martes, 29 de agosto de 2023

Mi compadre, Lucia y yo. Parte 1


Todo comienza en Enero con una noticia que me cambió la vida. Soy hijo de inmigrantes, desde pequeños nos fuimos a vivir a Venezuela, mamá, papá y mi hermana.

Una familia normal, con valores bien infundados, lástima que la educación y valores que nos dieron nuestros padres se fueran al carajo, por mi parte.

Debido a la situación económica del país me ví obligado a regresar a mi país natal, dejando de un lado a mis amigos, costumbres y familia.


Ya tenía 38 años y mi hermana 2 años menor que yo. Ella casada con un patán de 45 años y con una hija de 8 años.

Al llegar a mi país natal me hospedé en nuestra casa natal, «gran ventaja para un migrante», de nuevo a adaptarme a las costumbres, comidas y horario de mi país.

Por hablar mi idioma natal y mis estudios, se me hizo fácil conseguir un buen empleo, en una prestigiosa corporación, en la cual me desenvolvía y ganaba muy bien.

Una tarde fría de invierno decido ir por un trago en un bar cercano a mi trabajo, para drenar el día a día que de cierta forma me asfixiaba.

Mi sorpresa fue tal que me encontré  con mi compadre, hermano de aventuras, cómplice de locuras en Venezuela.

Entre abrazos y saludos nos tomamos unas copas y celebramos ese reencuentro. Y por casualidad del destino, él vivía a unas cuadras de mi casa. Quedamos en que  algún día visitarnos en su casa o la mía y hacer una parrillada como lo hacíamos en ocasiones.

Al llegar a casa cuando me disponía de darme un baño caliente para mitigar el frío de la temporada, recibí una llamada desde Venezuela, la cual después de 2 años de ausencia eran muy pocas las que nos hacíamos.

Mi corazón latió fuertemente y con miedo a que me dieran una mala noticia contesté con voz entre cortada.

– aló!

Entre llantos y gemidos, del otro lado estaba mi hermana.

— hermano te tengo una mala noticia.

-¿Qué pasó?

— ya no aguanto más, encontré a mi marido «José» con otra mujer en mi cama. Y me voy dentro de tres días del país con Lucia.

La protagonista de ésta historia.

-¿Cómo así? Aquí siempre serás bienvenida, mucho antes lo debiste hacer. Ese maldito era un patán y no te merecía.

–lo sé hermano.

Entre llantos que la ahogaban y entrecortaba su voz.

Pensé, ahora sí que la cagó ese cabrón.

Al tercer día como ella me indicó me fui a esperarlas al aeropuerto y con cierta emoción porqué mi hermana por fin salió de esa relación tóxica y vería a mi sobrina. Que desde hace dos años no veía.

Entre la multitud, haciendo caso omiso del control del aeropuerto, escucho una voz que gritaba

*Tíoooooooo, mi tío lindooooo.

Corriendo hacia mí, una linda beba de 10 años con un jean y abrigo, de pelo negro, lacio y figura que prometía que iba a ser una hermosa  hembra.

-mi sobrina bellaaaaa.

Me abrazo fuerte por el cuello casi tumbándome al piso de la fuerza que traía por correr. Apretando todo su ser contra el mío. Noté por el abrazo fuerte que ya sus senos le habían crecido y que ya no era la chiquilla que había dejado hace dos años.

Saludé con un abrazo a mi hermana y nos dispusimos ir a comer a un restaurante.

Ella contándome lo sucedido con José, entre lágrimas que disimulaba con la beba.

Después de la cena, llegamos a casa, le indiqué cuál era su cuarto para que se acomodara con la beba.

Los días transcurrieron con normalidad, le conseguí empleo dónde yo trabajaba y la beba asistía al colegio.

Debido a su tipo de empleo mi hermana tenía que viajar mucho, asumiendo así yo el papel de padre con Lucia. De llevarla al colegio, alimentarla, bañarla, etc.

Jamás me pasó por la mente alguna mala intención o pensamiento con mi sobrina.

Una tarde llegó mi compadre a visitarnos.

Destapé una botella de vino y nos sentamos a degustar el licor, recordando esas exuberantes mujeres con las cuales disfrutábamos de un buen sexo en Venezuela.

En eso, baja mi sobrina con una camisa de su mamá, que la utilizaba como pijama, a Trasluz se le veía sus calzocitos y sus teticas en pleno desarrollo.

