miércoles, 15 de mayo de 2024

Tentaciones


La cabeza me da vueltas y mi papaya está escurriendo sobre mi pijama.

Anoche por un estúpido pero afortunado error mí hijo se enteró que yo me daba dedo bien cerda como la enferma que soy.

Si bien ya le he dicho que masturbarse es normal, nunca le dije que yo lo hacía constantemente ni mucho menos que él suele protagonizar muchas (pero no todas eh) de mis horas de dedeo compulsivo.

Después de pensarlo, decidí hablarlo con él.

Lo hallé en la cocina preparándose un snack de medianoche.


No iba como lo había planeado, pero ahí iba. Pero en el momento en que cerré la puerta del refrigerador que estaba entre los dos, me encontré con la sorpresa de ver semejante erección en su pijama.

Más de 15 años viendo porno y 10 de imaginármelo en mis fantasías más pervertidas hicieron que mi vista quedará pegada al instrumento carnal de mi hijo.

Chúpala, jálasela…me dije a mí misma pero también pensé… no, no puede ser…El… él no quiere que su propia madre lo inicie sexualmente…no he tenido ninguna señal que sugiera eso en todos estos años y créeme cuando te digo que la he esperado. Pero no.

No puedo hacerlo si el ni siquiera lo ha pensado.

Miré a mi hijo para decirle que no se preocupara y fué cuando noté que estaba absorto mirando mis tetas. Y más específicamente mis pezones que habían reaccionado a la situación endureciéndose.

Lo dejé un momento… pero la batalla interna entre mí deseo y hacer lo que las buenas costumbres demandan hizo que me tapara el busto.

Todavía no me la creía.

¿Miró por lo extraño de la situación ó es en verdad que mis tetas son lo que deseaba? ¿Ésta es la señal que he soñado desde que nació? todavía dudaba

Creo que sólo le dije algo de comerse su sandwich y salí de ahí.

Por más de 10 minutos me estuve preguntando si sólo fué la situación ó en verdad mi propio hijo me deseaba.

Fué entonces cuando lo escuché, había vuelto a su cuarto y había puesto una película porno en su SmartTV.

Se oía delicioso y además estaba haciéndolo sin ningún reparo.

Él quería que lo oyera.

Quería que su propia madre supiera que se estaba haciendo una paja descomunal.

Mis más pútridos deseos se estaban cumpliendo y fué cuando decidí que no me contendría más.

Me masturbé, vaya sí lo hice.

Me importó poco si me volvía a escuchar.

Quería que lo supiera.

Está vez lo llamé y llamé entré gemidos pero nunca apareció.

Tal vez era el destino que decía que necesitaba ir más lento pero yo no escuché.

Lo deseaba…siempre a sido así.

Yo ya no me iba a conformar con pequeños arrumacos de familia hipócrita y pudorosa.

A la mañana siguiente decidí seducirlo, guiarlo hacia el lugar que le corresponde como el legítimo dueño de su madre.

Busque mi playera más ligera y me la puse.

Al diablo con el brassiere.

Quería que mi hijo me mirase las tetas, que apreciara como mis pezones se ven a través de la tela y las curvas de mis melones asfixian la tela entre la carne hambrienta.

Me le insinúe en el desayuno. Bueno más bien casi me le aventé cual perra en celo y poco después me hizo que le mamara la verga.

fué DE-LI-CIO-SO.

Mi pequeño hijo, después de deslecharse con la puta de su madre, regresó a su yo habitual y pude ver las dudas formarse en su cara.

No hijo, todo está bien…

Lo siento má…me dijo a punto de llorar.

No mi amor, todo está bien.

¿Por qué tuve que seducirlo tan chiquito? pensé para mis adentros…

Sólo tiene diez…no está listo…

Lo abrace y le dí un par de amorosos y tiernos besos en su mejilla.

Yo sé que puede ser algo abrumador para alguien de tú corta edad. Le dije.

Pero créeme que es lo que yo quería.

Y también tú, que no me quitas la vista de encima…¿O crees que no lo he notado?

Mi hijo aún en shock, asintió pero se sentía terrible y a mí me empezaba a brotar la culpa.

