levanto y se dirigió a la cama de mi prima Ester. Le tapo la boca con la mano y ella despertó sobresaltada, el colocando un dedo en su boca le susurro: -no te asustes soy yo- por la ventana entraba la luz de la luna, así que sin casi moverme, dirigí la mirada hacia la cama de Ester. Ella se sentó y abrazando a mi tío, le pregunto: -¿por qué tardaste tanto? - el le contesto: -tenia que esperar a que todos estuvieran dormidos. ¿me esperabas?- -¡claro¡ pero como no llegabas me quede dormida-

Mi tío abrazándola le susurro: -tenemos que darnos prisa, no vaya ser que tu prima despierte.- Ester le comento que cuando me dormía, no había quien me despertara. Yo estaba con la boca seca, porque no sabia cual era el motivo de la presencia de mi tío y porque tanto secreto. Mi tío le pregunto: ¿quieres que te coma? Al mismo tiempo que levantaba las sabanas y dirigía su mano a la entrepierna de Ester. Ella movió la cabeza afirmativamente y separando sus piernas dejo que él la tocara.

La mano de mi tío se poso en el pubis de ella y pasando sus dedos a lo largo de su rajita, comenzó a acariciarla al tiempo que la besaba ardientemente. Ester es morenita apiñonada y a esa edad, solo teníamos unos bultitos en el pecho, y aun no nos salía vello en el pubis (lo se porque nos bañábamos juntas) luego ella que quito la pantaletita y acostándose en la orilla de la cama, separo las piernas, mi tío se arrodillo y bajo su cabeza, empezando a deslizar su lengua sobre la vaginita de Ester, desde mi cama, podía ver como ella disfrutaba de la caricia que le hacia mi tío, así estuvo en buen rato, hasta que ella comenzó a respirar muy rápido y tratando de no hacer ruido se mordía los labios, mi tío seguía comiendo la panochita de mi prima y ella lo sujetaba del cabello, restregándolo más y más a su conchita. Ella aflojo su cuerpo y quedo tendida sobre la cama.

Cuando su agitación se calmo, abrazo y beso a mi tío con mucha pasión. Tomando su pantaletita, se la coloco y sentándose en la cama, tomo a mi tío de la cintura y abriendo su bata, se veía al frente de su truza, un bulto grande, ella bajo su calzón y broto como resorte el pene de mi tío, nunca había visto uno (bueno, no el de un hombre hecho y derecho) solo había visto a mis hermanos, son mas chicos que yo y a veces le ayudaba a mi mama a cambiarlos) era grueso y debajo colgaban dos bolas grandotas, llenas de pelos. En el tronco sobresaltaba unas venas que lo hacia verse muy grueso.

Ester beso la punta y como parecía que ya tenia experiencia en estos asunto, de inmediato, alojo la cabeza del miembro de mi tío en su boca, lo empezó a succionar y con su manita derecha lo sostenía para que se deslizara mejor en su boca. Mi tío le acariciaba el cabello y le susurraba: -así, mi niña, mámame como tu sabes- ella lo sacaba y lo pasaba sobre su cara, deslizaba su lengua a lo largo del tronco y yo desde mi sitio, veía fascinada como brillaba con la saliva de mi prima. Después de unos diez minutos, el comenzó a gemir un poco mas fuerte y le pregunto: -¿dónde quieres la leche de papi?- ella se saco el pene de mi tío de la boca sosteniéndolo con las manitas y viéndolo a los ojos, le contesto:- en mi boca, para que no manches las sabanas- mi tío tomo su pene con una mano y empezó y frotarlo de atrás hacia delante y colocando la cabeza de su miembro en la boca de mi prima de dijo: -yaaaaaaa, mi niña, aquí esta la lechita de papaaaaaaaá- ella hacia mucho esfuerzo por mantenerse con la punta de la verga de mi tío porque era muy gruesa y de pronto vi como sus mejillas se inflaban. (ahora se que mi tío se estaba "viniendo" en la boca de mi prima)

Ella hacia unos ruidos muy peculiares y toda la leche que mi tío había depositado en su boquita, ella se la trago sin ninguna dificultad. El la abrazo y besándola se despidió y así como entro, salió.....Con mucho cuidado, tratando de no hacer ruido. Ester se limpio el poco semen que le quedo en la comisura de los labios con la sabana y acostándose, se dispuso a dormir. Yo no podía creerlo, ¡mi tío tenia relaciones con mi prima y ella parecía disfrutarlo¡ lo que no entendía es como ella con la misma edad que yo, ya sabia del sexo y yo aun no.

Después de darme cuenta de la situación que vivía mi tío con mi prima, trataba de averiguar si ellos llegaban a más o sus relaciones se limitaban al sexo oral. He de aclarar que a pesar de lo visto por mi, las relaciones entre mi tío y yo seguían siendo iguales, pero ahora cada vez que lo veía, recordaba la forma de su pene y las caricias que le había hecho a mi prima Ester, poniéndome nerviosa, teniendo la sensación de tener mariposas en el estomago.