*Tío tengo hambre, ¿me preparas mi batido de fresas como el otro día?

-Claro princesa ya te lo hago.

Me levanto y voy directo en la cocina a prepararle el deseado alimento para mí sobrina.

Al terminar regreso a la sala de estar y encuentro a mi sobrina sentada en el regazo de mi compa, le digo.

–toma princesita tu vaso de jugo y sube a dormir.

En eso mi compa la baja de sus piernas y le da una nalgada pero a la vez le aprieta suavemente la nalga, obvio que la nena le incomodó el gesto.

**Sí está rica tu sobrina, como para cogerla, agarrando su verga semi erecta. jajajajaja.

Lo tomé a broma, seguimos bebiendo y ella subió a su cuarto.

Al llevar unos tragos me dice:

** ¿no has pensado en cogerte a tu sobrina?

–¿Qué dices pervertido? No ves que es una chiquita.

**Yo sí pensé en cogerla entre los dos y hacerla nuestra putita.

–depravado.

** ja, ja, ja, ja.

–ja, ja, ja, ja.

Al finalizar las dos botellas de vino, él se va y dispongo a irme a acostar.

A las 3:00 a.m siento una presencia a mi lado, mi sobrina.

* Tío tengo mucho frío, ¿Puedo acostarme contigo?

–Claro princesa, ven aquí está calentito.

Ella se metió entre las sábanas de espaldas a mí, se acurrucó a mi pecho y su colita la puso muy cerca de mi verga, la beba estaba helada, la abracé y sentí ese cuerpecito virgen, que merecía ser azotada con una buena verga.

* Tío abrázame más.

Le pasé mis manos por su abdomen hasta llegar sin querer a sus teticas. Eso me excitó mucho y pensé en las palabras de mi amigo.

Nos dormimos sin más de ahí.

Los días siguientes a la hora del baño, ella me decía, que la bañara, y la mente me volaba pensando en hundir mi verga a la beba mientras le enjabonaba su colita y su chochito, era tan suave, que al pasarle mi mano con jabón, la beba sentía algo de cosquillas que no lo podía disimular.

El fin de semana llegó mi compa en el mismo plan, de beber y disfrutar con nuestras anécdotas. En eso la beba bajó por su jugo y él se ofreció en hacerlo.

**Toma está rico, tu tío Pepe te lo hizo con mucho cariño.

La beba se lo tomó y se quedó con nosotros ahí viendo tele.

A los minutos la beba se sentía un poco acalorada, algo agitada, tanto que en el sofá se metía la mano por sus pantys y se frotaba, efectos de la Viagra que le dió mi compa, ya él y yo estamos pasados de tragos.

Él la llama y se la sienta en sus piernas y le dice:

** ¿Que tienes bebé?

* Tengo calor y me pica.

**¿Dónde te pica?

* aquí

Viendo hacia su sexo, que estaba acalorado y hambriento de verga.

Él le metió la mano por sus pantys y empezó a tocarla, yo viendo aquella escena que me exitaba y me ponía muy caliente.

** mira compadre ya tu sobrina está pidiendo verga a gritos. Ja, ja, ja, ja.

Le subió su camisa, esa camisa transparentosa que tenía de su mamá para dormir dejándola solo con el pantys de Mickey que tenía. La beba ya estaba excitada y su chochito echaba fuego.

Le metió la mano por debajo se su pantaletica tocándole su clítoris, cuando la beba gimió y arqueó su cuerpecito.

**Ven compadre prueba un chochito delicioso.

Me arrodillé ante ella y bajé mi cabeza hacia su vagina, oliendo ese aroma tan peculiar de una hembra dispuesta a que la cabalguen.

Le quité su pantaletica y procedí a lamer su chochito, cosa que a la beba la excitó más.

* Tío sí, tío sí, haaaa.

–¿Te gusta sobrina?

* sí tío no pares.

Nos fuimos a la parte de arriba, a la recamara,  dónde mi compa la tiró en la cama como a una puta.

**Ahora sí vas a saber que es llevar verga putita.

Sacando su verga y colocándosela en su boca, Lucia inexperta en el sexo se ahogaba con la verga de mi compa hasta su garganta. Yo por mi parte lamía esa cosita tan jugosa, esos fluidos eran perfectos y poco a poco fui metiendo un dedo en su culito, el cuál aceptó sin ningún gesto, al ver esto, le metí dos dedos, la beba entre cortada con la verga en su boca hizo un gesto de dolor. Mi compa me dice:

**Ya está lista para recibir verga.

Se sienta en la cama y tomándola por su cintura la posiciona encima de él, colocándole su verga en el orificio de su colita.

