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martes, 5 de abril de 2022

Mi primera vez con Meli


Capítulo 1

Comenzaré esto con un poco de contexto, ya que es la primera vez que escribo un relato. Mis vivencias ocurren en su mayoría en Monterrey, México, que es donde vivo. Tengo actualmente 27 años, físicamente soy muy alto, moreno y complexión delgada. Decidí hacer esta anécdota mi primer relato, ya que es mi experiencia que considero más incorrecta hasta la fecha.

El relato comienza cuando tenía 20 años, aún estaba estudiando en la universidad y mis experiencias sexuales habían sido poco comunes (que contaré en otras anécdotas) pero en su mayoría por pura suerte, puesto que nunca he sido alguien popular ni con buena labia. Desde los 10 años he vivido en casa de mi tía, dos primas y sobrina. 


Mi sobrina, que en ese entonces tenía unos 8 años más o menos, es la protagonista de esta historia. Ella cursaba el 2.º grado de primaria y es una pequeña niña muy alegre, aperlada de piel, ojos verdes y bastante bonita a mi parecer. Desde bebe vivo con ella, nos llevamos muy bien y como casi siempre somos solo nosotros dos en la casa creamos unos lazos muy fuertes. Somos bastante cariñosos entre nosotros con toda la inocencia que se puede

Viviendo en una casa de pura mujer hermosa, uno tiene la libido a todo lo queda todo el tiempo. En una ocasión, regresando de la escuela y como es costumbre, fui al cesto de ropa sucia y reclame 3 tangas como mías. Obviamente, eran de mi tía y primas, en ese momento aún no veía con ojos de lujuria a mi sobrina. Llegué a mi cuarto, me puse una de las tangas y empecé a masturbarme oliendo las otras dos y restregándomelas en la cara. Cuando de pronto vi a mi sobrina mirándome medio escondida en la puerta, y en cuando se dio cuenta de que la vi se fue corriendo a su cuarto. La verdad es que pocas veces tengo cuidado con cerrar la puerta porque, primero, mi sobrina debiera estar en la escuela y segundo, mi tía y primas ya me han cachado haciendo lo mismo.
Me preocupe bastante al verla correr y sin pensarlo me puse un short sobre la tanga que tenía puesta, deje las otras dos tangas sobre la cama y fui tras mi sobrina.

Yo: ¿Meli, estas bien?

Meli: Si, lo siento por espiarte. (lo dijo con voz preocupada)

Yo: No te preocupes Meli, yo soy el que debería pedirte perdón por lo que viste. ¿Sabes que estaba haciendo?

Meli: No, solo vi que te estabas agarrando tu parte privada y oliendo la ropa de mi mama. ¿Porque hacías eso?

Yo: Lo que estaba haciendo es algo normal, cuando tu crezcas también lo vas a hacer. Lo estaba haciendo por que me gusta y se siente bien. (al decir esto vi como la cara de Meli cambio a su cara alegre de siempre)

Meli: ¿Ahh entonces eso te gusta? ¿Y no te da asco oler la ropa interior de mi mami?  Ha de oler muy feo

Yo: Si, la verdad es que me encanta como se siente, y no me asco. ¿Yo quiero mucho a tu mama y tía, porque me daría asco su olor?

Meli: Tienes razón, pero como quiera no me gustaría oler sus calzones jaja

Yo: Jaja, oye nada mas no les digas nada ni a tu mama ni a tu tía. Que este sea nuestro secreto (Muy cliche, pero tenia que intentarlo, no quería que mis primas se enteraran)

Ella asintió con una sonrisa

Esa misma noche mientras cenábamos en familia, Meli insistiendo mucho que quería dormir en mi cuarto. Cosa que hacemos seguido, pero nunca había estado tan insistente y su mama aceptó. Al terminar de bañarme me dirigí a mi cuarto para dormir y Meli ya estaba acostada con una blusa que le quedaba tan grande que no podía ver si tenia shorts. Yo, como venia del baño, estaba completamente desnudo con una toalla cubriéndome el pene. Meli esta acostumbrada a verme así ya que como dije, duerme conmigo bastante seguido. Me quité la toalla, me puse un bóxer y me metí a la cama.

