miércoles, 27 de abril de 2022

La madre que se follaba a sus dos hijos


Antes de relatarles mi historia, debo decir que nunca me cruzo por la cabeza la idea del incesto. A mis 28 años desconocía siquiera que existiera la palabra. Por eso dicen que la ignorancia da felicidad. Pero como cambian las cosas… Comencemos.

Todo ocurrió cuando conseguí nuevo trabajo. Ya habían pasado mas de 8 años desde que me había mudado definitivamente de un pueblito, a la ciudad, con mi padre. Visitaba en año nuevo a mi madre y mi hermano Daniel, pero eso era todo. Y así fue todo hasta que al fin entré a trabajar a una institución de gobierno y decidí dar una fiesta.


Como mi padre se divorció en malos términos con mi madre, no la invitó a su casa y ya que mi departamento era de soltero, esa fue la razón para hacerla en casa de mi padre. Sin embargo tenía que hacerselo saber a mi madre, darle la sorpresa.

Así fue como esperé el sábado y me fui el finde a mi viejo hogar. Me gustó el sitio, había olvidado la informalidad y me recree la pupila con las chicas en pantalones ajustados y buenos escotes. Algo totalmente contrastante con las ejecutivas, doctoras, etc eran sexys por su actitud y linda cara pero es raro ver que "pierdan el estilo -que dejen a la vista sus atributos-".

Llegue a las 6 de la tarde a casa de mi madre.
Me bajé del vehículo y me senté en el lateral y en eso me encontré a un antiguo vecino.

-Hola Don Ignacio, que gusto verle
-Alfredito? El gusto es mío Alfredito, que andas haciendo por aquí muchacho jaja, hace mucho que no te veía. Que bueno que estés bien joven -me dijo mientras me tomaba de las manos.

-Pues vine a mi casa pero parece que no hay nadie
-Si, hay están joven, metase que es su casa jaja. Espero que haya encontrado una buena vida fuera del pueblo muchacho. Pero en fin ya me voy que el doctor dice que debo correr media hora, cuídese. Y que bueno volver a verlooo -se alejó hacia otra cuadra-

Me dirigí confiado a mi casa. La puerta estaba sin seguro y entré y vi a mi hermano en bolas en plena erección y con una gran sonrisa, justo al abrir la puerta. Rápidamente su cara cambió.

-Alfredo!! Que haces aquí!?

Mi hermano tenía fama de Don Juan, al menos eso me contaba mi madre cuando platicaba por teléfono con ella. Así que lo primero que me imaginé no fue que se estaría follando a mi madre (nadie lo hubiera imaginado) sino a alguna amiguita suya.

-Jaja, tranquilo hermano, no le voy a decir a nuestra madre que ocupas su casa como hotel jajaja -no me imaginaba que mi madre estaba en bolas y con la pepa cubierta de crema justo en la cocina, eso lo descubriría después-

Su cara pasó de estar tensa a estar aliviada y me siguió la corriente

-Ah, si, jaja… Jajajaja!!. Dame unos minutos quieres? Igual ya se iba mi chica -asentí y salí de la casa-

Sacó a alguien cubierta en una sabana y se fue en su coche, me dijo que ya regresaba. Solo pude ver las sandalias rojas adornadas con una flor de aquella desconocida. Tenía unos dedos lindos. Así pues mi hermano regresó a los pocos minutos mientras yo me había dirigido a la terraza.

-Hola Alfredo, como estas.
-Alfredo? Y donde esta el hermano? Si quieres te digo señor Daniel

-Disculpa hermano, no te esperaba
-Vine a ver a nuestra madre, tengo una buena noticia donde está?

Ya debe venir en camino -me dijo- y empezamos a platicar mientras esperábamos.

Al cabo de unos 10 minutos llegó mi madre. Y me saludó efusivamente.

-Hola papi, como estas, hace mucho que llegaste? (desde pequeños a mi hermano y a mi nos decía "papi")

No ma, recién acabo de llegar. Pero que bueno que ya estas aquí. Así les doy la noticia.

-Que noticia bebé?
-Pues que ya estoy trabajando en una institución de planta!!
-Hay mi amooor!!! felicidades! -me dijo mientras me abrazaba.