Casi al final de las vacaciones, en el periodo de inscripciones escolares, mi tía y mis primos se fueron muy temprano, (porque en la capital del país había que hacer fila para poder inscribir a los niños en el próximo periodo escolar), dejando a mi prima y a mi durmiendo. Como a las 8 de la mañana, desperté porque tenia ganas de ir al baño, cuando regresaba a la recamara sentí que la puerta de la casa se abría y sin saber por que, corrí hasta mi cama, haciéndome la dormida.

Escuche pasos por toda la casa y finalmente se dirigieron a la recamara de mis tíos. Después se abrió la puerta de nuestra habitación y el que se asomo era mi tío José, se me hizo raro porque se suponía que tenia que estar en su trabajo. Al entrar a la habitación, se dirigió a la cama de mi prima y moviéndola suavemente la despertó. Ella se sorprendió de ver a su papá en la casa a esa hora y le pregunto que por que no estaba en su trabajo. El le respondió que había pedido permiso para ir a inscribirlos a la escuela. Le pregunto por mi tía y Ester le contesto que había salido con mis primos temprano a la escuela, para poder ganar buen lugar.

El le dijo que tenían tiempo suficiente por si ella quería "jugar". Ella alegre le contesto que si tenia deseos de "hacer travesuras". Mi tío le dijo que la esperaba en su recamara, pero que no hiciera mucho ruido porque podría despertarme. Al salir mi tío de la habitación mi primita se levanto y vi que solo llevaba una camisetita con tirantes que revelaban sus pequeños senitos y una pantaletita blanca de algodón, fue a mi cama a cerciorarse que me encontrara dormida y salió de la habitación. Yo tenia las palmas de mis manos sudadas y me imagine que iba a pasar algo mejor que la primera vez que vi a mi prima y a mi tío comerse sus sexos.

Con mucho nerviosismo, me levante con cuidado y me dirigí a la habitación de mis tíos, para mi buena suerte, la puerta no estaba bien cerrada y por la rendija se podía ver muy bien hacia el interior de la habitación. Me desilusione cuando vi a mi tío, acostado en la cama con las piernas cruzadas y recargado sobre la cabecera, pensé que mi prima estaba en la cocina y que podría sorprenderme.

Me dirigí a la cocina y no vi a nadie, recorrí la sala, el comedor y el cuarto de lavado, pero no encontré a nadie. No sabia donde estaba mi prima y esto me puso mas nerviosa. Aguantándome, volví a la puerta de la recamara de mis tíos y vi que mi tío José seguía igual. Después escuche que le jalaban al baño de la recamara y me acorde que como era la pieza principal, contaba con su propio baño. Vi que mi tío sonreía y en ese momento mi primita Ester subía a la cama y se acomodaba junto con su papá.

El le pregunto: ¿te limpiaste bien esta cosita linda? Al tiempo que acariciaba la panochita de mi prima con su mano. Ella besándolo le contesto que si. Mi tío le pregunto que travesuras quería hacer. Ella dirigió su manita al pantalón de mi tío y acariciando su pene sobre la ropa le dijo que lo que él quisiera. – bueno- dijo mi tío, - tenemos que apurarnos porque puede venir mamá- ella sin que le dijera nada, se quito su pantaletita y acostando a mi tío, se colocó a horcajadas sobre la cara poniendo su panochita sobre sus labios, mi tío comenzó a mamarle el sexo con mucho ardor, desde mi posición, solo veía la espalda de mi prima con su camisetita y la barbilla de mi tío debajo se sus nalguitas, también podía ver como pasaba su lengua desde el anito hasta su vagina. En la parte delantera podía ver como se iba haciendo el bulto de su verga mas grande. Después de que Ester comenzó y gemir y a decirle a mi tío que sentía muy rico, que estaba por venirse, vi que empezó a moverse muy rápido restregando su vagina en la boca de mi tío. Se puso tensa y deteniéndose de la cabecera de la cama, le dijo que ya no la siguiera comiendo porque había quedado muy sensible.

Ella se bajo de la posición donde se encontraba y mi tío de inmediato abrió su cierre y bajando su pantalón con todo y truza, hizo salir su pene, que ya estaba húmedo y brilloso de la punta, volver a ver ese miembro, me excito y sentí que mi vaginita se humedecía, no sabia en ese tiempo por que pasaba eso, pero me hacia sentir muy rico. Mi prima se dedico a mamarle el pene a mi tío y veía como, a pesar de lo grueso, ella hacia el intento de tragarse mas de la mitad. Mi tío le acariciaba la cabeza y le decía: -así, mi niña, ¿te gusta el palo de papá?, ella decía que si. -¿quieres que intentemos meterlo? Ester volvía a decir que si, que estaba desesperada por hacerlo, pero que no habían tenido oportunidad. Mi tío le decía: -bueno mi niña hermosa, tienes que dejarle mucha saliva para que no te lastime y pueda entrar mejor-

Mi prima lo lleno de saliva y el le dijo que era el momento. Separándola de su pito el se sentó en la orilla de la cama y por coincidencia quedo frente a mi, yo tenia la boca seca y amarga de tanta excitación, Ester se bajo de la cama y colocándose entre las piernas de mi tío, se inclino como queriendo hacer una sentadilla, por en medio de sus piernas, vi el tremendo trozo de carne de mi tío, todo brilloso y muy grueso.

