viernes, 9 de julio de 2021

Así me volví la ramera de mi padre


Esta es mi historia de cómo me he vuelto en la amante de mi padre. Tengo 20 años, soy blanca, cabello castaño oscuro, ojos pardos y grandes. Soy de mediana estatura, no tengo un cuerpo de modelo pero estoy como se pide, mi mejor atributo son mis pompis y voy por mi tercer año en la universidad. Tengo enamorado pero mi padre es mi amante predilecto.

Él es un hombre muy apuesto, blanco y de contextura atlética, y no aparenta estar por los cuarenta. Siempre le gustó practicar deportes, aparte que no bebe ni fuma. Se separó de mi madre cuando yo era muy niña, no recuerdo esos momentos pero lo que siempre está en mi memoria es que desde niña él iba a visitarme y me llevaba de compras y a cenar pizzas y hamburguesas, eran los mejores momentos para mí. Yo no toleraba que nada ni nadie se entrometiera en nuestra vida, recuerdo que una vez se encontró con una amiga y dejó de prestarme atención, yo hacía lo imposible para alejar a la intrusa y seguir a solas con mi padre. Creo que soy muy posesiva Hasta ahora, tengo celos cuando me entero que otra mujer está por su vida, hago lo imposible para que se alejen de él..

Conforme fui creciendo empecé a sentir las primeras picazones en mi coñito, sin darme cuenta un día me empecé a tocar y sentía un gustito inmenso, fui precoz para el sexo, creo, porque tendría entre 11 a 12 años cuando empezaron mis primeras masturbaciones. Me hacía el dedillo varias veces a la semana.


Un día estaba con él en su casa, vivía solo y tenía una computadora de esas antiguas, que ahora son reliquias, siempre me entretenía con los video juegos. Cierta vez vinieron a buscarlo unos amigos, recuerdo que les dijo que no podía salir, pero al rato me dijo que regresaría en un momento, que siguiera jugando. Salió y después de un rato de juego quise ver televisión, fui a su habitación y empecé a buscar entre los Videos que tenía, vi uno que tenía fotos de mujeres desnudas, sin pensarlo más lo puse. Para mi sorpresa habían unas escenas que en ese momento me parecieron muy escabrosas pero a la vez sentí como mi cuerpo se estremecía y sentía la picazón en mi cosita viendo como un tipo se follaba a una mujer en diferentes posiciones. Este tenía una verga inmensa, mi padre la tiene grande pero no como ese actor. Estaba viendo yo esas escenas cuando sentí la puerta, me apresuré a cortar el video y puse la Tele, con el mando iba cambiando canales.

- Sarita, ya estoy aquí

- Ya, Pa -respondí mientras sentí deseos enormes de ser penetrada como se lo habían hecho a esa mujer del video.

Mi padre me dejó con la Tele y se fue a la sala. Fue ahí que tuve la idea de seducirlo, lo imaginaba penetrándome y sentía como salían juguitos de mi rajita.

- Pa , ¿puedes venir a jugar conmigo?

- ¿Qué juego estas jugando, el Pac Man? - me preguntó con inocencia.

- Ya me cansé del Pac Man - le dije mientras me tumbé en la cama..

- ¿Qué quieres jugar cielo? - pregunto nuevamente

- Un juego diferente - le dije - Ven acércate, échate en la cama.

Se acercó y se echó a mi costado. No podía resistirme más, quería ser follada en ese mismo momento.

- Al Papá y a la Mamá - le dije sin mas reparos.

- ¿Al Papá y a la Mamá? - preguntó con asombro.

No le di tiempo a que reaccione y le empecé a dictar el desarrollo del juego,

- Ya, dice que yo era la esposa y tu llegabas del trabajo y me abrazabas así - lo cogí por el cuello y noté que estaba muy perturbado.

- Este… mira Sarita, tengo cosas que hacer ahora y no creo que podamos jugar.

Yo me pegue á él e insistí en el juego, lo abrasé y pude sentir su enorme polla crecer al contacto con mi virgen coñito. Empecé a moverme y el se quedó medio paralizado.

- No, no espera… tengo que hacer me dijo mientras se levantó muy nervioso, pude ver que trataba de esconder la gran erección que tenía.

- Ya pues Pa, quiero jugar - insistí - no quería quedarme con las ganas, pero el se salió de la habitación. Puse la Tele de nuevo.

