lunes, 21 de agosto de 2023

En épocas Victorianas, Parte 1


Tilly Brown: Su historia no autorizada

Lord Wickan de Boug descendió por la escalera de su mansión y se dirigió a la puerta donde un palafrenero sostenía las riendas de su caballo. Monto en él y salió por la avenida que desembocaba en el porche frontal de su mansión y lo llevaba hasta la puerta del circuito bardeado para después salir a un camino lleno de abetos. Puso su caballo al galope y se dirigió hasta una casucha en ruinas que se ubicaba a cuatro millas de su mansión, donde vivía una de sus arrendatarias llamada Josephina Brown. La señora Smith, su ama de llaves se había puesto en contacto con la mujer y la había convencido que le vendiera a su nieta, de tan solo 9 añitos para que se “educara” en la mansión. Brown era una piltrafa como ser humano. Alcohólica, floja, ignorante y de muy escasa inteligencia. Su marido había muerto hacía tres años y ella no podía cuidar a la niña y no podía mantenerla. Sabía la costumbre de la época en que los aristócratas compraban niñas para “educarlas” en el sexo para sus placeres pues anteriormente había vendido una hija y dos nietas y pensaba que era lo mejor para ella y así buscó el modo de deshacerse de Tilly. Busco a la Sra. Smith y se la ofreció, ella la fue a ver y luego hablo con Lord Wickan.


-la niña es preciosa, con una cara angelical, creo mi señor que le dará mucho placer

Al ver a la niña de inmediato se prendo de ella, a pesar de andar muy sucia y en andrajos se veía que era muy hermosa y su cuerpo muy deseable, así que regresó y le dio a la señora Smith las 10 libras que la abuela pedía por ella. Tres días después la señora fue por ella y la llevó a la mansión donde la hospedó en una recamara muy grande que compartiría con dos niñas de 9 y 10 años. Nada más llegar Tilly tuvo lo que jamás había tenido en su vida; una cama, dos vestidos nuevos, dos pares de zapatos, muchas medias y ropa interior como camisetas y enaguas, cintas para el pelo y antes de comer por primera vez en su vida disfrutó de un baño con agua caliente. En este baño le auxiliaron las dos niñas que vivirían con ella llamadas Fanny y Berta, que eran muy parlanchinas. Se fueron a comer las tres a las cocinas de la mansión donde después llegó otra niña muy seria a pesar de sus 11 años llamada Carlota. Cuando estuvieron en su alcoba las niñas le dijeron.

-ella vive en su propio cuarto pues es hija del conde, pero bastarda. Es su preferida y la que más seguido va con él.

-¿A dónde?

Las dos niñas se miraron como dudando en decirle hasta que Fanny se animó.

-¿No sabes porque estás aquí?

Tilly sabía muy bien porque estaba ahí, pero algo en ella se negaba a aceptarlo, pero contestó.

-sí, si se.

-bueno, se trata de darle placer al conde y a cambios tendrás muchas cosas que jamás tendrías, además cuando estés más grande te buscara un marido que tenga un oficio, si por casualidad te embaraza tu hijo no será sirviente, si no que le dará estudios y podrá ser médico, abogado u otra cosa.

Tilly sabía todo eso pero tenía miedo a muchas cosas. A que le doliera, que fuera muy brusco, que la golpeara, en fin, era simplemente una niña temerosa y además no le interesaba el sexo y le daba asco pensar en todo eso. Pero sus nuevas amigas trataron de calmarla.

-El señor no te hará algo que no aceptes, además es muy delicado en su trato y jamás te golpeara, si, al principio duele, pero después te acostumbras y los disfrutas, el asco se te quitara en cuanto tengas tu primer orgasmo. Tenemos suerte de que él nos escogiera pues aún es joven y guapo. Si tu no quieres el solo te regresará con tu abuela sin pedirle lo que le dio. Así pasó ya con dos niñas.

En ese momento Tilly decidió que jamás volvería con su abuela, soportaría lo que fuera por no volver.

-¿Cuándo iré con él?

-cuando lo decida la señora Smith, primero tiene que “entrenarte” un poco.

-¿y eso cómo es?

-bueno…..hay un material que se llama caucho, de él hacen copias de un pene y aprenderás como acariciarlo y….chuparlo. También hacen unos pequeños penes de dos a tres pulgadas y te lo introducen en el…..culo, le llaman el “dispositivo”. Así aprendes a relajarlo pues al señor le gusta mucho meter su pene ahí.

-¿duele?

-un poco la primera vez, pero después de 2 o 3 minutos te acostumbras a ello.