Mi tío sostenía su verga con una mano y con la otra tomaba a mi primita de la cintura y la guiaba, para que ella misma se acomodara sobre su pene. Vi que mi prima movía sus nalguitas como centrando el pito y cuando sintió que estaba en el sitio correcto, comenzó a bajar poco a poco. Yo no podía imaginarme como ese tremendo miembro (por lo grueso), pudiera entrarle a mi primita por su vaginita. Ella hacia gestos de incomodidad y de frustración porque al parecer no podía meterselo. Mi tío la animaba y le recordaba que ya en otras ocasiones se lo había podido meter hasta la mitad.

Ella seguía tratando de introducirse el pito, hasta que vi que se detuvo repentinamente y como que se quería levantar, mi tío le dijo que no se apurara, que lo intentara mas despacio y ella definitivamente se levanto y con la manos en sus nalguitas le dijo: - pero papá...... Me dolió horriblemente. Ya no quiero jugar- Mi tío le dijo que la adoraba y lo que menos quería, era lastimarla. Besándola le susurro al oído, que si lo intentaban otra vez, pero que ahora se pondrían crema los dos. Ella como no queriendo dijo que si. Mi tío tomando el envase, le dijo a Ester que pusiera su manita para que ella lo llenara de cremita. Ella gustosa pasaba su mano a lo largo de la verga de mi tío y cuando considero que ya estaba cubierta completamente, mi tío le dijo que se pusiera ella, mi prima estiro su manita y poniéndole mas crema ella se volteo hacia la puerta (en donde yo me encontraba) y pude ver como su manita la tenia atrás de sus nalguitas.

Mi tío volvió a su posición en la orilla de la cama y ella se coloco en medio de las piernas de mi tío, volvió a centrar el pedazo de carne y esta vez se fue sentando poco a poco, vi que a pesar de todo, ella tenia un ricutis de dolor, pero se aguantaba, parecía que era mas la calentura por tener la verga de mi tío dentro de ella, que cualquier dolor que se pudiera presentar, vi que mi tío tomaba la cintura de mi primita y comenzaba a moverla suavemente hacia delante y hacia atrás, ella se dejaba hacer y le tío le pregunta: ¿ya sientes menos molestia mi niña? Ella le contestaba que estaba sintiendo muy rico.

Yo no podía moverme, estaba sorprendida como mi primita había podido meterse la mitad del pene de mi tío, porque desde donde me encontraba podía ver que aun le quedaba un buen pedazo de carne con todo y bolas peludas afuera. Me imaginaba lo que podría sentir mi primita en su vaginita y sin querer comencé a tocarme yo solo. En ese momento, mi tío le dijo a su hija que tratara de colocar sus pies sobre las rodillas de él. Ella subió la pierna izquierda y echándose un poco hacia atrás, se recargo sobre el estomago de mi tío y subió el otro pie, es esa posición pude observar que estaba equivocada en mis suposiciones. Se veía claramente que el miembro de mi tío no estaba dentro de la vaginita de su hija, ¡¡estaba en su anito¡¡ ella comenzó a moverse y pude ver como poco a poco la gruesa verga se iba metiendo mas y mas. Así estuvieron un buen rato y ella se quejo que se estaba cansando, mi tío le pidió que se aguantara un poquito porque ya iba a tener su orgasmo. Ella insistió que le estaba dando un calambre y bajando sus pies, poco a poco se levanto, dejando salir la verga de su papá. Se volteo y le dijo a mi tío, si quería terminar es su boquita. El le contesto que como estaban llenos de crema, no le iba a gustar. El le dijo que mejor ahora se sentara otra vez arriba de el, pero de frente.

Mi tío en esta ocasión, cerro sus piernas y ella se monto en él, besándola apasionadamente le dijo que no se preocupara, porque estaba por terminar, ella sujetando el miembro de mi tío lo coloco otra vez en su anito y poco a poco lo fue engullendo, mi tío la abrazo, le besaba el cuello, las orejas y la boca, mirándola a los ojos, le dijo: - ¿qué crees, mi niña? Ya tienes a papá adentro- ella lo miro y le pregunto:- ¿en serio papi? – compruébalo tu misma- le contesto mi tío y tomando su manita la coloco sobre sus bolas peludas. Mi primita con sus dedos trataba de sentir hasta donde tenia metida la verga de su papá, al no sentir nada afuera de ella, se sonrió y le dijo a mi tío: -¡¡papito lindo, es la primera vez que me lo metes todo¡¡ además ya no siento molestia alguna y me gusta sentirte muy adentro de mi- mi tío comenzó a moverse cada vez mas rápido y tomándola entre sus brazos, se levanto y la subía y bajaba sobre su miembro. Yo veía como entraba y salía la verga de mi tío en el ano de mi primita y ella aferrada a su cuello le decía: -¡así, papito herrrrmoooosooo¡ ¡¡no dejes de meterme toda tu verga en mi colita¡¡ mi tío la besaba y parecía que se trataba de un duelo de lenguas, los dos se comían a besos. Mi tío le decía: ¡¡mi niña preciosaaaaa¡¡ ¡¡ya no aguantooooo¡¡ ¿¿quieres que papito te llene de su lechitaaaaaa??, ¡¡ si papi, dame todo tu amooooor¡¡ Parecía que mi primita se iba a caer, pero mi tío la sujetaba por la cintura y ella se aferraba con sus brazos y piernitas al cuerpo de mi tío. De pronto mi tío se detuvo y empujando su cintura contra las nalguitas de mi primita metió todo su pito en la colita de mi prima y besándola con pasión y le dijo: ¡¡toma la lechita de papá¡¡ tuvo un orgasmo tan intenso que parecía que se había quedado trabado. Finalmente volvió a sentarse en la cama y siguieron besándose. No podía creer como un pedazo tan grueso de carne le hubiera cabido a mi primita. Podía ver como el anito de ella, parecía sujetar al miembro de mi tío. Se veía estirado al máximo.

