lunes, 12 de abril de 2021

Hola ¿Estás ahí?


– hola

– hola, por quién preguntas

– por nadie, he llamado al azar y has salido tú

– muy bien, adiós

– espera, no cuelgues

– qué quieres

– hablar un poco, ¿puedo?

– bueno, un poco, pero voy a colgar enseguida

– vale, solo un poco

– te dedicas a hablar así sin más, al primero que se pone al teléfono

– es la primera vez que lo hago, llevo tres intentos y al tercero has salido tú

– pues qué divertido…

– no sé, pero me ha dado por ahí

– pues encantada de haber hablado contigo, adiós

– espera… que todavía no ha pasado ni un minuto, concédeme por lo menos cinco minutos, anda…

– te concedo tres y cuelgo

– vale. Tienes voz de joven ¿Cuántos años tienes?

– sí… y yo voy y te lo digo, pero qué te has pensado


– no es tan grave que me digas la edad

– pero no te la voy a decir

– bueno, pues dime cómo te llamas

– tampoco te voy a decir eso

– bueno, pues si no me contestas a nada no sé cómo vamos a hablar

– pero es que yo no quiero hablar contigo

– anda no seas mala, contéstame a algo

– depende qué pregunta me hagas, hazme una fácil y te respondo

– a ver, a ver… dónde estas

– en mi casa, jajajajaja

– te ríes, o sea que no te soy tan antipático

– te he concedido tres minutos y lo voy a cumplir, ya llevas uno y medio

– dije cinco

– bueno, cinco

– en qué parte de la casa estás

– en el salón

– y dentro del salón en que sitio

– estoy sentada en el sofá

– tumbada o sentada

– sentada

– ¿tienes las piernas cruzadas?

– si

– falda o pantalón

– falda. ¿Te lo estás pasando bien?

– si. ¿Puedo seguir?

– sigue, te queda un minuto

– dos. ¿Cómo es la falda que llevas?

– plisada

– corta o larga

– corta

– cómo de corta

– bastante corta, me llega por medio muslo

– tienes unas piernas bonitas

– vaya…

– vaya qué

– sí, se puede decir que son bonitas, no están mal

– te las has mirados ahora para contestarme

– pues sí, me las he mirado

– qué pasa, ¿que no las conoces?

– jajajajaja, sí, claro, ha sido un acto reflejo

– en la parte de arriba qué llevas

– un polo

– de qué color

– blanco

– y debajo del polo

– eh!, no te pases

– no pasa nada porque me digas si llevas o no llevas sujetador, no te estoy viendo

– no llevo sujetador, te gusta así

– sí, no sueles llevar o no llevas ahora

– en casa nunca me lo pongo, estoy más cómoda así

– ah! ¿y como son?

– como son qué

– como son tus senos

– no sé, normales

– cómo que normales, no puedes decirme cómo son

– para qué quieres saberlo

– para saberlo

– pero qué quieres que te diga

– solamente como son

– ya te lo dije, son normales

– no puedes ser mas detallista, utiliza tu imaginación. Mira vamos hacer una cosa, puedes mirarlos y decirme como son

– eres muy osado no?

– no, simplemente soy curioso

– me vas a decir que no has visto otros antes

– no nunca, por eso te lo pregunto

– jajajaja… mentiroso

– en serio, si los hubiera visto, no sería tan curioso ¿no crees?

– puede ser

– ahora dímelo

– no lo sé

– son grandes o pequeños

– bueno, no lo sé

– haz una cosa, con tu mano coge a uno y dime si logras sujetarlo todo

– no…

– hazlo

– ya

– lo estas agarrando

– siiii

– cual de los dos, el de la derecha o izquierda

– el de la izquierda

– solo agárralo no lo aprietes

– sí, solo lo agarro despacio

– llena toda tu mano o rebosa

– sobra un poco

– entonces son medianos

– si tu lo dices…

– hay alguien en tu casa o estás sola

– estoy sola

– sigues con el pecho cogido?

– jajajajaja, sí, todavía no lo he soltado

– se siente bien?

– sí

– por que no eres mas expresiva, me gustaría que me dijeras más, dime que sientes

– es agradable

– que más

– me hago cosquillas

– ahora quiero que me digas cómo son, súbete el polo y míratelos

– ¡no!

– no me dices que no hay nadie, quién te va a ver, no te preocupes… mejor quítatelo

– y si llega alguien…

– pues si oyes la puerta de entrada te lo vuelves a poner

– que no, que me da apuro, eres un fresco y un salido

– oye esto es un juego, nunca lo has hecho por teléfono?

– no, nunca hecho esto por teléfono

– yo tampoco, pero no tiene nada de malo que experimentemos, además es agradable para los dos, o no

– bueno… sí

– por supuesto que lo es, es un nuevo mundo para los dos ¿por qué no continuamos y vemos hasta donde podemos llegar? ¿sigues cogiéndote tu tetita?

– no

– ¡cógela!, nadie te ha dicho que la dejes

– jajajaja, tu me mandas, eres mi soberano

– sí, yo te mando, ahora cógelo de nuevo

– siiiii, ya la estoy agarrando

– bien, quiero que la aprietes pero despacio

– ya

– dime que sientes

– es algo agradable

– sé mas expresiva por favor, la sigues apretando

– si

– se siente bien

– ahora hazlo fuerte

– ya

– te gusta

– sí

– ¿está calentita?

– sí, está más caliente que mi mano, me dan escalofríos

– quítate el polo

– está bien, lo voy hacer

– por fin

– ya, estoy sin polo

– dime cómo están ahora, ¿están duritos?