-Felicidades hermano, piensas celebrarlo?
-Ah pues… ya lo hice. Fue el mismo día que me enteré, pero como fue en casa de nuestro padre no pensé que fuera buena idea ponerlos en el mismo sitio. Ojalá no les moleste.

-Para nada corazón -dijo mi madre. A ese tipo no lo quiero ver ni en pintura. Pero eso no quiere decir que no te haga una comidita no??

-Pues claro mamá, me encantaría que me hagas una comida. Ya hace mucho que no la pruebo. Daniel no sabe la suerte que es tenerte a su lado ma. -les dije con una gran sonrisa.

Daniel y mi madre se miraron mutuamente. Yo miré a ambos y percibí… deseo?
No se pero en ese momento dejé ese pensamiento a un lado y me descalifiqué a mi mismo mientras ellos se quejaban en broma uno del otro. -Mi madre y mi hermano deseandose?? Jajaja que tonterías pienso…-

Mientras los veía reírse, yo negaba en mi mente, miré al piso y las vi. Aquellas sandalias rojas con la flor. Iguales a las de la mujer que mi hermano sacó cubierta. Imposible, deben de ser muy comunes en el pueblo. Si eso debe ser -pensé-. Pero y esos dedos tan finos y hermosos?

Parecía que un velo quería caer ante mis ojos. Pero mi razón lo impedía. No podía hacer acusaciones y menos de ese calibre sin pruebas, y de pronto mamá me interrumpió.

-Entonces??
Entonces qué? -dije-.

-Que si ya bajaste tus cosas, mi nene no va a dormir en un hotel, además el más cercano está a media hora.
Ayuda a tu hermano con sus cosas, por favor danielito. -dijo mientras le acariciaba el hombro-. Yo voy a ver si tengo los ingredientes para una rica comida.

En ese momento mi mamá se dio la vuelta sonriendo como siempre. Miré a Daniel para decirle "vamos" pero él mantenía la sonrisa y su vista se encontraba baja, sobre las posaderas de nuestra madre. Inconscientemente también miré ese delicioso contoneo. La naturaleza la había dotado con amplias caderas y unas nalgonas capaces de llamar la atención de cualquier macho además esas calzas rosas tan ajustadas que usaba no hacían mas que aumentar el deseo de querer poseerla, de empinarla…

Bajamos mis cosas, esperamos a que la cena estuviera lista y nos pusimos al día mientras cenábamos. Todo transcurrió con normalidad. Al terminar les dije que estaba muy cansado, que me daría una ducha y dormiría.

Pero en lugar de dormir, al terminar de ducharme me puse simplemente a descansar pensando en la situación de mi madre. Ella era una mujer de 1.71, con una figura delgada. Como hijo puedo decir que era hermosa tanto por sus facciones físicas como por su carácter. Sin embargo jamás había pensado en ella como algo más, como mujer. Jamás le había calificado sus tetas, sus gordas tetas. Y sus grandes nalgas mmmm, luchando por romper esas calzas que usaba, sus redondeces exigían ser acariciadas, sobadas y amasadas.
En aquél momento no pude ver ropa interior, andará desnuda? No pero que estoy pensando!! -me dije.

Es decir, mi madre era prohibida para mi, como lo es para cualquier hijo. Uno no puede mirar a su madre como mujer, o si?

Mientras yo mismo me decía esto, el malestar de la idea me hizo cambiar de posición hasta quedar dormido solo en bóxer y entrar a un profundo sueño…

-Te gusta como me veo hijo? -dijo coquetamente.
-Claro mamá, esas calzas te paran la cola. Te ves muy linda.

-Hay hijo, no me digas eso o me lo voy a creer.
-De verdad ma, te ves divina. Si no fueras mi madre uffff, no sabes lo que tu y yo estaríamos haciendo en este momento.

-Pero que cosas dices mi amor, me sonrojas bebé. Pero que bueno que no haces comentarios sobre mis senos, son mi orgullo y eso si te lo creería.
-Ma, cuando veo tus tetas desearía nunca haber crecido para seguir mamando esas esferas gordas y redondas tan perfectas que llamas senos -le dije mientras me sobaba la verga.

-No me faltes el respeto Alfredo que soy tu madre!! -gritó. Además ya fue suficiente, que no soy de piedra hijo. Vete a hacer tus cosas antes de que digamos algo de lo que nos arrepintamos.