Al rato regresó y me dijo que saldríamos a cenar y de ahí me llevaría a mi casa junto con mi madre. Me quede frustrada porque lo deseaba como nunca. Toqué mis bragas y estaban mojaditas. Pero ni modo, salimos y después de cenar me dejó en mi casa con la promesa de vernos el próximo fin de semana.

Así fue pasando el tiempo y no había oportunidad de estar solos otra vez hasta que tuve 14 años, para ese entonces ya me había desarrollado tremendamente, mis chichis habían crecido, aunque no mucho, y ya tenía pelitos en mi rajita. Un fin de semana se dio la oportunidad de estar solos nuevamente, esta vez dormiría en su casa y esto a pedido de mi mamá que no tenía con quien dejarme mientras viajaría a provincias a ver a mi abuelito, quien se había puesto muy mal. Ese fin de semana, mi padre preparó una cama portátil y me dijo que él dormiría ahí y yo en su cama, pero eso no era lo que yo quería. Cuando nos fuimos a dormir cada uno en las camas ya dispuestas, empezó mi seducción.

- Pa tengo frió, esta frazada no abriga nada.

- Bien te pondré otra más - dijo mientras buscaba una en el closet.

Cuando la trajo y me la puso encima, insistí nuevamente.

- Yo no duermo sola nunca, siempre duermo con mi Mamá

- Pero que es lo que quieres hija - decía un tanto mortificado.

- Hay que dormir juntos, no hay nada de malo en eso, me da miedo dormir sola - Apelé a varias excusas hasta que cedió y nos acostamos juntos. Apagó la luz y yo me abracé a él colocando mi pierna encima de la suya, el se quedó quieto y yo me hice la dormida con mi cabeza apoyada sobre su pecho. Sentía unas ganas tremendas que me follara, que me desvirgara. Al poco rato me moví como que estaba dormida y alcé mi pierna hasta tocar su polla, la cual estaba bien erecta. Él permaneció quieto y me parecía que se hacía el dormido. Pensé que no tendría éxito en mi afán de seducirlo, pero después de un rato el se volteó hacia mí. Ahora estábamos frente a frente, Siempre haciéndome la dormida me pegué a él y nuestros sexos ya estaban en contacto. Por fin, que no me aguantaba más, quería ser penetrada por el hombre que más me atraía.

Ya juntos empecé a moverme poco a poco rozando su polla. Sentía como su respiración se aceleraba mas cada vez al igual que la mía. Nadie decía nada solo se sentía de rato en rato suspiros fuertes como que dormíamos. Supuse que estaba despierto y que quería hacerme suya pero seguía haciéndose el dormido. Lleve mis manos hacia mis bragas y rápidamente me las quité, a la vez que nuevamente me acomodaba y me apegaba mas a él. No aguantaba mas lo cachonda que me sentía y bajé mi mano hasta tocar su tremenda polla. Estaba tiesa, bien erguida y bien dura. El no decía nada, me atreví un poco mas y metí mi mano por entre su boxer y despacio muy despacio toqué su magnifica verga y sus vellos. Me detuve un instante a ver cual sería su reacción pero el seguía "durmiendo" noté que estaba tan mojado como yo. Poco a poco empecé a acomodarlo de forma tal que su verga salió por un costado y ya estaba afuera rozando mi coñito, que estaba mojadito y pidiendo a gritos que esa maravillosa polla ingresara, no tenía miedo ni del dolor que podría ocasionarme, solo quería ser mujer en ese mismo momento. La coloqué a la entrada de mi cueva y empecé a tratar de metermela yo sola pero era muy incomodo y difícil.

Mi padre dio unos suspiros fuertes y empezó a decir palabras entrecortadas.

- Mmmmhhhh !!! Mary te amo - mencionaba el nombre de mi madre. Me daba un poco de celos, pero le seguí el juego

- Mmmhhhh!!! Yo también - susurré en su oído.

No me contuve más y empecé a bajarle el boxer, el seguía como dormido y suspirando fuerte, pero cooperaba, pues con unos leves movimientos ayudó a sacárselo. Ahora si tenía toda la seguridad de que estaba despierto. Podía sentir como latía su corazón, estaba a mil al igual que el mío. Ya estábamos desnudos y yo estaba hambrienta de sexo, era indescriptible lo que sentía Un deseo tremendo de ser penetrada cueste lo que cueste.