Yo: ¿ya te bañaste?

Meli: SI, ya estoy lista para dormir

Yo: perfecto. (Y me acosté a su lado)

El tamaño de mi cama es matrimonial, por lo que hay suficiente espacio para los dos. Pero Meli, siendo tan adorable, siempre se pega conmigo y me abraza.

Meli: ¿Tío, te gusta que te abrace?

Yo: claro que sí, me encanta.

Meli: ¿Y qué te gusta más? ¿Esto o lo que estabas haciendo en la tarde?

Yo: son cosas diferentes, pero te prefiero a ti

Meli: ¡Te tengo una sorpresa! Es un regalo, pero cierra tus ojos.

Sin decir nada cerré mis ojos. Sentí como Meli se estaba moviendo sobre la cama y al cabo de un rato, sentí algo sobre mi cara. Este sentir ya lo había sentido, es ropa interior, y de repente olí. Olía muy fuerte a un mix de fluidos, orines y posiblemente un poco de popo, olía delicioso. Pero el olor era diferente al de mi tía y primas. Abrí los ojos y sobre mi cara tenía un calzón de niña, blanco con rosa y con dibujitos de flores. Sorprendido me levante sobre la cama y lo quite de mi cara.

Yo: ¿Qué es esto?

Meli: Son mis calzones que utilice el día de hoy. Dijiste que te gustaba como olían. ¿Te gustan?

Estaba muy sorprendido, no me lo esperaba. No sabia que hacer ni decir, hasta el momento nuestra relación era muy inocente. Pero este olor, me encanto. No me moví ni dije nada por un rato, estaba pensando que hacer. Por un lado, tener los calzones sucios de mi Meli en la cara y oliéndolos me puso tan cachondo, pero, por otro lado, es una niña de 8 años, soy su tío y se que es incorrecto lo que siento. Vi como la cara de Meli paso de una cara de alegría y diversión a una preocupada, no sabia lo que estaba haciendo probablemente piense que hizo algo mal. La abrace muy fuerte y

Yo: Muchas gracias por el regalo, me encanto. Solo que me sorprendiste bastante.

Meli: ¿En verdad te gustaron?

Yo: Si, me gusta mucho tu olor. Si no me crees mira (Y le mostré mi erección sobre el short) Esto pasa cuando me gusta mucho algo.

Meli: ¡Qué bueno que te gustaron! Quería regalarte algo porque te quiero mucho y tu siempre me das cosas. Te daré también estos para que los uses como los de mi mami.

Meli se paro de la cama y procedió a quitarse sus bragas frente a mí. Yo ta estaba vuelto loco después de haber tenido su olor en mi cara, y ahora ver por unos segundo esa rajita tan pequeñita, limpia y bonita mientras se quitaba su ropa interior.

Meli: Ten, no creo que huelan mucho porque me acabo de bañar. ¿Vas a hacer lo de la tarde?

Yo: Muchas gracias Meli, pero creo que no es el momento, tus calzoncitos no me quedan pero me los quedare como regalo. Ven póntelos por mientras y vamos a dormir.

Meli: No, son tu regalo. Vamos, haz lo de la tarde, quiero ver. Por favor. (puso una cara tan adorable que no podía decir que no. A parte que estaba en mi límite de excitado)

Yo: Esta bien, pero esto no se lo puedes decir a nadie.

Procedí a acostarme, me puse sus calzones sucios en la cara y me empecé a masturbar con las limpias. Y así estaba la escena: Yo, un chico de 20 años, con las bragas sucias de su sobrina, una niña de 8 años, en la cara. Oliendo ese excitante olor de fluidos y pipi. Mi pene envuelto con las bragas limpias de Meli y masturbándome con ellas. Todo esto mientras Meli, repito, una niña de 8 años, me ve fijamente. Estaba a punto de explotar, cuando no sé qué paso en mí y le dije:

Yo: ¿Me quieres ayudar?

Meli: Si, tío. ¿En qué?