– sí

– dime como son

– a ver… son blancos, no muy grandes y están empezando a ponerse de punta

– puedes sostener el auricular con tu hombro y apretar tus dos senos, con tus dos manos

– sí, lo voy hacer

– cómo se ponen

– mas duros

– apriétalos

– lo hago

– que haces ahora

– me los estrecho y los levanto hacia arriba

– dime más

– lo hago primero despacio y luego más fuerte

– y te gusta

– sí

– qué haces ahora

– con las yemas de mis dedos estoy cogiéndome mis pezones

– y como están, dime

– como mirando al cielo, bien duritos

– de qué color son

– unas partes rosaditas y otras rojitas

– son suaves?

– sí, tengo la piel blanca y suavecita

– sigues sentada?

– casi echada

– quiero que te toques el vientre con las dos manos

– ya lo hago

– ahora sube tus manos suavemente hasta tus senos, acaríciate esa zona ¿lo estás haciendo?

– sí

– bien, muy bien, quiero que me describas ahora tu tripita, por favor

– no sé como hacerlo

– yo te voy preguntando y tu me vas respondiendo ¿vale?

– vale

– es plana?

– si es firme y plana…

– quiero que empieces a explorar tu vientre lentamente con la yema de tus dedos

– por qué tanto te interesa mi vientre

– me excitan mucho los vientres de las chicas

– pues ahora que todas lo enseñamos estarás todo el día excitado

– no veas como me pongo ¿lo estás explorando como te dije?

– si, paso mis manos suavemente de arriba hacia abajo de un lado hacia otro y me detengo un ratito en el ombligo

– deja de momento tu vientre, vamos a dedicarnos a tus piernas

– qué quieres que haga con mis piernas

– tienes puesto una falda ¿no?

– sí

– que tipo de falda

– tipo escocesa, a cuadraditos

– eso quiere decir que se abre por un lado ¿no?

– sí, con un broche

– quiero que te quites el broche

– espera…. ya me lo he quitado

– ahora ábrete un poco la falda hasta que te veas las piernas

– ya me las estoy viendo

– dime como son

– son un poco blanquitas

– son bonitas?

– yo creo que si

– no seas modesta, quiero que digas lo que sientes, sin falsa modestia

– vale

– son bonitas si o no

– siiiii, son bonitas

– pero muy bonitas o poco bonitas

– muy bonitas

– si las comparas con las de tus amigas qué puesto ocuparían

– uhhhhh, yo creo que tengo las piernas más bonitas de todas mis amigas

– acaríciate despacio las rodillas mientras hablamos

– ya lo estaba haciendo

– muy mal, no quiero que hagas nada sin que yo te lo diga

– jajajaja, a la orden mi amo

– te estás tocando ahora las rodillas?

– no

– bien, estás echada ¿no?

– si, medio echada en el sofá

– no te molesta un poco la falda?

– no

– pues a mí sí, quiero que te la quites

– no, puede venir alguien y pillarme medio desnuda

– bueno, no te la quites del todo, sólo suéltate los broches y ábrela lo más que puedas ¿eso puedes no? si viene alguien la cierras y ya está

– vale, lo haré, no crees que te estás pasando

– no, no me estoy pasando aun, pero espera un poco y verás

– uhmmmm qué miedo…

– te has abierto ya la falda o no

– si, ya está abierta

– dime lo que ves

– veo la falda abierta jajajaja

– y en medio de la falda

– yo

– yo… vaya respuesta, quiero más detalles, no me tomes el pelo

– vale, no te enfades

– no me enfado, pero estoy excitado y quiero que me excites todavía más

– mi amo está excitado, seguro que te la estás tocando

– claro que me la estoy tocando, pero soy yo el que pregunta

– a mí también me gusta preguntar

– después será tu turno, ahora es el mío

– vale

– dime lo que ves en medio de la falda

– unas braguitas

– de que color

– blancas

– detállame más las bragas

– son blancas, bastante pequeñas, un poco transparente, tienen unos encajes en los borde y arriba

– son las bragas más sexis que tienes

– no, estas son normales, tengo otras más sexis

– cuales

– un tanga que me compré hace poco de color negro

– a mi me gustan más de color blanco o azul clarito

– también tengo unas azul clarito

– fuiste sola a comprarte el tanga

– no, fui con una amiga

– como se llama tu amiga

– Mónica

– está buena

– es guapa…, sí, está buena

– ella también se compró bragas

– si, se compro unas como las mías

– iguales?

– si, igualitas

– y eso

– me las vio puesta y le gustaron tanto que pidió unas para ella

– te las vio puestas o te las vio ponértelas

– las dos cosas, entró conmigo en el probador

– siempre lo haces?

– cual?

– entrar con tus amigas al probador

– no siempre, depende de la amiga, con esta tengo más confianza

– no te da cosa que te vea desnuda

– no, qué va, nos hemos visto muchas veces desnudas

– pero algo de morbo si te dará

– bueno, sí, cuando me mira mucho mi cosita me pongo algo nerviosa

– tu cosita, qué fina, así lo llamas delante de ella?

– no, tonto, eso te lo digo a ti

– a ella como se lo dices

– generalmente de ninguna manera, pero si hay que nombrarlo lo llamo de varias maneras, según…

– ¿como?

– la puchita, el chochito, el coñito, no sé, así, pero cuando estamos en serio siempre es la vagina

– pero en el probador no estabais en serio

– no, nos estábamos riendo

– y como le llamasteis

– coñito, ella se refirió varias veces a mi coñito

– por ejemplo

– a ver… una de las veces me dijo que con ese tanga tan pequeño se me iban a salir los pelos del coñito

– te los vio largos?

– no, eso fue antes de ponérmelo

– y después

– después no, no se me salía ni un pelillo, los tengo muy cortos

– te depilas?

