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miércoles, 28 de julio de 2021

Mi infancia


Hola a todos, este relato que quiero compartir con ustedes, me sucedió en mi infancia y lo llevo guardado desde hace mucho tiempo y quiero compartirlo con ustedes los lectores de relatos eróticos, además todavía me calienta recordarlo.

Debo enfatizar que NO ES relato pedófilo, debido a que yo también era infante cuando esto sucedió

Resulta que en la familia de mi madre, que está compuesta de cinco hermanos, casi todos tuvieron de hijos puras hembras, de 11 primos que tengo de esta parte del árbol genealógico, somos dos hombres y nueve mujeres. Por lo tanto ustedes imaginaran que en nuestra infancia y adolescencia debíamos que jugar con puras mujeres y los juegos de las mujeres eran más de hogar, papa y mamá, muñecas y otros.

La historia comienza cuando yo tenía 13 años, siempre mi talla fue superior al promedio de mi edad, y a esa edad, me juntaba mucho con un grupo de amigos que eran mayores que yo, allí aprendí muchas cosas respecto al sexo, a través de las historias que contaban mis amigos, yo ponía mucha atención a ellas, me interesaba mucho todo lo que hablaban del sexo.


Para uno de los veranos de aquella época, fui a pasar las vacaciones con una hermana de mi madre, la cual tenía dos lindas hijas, Laura de mi edad y Claudia un año más joven. En ese verano mis hormonas andaban a mil revoluciones, yo estaba cambiando de voz y ya tenía cierto vello en el pubis y en los cojones.

Cuando estábamos jugando una tarde en la habitación de mis primas de mamá y papá, por supuesto yo era el papá, mi prima Laura la mamá y la pequeña Claudia la hija. Todo iba bien aburrido como siempre, cuando de repente me dijo Laura que nos fuéramos a la cama, luego de acostar a Claudia, yo que andaba caliente me acosté a su par, ella se puso de lado y cerro sus ojitos jugando, yo me puse a su lado y pegué mi paquete a sus nalguitas, al pasar los minutos yo comencé a frotar mi bulto a sus nalgas, consiguiendo una erección, Laura volteo la cabeza y no dijo nada, luego más animado me saqué la pija de mi pantalón, ya estaba bien erecta y la froté sobre sus braguitas, Laura tenía un vestido corto y eso ayudó.

Con el frotamiento yo me estaba excitando mucho, en eso Laura se voltea hacía mi, ve lo que hago, y me dice -que estoy haciendo?, Lo primero que se me ocurrió fue decirle que era lo que hacen los papás en la cama. Luego como convencida se volvió a poner como estaba, con más ganas ahora le seguí frotando mi pija sobre sus braguitas.

No satisfecho le comencé a bajar sus braguitas, ella que se hacía la dormida no opuso resistencia, y se las llegué a los muslos, ahora froté mi pene en su cuquita casi sin pelitos, primero lo hice lento, pero conforme pasaban los segundos lo comencé a hacer fuerte que podía sentir los vellos alrededor de su cuquita que me pinchaban la pija.

Laurita cerraba sus ojitos y vi que estaba gozando el masaje a su bollito, algún quejidito se le escapó de la boca.

De repente se volteó de nuevo hacía mi y me dijo que ya estaba bueno, que ya no quería que le hiciera eso. Entonces se me ocurrió decirle que, entonces ahora hiciera ella lo que hacen las mamás. –Qué es lo que hacen las mamás?- me preguntó.

La tomé de los hombros y poco a poco la fui dirigiendo hacia mi pija parada, le dije:

• Las mamás chupan y besan esta parte del hombre!-

• Yo no sé como hacerlo!- me dice Laurita.

Te voy a enseñar!- le dije bien seguro, -trata de meter la punta en tu boca!- le fui diciendo, vino Laurita y se metió la punta de mi pija en su boca, fue lo más exquisito que había probado sexualmente hasta ese momento, sentí la sangre que fluía de mi cara y llegaba a mi pija y esta se alargaba al máximo. No sé si por instinto u otra razón, pero mi prima me estaba chupando bien mi pedazo de carne, lo lamía dentro de su boca, podía sentir lo tibio de su lengua recorriendo la cabeza de mi pija. Luego le dije que se lo metiera y lo sacara apretándolo con la boca, oohhh! que ricura de recuerdo. Claro que mientras me la chupaba comencé a sacar líquidos pre-eyaculativos, los podía ver en los labios de Laura, ella no dijo nada de eso y los metió en su boca para tragarlos.