En eso llegó la señora Smith y les preguntó.

-¿Quién trae puesto el dispositivo.

-yo, dijo Berta.

-¿desde cuándo?

-hace dos horas.

-bueno, ya estas lista. En media hora ve al estudio del señor.

-¿Qué va a pasar-preguntó Tilly.

-le va a meter su pene por el culo, primero se la chupa y luego se lo mete. Hay un lugar secreto donde podemos verlo, si  quieres te llevo.

Tilly aceptó así que fueron a un cuarto que estaba junto al estudio de Lord Wickan donde había un armario, quitaron una tabla y daba a otro armario en el estudio y desde ahí podían ver todo. No tenía nada de secreto y lo usaban cuando querían que una niña viera lo que le harían más adelante. Un poco después llegó Berta vestida como niña de su época. Un gran cuello blanco, vestido con varios fondos, abotonado a la espalda, listones y encajes. Medias a medio muslo y calzones largos. Al llegar Lord Wickan la atrajo hacia el que estaba sentado en un gran sillón y la besó en la boca. Ella le correspondió y abrió sus labios para que el introdujera su lengua. Él le preguntó.

-¿te gusta mi niña?

-si mi señor, mucho.

Empezó a desabrocharle el vestido y se lo sacó por la cabeza quedando en fondo con una enagua. La siguió besando y le quitó el fondo quedando a la vista sus planos pechitos que tanto lo excitaban.

-me encantan tus tetillas querida.

-mi señor, soy muy plana. Algunas niñas de mi edad ya tienen algo de tetas.

-por eso me gustas, porque están planita.

Él la acaricio y le fue levantando la enagua acariciándole el coñito lo que excitó mucho a la niña. De pronto se desabotonó la bragueta y brotó su verga; 9 pulgadas de pene en todo su esplendor totalmente duro. Tilly no pudio evitar decir.

-¡es muy grande!

-No se la va a meter toda-dijo Fanny.

Lord Wickan apoyó su mano en la cabeza de Berta que entendió lo que quería. Se hincó ante el acomodándose entre sus piernas y llevó la verga a su boca iniciando una mamada. Tilly no perdía detalle de lo que hacía y vio como Lord Wickan ponía los ojos en blanco de placer mientras Fanny le decía.

-a todos les gusta mucho que se la mamen y metérnosla por el culo. Cuando hacen fiestas el señor y sus amigos nos hacen muy bueno regalos. Esto me lo dieron con otras cosas la fiesta pasada.

Le enseño un broche de oro que tenía un diamante pequeño.

Eso es muy caro-dijo Tilly.

A Berta le dieron una pulsera con un rubí y una esmeralda.

De pronto oyeron los quejidos de Lord Wickan.

-se está vaciando en la boca de Berta. Acuérdate de tragarte su semen cuando lo hagas.

¿A qué sabe?

-al principio no te gusta pero luego te acostumbras. Si no lo haces dejan de gozar.

Después de tener su orgasmo Lord Wickan volteo a la niña de espaldas  a él y le levanto el fondo quedando este atorado en su cintura, la empinó un poco y paseo su verga que continuaba en toda su dureza entre el canal de sus nalguitas mientras con una mano le acariciaba su vagina. De pronto le abrió las nalgas y Tilly vio como agarraba algo y extraía un tubo pequeño del culo de la niña. Era el dispositivo que hacía que se relajara su ano. La fue acercando hacia él y poco a poco le metió cerca de 4 o cinco pulgadas de verga en su pequeño recto que la niña soportó muy bien, solo dijo.

-¡¡augggg, que rico!!|

Lord Wickan empezó un mete y saca que le daba mucho placer y así estuvieron cerca de diez minutos hasta que de pronto estalló en el ano de la niña.

-¡me vengo querida, me sale toda la leche!

-si mi señor, báñeme el culito con su lechita.

-que rico culito tienes pequeña, me dejas muy satisfecho.

-qué bueno mi señor, soy muy feliz.

-esta noche dormirás conmigo.

-gracias mi señor.

Tilly estaba sorprendida por la cantidad de verga que entro en el culo de su amiguita pero Fanny le explicó que al principio entra mucho menos y hasta que te acostumbrabas Lord Wickan te metía más.

-¿Qué pasará esta noche?

-nada que no sea normal, el señor tendrá dos o tres orgasmos mas ya sea en su culo, su boca o su coño y se quedaran dormidos, tal vez le chupe el coño a Berta o se venga en su cara. A los señores les gustan muchas maneras de hacer el sexo.

