jueves, 7 de mayo de 2020

Domingos familiares


Capitulo 1

La imagen del sueño no lo abandonaba a pesar que había hecho cuanto estaba de su parte para despertar. No se sentía bien con esa imagen centrada en su memoria y trató de encontrar en lo vivido ese día una explicación para el sueño, pero no la encontró.

Volvió a escuchar la voz de su mujer llamándolo para el desayuno pero no se movió de la cama.

Debió reconocer que estaba perturbado y ni siquiera la ducha logro sacarlo de esa perturbación, que ahora en el almuerzo dominical habitual en casa de sus padres la tenía frente a él sonriente y fresca como siempre.

Tenia diez años mas que él y pudo ver unas ligeras arrugas bajo los párpados y pensó que esa prematura madurez que mostraba sus rostro nada tenia que ver con su cuerpo que se mantenía lozano y firme, al menos así la había visto en el sueño.


Se miraron y sonrieron como siempre y él estaba evocando desde la noche, ese domingo en la tarde en que por equivocación entro en su cuarto cuando el tenia diez años y ella veinte.

Tenía estrictamente prohibido entrar al cuarto de su hermana mayor y esa prohibición, no bien entendida por él, era cumplida en forma rigurosa porque el respeto por la intimidad era el supremo valor en su grupo.

Pero esa tarde de domingo de hacia veinte años, corriendo locamente por el pasillo se vio de pronto en el cuarto de su hermana que completamente desnuda lo miraba de pie al lado de su cama sonriendo.

Había quedado petrificado, pero no por temor , sino que deslumbrado por la visión de ese cuerpo moreno monumental que se aparecía ante él como la más brutal de las revelaciones.

Jamás podría haber imaginado, ni entonces ni después, que su hermana mayor ocultase bajo sus vestimentas grises, lo que él estaba viendo en ese instante.

Ella le apuntaba con sus dos pechos lanzados hacia él como dos pistolas diabólicas en cuyo extremo los pezones insolentes rodeados de aureolas oscuras le incomodaban tan solamente de puro hermosos. Ni tampoco cuadraban para nada con la idea que tenía de ella, esas caderas redondeadas y relucientes y ese triángulo denso poblado y negro entre sus piernas que tampoco había imaginado nunca.

Él quería arrancar porque temía que mientras más tiempo permanecía allí, más grande seria el castigo posterior, pero en ese momento vio la sonrisa de su hermana, y sus hermosos dientes blancos que asomaban entre los labios de su boca grande y sensual. Ella se acercó y él quiso retroceder, pero ella lo tomó de la mano y lo abrazó, de modo que sus mejillas quedaron tocando su vientre que él sintió muy tibio y entonces percibió un perfume extraño que luego lo acompañara por varios días y entonces sin poder contenerse, se atrevió a decirle casi en un susurro si podía tocarle uno de sus pechos y ella le dijo lo único que habló.

Si tu quieres... y él se quedó con esa caricia guardada durante veinte años.

Era esa la imagen que había evocado en el sueño y ahora se daba cuenta mirando a su hermana frente a él, al otro lado de la mesa, que nunca en esos años ni ella ni él, ni en serio ni en broma, hicieron jamas referencia a eso y se sintió incomodo mirándola, sobre todo que su esposa estaba ahí a su lado junto a su hijo pequeño y que él había formado un matrimonio feliz en todo sentido.

Esa noche fue particularmente activo en la intimidad con su mujer, e hicieron el amor varias veces y luego cuando llegó la calma se sintió incómodo cuando ella como pensando en voz alta le comentó que era una pena que Seni no se hubiese casado. Seni era su hermana mayor.

A pesar de todas las recriminaciones mentales que se estaba haciendo por lo de la imagen, no logró apartar de su mente ese impacto. Ya no veía la imagen como la vio cuando niño, sino que la veía como un hombre maduro aunque desde el punto de vista de la impresión que el cuerpo de Seni pudiera ocasionar en otros hombres.