No podía dejar que eso pasara.

-No debí tratarte así – me dijo.

Agarró su teléfono y borró las fotos y video que apenas me había tomado.

Yo lo dejé hacer porque es importante que se calmara.

Está bien bebé… cuando se nos sube la calentura es normal que nos dejemos llevar…eso nos pasa a todos.

Yo te eduque para ser un hombre y no tienes porque detenerte cuando quieres desahogarte sexualmente.

Me halagas al permitirme ser yo quien te satisfaga.

Mi niño me veía todavía avasallado por la situación, aunque aún recorría mis tetas desnudas con su mirada.

Ya estás en edad de madurar ese aspecto de tú ser mí chiquito hermoso y que mejor que sea con quien te ama más.

¿Y quién te puede amar más que tú propia madre?

El estaba más tranquilo y empezaba a asimilar que su propia madre le había hecho eso que sólo conocía por películas.

¿O crees que yo te haría daño?

A lo que negó con la cabeza.

La culpa en todo caso la tengo yo. Le dije.

Yo fuí quien te provocó.

Tal vez no estabas listo y yo…yo no pude detener mí…deseo por tí…

-No es eso mamá- me dijo al fin.

Es que siento que ya no seremos los mismos…y…me preocupa… que… algún día peleemos y todo salga a flote y me recrimines por…lo que pasó…-

Con mi tono más enérgico pero comprensivo le dije.

Eso jamás, óyeme bien hijo… jamás pasará. Le dije mirándolo a los ojos.

Podremos discutir algún día y eso está bien, es normal.

Pasará, tenlo por seguro.

Pero nunca, nunca te reclamaré por algo que yo te pedí hacer.

Te amo mucho más de lo que puedas creer y mucho más de lo que la sociedad quiera aceptar.

¿Lo entiendes bebé?

mi niño respondió afirmativamente con un gesto.

Si, yo tu mamá. Sí me lo permites. Puedo ser capaz de satisfacer tus fantasías y de paso demostrarnos el amor que nos tenemos.Te aseguro que haré de tí el muchacho más feliz de lo que puedas imaginar.

Y si no quieres que pase otra vez (se me hizo un nudo en el alma al decirlo).

está bien también. Yo lo entenderé mí vida.

Tal vez necesitas que empecemos poco a poquito bebé. Cómo gustes. Te amo y quiero demostrartelo totalmente y sin inhibiciones.

Mi hijo esbozó una breve sonrisa, tal vez imaginando lo que podría pasar en adelante.

Al verlo sonreír supe que lo difícil ya estaba pasando.

¿O qué? ¿Me vas a decir que no te gusto? le pregunté coqueta y juguetona.

El afirmó con la cabeza y su mirada se iluminó. Recordando como le había hecho su primer mamada, seguramente de toda su vida.

Ya sé que soy muy impulsiva a veces pero tú sabes que te adoro y jamás haría algo que te pueda dañar.

…¿mmmh? Qué dices bebé…

Sabes que mami te ama…mis dedos caminaron sobre su pierna y rodilla.

Te amo mi amorcito y le dí un besito en sus labios apenas juveniles.

Mi pequeño hijo sonrió y recuperó un poco la compostura y yo las ropas que no hace mucho me había quitado al calor del momento.

Eso hizo que la tensión del asunto quedara atrás.

-Vaya que eres intensa má…- me dijo mi niño simulando empujarme.

Es que así me pones bebé…le dije con voz de niña regañada… sabiendo cuanto le causa risa cuando me burlo de sus compañeras de escuela.

-Eres una troll má-… jajaja

– ¿Qué dices si nos vamos por un helado…mmmh? ¿Te gustaría?-

Mi pequeño sonriente accedió y le dije que iba a ponerme algo más cómodo ( menos provocador, pero no quise decirlo tal cual).

-Nnh nohhh… Má.

-Quédate así –

Me dijo mi hijo un poco tímido todavía.

Me alegré de que me lo pidiera él mismo, pues la verdad sólo me había vestido para excitarlo, pero como madre y la adulta responsable tenía la obligación de corroborarlo.

¿Estás seguro bebé? ¿No te dará pena que te vean conmigo así?