**Ven que ya vas a gozar putita.

A duras penas le introdujo de golpe su cabeza en su culo, haciendo que mi sobrina de un sobresalto diera un grito ensordecedor, lo cual me excitó demasiado, ella apretó su piernitas diciendo que le dolía que no siguiera, pero mi compa no le importó las súplicas de la beba y tomándola fuertemente por sus caderas le hundió su verga  hasta la mitad,  la niña pedía clemencia.

*Ya no más más, ya no más, me duele, me duele. Con lágrimas en sus ojos. Lloraba desconsolada.

Él continúa insertándole su verga hasta toparle su vagina con sus huevos, a mi sobrina sus ojitos se le blanquearon, se desvanecía, mientras yo le masturbaba su clítoris, mi amigo se acostó de espalda en la cama dejando a la niña encima de él acostada también y le tomó sus piernas por la parte trasera de la rodilla llevándola hacia su pecho abriéndole en todo su esplendor su chochito.

**Ven compadre penetra a ésta perrita y que sienta que es tener dos vergas a la vez dentro de si.

No dudé digo segundo en posicionarme frente a su chochito,  agarrando mi verga por la base, que estaba a punto de reventar y dándole unas pinceladas por sus labios vaginales que estaban súper húmedos, empecé a penetrar poco a poco su chochito hasta llegar a ver la cabeza de mi verga ya estaba dentro topándome con su himen, mi sobrina le decía con cara de susto y dolor.

* tío no, no lo hagas. Me duele mi culito.

Sin importarme nada empecé a meterle más mi verga sintiendo como se rompía su virgo y poco a poco mi verga se abría paso dentro de esa tierna y deliciosa vagina.

*Ay, ay, ay tío me duele, noooooo tío me duele.

Gritaba la niña despavorida, arqueando su cuerpecito, apretando los brazos de aquel hombre que la tenía sujeta por sus piernas abiertas, pero presa de la lujuria no la escuchaba y seguía metiendo mi verga que en cada embestida entraba un poco más y más, hasta topar con su cuello uterino. Mi compadre seguía bombeando a la beba por su culo y yo  a la vez por su chochito.  Llegando a tocar los dos penes dentro de la beba al penetrarla.

* ya, ya por favor.

Gemía  Lucia ya sin fuerzas,  pero a la vez disfrutando de aquellas dos vergas dentro de sí que la hacian mujer cuando sentimos aquellas contracciones en su cuerpo «aaaaaayyy» gritó la niña, no fue un grito de dolor más bien de placer, quedando sin resistencia alguna y relajando sus brazos y piernas. Había llegado al orgasmo, fue fantástico al ver que una chiquilla de 10 años pudiese llegar al climax después de tanto dolor y resistencia. Mi compa en esos momentos empezó a cogerla con más vigor al igual que yo, y la beba ya no se quejaba solo se quedó desvanecida e inerte entre el cuerpo de los dos. Acabamos los dos al mismo tiempo llenando su culito y chochito de leche, ¡que delicia! Al volver en mi, ví que mi sobrina no reaccionaba, me asusté, pensé «ahora sí la cagamos, matamos a Lucia por exceso de verga» le grité «Lucia, Lucia». La beba reaccionó de manera tardía.

*Tío me duele. «Entre llantos y gimoteos».

Le saqué mi verga e inmediatamente salió desde su interior una mezcla de sangre y semen, que chorreó los huevos de mi compa, él también saco su verga llena de sangre y caca. Puso al lado a la beba como a una muñeca de trapo. Y fue a limpiarse. La niña lloraba del dolor causado. Ya no mucho.

Él se limpió y sin palabra alguna se tomó un último trago y se marchó. Dejándome con aquel cuerpo profanado y agotado en la cama.

Al ir al baño por toallas pude revisar a mi sobrina que su culito estaba roto y sangraba. La llevé a la bañera con agua caliente para relajarnos y nos quedamos un rato en ella.

Luego de un tiempo en la bañera salimos y nos fuimos a la cama, le di unos besos en su boca y le dije que su mamá ni nadie se podía enterar de lo sucedido, porque nos metería en problemas y ya no seré más su tío. Con su cabecita me dijo que si, que eso iba ser un secreto entre los dos.

Por NABUCO

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