Tilly a cada instante aprendía más pues tenía claro lo que se esperaba de ella y estaba dispuesta a todo antes de regresar con su abuela. Al partir del día siguiente la señora Smith le colocó el “dispositivo” en su ano lubricado previamente con un aceite: sintió muy incómodo traerlo y se lo dijo a Berta que le contestó que en tres o cuatro días se acostumbraría. Sus dos amiguitas la estuvieron aconsejando lo que tenía que hacer cuando Lord Wickan la llamara, como complacerlo y cómo reaccionar; trucos para relajarse y sobre todo como tragar el semen sin demostrar asco. Además siguió viendo desde el “escondite” cuando Lord Wickan penetraba a las niñas y a su hija.

Después de diez días el Lord habló con la señora Smith.

-¿Qué nos dice de nuestra nueva pupila?

-señor, creo que ya está lista. Berta y Fanny la han aconsejado y además con el pene de caucho le han dado algunas lecciones.

-bueno creo que esta tarde la traes.

-la va usted a disfrutar mucho, le dará mucho placer.

Después de un rato de silencio Lord Wickan habló de nuevo.

-lo que pasa señora Smith es que todos creen que nuestro disfrute es penetrarla y tener mucho sexo con ellas, pero hay algo que muchos no se dan cuenta. El mayor disfrute empieza antes de toda acción sexual, consiste principalmente en seducirla, en pervertirla y meter en su mente que tiene derecho a disfrutar del sexo aun a su poca edad. Que el ser niña no la excluye de los placeres que los adultos disfrutamos y que es su derecho tener un pene dentro de ella, de ser sodomizada, de recibir el esperma en su boca. Cuando una niña lo acepta y lo disfruta es cuando sentimos más placer los hombres como yo. Póngale mantequilla al dispositivo.

La señora Smith sabía lo que eso significaba, que pensaba mamarle el culíto a la niña y no quería algún aceite de mal sabor. Le puso el dispositivo embarrado de manquilla para que se le resbalara bien pero a Tilly le extrañó y pregunto a sus amiguitas.

-es que te va a mamar el culo. Cuando lo haga relájalo bien para que entre su lengua; a mí me gusta mucho y lo disfruto-dijo Berta.

Y llegó el momento. Tilly tenía casi tres horas con el dispositivo en su culo y la señora Smith la vistió con una especie de camisón transparente; la acompaño a la alcoba de lord Wickan y la introdujo en ella. Él estaba sentado en un sofá  leyendo un libro vestido con una bata de seda, al verlas le agradeció a la señora y ella se retiró. Entonces se acercó a la niña y le dijo.

-¿sabes porque estás aquí?

-si mi señor.

-¿Y estás de acuerdo?

-si mi señor.

– bueno; se trata de que no te duela y que disfrutes lo que hacemos, tienes derecho a tu poca edad de disfrutar como los adultos y aunque no soportes el tamaño de mi pene, seremos cuidadosos para no lastimarte y no causarte dolor; necesito que cuando no aguantes el dolor me lo digas para detenerme. Tardaremos un poco para disfrutar plenamente, pero al final el placer será mucho para los dos. Aun puedes arrepentirte y no hacerlo y no pasará nada.

-si quiero mi señor, quiero sentir lo que usted dice pues nunca he sentido ningún placer.

Entonces la paró ante el subiéndola sobre el sillón volteándola de espaldas, con sus manos le abrió las nalguitas y le retiró el “dispositivo” que salió limpio del ano de la niña, vio su culito relajado que quedó algo abierto y llevó su boca a él, introduciendo la lengua. Tilly nunca había sentido algo así y le gustó, le gustó mucho y sin darse cuenta relajó más su culito y entraron como cinco centímetros de lengua de Lord Wickan que le dieron mucho placer. Ya la tenía donde la quería y al ver lo excitada que estaba la tomó con sus brazos y poco a poco la fue sentando sobre su verga, que entró unas 2 pulgadas en el recto infantil, ella al sentirlo primero se preocupó, pero como no le dolía relajó más su culito dejando entrar como 4 pulgadas, que para el eran suficientes por esta primera vez y se detuvo. Ella sentía como si trajera el dispositivo, a lo que ya estaba acostumbrada, y cuando el pasó su mano adelante acariciándole el coñito sucedió el milagro.