– no del todo, solo por encima y por los laterales

– a mí me gusta así

– me alegro

– volvamos atrás. Entrasteis en el probador las dos juntas con unas braguitas en la mano no?

– sí

– los probadores eran de puesta o de cortina

– de puerta

– cerrasteis con llave

– claro

– y que pasó

– ella se empezó a mirar en el espejo mientras yo me iba quitando cosas

– pero te veía a ti también en el espejo

– claro, lo hacía para disimular un poco, no me quitaba la vista de encima

– qué llevabas puesto ese día

– unos vaqueros y una blusa de tirantes

– ¿sujetador?

– sí

– que te quitaste primero

– las blusa de tirantes y el sujetador

– por qué te quitaste el sujetador

– joder, porque las bragas iban acompañadas de sujetador

– ah!

– viste alguna reacción en ella al mirarte las tetas

– no, me las ha visto muchas veces, sólo miraba

– te gusta que te miren las tetas

– no sé

– te gusta o no

– si, me gusta

– se te ponen duritas

– depende, a veces si y otras no

– ahora mismo cómo las tienes

– ahora estás superduras

– y en el probador

– al principio a medio gas, pero según iba pasando el tiempo los pezones se fueron poniendo tiesos

– sigue contando

– me probé el suje y me quedaba muy bien

– ella dijo algo

– si, me dijo que estaba super sexi con ese sujetador, pero todo esto riéndonos

– tú que dijiste

– yo hice unas poses delante del espejo

– cómo seguisteis

– después me quité los vaqueros y las bragas

– dónde estaba Mónica

– ella se había sentado en la silla del rincón y yo estaba delante del espejo

– o sea que te estaba viendo el culo

– claro, por detrás me veía el culo y a través del espejo la parte delantera

– hizo algún comentario

– sí, me dijo que tenía un culito precioso

– y tú que dijiste

– nada, lo meneé un poco delante de ella

– jajajaja, la querías seducir

– no sé, pero me encontraba admirada y eso me gustaba

– te pusiste el tanga

– me lo puse despacito, me quedaba perfecto, por delante muy ceñidito y por detrás se me metía la tira entre los mofletes

– estabas excitada?

– me estaba excitando por momentos, verme tan sexi delante del espejo y con mi amiga mirándome tan fijamente…

– ella que hizo

– se levantó y se colocó detrás de mí

– ¿si?

– sí, me rodeó con los brazos la cintura y me dijo al oído: "tía buena, maciza, buenorra, si fuera un tío te violaba aquí mismo"

– joder con Moniquita

– y tanto que joder, yo que ya estaba medio caliente, al oír todas aquellas cosas seguidas me puse a cien

– ella también se estaba calentando no?

– ella estaba más caliente que yo, se lo noté en sus pechos al pegase a mi espalda, estaba duros y de punta

– qué hiciste

– me recosté hacia atrás y pasé una mano por detrás de su nuca con la mano abierta entre su pelo y le dije: "uhmmm que miedo, qué me vas a hacer"

– qué hizo ella

– me dijo al oído: "te voy a meter mano y te vas a derretir"

– vaya, sí que estaba a tope

– y no veas como me estaba poniendo a mí

– cómo siguió la cosa

– le di un besito en la oreja y le dije: "no sabía que tenías tantas ganas de meterme mano"

– y ella…

– subió sus manos por mi cintura y me las puso encima del sujetador, me apretó los pechos… me estoy poniendo muy caliente al recordar esto

– tócate las tetas como te las estaba tocando ella

– ya lo estoy haciendo… me molesta un poco el teléfono, me gustaría tener un manos libres

– sigue contando lo del probador pero no dejes de acariciarte los pezones

– vale… sigo. Después hizo un poco de presión por debajo del suje y me lo subió por encima de las tetas, ahora ya estaban libres para sus manos

– tus manos dónde estaban

– las pasé hacia atrás y las puse encima de su culo, lo apreté contra mí

– ¿hablabais?

– sí, no parábamos de decirnos cosas calientes medio en bromas medio en serio

– por ejemplo…

– me dijo que me tenía ganas desde hace tiempo que siempre que me veía desnuda le entraban ganas de acariciarme

– pues ahora lo estaba haciendo a base de bien

– sí, seguía jugando con mis tetas, me las estrujaba, me pellizcaba los pezones, tiraba de ellos hacia fuera y los soltaba, así una y otra vez…

– tú que le decías

– yo ya estaba muy caliente y no me corté nada, le dije que ella a mí también me atraía, que alguna vez me había masturbado pensando en ella

– hala, qué fuerte

– cuando le dije eso soltó un suspiro, me ladeó la cara con una mano y me besó en la boca

– vuestro primer beso…

– nuestro primer beso… pero vaya beso, lleno de ternura y sensualidad… y largo, muy largo, duró casi un minuto

– fue un beso con lengua?

– con lengua, con saliva y con todo… qué manera de besar

– quién acabó primero el beso

– yo, aparté un poco la boca y le dije jadeando: "venga, Mónica, méteme mano ya, tócame abajo, no aguanto más, por favor…"

– y ella obedeció

– vaya si lo hizo, bajó su mano derecha por mi tripita y llegó hasta la braga, empezó a jugar entre el elástico y por fuera, pero yo no quería preliminares, estaba demasiado caliente, le cogí la muñeca y le empujé la mano por debajo de la braga

– ¡cómo estabas!