Me dí un pequeño giro para que me mirase.

Por si no leíste mi relato anterior.

Te diré que traía un top de licra fiusha bastante escotado, una minifalda blanca, no tan corta pero lo suficiente para que la mayoría de las mujeres levantaran una ceja en desaprobación.

y para rematar unas plataformas transparentes que aunque no son para novatas en ésto de andar en tacones, siempre me hacen sentir súper sexy.

Sin bra, solo una tanga como única prenda interior.

¿Así estoy bien tigre? le dije a mi niño evaluando la situación.

Pues sólo lo había llamado ‘tigre» cuando lo seduje.

El me miró con un gesto que confirmaba su decir.

-Asi te quiero ver hoy- me dijo recuperando su talante masculino.

Cómo tú digas corazón, le contesté sonriente.

Tomamos nuestras cosas y subimos al auto.

El centro comercial que nos gusta está un poco retirado así que teníamos tiempo para llegar ahí.

¿Te importa sí fumo hijo? Le dije.

-Por supuesto – me permitió

Gracias bebé.

Empecé a inhalar mí cigarro y mi niño estaba jugando con su teléfono. Mirando las fotos de las mujeres que traía ahí.

Uuh, que sexy esa foto, le decía yo. Ó yo tengo unas licras así … cosas así.

¿Má?…¿Te puedo preguntar algo?

Lo que quieras amor, lo que quieras.

Le contesté adivinando hacia donde iba la conversación.

¿En verdad te gusta que te digan esas cosas cuando… tú sabes… tienes… sexo?

Mire a mi hijo a los ojos y le dije la verdad.

Yo no diría que me gusta, empecé diciendo, es una compulsión mia, es un fetiche. ¿Sí sabes lo que es un fetiche, o no?

Mi hijo hizo caras como si le ofendiera la pregunta.

-Obvio que si má…no nací ayer-.

Bueno es prácticamente una necesidad para mí.

Decirte que me gusta no sería completamente cierto.

La verdad es que…¡Me encanta!

¿En serio… pero…por qué? me inquirió.

Bueno…es una larga historia…le dije mientras me terminaba mi tabaco.

Pero para resumirlo, según el psicólogo que veía es porque crecí viendo ese tipo de cosas en casa y lo asocio a mi niñez.

Entonces para sentirme segura subconscientemente. (según sus palabras).

Necesito escucharlo de vez en cuando.

Digamos que es como que parte de mis recuerdos felices, de como pienso que debe ser un hogar feliz.

De otra manera me siento incompleta.

Digamos que es parte de lo que me hace sentirme completamente mujer.

WOW me contestó mi hijo… Jamás lo había pensado así.

Así es tigre, le dije giñandole un ojo. Por favor no te pongas todo asustado con tu mamá. Le dije. Estoy loca pero no tanto… tanto… jajaja.

Nos reímos los dos.

-¿Quieres saber de lo que sí me arrepiento?- me dijo todo cabizbajo y hasta melancólico.

¿De qué mi amor?

El corazón me latío con fuerza, temiendo que quisiera irse a vivir con sus abuelos después de que prácticamente lo había empujado a que me usara como depósito de su semen.

-De haber borrado las fotos que te tomé- me dijo bromeando.

jajaja. Nos reímos los dos.

¿Es lo único bebé? le pregunté y el asintió.

Conciente de que yo lo preguntaba en serio.

– Es lo único-. me confirmó.

Me da gusto mi tigre, le palmeé su pierna y le mandé un besito.

Gracias por decirme.

Ya sabes que cuando quieras puedes tomarme una fotito…

como bromeando me preguntó

¿Cuando te estés bañando?

Cuando lo deseés tigre.

Ok…no te creo pero te voy a tomar la palabra y se rió.

Hazlo, te agradezco que me hagas sentir una mujer…no más que eso…una hembra deseable de nuevo.

-Gracias a tí muñeca- …y acto seguido palmeó por unos segundos mi pierna pero sostuvo su mano ahí. acariciándome el muslo.

Yo gemí muy bajito. mmhhhm.

-Quiero hacerte feliz…perrita- me dijo mi bebé. Un poco tímido.