Yo: Quítate tu blusa, abre las piernas y déjame verte desnuda

Meli, sin decir nada me hizo caso. Y wow, que hermosa es mi sobrina. Su cuerpo de niña es hermoso. Su pequeña vagina es lo mas bonito que he visto. Su cara, hermosa también, roja y avergonzada. No pasaron ni dos minutos, cuando eyacule sobre sus pequeñas bragas limpias.

Yo: Muchas gracias por mi regalo, me encanto.

Meli: Que bueno tío, a mí también me gustó mucho. Aunque me dio mucha pena que me vieras desnuda.

Yo: Es lo justo, tu me viste desnudo y jugando con mi parte intima.

Meli: Jiji, es verdad

Yo: Ponte esto (Y le di sus calzones con todo el semen que había salido de mi) y vamos a dormir

Le di un beso en la mejilla, la abracé y nos acostamos para dormir. Esa noche dormí abrazado de Meli, pegaditos. Ella con mi semen en su vaginita y yo desnudo completamente. De las mejores noches que he pasado en mi vida.  Eso es todo lo que paso esa noche.

Capítulo 2

Despertamos temprano, pues Meli tenía que ir a la escuela. Cuando Meli dormía conmigo, me tocaba a mi prepararla para la escuela entonces nos levantamos, le puse la camisa de pijama y bajamos a desayunar. Mientras desayunábamos tuve una plática con Meli sobre lo que paso el día anterior y parece ser que lo entendió perfecto y no diría nada. Subimos a cambiarla, ella tiene 8 años por lo que ya sabe cambiarse sola, pero a como es de mimada, deja que la cambie yo. Primero la desnudé, dejando solamente las bragas con mis mecos de la noche anterior, y fui vistiéndola con la camisa, el chaleco y la falda escolar. Esto no era nada nuevo para mí, pero después de la noche anterior ya no podía verla con la misma inocencia que antes. La veía con ojos de lujuria y amor. Entonces mientras la cambiaba la tocaba mas de lo normal, se notaba que le gustaba y le daba unas leves cosquillas. Logre sentir sus pechos, sus pequeños pezones hermosos, y sus pequeñas pompis redonditas. Cabe aclarar que yo ya la tenia parada a mas no poder.

Después llego el turno de ponerle los calcetines blancos que usan en las escuelas, estos me prenden a mi un montón. Se los puse lento y con cuidando, apoyando su pie en mi entrepierna. Y haciendo presión para poder sentir su pie. Obviamente ella sentía que estaba duro en su pie.

Meli: ¿Te gusta mucho vestirme?

Yo: ¿Si, como sabes?

Meli: Tienes tu parte de abajo grande jaja

Yo: Si, es que me gusta mucho pasar tiempo contigo.

Meli: Y a mi contigo tío. ¿Regresando de la escuela podemos jugar?

Yo: Claro que sí, a lo que tu quieras.

Y así pasaron un par de semanas, con la misma rutina. Mientras Meli estaba en la escuela, y yo tenia casa sola aprovechaba para masturbarme con la ropa interior (incluyendo calzones, tangas y calcetines) de mi tía y primas, pero a partir de ahora incluía los de Meli. Su olor llego a ser mi favorito y los que más disfrutaba, por lo general los dejaba en el cesto de ropa sucia llenos de mis mecos. Mi relación con Meli no podría esta mejor, era muy cariñosa conmigo, y a parte de tocamientos esporádicos cuando la cambiaba no había pasado nada que valga la pena contar. Salvo tal vez que tuve un encuentro con la mama de Meli, ósea mi prima, pero por el momento ella no es la protagonista de la historia. Pero es importante porque Meli nos escuchó y me vio salir de su habitación.

Meli: ¿Que hacías en el cuarto de mi mami? Se escuchaba mucho ruido.

Yo: Solo estábamos jugando

Mel: ¿Y porque no me invitaron? Yo también quiero jugar contigo.

Yo: ¿Es que a mí me gusta jugar a solas contigo, quieres jugar ahorita? ¿A qué quieres jugar?

Meli: Quiero que seas mi novio

Yo: ¿jaja, por qué? ¿Sabes que significa?