– no veas, estaba a punto de correrme y quería que ella me provocara el orgasmo ya, quería un dedo suyo dentro de mi coñito

– ella lo hizo

– sí, y lo hizo muy bien, se dio cuenta que no estaba para florituras, que lo que quería era acción inmediata, introdujo su manita por debajo de la braga y metió el dedo corazón dentro de mis labios, y empezó a girar toda la mano con un movimiento circular de muñeca

– te corriste

– me corrí de una manera salvaje, ella me tuvo que tapar la boca con la otra mano para que no se me oyeran en la tienda

– joder, qué morbo

– el orgasmo fue largo y muy intenso, fue maravilloso

– cómo pondrías las bragas…

– quedaron manchadas de mis jugos, pero como las iba a comprar no me importó mucho

– pero la dependienta al doblarlas lo iba a notar y tal vez a oler

– sí, eso pasó así, ella se dio cuenta de que allí había pasado algo, me miró y sonrió pero no dijo nada

– tú acabaste pero Mónica…

– llevábamos tiempo en el probador y la tienda estaba con bastante gente así que decidimos no seguir y esperar a otro momento

– pobre Mónica, con lo caliente que estaba

– ya, le di un beso y le dije: "te debo una Moniquita…"

– jajajajajaja

– me cambié a toda prisa y salimos de probador

– ella pidió otras bragas como las tuyas…

– sí, iguales, la idea fue mía en agradecimiento por la paja tan maravillosa que me había hecho, pagué y nos fuimos

– joder, tía, cómo me has puesto

– anda que yo, no veas como estoy

– bueno, habíamos quedado en que tenías la falda abierta y te estabas mirando las bragas

– así es como estoy pero ahora con una diferencia

– cual

– que tengo una manchita en medio de ellas

– tantos flujos has echado?

– sí, bastantes

– cómo me gustaría estar ahí mirándote

– jajajaja, pues de momento te tienes que conformar con imaginártelo. Oye me dejas preguntarte alguna cosa

– vale, te dejo, en premio por lo que me has contado

– gracias mi amo… jajajajaja

– qué quieres sabes

– tienes la polla fuera

– sí

– pero estás desnudo o te la has sacado

– primero me la saqué del pantalón, pero según ibas tu contando lo del probador me he ido desnudando

– o sea que ahora estás totalmente desnudo

– todito desnudo para ti

– dime como es tu polla

– está mirando al techo, la tengo cogida con la mano izquierda, no es demasiado larga, pero es muy ancha, me cuesta abarcármela con la mano

– me la estoy imaginando… te haces muchas pajas?

– casi a diario, raro es el día que no me haga una o dos

– pajillero

– jajajajajaja

– menéatela un poco, pero no te corras todavía

– vale, es lo que hago, subo la mano despacio arriba y abajo

– cuéntame algo con morbo

– qué quieres que te cuente

– te has hecho alguna paja delante de una tía, para que ella te vea?

– sí, varias veces

– delante de quién?

– … es que es un poco fuerte

– venga ya, no me vengas ahora con timideces… yo te he contado lo de mi amiga

– vale

– ¿delante de quién?

– de mi hermana

– hala, degenerado, eso es incesto

– ya, ya te he dicho que era fuerte

– ¿es guapa tu hermana?

– siiii, muy guapa, es de las chicas más guapas que conozco

– eso se llama pasión de hermano

– puede ser… pero es verdad, está buenísima

– me la vas a tener que presentar un día

– bueno… ya veremos

– es más joven que tu

– si, le saco dos años

– cómo empezasteis a acercaros, a tener algún contacto

– desde muy jóvenes cuando veíamos la televisión en el sofá de casa yo le hacía cosquillas, a ella le gustaba mucho y me las pedía

– delante de todos

– bueno, eran cosquillas inocentes, ella se remangaba el brazo y me lo ponía encima de mí y yo empezaba a acariciarlo con las yemas de los dedos

– y eso a ella le gustaba

– sí, le gustaba mucho, me decía: "¿me haces cosquis?" y yo le empezaba a hacer cosquis

– ¿siempre en el brazo?

– en los dos brazos, primero uno y después el otro, empezaba por la mano y lentamente iba subiendo hasta llegar al hombro

– ¿a ti también te gustaba eso? ¿te excitabas?

– bueno, no era grande la excitación, pero a veces sí que se me ponía dura

– ¿ella lo notaba?

– no decía nada pero supongo que sí porque su brazo a veces descansaba sobre mi piernas, encima de la bragueta. Yo cuando estaba caliente hacía más presión sobre el brazo para que éste me apretara el bulto

– ¿sólo llegabas hasta el brazo?

– sí, al llegar ahí me estorbaba la camisa doblada y no podía seguir, aunque a veces, según la camisa que tuviera puesta, metía un dedo hasta su sobaco y le hacía cosquillas ahí

– ¿sabes?, ahora estoy yo haciéndome cosquillas por el brazo y la axila, me gusta

– jajajajajaja

– ¿ella a ti no te hacía nunca cosquillas?

– alguna vez, pero pocas, le decía ahora me toca a mí y le ponía el brazo desnudo sobre sus piernas, me gustaba el contacto con su pierna

– qué tal te lo hacía

– bien, pero prefería hacérselo yo a ella; ella también lo prefería

– cuándo pasasteis a mayores

– con el tiempo introdujimos también sus piernas en el recorrido de las cosquillas: primero los dos brazos y después las dos piernas

– uhhhhh, en las piernas es más excitante, llevaría faldas ¿no?

– al principio estaba siempre por casa en pantalones vaqueros, yo le hacía las caricias por encima de ellos, pero un día le dije que por qué no se ponía faldas que lo iba a sentir mejor directamente en las piernas

– ¿te hizo caso?