La mañana del miércoles, mientras el agua de la ducha corría por su cuerpo se dio cuenta que la evocación de la imagen le ocasionaba una ligera, aunque persistente erección y se sintió perseguido por esa imagen incestuosa durante todo el día y ya caída la tarde se encontró conduciendo su automóvil hacia la casa de sus padres, sin saber cuál confesaría como el motivo de su visita, porque en realidad no tenía ninguno. Cuando llegó a la casa se encontró con que no estaba sino la criada y le dijo que quería sacar un libro desde el cuarto de su hermana.

Subiendo por la escalera se dio cuenta que el corazón le latía aceleradamente y cuando entró en el lugar, en que no había estado desde esa tarde de domingo, se volvió a quedar petrificado en el mismo lugar sintiendo lo mismo solamente que ahora Seni no estaba, pero el cuarto entero estaba invadido por el mismo perfume.

Guiándose casi como un ciego, porque el cuarto ya estaba oscuro trató de seguir la intensidad de olor acercándose a la cama y pasando la mano por el cobertor, en seguida levantó suavemente la almohada y por ultimo se apoyó en el borde de la cómoda junto al lecho y fue en ese instante que sintió la intensidad casi embriagadora de su perfume. Miró hacia el cajón abierto y obedeciendo a un impulso, metió la mano dentro de él . Acaricio las prendas que allí se guardaban deleitándose con la suavidad acariciante de ellas y buscando como un ladrón atrapó entre sus manos la que le pareció mas excitante.

Su erección había alcanzado tal intensidad que debió liberar ese monstruo doloroso y caliente mientras en la suave penumbra reconocía la pequeña braga blanca desde la cual emanaba ese perfume perturbador. Hundió su rostro en ella para aspirarla y sintió que la descarga brutal se aproximaba , entonces se envolvió el miembro a punto de estallar con la braga de Seni y comenzó a descargarse en ella y sintió cada derrame como la más prohibida de las caricias, hasta dejar la prenda completamente empapada. La guardó en su bolsillo y abandonó el cuarto con su pecado.

Ahora ya estaba prisionero de su deseo y durante el jueves y el viernes llamó por teléfono varias veces a Seni simplemente para oír su voz, porque oírla le producía un placer prohibido e intenso, sobre todo porque ella era muy alegre y siempre le hacia bromas que ahora él contestaba con gusto. Ella no se había dado cuenta de la visita al cuarto y esto lo alentaba a tener ideas más audaces.

La noche del viernes su tensión había llegado a tal extremo que fue a casa de su padres solamente para verla, para verla moverse, para verla caminar y para imaginársela desnuda y para excitarse hasta el infinito sin que ella tuviese ni la mas minina sospecha de lo que le estaba pasando. Cuando ella lo despidió en la puerta y él sintió de nuevo su perfume estuvo a punto de tener un orgasmo. Esa noche francamente no durmió absolutamente nada. Ese sábado seria el cumpleaños numero cuarenta de Seni y habría una gran cena en su casa.

Se levantó muy de madrugada y salió a trotar como lo hacia todos los fines de semana, con el cuerpo sudoroso y agotado se metió en la ducha

Como cada cumpleaños sería el primero en saludarla en su oficina de la empresa en la que ella ocupaba un cargo importante.

Entró en la oficina con el ramo de rosas rojas y ella se puso de pie sonriendo. Recibió las flores, las dejó sobre el amplio escritorio y le echó los brazos al cuello para recibir el abrazo de cumpleaños. Se apretó contra él con la confianza absoluta de quien abraza a un hermano y él sintió todo su cuerpo pegado al suyo, sintió sus pechos duros presionando contra su camisa, y sus muslos apegados a sus piernas y él podía reconocer los contornos de su liguero, y adivinaba sus bragas pequeñas ciñendo sus nalgas y aplastando sus vellos frondosos y la retuvo con él y la acercó y la levanto del suelo unos centímetros y sintió su aliento caliente en su rostro y cuando la bajó le puso ambas manos en sus nalgas y la acercó a su vientre y en ese momento ella debe haber sentido las dimensiones del miembro del hombre apretado contra su piel.

En ese instante ella se asustó y trató de retirarse, aunque no había dejado de sonreír, pero él no la soltó, sino que volvió a abrazarla con más fuerza y levantándola nuevamente del suelo la condujo como a una niña para dejarla sentada sobre el escritorio, le subió la falda y puso sus piernas entre las suyas. La mujer estaba ahora totalmente sorprendida y trato de juntar sus piernas, pero él ya estaba enardecido y sabía que no se detendría dé modo que extendió su cuerpo sobre el de Seni mientras trataba de bajarle las bragas con su mano derecha.