Meli: Si, mis amigas dicen que cuando te gusta mucho alguien se hacen novios. Y yo te quiero mucho.

Yo: Esta bien, seamos novios. Yo también te quiero mucho.

La abrace y le di un beso en la frente, la verdad es que ya no estaba en mis 5 sentidos y no estaba pensando coherentemente, la cargue y la lleve a mi cuarto. Me puse sobre mis rodillas, la agarré fuerte y la besé en los labios. La verdad es que un beso de una niña de 8 es muy torpe. Pero a mí me encanto, sentir sus pequeños labios y su saliva sobre mi boca me tenia extasiado.

Yo: eso es lo que los novios hacen, se besan

Meli: Me gustó mucho, quiero más besitos.

Al ver que lo disfrutaba, y sin dejar de besarla le empecé a quitar su chaleco y camisa escolar. Mi mano es tan grande (o ella es muy pequeña) que podía sentir sus dos pezones, la estaba acariciando y tocando todo su cuerpecito de niña. Sus pechos, espalda, abdomen, sus pompis redonditas y sus piernas. Lo ultimo que le quite fue su falda escolar, dejando sus braguitas. Aun no estaba listo para ver su rajita, me volvería loco. La cargue y la postre sobre la cama.

Procedí a besarla y tocar sus lindos pezones, lo que provocó que quisiera chuparlos. Después de un rato me senté sobre la cama, cargué a Meli y la puse arriba de mí. Arriba de mi significa que su vaginita quedo en perfecta armonía con mi pene. Cabe aclarar que los dos aun teníamos ropa interior. Puse mis manos sobre su cintura, y mientras nos besamos apasionada y torpemente, empecé a moverla de un lado a otro para que rozara mi pene con su vagina. En pocas palabras me estaba masturbando con su entrepierna. A Meli parecía encantarle, porque de vez en cuando soltaba pequeños gemidos de placer. Y así seguimos un buen rato, hasta que ya no pude más y solté mi chorro sobre ella.

Yo: ¿Te gusto?

Meli: Si, me encanto. ¿Sentí muy rico, pero que es eso con lo que me manchaste?

Yo: Se llama semen, y sale de aquí cuando a tu novio lo haces muy feliz.

Meli: Oh, yo quiero hacerte muy feliz. ¿Como puedo hacerlo?

Yo: Solo con ser mi novia y jugando como lo estamos haciendo. Ten, ¿te gusta?

Agarré un poco de semen de su cuerpo con el dedo y se lo metí a la boca.

Meli: Esta caliente. Quiero que vuelva a salir, para hacerte feliz.

Yo: Tal vez mañana, hoy ya estoy muy cansado. (Después de haberlo hecho con mi prima y su hija)

Meli: Te quiero novio

Al terminar, la limpie, la cambie y nos acostamos para dormir juntos. En esta ocasión dormí agarrándola del pecho y besándola de la manera más romántica posible. Fue como el mejor de mis sueños.

Capítulo 3

Después de los sucesos de las anécdotas anteriores, yo ya estaba pervertido por mis deseos hacia Meli. Todos los días fantaseaba con ella y todos los días “jugábamos”. La verdad es que durante todo este tiempo jamás hice que tocara o chupara mi miembro, y lo mismo aplica con su vagina, nunca la había chupado o tocado directamente. Todo había sido con ropa interior de por medio. No se como aguante tanto tiempo, creo que es porque sabia que lo que hacíamos estaba mal, pero ya no aguantaba. Comencé a planear lo que haría, quería que Meli lo disfrutara. En un par de semanas sería el cumpleaños número 9 de Meli y le haríamos una fiesta. La temática sería ballet ya que Meli lo practica desde más chica. Ese sería el día en que al fin haremos el amor.