– sí, a partir de ese día casi siempre estaba en faldas, un picardías que le quedaba muy corto

– pero no le harías cosquillas por las piernas delante de tus padres

– no, mis padres no tardaban mucho en irse a la cama. Nosotros nos solíamos ir sobre las 12. Teníamos casi una hora para estar solos delante de la tele

– ah, eso ya está mejor

– una vez que estaba con pantalones, después de acabar los recorridos por los dos brazos, le dije que se cambiara de postura que ahora le tocaba el turno a las piernas. Ella se echó sobre rincón del sofá y puso sus piernas encima de las mías

– cómo eran las cosquillas sobre las piernas

– siempre empezaban en los pies

– te gustaban sus pies

– sí, tenía unos pies perfectos. De todas maneras a mí los pies de las chicas siempre me han excitado mucho

– me estoy mirando los pies, pues te advierto que no los tengo nada mal

– jajajajajajaja, seguro que sí. Un día te haré un completo de pies

– vale… sigue, después de los pies qué

– a los dedos de los pies le dedicaba mucho tiempo, hasta que no recorría todos sus dedos y sus empeines no seguía

– eso a ella le gustaría mucho

– sí, le hacía relajarse y abandonarse, a veces hasta se quedaba dormida con esa caricia

– me la estoy imaginando y me estoy poniendo…

– después de los pies seguía por sus pantorrilla, sus rodillas, la parte de atrás de sus rodilla, sus muslos, el interior de sus muslos…

– hasta que llegabas a zona prohibida

– sí, cuando llegaba al final de sus piernas siempre me paraba, era cuando nos solíamos ir a la cama

– con un calentón tremendo, supongo

– joder, claro, yo todos los días me iba empalmado a la cama

– y ella me imagino que parecido

– con el tiempo me reconoció que casi todos los días se iba a la cama mojada

– pobrecita, la de dedos que se haría

– no, no se hacía dedos, aprendió a masturbase más tarde

– no me digas quién le enseñó…

– jajajaja, eso ya te lo diré más tarde, ahora sigamos con lo que te estaba contando

– sigamos… cuando llegabas a la entrepierna parabais ¿no?

– eso, parábamos, a veces yo intentaba seguir un poco pero ella me cogía las manos y me decía "hermanito, es la hora de irse a dormir", y se levantaba de la misma

– a eso se llama pudor y fuerza de voluntad

– pero un día que la película fue más larga y bastante fuerte, con escenas subidas de tono, ese día ella no me paró la mano, sino que se echó más a lo largo y se abrió un poco las piernas

– eso era una señal

– así lo interpreté yo, generalmente estaba con las piernas juntas o cruzadas en los tobillos

– o sea que se espatarró

– eso, subió su culito hacia mí y casi me lo puso encima de mi regazo

– y tú qué hiciste

– me quedé mudo e indeciso, mis manos quedaron posadas sobre su bragueta y ahí se quedaron un rato inmóviles… no sabía qué hacer

– ella hizo algún movimiento

– ella echó la cabeza hacia atrás, cerró los ojos y movió las caderas hacia delante, debía estar muy acalorada pues me estaba pidiendo que siguiera mi exploración

– si, está claro, ella pedía más

– yo empecé a jugar con su bragueta delineando con un dedo su contorno y contando los botones por debajo del dobladillo, después le saqué la camisa poco a poco de sus pantalones

– sigue que me tienes en ascuas

– pase la palma de la mano por debajo de la camisa y la posé sobre su tripita, una tripita plana y con una piel muy suave. Estuve un rato toqueteando el ombligo y subí mi mano lentamente hasta llegar al contorno del sujetador

– qué caliente ¿no?

– no veas cómo estaba, era la primera vez que me dejaba llegar tan lejos y notaba que todavía me dejaría ir a más

– le llegaste a tocar las tetas

– no, sólo bordeé el sujetador y bajé mi mano otra vez hasta la bragueta, allí empecé a hacer círculos con un dedo sobre los lados de la bragueta y metí la otra mano -la izquierda- por debajo de ella hasta llegar a su culito

– cómo la estabas poniendo, se movía algo ella

– subió un poco las caderas para que mi mano pudiera abarcar bien su culo por encima del pantalón

– o sea, que tenías una mano encima de su coñito y la otra debajo de su culo

– más o menos. Ninguna de las dos se estaba quieta, delineaban el contorno de su braga y de vez en cuando la derecha oprimía encima de donde debían estar sus labios

– las manos de ella dónde estaban

– una de ellas estaba estirada hacia fuera del sofá y la otra la tenía del revés sobre su frente y sus ojos

– sigue, cabrón, sigue, que me vas a hacer correr sin tocarme

– metí uno de mis dedos entre los botones de su bragueta y solté un botón, después otro y otro más… ahora ya tenía hueco para palpar su braga. Introduje dos dedos por ahí y empecé a tocar la braga por encina de su pubis

– qué sentiste al tocar su braga

– una emoción increíble, estaba como ido, no había estado tan excitado en mi vida

– ¿ella que reacción tuvo?

– tuvo una contracción involuntaria de sus pubis y su cadera, como si le hubiera dado una corriente

– no me extraña, seguramente era la primera mano que andaba por ahí, y además era la mano de su hermano ¡vaya morbo!

– yo acabé de desabrochar todos los botones y le abrí un poco el pantalón, quería verle las bragas

– te gustó lo que viste

– más que gustarme, me entusiasmó, era una braga blanca semitransparente con bordados por los lados y por arriba, se le hacía un pequeño montículo con sus pelillos. La verdad es que era impresionante, nunca había visto una cosa tan bonita

– te gusta mirar las bragas de las chicas ¿eh?, eres un mirón, un voyeur

– lo reconozco, soy un voyeur de bragas, no hay nada más maravillosos que ver a una mujer en bragas

– sigue, qué hiciste con tu mano

– dado que ella me había dado permiso para tocar lo que quisiera, empecé a palpar toda la zona del pubis por encima de las bragas, así estuve un rato largo

– ella qué hacía

– se dejaba hacer y abría un poquito más las piernas para que pudiera bajar con mi mano

– ¿no te estorbaba el pantalón?