Mi tío se recostó sobre la cama y mi primita quedo con su cabeza, descansando sobre el pecho de su papá. Ester se levanto un poco de la verga de mi tío, sacándola de su anito, ella quedo con sus piernas a los costados de mi tío y podía ver como de su ahora rosadito y abierto ano, salía el semen y restos de crema que habían utilizado para lubricarse. Gota a gota, la leche fue depositándose sobre las bolas peludas de mi tío. Hasta que tomando conciencia, se levantaron y fueron los dos al baño (me imagino que a asearse) aproveche el momento para regresar a mi cama y tratar de hacerme la dormida. Me sorprendí al sentir mis pantaletitas todas húmedas. Mientras me imaginaba todo el placer que pudo haber sentido mi primita, llegue a la conclusión que a ella le encantaba "hacer travesuras" con su papá.

Cuando regreso mi prima a su cama, pude ver en sus ojos una expresión de satisfacción y felicidad que no había visto en nadie jamás. Ahora quería saber desde cuando mi tío y mi prima "jugaban" de esa manera y nadie mas me lo podría decir, sino que mi propia primita.

Capitulo 2

Por fin terminaron las vacaciones y regrese a casa, seguia pensando como mi prima habia demostrado gozar de lo lindo al "jugar" con su papá.

Al siguiente año, mi tio llego de vacaciones y era comun que en las tardes me quedara con ellos, para hacer la tarea y jugar con mis primos. Me alegraba tanto ver a mi tio y poder platicar con él. Me fascinaba sentarme en sus piernas y siempre trataba de rozar su miembro con mis manos o mis piernas. En una ocasión que hacia calor, el estaba sentado en el sofa y yo llegue corriendo y dando un brinco quede con las piernas abiertas encima de su regazo, el no lo esperaba y se concreto y preguntarme que era lo que estaba haciendo, porque me sentia muy agitada. No se daba cuenta que él era el que provocaba mi agitación, me acerque a su oido y le dije que si queria saber un secreto, al hacerlo, repegue lo mas que pude mi panochita sobre su bulto y senti como comenzaba a ponerse duro.

El abarazandome me pregunto que cual era ese secreto y cuando mas duro tenia su pito, llego mi abuela y me regaño, diciéndome que las niñas no se sentaban asi con sus tios y sobre todo porque podia enseñar lo que tenia debajo de mi falda. Mi tio le dijo que no me regañara, que era una niña muy linda y lo que menos podia hacer es andarle viendo sus "partes privadas".

Mi abuela, me mando a la tienda y se retiro a la cocina. Le di un beso a mi tio y le dije que si queria ver el short nuevo que me habian comprado, no dejandolo contestar levante mi falda y le enseñe mi prenda de color blanco, la tela era de licra, asi que no necesito mucha imaginación para ver que mi panochita se delineaba perfectamente, sin separar los ojos de mi entrepierna, me apuro a ir por el mandado de mi abuela y me dio un beso cerca de los labios. Sali de la casa como flotando en las nubes, no podia creer lo que habia hecho y la verdad me sentia feliz, porque mi tio hermoso, no se habia enojado. Esas vacaciones de mi tio en su casa, me dieron oportunidad de continuar mis roces "accidentales" y en cualquier oportunidad, me sentaba descuidadamente tratando de que notara mi vaginita debajo de mis pantaletas. Habia veces que sabia que podia enseñarle mis "cositas" y acomodaba la pantaleta de tal manera que la rayita de mi sexo se "comiera" la tela.

Cuando tenia 11 años, volvi a ir con ellos de vacaciones, pero ya no estaban en la capital, estaban en otro estado de la republica. Aun me bañaba con mi prima Ester, ella continuaba sin desarrollarse, sin en cambio, en mi cuerpo comenzaban a crecer un poco mis senos, pero aun no me salia vello en el pubis. En una ocasión durante en la ducha, mi prima me comento que le daba envidia de la buena, porque a mi ya me habian salido mis pechos y a ella aun no. Aproveche para preguntarle si ella no sentia rico cuando se bañaba y se frotaba el cuerpo con el jabo, ella me contesto que si, pero ya queria ser mas grande. Se sorprendio cuando le pregunte que para que queria crecer mas rapido. Ella suspiro y me dijo unicamente como susurro: - si supieras.....- . una tarde que mi tia habia llevado a mis primos a la iglesia porque queria que hicieran la primera comunión, llego mi tio y me encontro en su recamara viendo la televisión. Yo me encontraba boca abajo con la cara en dirección a la pantalla y mis pies sobre las almohadas. Me beso muy tiernamente y preguntando por su esposa y mis primos, le dije que no estaban y que llegaban mas tarde.