Llego el día de la fiesta, y Meli vestía un leotardo de tirantes rosa con faldita corta y debajo unas pantimedias blancas. En sus piesitos unas zapatillas de ballet rosas también. Era la niña mas hermosa de la fiesta, se veía muy linda con su traje. En la fiesta había muchas otras niñas, todas en leotardos y algunas sin faldita.  Había una gran cantidad de niñas a las que se les notaba su rajita, entiendo porque había tantos padres en la fiesta. Pero yo solo tenía ojos para Meli, la más hermosa de la fiesta. Despues de algunas horas, la fiesta termino y mi prima me pidió que me trajera a Meli a la casa mientras ellas recogían el lugar. Meli se veía super cansada y estaba tan sudada de correr y jugar, se podía ver todo el sudor en su carita y cuello. La cargué y me dirigí al carro. Obviamente aproveche para tocarla un poco, cosa que a ella le gusta. En este punto a Meli le encantaba todo lo que le hiciera y me dejaba hacer lo que quisiera con ella, era su novio.

Yo: ¿Te divertiste?

Meli: Si, me gustó mucho.

Yo: ¿Y te cansaste mucho?

Meli: Si, tengo mucho sueño y estoy toda sudada.

Yo: ¿Entonces no vas a querer mi regalo de cumpleaños?

Al oír esto Meli agarro energías y pareció alegrarse mucho

Meli: ¡Si lo quiero! ¿Qué es? ¿Me lo das ya?

Yo: Esta en la casa, y es una sorpresa. Te lo doy cuando lleguemos.

Meli: Ándale, dime

Así continuo todo el camino hasta que llegamos a la casa. Al llegar, la cargue y la lleve a mi cuarto.

Yo: Aquí está mi regalo.

La agarré fuerte y la bese en la boca. Fue un beso tan apasionado, abríamos la boca y usábamos nuestras lenguas. Los besos de Meli habían mejorado bastante ya que lo hacíamos todos los días, ya no se sentían tan torpes. Obviamente estaba acariciando todo su cuerpo, sus pequeños pechos y sus pompis redonditas. Se podía ver sus pequeños pezones por el leotardo. Yo ya no podía más. Despues de estar un rato cachondeando, Meli dijo:

Meli: Me gusta mucho tu regalo, gracias novio.

Yo: Todavía no se acaba. Acuéstate en la cama.

Me puse arriba de ella, como en posición misionero y la admiré. Meli de 9 años, vestida como balerina de ballet, ahí acostada con las piernas abiertas. Hermosa se veía, pensaba como podía hacerle de todo sin quitarle su leotardo y sus medías, pero no se podía. Seria muy incomodo para ella y para mí. Le dije que se relajara, que le daría un pequeño masaje.

Comencé por quitarle sus zapatillas de ballet. Wow, sus pies estaban muy sudados y con un aura caliente, se podía ver en sus pantimedias. Agarré sus piesitos y empecé a acariciarlos. ¿Como puede ser que este tan excitado solo con los pies sudados de Meli? Comencé a besarlos y poco a poco a lamerlos. Sabían deliciosos. No quería parar, pero tenia que seguir con esto. Fui subiendo con mis manos por todo su cuerpo, la cargué y la puse de espaldas a mi entre mis piernas. Empecé a besarla en el cuello, seguía muy sudada, mientras bajaba los tirantes de su leotardo hasta descubrir sus pezonsitos. Finalmente, procedí a quitarle todo el leotardo. Ya solo faltaban las pantimedias. La volví a cargar (me encanta que al ser tan pequeña pueda moverla a mi antojo) y la volví a poner boca arriba sobre la cama. Procedí a quitarle sus pantimedias con las manos mientras pasaba mis labios sobre su cuerpo. No sé si sepan, pero con estos trajes no se usa ropa interior por lo que Meli estaba completamente desnuda frente a mí. Que hermosa es mi Meli. Durante todo este tiempo la cara de Meli era de placer, se notaba que le encantaba.