Gracias tigre, como quieras decirme …ya lo sabes…en serio.

Puedes ser más rudo en tú lenguaje. Me gusta eso.

Le dije sin más.

Mi niño me acariciaba las piernas y yo me dejaba hacer, al fin que para eso estoy.

Mi deber es atender las necesidades de mi hombre, le dije.

Aunque éste sea exageradamente joven y más aún porque mi macho es mi muchacho.

Le dije otra vez con una voz coqueta.

jaja…nos reíamos juntos.

-¿Entonces puedo decirte cómo quiera? –

ajá, como tú gustes mi amor, le sonreí.

-¿Cuando yo quiera?- me preguntó también.

Bueno, usa tú discernimiento hijo. Piensa que puede pasar si alguien ajeno nos escucha.

Evalúa la ocasión y sí tú crees oportuno decírmelo, hazlo. No te detengas.

Créeme que yo te lo agradeceré adecuadamente.

Le dije mientras soltaba la palanca de velocidades del auto y mi mano se posaba brevemente sobre el paquete en crecimiento bajo los pantalones de mi pequeño hijo.

Le dí unos apretones.

-Bueno Má, ya que te gusta tanto te diré que…- hizo una pausa para agarrar valor.

-Tienes un cuerpo de ensueño…eres una puta muy sexy-.

Uuuy…Gracias hijo… Estoy a tú servicio.

Nos dimos un pequeño besito y nos reímos ya más confortables en ésta incestuosa relación.

Llegamos al centro comercial y estacionamos cercas de la entrada.

Mi hijo me guió de la mano hasta su heladería favorita.

-Vamos Delicia, yo te voy a invitar el helado hoy.- Me dijo cuando entramos.

Al ser horario matutino y entre semana el lugar estaba relativamente vacío.

-Te vez bellísima Má -.

Gracias bebé.

Mi hijo sacó su teléfono y nos sacó una selfie disfrutando el helado, para subirla a su estado de WhatsApp.

Reímos disfrutando el momento.

-Ahora madre-. me dijo mi bebé.

-Se una buena puta y enséñame las tetas –

Sí bebé, lo que ordenes.

Mientras veía que no hubiera nadie cercas me pellizque los pezones y al instante me baje el top.

mi niño sonreía mientras me tomaba un par de fotos.

Listo, me dijo y yo me subí el top y mientras comiamos el helado platicamos tonterías y cosas de las vacaciones que recién empezaban.

Total fuimos por mis nuevos audífonos y luego paseamos por las tiendas de ropa.

Mi niño aunque pidió una playera de fútbol muy masculina, también quizo una de «Rick y Morty» dejando ver que aún en parte es un niño obviamente por su edad.

Escogimos un par de pijamas para el y

luego mi obsesión por la ropa hizo que lo arrastrara al área de mujeres.

El como todo hombrecito que se aprecie, se resistía a ir, pero en cuanto le dije que quería que me dijera que tipo de ropa le gustaría que yo usara cambió de opinión.

jajaja.

Entramos y aunque el quería ir directo a la sección de corsetería le dije que también necesitaba yo ropa para andar en la calle… jajaja.


-Muy bien Madre, pero primero vas a ir conmigo a escoger la lencería – Me ordenó mientras me jalaba hacia donde el quería ir.

Yo que en ese momento empecé a lubricar, de ver como mi dulce retoño reclamaba el lugar que le corresponde por naturaleza.

Sólo un par de señoras andaban por ahí y no nos pusieron mucha atención asumiendo que era yo quien arrastraba a mi hijo a hacer compras.

En la sección que mi pequeño dueño quería explorar escogió para mí un conjunto de la marca BLUEBELLA, que decía modelo TALLULAH (por si te interesa buscarlo) es una tanga diminuta de malla y encaje tipo crochet con dos argollas enfrente. Super sexy.

Pero lo altamente sexual es el bra que es nada más el soporte por abajo. De los llamados cupless ó de 1/4 de copa.

No cubriría para nada mis tetas, dejándolas así. Al descubierto. Sólo adornaban por abajo con el mismo encaje.

Sin duda era un conjunto que era para lucirse y parar vergas.