El se recosto en la cama y quitándome las almohadas me dijo que trataria de dormir un poco. Yo traia una camiseta cremita y una falta de mezclilla. Al saberme sola con mi tio hermoso, me hizo excitarme (ya sabia que era esto) y disimuladamente volteaba a ver si realmente se encontraba durmiendo. Para mi sorpresa, me di cuenta que lo unico que hacia era ver mis piernas, ahí fue cuando crei que era mi oportunidad y separando poco a poco mis piernas, deje que el viera todo lo que pudiera. El inquieto se movio y reacomodo las almohadas, bajando un poco mas el nivel de su cabeza para poder verme mejor. Me sentia arder y mis manos sudaban. Mi tio me dijo: - ¿Pamelita, si te digo algo no te enojas? Sin voltear la cara la conteste que nunca me enojaria con él, porque lo queria mucho y por el haría lo que el quisiera. ¿Deberas mi niña hermosa? Me volvio preguntar mi tio. Volteándome lentamente y quedando sobre mi costado izquierdo, con la pierna extendida a lo largo y la otra apoyada sobre el talon pero a la altura de mi rodilla, (quede con las piernas abiertas y la falda levantada) lo mire a los ojos y le reafirme: -Lo que sea tio- me dijo que mejor lo pensara porque ese "Lo que sea" era muy amplio. Sonriendo le dije: -¿quieres comprobarlo?

Y sin decir mas, me dirigi al baño (les recuerdo que su recamara tenia baño propio) y repirando profundamente, por lo que iba a hacer, deslice mis pantaletas dejándolas en el cesto de la ropa sucia, vi que estaban humedas y llevando mis dedos a mi panochita, la senti muy pegajosa. Regrese a la recamara de mi tio y el no se habia movido para nada, tenia una cara de incredulidad que no sabia que hacer con ella, me pare a un lado de la cabecera y levantando mi falda le mostre mi pequeña panochita, aun sin pelito. Me preguntobo si estaba segura y le conteste, que queria ser su bebita y sentir su boca en mi pubis. Se sento en la cama y tomándome de la cintura me dio un beso tan ardiente como nunca hasta ahora he podido sentir, su lengua se introdujo en mi boca y crei que me faltaba el aire. Siguió besándome y comenzo a acariciar mis nalguitas por debajo de mi falda, beso mi cuello, mis oidos y sentándome en sus piernas, tomo mis pequeños pechos con sus manos y los froto, senti un placer enorme y yo misma levante mi camiseta para que el pudiera chupar mis pezones, le acariciaba el cabello y de decia que queria mas. Sin decir nada me recosto subiendo mi falda y sepando mis piernas comenzo a deslizar su lengua en mi panochita, senti que me ahogaba pero de placer, cuando encontro mi clítoris, lo tomo entre sus labios succionándome hasta que me hizo "venir". Separo su cara de mi pubis y vi que sus labios brillaban por mis jugos. Me dijo que si queria seguir, lo mire a los ojos y le conteste que si.

Entonces se levanto y bajando sus pantalones, por fin pude ver de cerca su pito, duro y venoso, sus bolas llenas de pelos, quise tomarlo entre mis manos, pero no me dejo, me pidio que separara los labios de mi vaginita con mis dedos, le dije que tenia miedo, que no creia que me pudiera meter su verga en mi panochita. El me contesto que no me preocupara, solo lo iba a deslizar lo largo de mi rayita. Colocándose encima de mi tomo su pito y lo coloco en el canal de mi vagita, senti el contacto de su glande sobre mi clítoris y separando en poco las piernas, deje que lo deslizara sin meterlo. Comenzo a moverse como cuando se cogio a mi prima y besándome ardientemente me decia: - Mi niña hermosa, no sabes como te imaginaba asi, me tienes loco, pero como te quiero tanto no queria asustarte- tomándolo por el cuello lo besaba y le decia que lo amaba, que hiciera lo que quisiera, aun cuando me lastimara. El dijo que no, queria que fuera hermoso para mi y sigui frotando su verga con mi panochita, no aguante mucho y volvi a "venirme", el se separo de mi y sentándome en la orilla de la cama, tomo su miembro y dirigiendo a mi boca, me dijo: -Chiquita, quiero que lo metas en tu boquita, porque siempre he soñado con tus labios hermosos- No es por presumir, pero mis labios carnositos, (dicen que tengo boca de mamadora)