Abrí sus piernas, jamás había visto algo tan hermoso, nunca había visto su rajita de esta manera tan perfecta. Era chiquita, bonita, limpia y sin pelos. Se podía ver perfecto. Me quede hipnotizado por la vista. Acerqué mi cara para empezar a chupar, al acercarme sentí su olor y wow. Que olor tan fuerte tenia mi Meli, estaba tan sudada de haber jugado todo el día. Olía a sudor, fluidos y orines. Era un olor tan fuerte, delicioso y tan excitante que no aguante más y comencé a chuparla y restregar mi cara en su rajita. No podía creer lo que hacía, y a Meli parecía encantarle ya que se remolineaba y gemía de vez en cuando.  Así duramos un buen rato, yo chupando como loco y Meli poniéndose tensa. Decidí que mientras estaba chupando introduciría un dedo por su vaginita. Al hacerlo Meli grito, pero no fue de dolor, fue de placer. Le pregunte que si estaba bien, ella asintió. Yo continue y poco a poco fui agregando mas dedos hasta llegar a tres. Meli estaba extasiada, gimiendo y tensando todo su cuerpecito.

Yo: ¿Te gusta novia?

Meli: Si, se siente muy bien novio.

Yo: ¿Quieres sentir mas?

Meli: Si, ¿qué tengo que hacer?

Yo: Tu no te preocupes, este es tu regalo.

Me quite el pantalón y el calzón, dejando ver mi pene erecto. Y en la posición en la que estaba comencé a rozar mi pene con su rajita. Era la primera vez que lo hacíamos sin ropa interior, y vaya diferencia. La sensación es muy diferente. Procedí a meterla con mucho cuidado, viendo la reacción de Meli. Era de disfrute hasta que llego cierto punto en que soltó un grito.

Yo: ¿Estas bien Meli?

Meli: Estoy bien, pero me duele.

Yo: ¿Quieres que pare?

Meli: No, este es tu regalo. Yo lo quiero.

Yo: Ya no falta mucho Meli, te va a encantar

Seguí metiendo mi miembro lentamente, en la cara de Meli se veía que le dolía, pero se lo aguantaba.

Yo: Listo Meli, ya está todo adentro. ¿Te duele? (La verdad es que no estaba todo adentro, llego un punto en el que ya no podía seguir, supongo que al ser tan pequeña su vagina es también pequeña)

Meli: Si, pero ya un poquito menos.

Yo: Voy a moverlo un poco.

Empecé a moverme lentamente, sin sacarlo. Solo moviéndolo dentro de ella. No puedo creer que sentir esta sensación sea considerada ilegal. Es hermosa, me encanta y es lo mejor que e sentido en mi vida. Estar dentro de mi Meli es una sensación inexplicable, es deliciosa, dulce, excitante, sin palabras. Después de un rato y al ver que la cara de Meli cambiaba a placer, decidí hacerle el amor. Comencé a tener sexo con Meli, mientras lo hacia la besaba en la boca como si fuéramos novios. Meli no podía concentrarse en darme besos por lo que solo tenia la boca abierta, gimiendo y de vez en cuando gritando. Le estaba encantando, y eso me hacía muy feliz.

Seguí haciéndoselo hasta que estuve a punto de venirme, y cambié de posición para descansar un poco. Me senté y viendo hacia mí, la puse arriba de mi pene. Esta vez entro más fácil y rápido. La agarré fuerte debajo de las axilas y comencé a moverla de arriba abajo. Pareciera que estuviera masturbarme con Meli, pero estábamos haciendo el delicioso amor.  Cada que podía la besaba, aunque fuera algo incomodo por lo pequeña que es. Así seguimos por algunos minutos, se notaba que Meli ya no podía, estaba muy cansada. Así que me apuré a terminar, saqué mi pene de la vaginita de Meli y me vine. Termine en su abdomen, pero por lo cansada y extasiada que estaba Meli no se dio cuenta. Mi pene quedo manchado con sus fluidos y con un poco de sangre, supongo que de su vaginita. La cual rápidamente me limpie para que Meli no se asustara.

Yo: ¿Te gusto tu regalo?

Meli: Si, me encanto. Muchas gracias novio. Me dolió poquito.

Yo: Las siguientes veces ya no te dolerá

Meli: Yei! Te quiero mucho novio.

Y me abrazo con un amor tan hermoso. La abracé también, la limpié y le puse su pijama. Nos acostamos de cucharita, que placer poder dormir con mi niña de 9 años. Mientras nos dormíamos yo pensaba que era el mejor sexo que jamás había tenido. 

Anónimo

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