Era ahora o nunca, mientras mi madre ya se había dado la vuelta para alejarse, yo la alcancé y la abracé por detrás. La rodee por la cintura y le pegué todo mi bulto sobre sus nalgas, se lo estaba restregando una y otra vez, la sensación de puntearla era gloriosa y más porque mamá paraba las nalgas.

-Hijo suéltame!! Que crees que estas haciendo??!!
-No te hagas ma, si lo estas disfrutando no? Si no es así porque me echas las nalgas?

-Yo… yo hijo, no, no es verdad. Suéltame!!
-Mamá, ya te había soltado, pero lo que no entiendo es porque aún sigues restregandote sobre mi verga.

Mi madre seguía danzando sus nalgas alrededor de mi polla por voluntad propia. Así que cuando al fin ella se dio la vuelta para mirarme de frente, yo me bajé mi pantalón y bóxer dejando liberada mi polla que como un resorte salió. Los ojos de mi madre la traicionaron al fijarse sobre mi polla y se lengua al relamerse sus labios como sabiendo lo que venia.

-Sabes que lo deseas ma, quieres sentir una barra hirviendo perforando tus entrañas mientras no puedes contener el placer y te contoneas como una culebra alrededor de mi polla.

-Soy… soy ru madre, no puedes…

Tomé su mano y la posé sobre mi polla, después tomé la otra e hice lo mismo. Mi madre no opuso resistencia, ya era mía y prueba de ello era como lentamente ya había comenzado un rico sube y baja.

Me acerqué lo suficiente para besarla. Me comía sus labios carnosos, primero eran ese tipo de besos, después solo abríamos la boca para que nuestras lenguas jugaran sin apenas contacto de los labios.

-Fóllame -dijo mi madre.

Sonreí morbosamente y le ordené que se empinara. Se dirigió a la mesa de la cocina y puso su culo en pompa.

Le bajé las calzas y con sorpresa descubrí que no usaba ropa interior.

-Estas hecha toda una putita ma.

Acomodé mi pene en la entrada de su chocho, la tomé por las caderas y empujé con furia. Un grito y puños cerrados fue la reacción de mi madre.

-Ah! Ah! Alfredo mi amor. Dale papi, dale!! Así, huuuy!! que rico. Mmmm.

Mi madre ya solo decía monosílabos que acompañaban al característico sonido del pelvis chocando con las nalgas de una buena hembra -plaf, plaf, plaf, plaf.

Al cabo de unos minutos los dos seguíamos cogiendo pero ella ya estaba de pie yo aun ensartándola por detrás.

-Mamá!! Me voy a correr, me voy a correr!!
-Deja que te ordeñe bebé

Yo iba a separarme para dejar que me la mamara, pero echó sus brazos hacia atrás y me lo impidió. Entonces lo sentí, la sensación mas agradable que se puede sentir en el sexo. La vagina de mi madre empezó a contraerse. Solo atiné a echar mi cabeza hacia atrás, tensar mi cuerpo y echarle los mocos dentro. Dos apretones de concha fueron suficientes para hacerme correr.

Nos despegamos y nos fuimos al sofá, nos estuvimos acariciando hasta que mi verga cobró vida de nuevo y un ruido extraño y muy molesto comenzó a escucharse.

-RRRRRR!!!, RRRRRRR!!!

Oh mierda, la estúpida alarma en vibrador.

Sí, aún seguía en mi cama. Justo como anoche en bóxer y sin haberme follado a mi madre. Eso sí, tenía un manchón de semen en mi bóxer que confirmaba mi sueño erótico.

Vaya mierda. Son las 4 a.m. se me había olvidado quitar la alarma, pues generalmente a esa hora me levanto para prepararme e irme a trabajar, bueno, antes de mi ascenso. Mejor la desactivo antes de que se me olvide y mañana pase lo mismo -me dije.

Cuando salí de aturdimiento, y volví a colocar la cabeza sobre la almohada, ruidos extraños se acentuaron.

La televisión? -pensé. Me dirigía al comedor y tan pronto salí al pasillo para bajar caí en cuenta de que no era la televisión, eran gemidos, bufidos. Me excité de sobremanera. Y me dispuse a dirigirme al cuarto de mi madre a investigar.

Por Sherezada

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