Abri mi boca y trate de meterme lo mas que podia, pero el pitote de mi tio, si no es muy largo, si es muy grueso, deslizaba mi lengia sobre su cabezota morada y brillosa, cuando estaba mas emocionado senti que mi tio me tomaba de la cabeza y con la mitad de su verga en mi boca, me sorprendio un golpe humedo en el paladar, ¡¡me estaba llenando la boca con su semen¡¡ me agrado tanto su sabor que trate de pasarme su lechita, pero no se de donde, pero mi tio estaba eyaculando una gran cantidad de esperma, que no podia tragar todo, un poco salio por mis labios y quedo en mi barbilla. Yo seguia succionando su cabeza, tratando de sacar toda la leche de mi tio. No retiro su pito de mi boca, hasta que quedo limpiecito y sin rastro de su semen. Se agacho y recogiendo con su lengua las gotas de leche que estaban en mi barbilla, las llevo a mi boca, besándome ardientemente. Me abrazo y me dijo que ahora me queria mas, pero que teniamos que arreglarnos porque no estaba por llegar mi tia y mis primos.

El guardo su miembro y me diriji al baño por mis pantaletas, mis piernas temblaban, no me queria sostener, mi tio hermoso, me tomo de la cintura y me acompaño al baño. Me puso frente al lavabo y tomando mis calzones los fue colocando hasta ponérmelos, me abrazo y viendo nuestros rostros en el espejo, me dijo que me adoraba, yo sonriendo le contestaba que era lo mejor que me habia pasado. Recogio mi cabello y comenzo a besarme en mi cuello, volvi a excitarme, metio sus manos debajo de mi blusa y acariciaba mi pechitos, yo empujaba mis nalguitas tratando de frotar su miembro, me mordia dulcemente las orejas y me dijo que si me arriesgaba y seguir "jugando". Con los ojos entrecerrados le pregunte que si llegaba mi tia que ibamos a hacer. El sonrio y me dijo: -No te muevas de aquí- Salio y abrio la puerta de la recamara para que pudiéramos escuchar si llegaba alguien.

Regreso y poniéndose detrás de mi, volvio a acariciarme mis senitos, me besaba y tomando mi pantaletita la bajo lo suficiente para dejar mis nalguitas descubiertas. Tomo la orilla de la falda y la atoro en mi cintura, por el espejo, vi que aflojaba su pantalón sacaba su pito, se encontraba otra vez duro, llevo sus dedos a la boca y llenándolos de salibo, me la unto en mi anito, se puso en su pito y tomándome de la cintura lo fue acercando hasta que hizo contacto con mi colita, senti que trataba de meterlo, pero un fuerte dolor me hizo quitarme. Al ver que sufria, me dijo que no me preocupara y poniéndose de rodillas senti como separaba mis nalguitas y con su lengua llenaba de saliba mi culito. Senti muy rico y tratando de introducirla poco a poco fue aflojando mi colita, su saliba me escurria por las piernas y se quedaba en mis pantaletitas, se levanto y colocando otra vez su miembro en mi anito, lo presiono, de tal forma que cuando menos senti, ya estaba su cabeza dentro de mi, no me dolio nada y sujetándome del lavabao trataba de levantar mis nalgas, para poder meterme un poco mas de su verga, pero era tanta su excitación que comenzo a eyacular y llenar mis intestinos con su leche, senti muy caliente su semen y me tuve un orgasmo que casi hace desmayarme, el acariciaba mis senitos y dejo que aflojara su miembro hasta que salio de mi.

Tomo mi pantaleta y la coloco en su lugar. Con sus dedos metio la tela en medio de mis nalgas y dejo que se impregnaran de su semen. Se limpio la verga y volvimos a la cama donde nos acostamos, esperando que llegara mi tia y mis primos. Sentia mi anito muy sensible pero me agradaba la sensación de tener su menen dentro de mi. No supe mas de mi, solo se que mi tia nos desperto y nos dijo que como eramos flojitos. Nos levanto para que cenaramos y recuerdo que esa noche comi mucho, mi tia estaba sorprendida por el hambre que me habia dado (yo tambien estaba sorprendida) y cuando podia le mandaba besos y miradas cariñosas a mi tio. Antes de dormirme y aprovechando que mi tia se encontraba en el baño, fui a despedirme de mi adorado tio, a quien bese ardientemente dándole las gracias por el placer que me habia hecho descubrir esa tarde. Llevaba puesta solo una camisetita de tirantes, y un pants blanco. Me levante la camiseta y deje que besara mis pezoncitos y ya para irme me voltee bajando mi pantaleta enseñándole como habia quedado llena de su semen que habia derramado dentro de mi en la tarde y pensaba dormir con su lechita hasta el otro dia. Me beso y dándome una nalgada cariñosa, me dijo: -mi niña, vayase a dormir o aquí mismo te vuelvo a meter mi verga. Sali sonriendo y comprendi porque mi prima Ester queria tanto a su papá.