No nos dimos cuenta por la excitación y la calentura, pero su hermanita Claudita llegó a donde estábamos y se quedo viendo la mamada de verga que me estaban dando.

• Laura, qué estas haciendo?- le pregunto inocentemente.

Ella sacó por un momento la pija de su boca y le dijo: – Es lo que hacen las mamás con los papás en las noches!-, dicho esto, la siguió mamando.

Claudita se acomodó y siguió viendo aquello por unos segundos, luego le dijo a Laura que ella quería probarla. Su hermana mayor le dijo que a ella le tocaría cuando ella fuera mamá la próxima vez que jugaran.

Por mi corta edad no pude mantenerme por mucho tiempo, entonces eyaculé en la boca de Laura, ella se retiró, pero mucha de mi leche cayó adentro de su boca y la tragó. Laura se asustó más por el gemido que yo dí al venirme, que por el esperma que tragó, sin embargo preguntó que era eso (mi semen), le contesté que era una leche que producían los hombres, asi como las mujeres producen leche en sus senos, tal respuesta la convenció en ese momento. Nos compusimos la ropa y les hice jurar que no debería contar lo que hicimos, sino ya no volvería a jugar con ellas. Mis primitas lo juraron.

Los siguientes días fueron de locura para mi. Laurita y Claudita se turnaban para ser mamá y darme aquellas deliciosas chupadas de pija con su boquitas inexpertas. Las primitas no paraban hasta que veían sacarme la lechita, sus boquitas se estaban volviendo expertas en el arte de mamar. Y yo estaba en la gloria. Sin embargo, a las dos semanas de estar jugando diariamente este jueguito, ya estaba bien desgastado, a veces jugábamos a papá y mamá dos o tres veces al día.

Como la mente del hombre es más sexual que pasional, le dije un día a Laurita que yo no le había dicho todo, que yo sabía de otras cosas que los padres hacían en la noche, ella con mucho interés me rogó que le dijera. –Esta bien!- le dije, -acuéstate y haz lo que yo de diga, si?-. Mi prima se acostó boca arriba, luego le bajé sus braguitas, ella quiso detenerme, pero le dije que ella había prometido hacer lo que le dijera. Claudita en la otra cama observaba con mucha atención. Ya sin braguitas le levanté su vestidito y pude ver su lindo sexo, tenía una preciosa rajita virginal, era rosadita y con poquitos pelitos de color castaño, los labios mayores de su vagina eran grandes de color blanco y rosado, nunca había visto una en vivo y a todo color, por poco y me corro allí frente a ella.

Me incliné y sumergí la cabeza entre sus muslitos, luego lo primero que se me ocurrió fue pasarle la lengua y chupar con los labios toda su vulvita, lamí como perrito sus labios vaginales y su clítoris (en aquel entonces no sabia el nombre de las partes intimas), Laurita cerro sus ojitos y se estremecía allí sobre la cama; también lamí sus muslos internos, me acuerdo que su cuquita olía a talco perfumado, a orines y a hembrita mojada.

Sin usar los dedos, mi lengua abrió sus labios vaginales para lamer todo por dentro, pasé por la entrada de su vaginita y llegué de nuevo a su clítoris. Para todo esto Laurita además de cerrar sus ojos ya emitía gemiditos de placer, ronroneaba como una gatita en celo. Unos minutos más tarde, de repente bajo la mirada y veo que a la par de la bragueta de mi pantalón yo tenía un halo de humedad, era de semen, ya había acabado una vez, mamando la cuquita de Laurita. Me levanté, me dio vergüenza, Laura aún seguía acostada mordiéndose los labios. Me fui a mi habitación, dejando allí con las piernas abiertas a mi primita. Allí terminó el juego al menos hasta ese día.

Al día siguiente, Claudita que ahora era la mamá, me pidió que le hiciera lo mismo que le había hecho a su hermana mayor, la puse en la misma posición, ella se quitó las braguitas y también le di una rica mamada de cuquita; aunque apenas eran las primeras rajitas que yo mamaba en mi vida, pero me pareció más rica la cuquita de Claudita, era más mojadita y tenía más olor a hembrita. Estuve más tiempo entre sus muslos lamiendo su cosita sin pelitos, de repente que ella empieza casi a chillar y me jala con fuerza los cabellos, Laura que está viéndonos en la otra cama llega hasta nosotros y le pregunta a su hermana que le sucede?. Lo que en realidad sucedió fue que Claudita tuvo el primer orgasmo de su vida. Yo por un momento creí que le había causado algo daño o le había mordido sin querer su cuquita.