– sí, al estar tan ceñido no me dejaba palpar a gusto por debajo, pero esto lo solucioné de inmediato, con las dos manos cogí los bordes del pantalón y lo bajé hasta media pierna

– pero eso era peligroso, podía aparecer alguien en cualquier momento

– eso es lo que pensó ella, se ve que las mujeres os compenetráis hasta en ver los peligros. Ella se incorporó hasta sentarse y me dijo que si era tonto que si venía alguien no le daría tiempo a taparse

– normal, te habías pasado

– le dije que perdonara pero que lo había hecho para que ella sintiera mejor las cosquillas, que nuestros padres nunca se levantaban después de entrar en la habitación y que si oía algo, mientras venían por el pasillo le daría tiempo a subirse los pantalones

– vaya, tenías respuestas para todo. Se conformó ella con la explicación

– sí, se volvió a echar y me dijo que estuviera atento por si oía algún ruido

– lo que le pasaba a tu hermanita es que estaba deseando que siguieras con tu exploración

– el caso es que estábamos como antes, bueno, mejor que antes ya que le bajé el pantalón un poquito más hasta las pantorrillas

– y ella ya totalmente entregada… vamos estaba como estoy yo ahora con la falda bajada y con una mano encima de la braga

– oye te propongo una cosa

– qué

– supónte que tu mano es mi mano, haz todo igual que lo que yo te vaya contando, haz de mi hermana

– vale, lo haré, pero cuéntamelo todo con mucho detalle

– eso haré. La visión de sus muslos desnudos y su braguita me tenía tan empalmado que le atraje un poco el culito sobre mí y conseguí ponerlo encima de mi polla, necesitaba que algo me presionara y que ella sintiera el bulto

– se dejó hacer

– sí, y dobló las rodillas para tener más estabilidad y presionar más con su culo

– sigue

– como las bragas las tenías ya más que tocadas, metí los dedos de mi mano derecha por debajo del elástico hasta tocar sus pelillos

– eso es lo que yo he hecho, ¿qué sensación te dio tocarle los pelos del pubis?

– no lo sé explicar bien, pero me gustó mucho, tenia el pelo muy fino, no parecía del pubis

– el mío está más rizado, me gusta enredar los dedos en él

– yo también empecé a enredar los dedos allí y a tirar de ellos hacia arriba. Lo que más me excitaba era saber que era mi hermana la que me estaba dejando hacer eso

– qué más hacían tus dedos

– después de jugar un rato con sus pelillos metí más la mano y ahuequé la braga con mi muñeca para entrar más abajo. Empecé a bordear sus labios y tocarlos con las yemas de los dedos. No quería todavía llegar a caricias más profundas, quería que ella lo deseara todavía más

– ella que hacía

– ya no se podía estar quieta del todo, movía las caderas y el pubis como buscando mis dedos. Tenía la respiración más fuerte y ahogaba algún suspiro. Quería caricias más profundas pero no se atrevía a pedírmelo

– que malo y perverso eras, cómo la hacías sufrir

– no era mi intención hacerla sufrir, todo lo contrario, lo que pretendía era que se diera cuenta que era su hermano el que iba a acariciar de un momento a otro su coñito, quería que lo deseara con todas sus fuerzas

– estoy segura que ya lo deseaba, como yo lo deseo ahora, estoy esperando a que te decidas a meternos mano a las dos, estoy empapada

– le metí el dedo corazón entre sus labios y por fin toqué su coño. ¡Qué tacto más suave y esponjoso! ¡estaba empapada!

– ella lo agradecería no?

– no veas cómo, lanzó un suspiro que casi me hizo taparle la boca, le dije "calla que nos van a oír" y a la vez le dio como un calambre en todo su cuerpo, se puso tiesa

– la masturbaste

– sí, claro, pero suavemente, quería que gozara lo más posible. Le subí un poco de sus jugos con el dedo y le empecé a acariciar el clítoris en círculos. ¿Tú lo estás haciendo ahora?

– siiiiiiii, me estoy haciendo una paja en toda regla, no creo que tarde mucho en correrme, pero lo quiero hacer cuando tú le hagas llegar a tu hermana

– mi hermana ya estaba a punto, no paraba de mover las caderas y le daban como pinchados en su estómago. Le metí un poco el dedo corazón dentro de sus labios y con la palma de la mano empecé a hacer círculos sobre su clítoris

– joder, qué placer, estoy haciendo lo mismo que tú dices y ya no aguanto más, me voy a correr

– ella empezó también a correrse, se metió la muñeca en la boca para no gritar y empezó a dar espasmos con todo el cuerpo, levantaba la cadera y la dejaba caer, levantaba la cadera y la dejaba caer. Tuvo un orgasmo larguísimo. Fue increíble

– aaahhhhhh…. yo también me estoy corriendo, me corrrrooooooooo… joder qué bueno…. puf…. ha sido increíble… espera un poco… a que me reponga… puf qué corrida más bestial… yo creo que he tenido el orgasmo tan bueno o mejor que el de tu hermana… ¡ me has hecho volar!