Tilly disfrutaba mucho lo que hacían al grado que se descontroló y empezó a contorsionarse de placer, dejando entrar un poco más de verga, su cuerpecito reaccionaba apretando sus nalguitas que a la vez apretaban el pene de Lord Wickan que disfrutaba enormemente y, mientras él la besaba en la nuca, ella estalló en su primer orgasmo, que a la vez provocó que el descargara todo su semen en el ano de la niña, que al sentir como la lava candente le inundaba su intestino disfrutó aún más. Era la mejor niña que se había cogido en mucho tiempo y se lo dijo.

-eres maravillosa pequeña, me has hecho disfrutar como nadie.

-ay señor, he disfrutado mucho. Creí que sufriría y me ha gustado mucho. Quiero estar siempre con usted.

-no es posible pequeña, pero siempre veré por ti y en su momento te conseguiré un buen esposo.

-¿y seguiré viéndolo?

-en su momento veremos.

Tilly a sus nueve añitos se había enamorado de Lord Wickan con un amor infantil y puro. Los placeres que había experimentado y el buen trato que recibía habían calado hondo en su cerebro de niña que había sufrido muchas carencias y estaba dispuesta a todo por complacerlo, por eso cuando  la  cargó y la colocó sobre la cama abriéndole las piernas no se opuso en nada, cuando él se inclinó ante ella y llevó su boca a su coñito ella abrió lo más que pudo sus delgadas piernitas. El impacto fue tremendo. Nunca imaginó que se disfrutara tanto con una caricia en su coñito, sintió sensaciones maravillosas que la transportaron a un mundo de placeres inimaginables. Pronto abrió el grifo de sus jugos inundando la boca de su protector que sorbió hasta la última gota. Entonces él se incorporó y se quitó la bata. Para Tilly fue asombroso lo que vio. Una verga de 9 pulgadas en todo su esplendor dura como el hierro y babeando líquidos seminales por la uretra.

-¿me la va a meter toda?

-no pequeña, no lo soportarías, solo lo que puedas aguantar.

Esto la calmó y se dispuso a cooperar completamente. Él se colocó entre las delgadas piernitas de ella, con su mano abrió los labios externos de su pequeña vulva y colocó la cabeza de su verga a la entrada de su coñito, poco a poco empujó muy suavemente y los dos sintieron como reventó el himen de ella, se detuvo y vio que había metido alrededor de cinco pulgadas de su verga, por lo que esperó a que ella se calmara y se relajara, después inicio un ligero mete y saca y ella respondió relajando su cuerpo y sin darse cuenta se aceleraron lo movimientos de ambos, Lord Wickan disfrutaba mucho el coñito de Tilly que se entregaba totalmente, sentía como apretaba su verga y le venían espasmos de placer, poco a poco subió el placer de los dos y llegaron al orgasmo casi simultáneamente. Esperó un poco mientras se reponían, se puso de pie y llamó a Mrs. Smith para que limpiara a la niña.

-límpiele bien sus partes y que vuelva conmigo, esta noche dormiremos juntos. Ese era un honor no común a las primerizas, lo que significaba que estaba muy satisfecho; la niña regresó con una bata y pantuflas y el la colocó en la cama, después se desnudó por completo y se metió en ella, la besó un rato acariciándola en sus partes y de pronto le dijo.

-deslízate hacia abajo y mámame la verga.

Ella lo hizo, se deslizó y se metió la verga en su boca recordando los consejos de sus nuevas amigas de cómo hacerlo. Con su lengua recorrió el cilindro lamiéndolo y luego le chupeteó los huevo pues sabía que a él le gustaba, los acarició y los masajeó un rato mientras con una mano lo puñeteaba con la cabeza en su boca, después de unos minutos sintió que se venía y recordó los consejos de Berta y Fanny “trágate el semen, a ellos les encanta” y lo hizo, vaya que lo hizo y se tragó hasta la última gota. Se quedaron dormidos abrazados y en la madrugada la volvió a penetrar por el ano. Al despertar Lord Wickan se puso su bata y la levantó despertándola, después de un cajón sacó un objeto y se lo puso en la mano.

-esto es por haberme dado tanto placer, poco a poco iras reuniendo tu dote para cuando te cases, guárdalo bien bajo llave.

Era un prendedor con una esmeralda y unos pequeños brillantes. Ella nunca había tenido nada y eso le pareció extraordinario, por lo que si ya pensaba complacerlo, ahora decidió que haría lo que él le pidiera sin importar que para tenerlo contento. Se retiró y fue  su cuarto donde Berta y Fanny la esperaban para platicar con ella; así pasaron toda la mañana, y se dispuso a esperar el nuevo llamado del hombre que a su corta edad amaba tiernamente.

Por VERDOLAGA

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