Capitulo 3

Terminaron esas vacaciones y se regreso a nuestra tierra y en diciembre fui de vacaciones, con toda mi familia. Me dio mucho gusto encontrarme con pamela, quien sabiendo que llegábamos de vacaciones, pidió permiso para poder quedarse con nosotros, como estaba de vacaciones, sus padres le dieron permiso y todos contentos, ella me lanzaba miradas de picardía y cuando pudo, se acerco a darme un beso muy ardiente, diciéndome que quería encontrar la oportunidad para volver a hacer lo que habíamos hecho en la capital del país. Le conteste que trataría de que fuera pronto y todo siguió normal. Cada vez que podia, la abrazaba por detrás y acariciaba sus nalguitas y su pubis sobre la ropa, ella solo sonreia y dejaba que la acariciara como yo quisiera, pero eran caricias muy rapidas porque habia mucha gente en la casa.

A los dos dias que haber llegado, se quejo de que no tenia ropa para cambiarse y que necesitaba ir a su casa por varias mudas de ropa, porque como hacia frio, no queria lavar. Cuando convencio a todos, me pidio que si la llevaba en mi carro, pero vi en su mirada, esa chispa de excitación que ella tenia y vi que era la oportunidad que habiamos espera, con mucha calma, pregunte a varios de los presentes qi alguien queria acompañarnos y como todos se negaron, nos fuimos mi sobrina y yo a su casa.

Ella llevaba un pants de lana muy calientito y apenas salimos de la casa, ella me dijo que me apurara, porque queria que le enseñara mas "cositas" y que no teniamos mucho tiempo. Le pregunte por sus padres (mis compadres) y me dijo que habian ido a visitar a un pariente y que su casa estaba solita. Llegamos y al entrar a la casa, corrio a su recamara y sacando varias prendas, me dijo que de una vez las subiéramos al carro, para asi aprovechar el tiempo, regresamos y tras cerrar la puerta, la abraze y comence a besar con mucha pasión, ella correspondia con su lengua y comence a acariciar sus nalguitas, ya tenia 12 años y sus nacientes pechos los sentia en el mio.

Me dijo que mejor fueramos a su recamara y sin soltarme de la mano, me llevo, aparto sus muñecas y peluches que tenia en su cama y se acosto, estirando sus brazos, invitándome a acostarme con ella. Le pregunte que era lo que queria seguir aprendiendo y ella me contesto que yo era el maestro y que le enseñara lo que a mi mas me gustaba.

Como hacia mucho frio, le dije que nos taparamos con las cobijas y con la ropa puesta nos metimos y continuamos besándonos ardientemente. La tome y la puse de espaldas a mi, y comence a acariciar sus pequeños pechitos, le besaba el cuello y las orejas, le decia lo mucho que la queria y que la habia extrañado mucho, ella solo sonreia y me decia, que habia anhelado tanto este reencuentro, meti mi mano en su pants y senti su pantaletita humeda, ella misma estiraba el resorte hacia abajo y volvi a sentir los labios de su vaginita, aun no le brotaba vello pubico y estaba muy calientita, humedeci mis dedos con mi saliba y comence a acariciar su clítoris, mientras la seguia besando, ella solo gemia y me decia que sentia muy rico, estuvimos como 5 minutos y ella comenzo a "venirse", solto el resorte de su pantaletita y apretando mi mano con su manita, me dijo: "tio es algo muy hermoso, siento muy delicioso" y mojo mi mano con sus jugos. La deje descansar un poco, aun com mis dedos en su vaginita, ella estiro su mano y comenzo a acariciar mi pene sobre mi pantalón, me dijo que queria "comerme", pero yo le dije que no era posible, porque teniamos poco tiempo.

Ella me miro a los ojos y me dijo: "no voy a dejar que te quedes asi, todo excitado" le dije que si queria que trataros de meterlo como la vez anterior (la primera vez que la ame, fue por su anito) ella me dijo que como yo quisiera, pero que no queria dejarme excitado, asi que bajándole su pants, hasta que quedaron descubiertas sus lindas nalguitas, me puse detrás de ella y abriendo el cierre del pantalon, volvi a besarla y tomado su manita derecha, la dirigi a mi pene, al sentirlo lo rodeo y acaricio con mucho amor, me dijo: "lo extrañaba tanto, en las noches lo sueño y lo queria sentir como ahorita". Ensalivando mis dedos, comence a acariciarle su culito (que estaba muy caliente) trataba de meterle uno, pero ella como que senti molestia y son mucha saliba en su anito, le dije que si ya queria terner adentro mi pene, ella dijo que si, entonces le dije que ella solita lo guiara y se lo fuera metiendo como lo fuera soportando.