Mi hijo me lo puso enfrente para imaginarme como luciría yo en ese atuendo tan sensual.

yo hize una pose coqueta para él.

-Creo lucirás muy sexy en ésto mamá –

Me dijo. -Y sin duda ésta pequeña tanga es adecuada para la zorra que llevas dentro.- Me lo entregó y me ordenó.

Regresando lo lavas y tienes listo. Quiero que lo uses ésta misma noche.

Remarcó.

Como ordenes corazón.

Mis pezones otra vez estaban súper duros al ser dominada por mi apenas adolescente hijo.

Eran más que obvios bajo mi blusa.

Mi hijo los miró y me sonrió con un gesto de aprobación.

En la tienda había cámaras de seguridad así que no proseguimos mucho en nuestros jugeteos eróticos.

Aunque al estar tan cercas mi bebé yo entramos en una dinámica de roces fugaces donde pude sentir la dureza de su miembro.

No me podía resistir a ser usada por él.

Al traer minifalda, le daba acceso a sus curiosas manos de agarrarme las nalgas cuando sabíamos que el ángulo no permitía captar eso a los de seguridad.

En un momento sus dedos ya entraban en mí raja que a estás alturas estaba más mojada que una almeja en acuario.

Abrí mis piernas para que me dedeara a gusto.

Los exhibidores de ropa prácticamente lo cubrían a él y yo echaba una mirada para que no nos fueran a atrapar en un acto tan lacivo y degenerado.

-Eres una puta mamá- me dijo

Le empecé a sobar su paquete con intensidad como única respuesta.

-Aah…

Creo que… también me gusta…aah…me gusta…llamarte así.

Puta…aah.- me decía mi niño y se me repegó más, luego empezó a rosarme la pierna como cuando el perro quiere montar a su hembra humana.

Restregandome todo el palo bien rico.

Sin dudarlo, él mismo me saco una teta y la empezó a lamer y mordisquear como ya había hecho en la mañana.

Si…si bebé… así…muerde a tu madre, dale… atascate tigre…monta a tú hembra…desahogate…saciate de placer.

Yo estaba muy prendida y apenas podía poner atención alrededor.

La voracidad sexual de un niño novato es algo que no tiene comparación.

Las señoras ya no estaban y en esa esquina estábamos a buen resguardo de las cámaras, aunque es probable que moviéndonos un metro aproximadamente nos pudiesen ver.

Me estuvo manoseando mi hijo sin ningún pudor y yo literalmente escurriendo sobre sus manitas infantiles.

Desafortunadamente o no tanto… empezó a llegar más gente a la tienda y tuvimos que detenernos porque sino quién sabe hasta donde hubiéramos llegado.

Mi niño me escogió un par de pantalones skinny fit y una blusa negra de muy buen gusto, he de decir.


Mi joven macho caminaba con una erección que era imposible de disimular, al igual que mis pezones bajo mi blusa toda torcida por la cachondeada que me puso mi hijo apenas unos metros atrás.

Pagué y salimos de el centro comercial ignorando las pocas miradas que tal vez sospechaban algo y como dos novios contentos y felices nos fuimos al auto.

El como todo un hombre me abrió la puerta del auto y la cerró.

Un caballero en potencia.

Mi hijo tomo el asiento de copiloto porque aún no tiene edad para manejar aunque ya sepa un poquito.

-Má…- Me dijo mi niño hermoso.

Desde hoy será así.

Para la familia eres mi MAMÁ,

En la calle serás mi PRINCESA,

Pero en privado toda mi PUTA.

En ese instante mi lado más sumiso se impuso a cualquier resto de «madre decente» que pudiese quedar en mí y con un tono de

voz acorde a mí nueva posición le dije a mi hijo.

-Como tú lo ordenes mi amor -. le contesté.

 Bajé la mirada y sonreí complacida por pertenecerle a mi propio hijo.

Esta vez no había juegos ó risitas controladas. Era en serio y mi hijo no admitiría una negatia parte mía en mi nuevo rol.

Cuantas deliciosas tentaciones se ven asomar en nuestro incestuoso horizonte aún por disfrutar.

Por YONPERVERSO


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