– me alegro que hayas gozado tanto… y sabes lo que me pasó a mí

– qué

– que con tanto darme golpecitos con su culo encima de mi bragueta, también me corrí a la vez que ella. Fue uno de los mejores orgasmos que he tenido

– ella se enteró de tu orgasmo

– no, estaba demasiado concentrada en sí misma como para enterarse de lo que me pasaba a mí

– qué pasó a continuación

– nos quedamos los dos un rato en la misma postura sin hablar hasta que yo le dije que abría que irse a la cama

– ella no dijo nada

– sólo dijo que sí, que era ya tarde. Le subí los pantalones y cuando iba a abrochárselos me quitó las manos y me dijo que ya lo hacía ella, se abotonó sólo el botón superior y se puso de pie

– y tú también, supongo

– claro, me levanté y me vi un mancha en el pantalón por la corrida. Me fui detrás de ella hasta la puerta de su habitación y antes de que ella entrara la abracé por detrás y le dije al oído: "no le des muchas vueltas a tu cabecita, esto ha pasado por que los dos hemos querido que pasase", y le di un beso en la oreja al tiempo que le decía que la quería

– qué tierno… ¿ella dijo algo?

– volvió un poco la cara, me dio un piquito en los labios y me dijo que ella también me quería. Y se metió en la habitación. ¿Te ha gustado la historia?

– joder si me ha gustado, me ha entusiasmado… menuda corrida que he tenido…

– jajajajaja, me alegro que hayas disfrutado, ¿cómo estás ahora?

– me he quitado las bragas para limpiar todos los jugos que he echado, las tengo totalmente empapadas

– ¿he saciado tu curiosidad?

– aun no me has contado cuándo te masturbaste delante de ella

– eso fue otro día, ya te lo contaré después. Ahora te toca a ti contarme algo, tú te has corrido ya una vez y yo todavía ninguna

– a ver, mi amo, pregunta y yo seré un libro abierto para ti

– cuéntame alguna masturbación que hayas tenido especial o en algún sitio raro

– a ver… déjame pensar… te voy a contar una vez que me lo hizo un chico en una tienda de campaña

– ¡ah, interesante! ¿habíais ido de camping?

– sí, fuimos a una especie de campamento varias amigas y amigos

– ¿cuántas y cuántos exactamente?

– nosotras éramos cuatro y ellos tres

– impares

– sí, no íbamos en parejas, sólo había una pareja formada, los demás íbamos en grupo

– cómo dormíais

– teníamos dos tiendas, en una los chicos y en otra las chicas

– qué prudentes ¿no?

– eso sólo funcionó la primera noche, después nos intercambiábamos a la hora de dormir

– eso está mejor

– un día se fueron todos al pueblo a tomar unos vinos menos un chico y yo que, como estábamos medio durmiendo la siesta, les dijimos que más tarde les encontraríamos en el pueblo

– eso fue casual o lo hicisteis premeditadamente

– no, que va, fue casual, no hubo intención ninguna

– el chico que se quedó te gustaba

– sí, era el que mejor estaba de los tres

– habías tenido algo con él alguna vez

– no, nunca, ni un simple beso

– cómo empezó la cosa, el acercamiento

– yo estaba tumbada boca abajo y el a mi lado de costado, ya despierto del todo

– te miraba…

– me imagino que sí, yo no le veía a él, tenía la cara vuelta hacia el otro lado. En un momento me hizo cosquillas en los pies y yo me reí, le dije que parara que no aguantaba las cosquillas en los pies

– y él paró

– sí, se sentó a mi lado y me dijo que si me apetecía que me diera un masaje en la espalda, que él los sabía dar muy bien

– tú le dijiste que sí, claro

– le dije que bueno… que eso me relajaría

– vaya…

– el se sentó encima de mi culo y me dijo que me tenía que subir la camiseta para tener la espalda libre

– mejor quitártela ¿no?

– de momento me la subí todo lo que pude, hasta casi el cuello

– y empezó con el masaje

– empezó a masajearme la espalda durante un rato largo, lo hacía muy bien el condenado, lo hacía como un profesional

– llevabas puesto el sujetador

– sí, al rato me dijo que si podía desabrochármelo, que le estorbaba. Le dije que bueno que lo hiciera, pero una vez que lo desabrochó en vez de seguir por la espalda se levantó un poco y se puso a mis pies

– ¿y eso?

– me quedé sorprendida, pero me dijo que iba a empezar por el principio, que cerrase los ojos y me relajase

– joder, qué ordenadito

– y tanto, me hizo el mejor masaje que se me han dado en mi vida. ¿Quieres que te lo cuente con detalle?

– lo estoy deseando

– ¿qué tal está tu pollita?

– más relajada que antes, estoy a la expectativa de lo que me cuentes

– pues atiende y piensa en cada movimiento de mi masajeador que seguro que se te va a poner más dura que una piedra

– vale, mientras me cuentas el masaje me la voy a ir acariciando suavemente, te diré mis evoluciones

– jajajajaja, a ver lo que aguantas

– todo depende de ti

– voy… me cogió los tobillos y empezó a moverlos en círculos muy despacio, después siguió con los dedos de los pies. Me recorrió cada dedo uno a una y metía los dedos entre ellos. Era muy placentero eso. Siguió con los gemelos, noté como se me ponía la carne de gallina al contacto con su mano fría

– ¿estabas excitada?