Ese verano pasé comiendo las cuquitas de mis primas y recibiendo ricas mamadas de pito. Al terminar era yo casi un experto el arte del sexo oral.

Al siguiente año, yo no quería esperar tanto para ver a mis primitas, así que le pedía a mis padres que en cualquier asueto o feriado largo, me enviaran con ellas. Cada vez veía más desarrolladas a mis primas; también le fui incluyendo en nuestros juegos también mamaditas de tetas, aunque todavía las tenían bien pequeñitas, pero yo las sentía deliciosas, su piel era muy tersa. Otra cosa que quiero contarles es que los chismes se corrieron y las otras primas (Isabel de 12 y Jamie de 14) querían jugar también conmigo de papá y mamá. Les dijimos que la condición era guardar el secreto.

En el caso de Jamie que era la prima más grande, ella ya tenía mucho más vello alrededor de su vagina y sus senos eran más grandes, me hacían agua la boca, ya quería chuparle su cuquita y sus tetas. Cuando me tocó con ella, me tardé como veinte minutos chupándola toda, tuvo dos orgasmos allí acostada, las demás primas la miraban sorprendidas, preguntándose que era lo que le estaba pasando. Cabe mencionar que también terminé en mis pantalones ese día.

Fue Jamie también la primera que probó mi pija dentro de su vagina; como me había dejado super excitado, cuando todos dormían me fui a su habitación y me metí en la cama con ella, con la excusa que tenía frio, ella me recibió bien y de alguna forma sabía lo que sucedería conmigo en la cama. Poco a poco me fui poniendo entre sus muslos y le chupé su cuquita, ella gemía y mordía la almohada para no gritar, luego me quité la ropa y me subí sobre ella, ya había visto en películas de mis amigos lo que había que hacer, al menos en teoría.

Puse mi pija entre su rajita y poco a poco la fui metiendo, ella quiso retirarme cuando sintió dolor, pero yo ya no me detuve y la penetré, ella me decía que le dolía, pero yo estaba propuesto a cogerla sin lastima, mientras la metía y la sacaba, Jamie mordía la tela de la almohada, después de unos minutos la soltó y volvieron a llegar sus gemidos de placer y de satisfacción. La cogí por varios minutos, luego solté un chorro de esperma en su cuquita, vaya que no quedó embarazada esa vez. Descansamos un rato y nuevamente la volví a coger en esa noche.

Al otro día, Jamie me contó que cuando me retiré había tenido que lavar las sabanas en el baño, debido a que había gotas de sangre en ella.

Así también al otro día Jamie le contó a Laura, lo sucedido y que habíamos jugado a papá y mamá en la noche solos los dos.

A las dos noches siguientes, Laura me dijo que quería jugar también conmigo en la noche. Yo le dije que estaba bien, pero que ella tenía que llegar a mi habitación, ya que ella compartía con su hermana y no había que correr riesgos. Esa noche llegó a mi cama y la desnudé toda, poco a poco estaba ganando experiencia, le besé sus senos y le mamé su cuquita hasta que emitió su chillido (orgasmo), luego le hice lo mismo que a Jamie, me subí y le metí la pija lentamente en su bollito, Laura era mucho más estrecha y cerrada que Jamie, me costó mucho trabajo metérsela, finalmente entre empujones y fuerza mi pija estaba dentro de su bollito caliente, ahora aguanté mucho más que con la otra prima. La hice venirse dos veces por lo menos, antes que me chorreara dentro de su cuquita.

Durante esos dos veranos, le hice sexo oral a cuatro de mis primitas, a dos las estuve cogiendo por la noche (Jamie y Laura). Posiblemente la cogí unas cinco veces a cada una en ese último verano. Además me había corrido en las cuatro boquitas de mis primas. Nunca me cogí a Claudita o a Isabel, debido a que pensé que si Laurita que era mayor que ellas tenía bien cerradita su cuquita, la de ellas sería casi impasable.

Todos somos mayores ahora, de vez en cuando cuando estamos solos (todas ellas están casadas actualmente) y con algunas copas de más, les recuerdo a ellas que yo fui el primero en sus vidas.

Anónimo 

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