Sonriendo, se coloco mas pegada a mi y con su manita aferrando mi miembro lo fue colocando en la entrada de su colita y centrándolo, empezo a empujar hacia atrás, haciendo fuerza para que la cabeza pudiera entrar, yo solo la dejaba hacer y cuando senti el calor de su culito quise empujar, pero ella me dijo que queria meterselo ella solita, entonces, deje de empujar y volviendoa centrar mi pene, volvio a empujar hacia atrás, al primer empujon de ella, mi pene se desvio hacia arriba, ella solo sonrio y colocándoselo otra vez, trato de meterselo, pero en esta ocasión, mi pene se fue para abajo y pude sentir los labios de su vaginita sin pelo, ella al sentirlo, dijo que si podia tratar de meterselo un poco en su vagina, le conteste que era muy difícil que se lo metiera porque aun estaba muy cerradita, ella insistio y dijo que aunque fuera un poco, trataria de meterselo. Yo la deje hacer y acariciando sus pequeños senos para excitarla un poco mas, espere a que ella tratara de meterse mi pene. Colocándolo en sus labios vaginales, empujo un poco hacia atrás, y pude sentir que su vaginita estaba mas calientita que su culito, senti claramente como se abria su vaginita para dejar pasar la cabeza de mi miembro, lo malo es que ni la mitad de la cabeza pudo meterse, porque le dolio mucho, y cambiando de lugar lo volvio a colocar a la entrada de su culito. Después de varios intentos, no lograba entrar y como no teniamos mucho tiempo, le dije que me dejara ayudarla, pero esta vez, le pedi que trajera crema para que fuera mas facil, ella solo estiro su manita y abriendo el cajon del buró saco un aceite para bebés y me dijo que eso podria servir, le dije que si, y untándole en su colita y en mi miembro en forma abundante, le dije que estabamos listos.

Tomando mi pene con la mano, lo centre y le dije que ella solita empujara para que pudiera entrar en ella, poco a poco, se fue haciendo hacia atrás y suavemente la cabeza de mi miembro entro en ella, descanso un poco y continuo metiendoselo, mientras tanto, yo la besaba y mordia sus orejitas, diciéndole lo rico que estaba sitiendo al entrar en ella, cuando nos dimos cuenta ya tenia la mitad de mi pene adentro, tomando un poco mas de aceite, lubrique la parte restante y abrazandola, comence a acariciar sus pechitos debajo de su ropa, aun no usaba sostén y senti muy duras y suaves a la vez sus senos, sus pezoncitos estaban durísimos y fuen cuando yo empece a mover mi cadera, tratando de introducir mas mi pene, le pregunte que si le causaba molestia y ella me contesto que no, que sentia muy rico como entraba cada vez mas mi pene, le adverti que empujaria mas fuerte, porque queria estar completamente adentro de ella, me contesto que aprovechara y que si sentia dolor, ella me avisaba, sin dejar de besarla y acariciarla, comence a meter mas rapido y mas profundo mi pene, ella solo gemia y me pedia: "mas, tio, mas¡ es muy rico¡" cuando senti que no podia avanzar mas, le pedi que me ayudara, abriando sus nalguitas, las tomo con sus manos y separando sus cachetitos, pude por fin entrar completamente en ella, gimiendo los dos, ella paraba mas sus nalguitas y yo trataba de merteme completamente en ella, com mi mano izquierda acariciaba sus pequeños pechitos y con la derecha, comence a acariciar su pequeño clítoris, mientras le metia mi miembro, después de 10 minutos de mete y saca, ella comenzo a ponerse muy rigida y empujando sus nalguitas hacia mi, me dijo: "tio¡ me voy a venir¡ mas rapido¡ metemelo todo¡ y yo empujándola hasta casi hacerla caer de la cama.

Ella solto sus nalguitas y pasando sus manos hacia atrás, trataba de empujarme mas adentro de ella, senti como se aflojo y supe que ya habia tenido su orgasmo, pero como yo aun no terminaba, la coloque boca abajo y me movi sientiendo como me apretaba su esfínter el miembro, le dije que la queria mucho y que ya iba a acabar, ella sonrio y me dijo: "llename con tu lechita como la primera vez¡ te quiero mucho tio¡" y dejándome llevar por sus palabras explote en un orgasmo muy intenso, no queria que terminara, pero por fin deje escapar mi semen en su recto, hasta que una vez salido la ultima gota, me quede encima de ella, con mi pene adentro. Volteo su carita y me pidio que la besara, lo hice con una mezcla de pasión, amor y agradecimiento, por el intenso placer que ella me proporcionaba. Le dije que la adoraba y que me hacia muy feliz, ella entrecerrando sus ojos, me dijo: "eres muy lindo tio, te quiero mucho" prometeme que siempre que puedas, me vas a hacer la "mujer" mas feliz de la tierra". Se lo prometi y a pesar que no queria salirme de ella, porque aun estaba muy duro mi pene y queria mas guerra, le dije que lo mejor seria apurarnos porque ya nos habiamos tardado mucho, ella me dijo: sacalo despacito, para sentir como sale", poco a poco fui haciendome hacia atras sientiendo como abandonaba ese pequeño recto que tanto placer me habia dado, cuando quede arrodillado detrás de ella, vi como su pequeño anito, estaba enrojecido y un poco dilatado, ella suspiro y me dijo: "te acuerdas que la primera vez que me llenaste con tu lechita nada mas me subiste mi pantaletita y me pase toda la tarde con tu semen dentro de mi colita?" Si, le respondi. "pues voy a hacer los mismo hoy, cuando lleguemos a la casa, voy a sentir como tu lechita, sale poco a poco de mi colita y nadie va a saber que aun tengo el semen de mi tio adorado". La bese muy tiernamente y salimos de regreso a la casa, no ningun problema. Porque pasamos y compramos golosinas y refrescos y asi justificamos nuestra tardanza.

Por Oso