jueves, 9 de febrero de 2023

Lo hermoso de desvirgar a Danisela


Danisela es la hija de mi empleada, quien me ayuda y atiende la casa, Yo soy soltero, tengo 24 años, Danisela tiene 13 añitos, pero está más buena que comer dulce de leche con la mano.

Como dije, Danisela tiene 13 años y está re buena. Tiene un cuerpazo para su edad, muy bien formado. Sus pechos generosos, sin ser extremadamente grandes, son perfectos. Y sus nalgas, por dios, que culo tan bien formadito.

 
El día que la conocí fue porque su madre, que también está muy buena la paraguayita, y la tengo apuntada, ya que entre los dos hay cierta onda, la trajo a casa una tarde porque luego de terminar en casa la limpieza, irían al shopping para comprarle una malla, ya que la niña comenzaba la época de pileta en la colonia. Ya al verla me generó un calorcito entre las piernas. Qué hermosa pendeja. Tiene una boca generosa y sonrisa fácil. Y además muy confianzuda.

Rápidamente pegamos onda. Yo tengo piscina en casa, esa tarde hacía mucho calor por lo que la invité a que mientras su madre limpiaba disfrutáramos del agua. La niña no sabía si aceptar o no, aunque se veía que tenía ganas, al final la madre la instó a que se pusiera su malla y fuéramos a nadar. Se metió al baño y cuando salió esa princesita con un bikini que obvio que le quedaba chica, ya que sus pechos salían por el costado del corpiño, su tanga metida entre medio de esas preciosas y redondas nalgas las mostraban en su totalidad, pero Ella propio de la edad y de ser mujer, pasó por delante de mí pavoneándose y mostrando toda su humanidad, la madre estaba en el piso de arriba, por lo que no vio nada, ni sospechó nada tampoco. 

Nos fuimos a la pileta y yo me tiré al agua, Danisela se recostó en una de las reposeras a tomar sol, yo tenía puesto un short algo ajustado, al meterme al agua se ajustó a mi cuerpo, marcando así el bulto de mis genitales. Al salir del agua y acercarme a las reposeras pude observar de frente a la niña, se encontraba dormitando a piernas abiertas, con lo que se podía apreciar de primera mano sus labios vaginales gorditos y pequeños, y se me disparó el diablo, automáticamente mi pene comenzó a erectarse, con lo que el bulto en mi entre pierna se acrecentó bastante. Digamos que sin ser el que la tiene más grande en el barrio, tengo una buena herramienta, son 19×6,5 cms de carne dura y venosa. 

Al sentir mi presencia cerca, Danisela abrió los ojos y con lo primero que se encontró fue con el bulto de mi tripa. Abrió los ojos como el dos de oro. Yo lanzado ya aproveché y con una mano me acomodé la verga para un costado, lo que todavía la hizo más prominente. La piba se puso algo nerviosa, sonreía pero revoleaba los ojos como loca. Me acerqué más todavía y le puse una mano sobre su pierna izquierda. Ella seguía sin cerrar sus piernas, por lo que o sorpresa pude apreciar en la bombacha de su bikini un pequeño lamparón, producto o de su orina o de su excitación. No hubo palabras entre nosotros. La tomé de la mano y la llevé a la cochera, allí tengo armado un espacio con un futón, mesa y sillas para cuando nos juntamos con los amigos a comer. 

Me senté en el sillón y la atraje hacia mí, la hice sentarse de piernas abiertas sobre mis piernas, con lo que mi verga quedó bien encajada sobre su vagina, su clítoris rozaba directamente con la cabezota de mi tripa. Me abrazó y le prendí la boca con un beso de lengua interminable, mientras la tenía tomada de la cadera con ambas manos y la movía adelante y atrás sobre mi palo, masturbándola con mi pija dura. Comenzó a quejarse, suspiraba fuerte, le pregunté si alguna vez había tenido sexo, me contestó que nunca, solo besos con algún chico. 

La segunda pregunta fue si quería que la cogiera. Me miró directamente a los ojos y preguntó si le dolería. No le mentí, le dije que al principio, hasta que le entrara toda si, le dolería, pero que luego lo disfrutaría. Entonces aceptó. La hice pararse y le bajé la bombachita, su monte de venus tiene unos pocos pelos lacios, medios rubios, yo fui hasta la puerta y cerré con llave, por si acaso. Volví donde Danisela y le ayudé a sacarse el corpiño, guau, que hermosos pechos, me adueñé de ellos mordiéndole los pezones, mientras la volvía a atraer hacia mi verga, seguía frotándola para mantenerla excitada, finalmente separándola me bajé el short y dejé libre mi pija. La niña, al verla así en vivo, medio se asustó, la vio grande, aunque no lo es tanto. 

La tomé de la mano, la recosté al borde del futón a piernas abierta, me acerqué con la verga en la mano y le pedí que la chupara, dudó al principio, pero luego se la metió en la boca y comenzó a mamármela con ganas. Mientras yo acariciaba sus pechos. Cuando la tuve muy dura y a punto de acabar se la saqué, me arrodillé entre sus piernas, la recosté en el futón y simplemente tomando mi falo con la mano se lo apoyé en su cuevita que ya hervía de calor y resumía jugos, estaba superlubricada. 

Metí la cabeza de mi tripa y lentamente fui penetrándola, ella solo gemía, llegué a su himen, probé una vez, y no pasé, le dije aguántate, no grites, y le perforé con ganas la conchita llegándole hasta su útero. Comenzó a llorar suavemente. La acaricié mientras me mantenía quieto dentro de su vagina para que se acostumbre y aguante el tamaño. Pronto se relajó y fue el momento en que yo inicié el vaivén, suave, pero cada vez se la sacaba más y más adentro se la metía, pronto Ella ya estaba colaborando, muy pronto su excitación superó toda fantasía, estaba como loca y acabó con un gran gemido. 

Eso me llevó al paroxismo, y cuando estaba a punto de llenarle la conchita de leche se la saqué y le acabé sobre la panza mientras Danisela observaba con ojos bien abiertos como mi pene expulsaba semen en varios chorros. Luego de un rato, nos acercamos al baño del quincho y nos lavamos. Y poniéndonos nuestras ropas, volvimos a la pileta. Para esto la madre ni enterada de que su hija había sido desflorada. 

Ahora cada vez que viene la madre a limpiar, Danisela la acompaña, Ella solita se va al garaje y me espera ya prácticamente desnudita. En la semana voy a intentar hacerle la cola. Será algo un poco más complicado, o no. Lo que si he observado es que la madre me mira de otro modo, como queriendo acercarse a decirme algo y no se atreve. Ya veremos cómo va la cosa. Ya les contaré más adelante. Por lo pronto le aumenté el sueldo a mi empleada. 

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