– todavía no mucho, pero la cosa prometía

– no me has dicho que llevaba puesto

– una camiseta de tirantes que estaba enrollada en mi cuello y una falda de flores de esas de verano vaporosas y sueltas que me quedaba por encima de mis rodillas

– muy sexi… sigue…

– ahora le tocó el turno a los muslos, la falda no la tocó todavía, solo metía sus manos por debajo de ella. Yo no sabía hasta dónde le iba a dejar llegar, pero de momento le dejaba hacer. Primero masajeó la parte exterior de los muslos y después la interior. Lo hacía muy bien, era una suave caricia con sus dedos abiertos, como arañando. Volvió a la parte interior y suavemente subió hasta casi llegar a la ingle, volvió a bajar, así un rato. Me cogió la falda y me la subió hasta donde empezaba la braga, como yo giré mi cabeza para ver que hacía, me dijo que si me importaba, no le dije nada, volvía girar la cabeza y le dejé hacer

– vaya con el chico estaba lanzado

– todavía no mucho, se le notaba nervioso y sus manos a veces tenían cierto tembleque

– no me extraña, yo estaría a punto de infarto

– jajajajaja, no será para tanto… bueno, tú a lo tuyo y yo a lo mío…, sigo

– sigue, que ya la tengo tan dura como antes

– cambió de pierna e hizo la misma operación, pero esta vez sí que llegó a tocar el principio de la braga, la bordeó con un dedo. Yo ya empezaba a estar muy cachonda.

– ¿y ahora lo estás también?

– también, ya se me ha pasado el efecto del anterior orgasmo y me he empezado a acariciar los pezones con las dos manos

– joder, quien te pudiera ver…

– él se puso valentón y me dijo al oído: "te voy a quitar la falda para que estés más cómoda, no digas nada, pero si no te importa que te la quite sube un poco tus caderas"

– ¿tú qué hiciste?

– pues qué iba a hacer, levanté un poco las caderas para que él pudiera sacarme la falda. Me quedé en braguitas delante de él. Yo no podía verle la cara, pero me imagino que me estaba comiendo con los ojos. ¡Qué excitación!

– qué braguitas tenías ese día

– unas normales, azules creo que eran

– bueno, ya te tenía en bragas, ¿qué hizo?

– me empezó a masajear el culo por encima de la braga, era muy relajante, lo hacía con suavidad. Me cogía los cachetes del culo con las dos manos, me los estrujaba y los hacía girar

– joder cómo me estas poniendo

– cogió los bordes de la braga y tiró hacia arriba para metérmela en medio del culito, como si fuera un tanga. Esos tirones hacían que la braga también se me metieses por la rajita. Ahora sí que me había puesto a 100. Apreté mi coñito todo lo que pude contra el piso de la tienda.

– me la estoy empezando a menear más deprisa… sigue

– se puso de rodillas a mi lado en posición invertida dándome su espalda, metió sus dos manos a la vez por debajo de la braga y me acarició el culito durante un rato. Después sacó sus manos de allí y me las puso en las caderas y al bajarlas arrastró la braga hasta medio muslo

– ¿no te importó que te hiciera eso?

– yo ya estaba muy excitada y estaba dispuesta a todo, lo que hice fue levantar un poco los muslos para que acabara de quitarme la braga del todo

– imagino que la braga estaría algo mojada ¿no?

– seguro que estaba muy mojada, yo no pude ver lo que hizo él con ella, pero durante unos instantes sólo me acarició con una mano por lo que pude deducir que la otra mano estaría con mis braguitas en su nariz. ¿Qué tal va tu paja?

– a tope, a tope, no creo que tarde mucho en soltar toda la leche que llevo acumulada

– avísame cuando lo hagas que quiero oírte

– vale… estate segura que cuando me corra te vas a enterar

– puso sus dos manos en mis muslos, cerca de la ingle e hizo fuerzas hacia fuera para abrirme las piernas

– estabas entregada…

– totalmente, estaba deseando que se dejara de jueguecitos y fuera directo al grano, pero no se lo podía decir. Seguía como dormida.

– oye ahora dónde tienes tus manos

– la derecha está en el teléfono y la izquierda la tengo trabajando en el coño, tengo un dedo metido y lo muevo en círculos, no sé si voy a poder acabar de relatarte todo antes de correrme, joder qué paja me estoy haciendo

– espera, aguanta un poco, yo también estoy ya apunto, cuéntame ya como te hizo el tío la paja

– pues en la postura que estaba me metió una mano por debajo del culo y se encontró con mi sexo todo abierto y húmedo… me… joder ya no puedo ni hablar de la excitación… me empezó a acariciar con dos dedos bastante deprisa por encima de mi clítoris… estaba ya a punto… y estoy ahora a punto… me ladeé y le dije casi gritando: "venga, cabrón, usa la otra mano por delante… venga, acábame ya que no aguanto más… por favor… no pares ahora…" Y me pegué una corrida de impresión…

– y yoooooooo tambiénnnnnnn, me corrooooooo me corroooooo… hostias qué placer… ahhhhhhhhhh… ¡córrete tú también ahora!… venga hazlo…

– yaaaaaaaaa, yaaaaaaaa, ahhhhhh, puffffffff que largo… que bueno…

– …

– …

– ¿eh?, ¿estás ahí?

– siiiiii, aquí estoy… espera un poco a que me recupere… estoy agotadita

– y yo…, me he vaciado completamente… vaya corrida… hacía tiempo que no tenía una igual

– ¿has soltado mucha leche?

– una bestiada, tengo todo el pecho lleno y un chorretón me ha saltado al ojo, me escuece al abrirlo…

– jajajajajajaja… pobrecito, a ver si va a ser verdad lo que dicen los curas de que uno se queda ciego si se hace muchas pajas

– jajajajajajaja… no lo había pensado de esta manera. Oye hacemos un alto, me tengo que ir a limpiar un poco al baño

– vale, vete, pero vuelve pronto… yo también aprovecharé para hacer pis

– voy, pero no cuelgues ¿eh?

– no, no cuelgo pero te va a salir un pastón este mes el teléfono

– eso es problema mío, además doy por muy bien gastado este dinerillo, hasta ahora

– hasta ahora

– ….

Anónimo 

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