Nuevamente me ubique en posición y abrí mis piernas colocando su hermosa verga a la entrada de mi cuevita. Sentí como entraba la cabeza, sentía un pequeño dolor como si me clavaran agujas pero el deseo era mas fuerte y proseguí empujando más. Fue en ese momento que sin decir palabra alguna me abrazó y se colocó encima mío. Aaahhh! Por fin iba a ser follada, iba a ser mujer, siguió abrazándome y besándome. yo le correspondía por igual. Empezó a hundir su enorme polla y yo sentía que me desgarraba.

- Aaahhhh!!!! Aaahhh!!! - a pesar del dolor lo abrazaba, hasta que sentí como empujó firmemente y hasta el fondo de mi jugoso y prohibido sexo.

- Aaayyyy!!! Aaaayy!!!- un grito escapó de mi porque sentí que me desgarraba. En ese momento me arrepentí porque el dolor era fuerte e intenso, pensaba que me había desgarrado las entrañas Quise retirarme pero no podía porque me tenía aprisionada contra el colchón.

- Así, así!!! - decía mientras metía y sacaba su verga de mi destrozado coñito

- Aaahhh!!! Aaaahhh!!!

Poco a poco el dolor iba cediendo y se convertía en un delicioso placer. Al poco rato experimenté mi primer verdadero orgasmo. Los anteriores los había tenido haciéndome el dedillo.

- -AAAAaaaaaaaaahhhhhhhh ! Mmmmhhhh!!! Así papito así - Ahhhh!!! En eso sentí como casi gritando decía-

- Me vengo!!! Me vengo!!! Aahhhh !! Aahhhh!!!

Sentí como que me inundaba con su leche espesa, viscosa y que rebalsaba de mi vagina. Nuevamente sentí un terrible placer y llegaba a tener otro orgasmo, gemía y pedía más.

- Mas!! dame mas papito!!!.

Pero mi papito había quedado exhausto, sacó su polla y se volteó dándome la espalda. Ahí quedé yo tendida con mi cuevita adolorida pero todavía anhelante de mas polla. Empecé a tocarme porque pensaba que me había destrozado, me toqué mi sexo todo mojado e inundado, tocaba y me llevaba la mano a la nariz, era un olor extraño, no era desagradable, mas bien ese olor hacia que sintiera mas deseos de volverlo a hacer. Era mezcla de semen y de sangre, lo olí varias veces hasta que noté que se iba secando y se ponía pegajoso.

Tenía curiosidad por ver mi coñito, me levanté y lo miré, seguía haciéndose el dormido. Me dirigí al baño y me examiné con detenimiento. El dolor volvía pero dentro de todo me sentí contenta, era ya la mujer de mi adorado padre. Después de lavarme y ver que no salía más sangre, regresé a la cama y me acosté, lo abrace por la cintura y así me quedé dormida. Al día siguiente, cuando desperté ya no estaba a mi lado, sentí ruidos por la cocina y el olor a tostadas, levanté la frazada y había una gran mancha seca, mezcla de sangre y semen. Era mi virginidad, me quede acostada en la cama pensando que pasaría de ahí en adelante. Al poco rato entró mi padre trayendo el desayuno a la cama. Me moví como desperezándome y abrí los ojos como que me despertaba recién.

- ¿Cómo durmió mi reina? Preguntó.- mientras colocaba el desayuno sobre la mesa de noche.

- Muy bien - sonreí - mejor que nunca.

Prendió la televisión y desayunamos en la cama. Cuando acabamos de desayunar me dijo al oído.

- Mi reina, me haz hecho el hombre más feliz anoche..

Me dio un beso en la mejilla, no me contuve, lo abracé y lo besé en los labios, se metió en la cama y nuevamente empezamos a tocarnos por todos lados, demás está decir que lo repetimos, pero esta vez experimenté algo nuevo, me metí su polla en mi boca y la chupé un buen rato, por momentos sentía ahogos cuando la metía hasta el fondo, era el mejor chupetín que hubiera probado.

Desde esa vez lo hacíamos cada vez que nos veíamos con nuevas variaciones y yo siempre estaba ansiosa que el viniera a recogerme los fines de semana. Han pasado 5 años desde esa vez y yo he tenido relaciones con mi enamorado, las cuales han sido muy deliciosas también pero nada se compara cada vez que cojo con mi padre. Es lo que más me gusta, hacer el amor con él es la plenitud del sexo para mí, llego a tener unos orgasmos increíbles, ahora que estoy escribiendo esto, estoy super mojadita y también lo hago porque quiero compartir mi historia con ustedes y animada por otras historias similares que he leído en esta pagina.

Por Rod

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