Como la mujer tenia las piernas juntas no logró hacerlo y entonces las desgarro con violencia y le puso su miembro en medio de los muslos. La mujer luchaba en silencio, en ningún momento gritó, simplemente se defendía, pero el peso del cuerpo de hombre le impedía tener éxito. Sentía entre sus muslos el cilindro candente de su hermano y como los mantenía juntos el roce resultaba doblemente intenso, La mujer esta sudorosa y respiraba ahora en forma anhelante. Él había logrado bajarse sus pantalones y ahora sus muslos desnudos separaban los de ella. Él tomó su miembro con la mano y se lo puso entre los labios mayores que notó muy mojados. Con la lucha quizás Seni se había excitado.

Cuando ella sintió la gruesa cabeza en su vulva, pareció dejar de luchar, él le había desgarrado la blusa y ahora sus pechos lo apuntaban, como ese domingo, entonces la miró a los ojos, unos ojos grandes, negros brillantes y ese brillo era el mismo de esa tarde de veinte años atrás y entonces ella lo miró con ternura y sintiendo que todo su cuerpo se relajaba le dijo.

Bien... si tu quieres...

Y en ese mismo momento separó los muslos, y sintió que algo inaudito se desgarraba entre sus piernas y que un tronco de piel quemante se habría paso en su virginidad y que iba siendo penetrada como jamás lo imaginó y percibió que se abría como nunca lo había creído posible en ninguna de sus fantasías de mujer sola y lo recibió ahora con placer y dolor, que era según ella la mejor forma de placer y supo lo profunda que era y quiso ser más profunda para él para que la conociera entera y para que supiera para siempre que lo había estado esperando en cada rincón de sus tardes y su noches y cuando sintió que la inundaba se volvió también liquido para amarlo en todos los estados.

Capitulo 2

No era tan fácil para ninguno de los dos , asumir lo que había pasado. Les ayudaba ,sin embargo, la magnitud de la realidad del hecho,

Para él ,era tranquilizador el observar que ella se comportaba en el grupo como si nada hubiese sucedido y en el almuerzo del domingo, rieron como siempre y él se sintió un poco incómodo, pero complacido, cuando notó que ella mostraba una disimulada dificultad para caminar .

Seni, por su parte, asumió su realidad con valentía. Esa tarde se sentía terriblemente abierta , separada en su intimidad, percibiendo su cavidad en forma permanente. Se sentía mujer y hembra , mujer pecadora y hembra feliz y plena .

Ella tenia claro que había luchado , pero que había luchado poco y que al final se había entregado plenamente

No hablaron en los días siguientes, pero ella deseaba hacerlo porque era su intención asumir plenamente su relación. No quería que lo vivido quedara como un accidente que hubiese que sepultar en la mas profundo de la mente.

Fue la noche del viernes siguiente que Seni lo llamó por teléfono y tuvieron una conversación de hermanos, distendida , alegre y chispeante , como siempre , pero ninguno de los dos quiso hablar de lo sucedido . Solamente al final, ella le pidió que pasara el domingo por su oficina, pues quería que le ayudara con un problema de computación y a esa hora podrían trabajar tranquilos y luego irse juntos al tradicional almuerzo familiar de los domingos .

Ese domingo llovía copiosamente, de modo que cuando él entró en la oficina de Seni, no le llamó la atención que ella aún permaneciera sumida en su amplio abrigo negro . Al mirarla le invadió el recuerdo de los sucedido y se sintió encendido. Ahora veía a Seni de manera diferente y asumía plenamente su pasión por ella . Se acercó con seguridad y la besó en la boca, Ella respondió al beso como si lo hubiese estado esperando y el deseo se apodero de ellos de inmediato.

Luego que sus lenguas se reconocieron , Seni se alejó unos pasos para que el pudiera verla completa y se quitó el abrigo. Estaba completamente desnuda. Él se quedó clavado en suelo ,como en la tarde de su infancia, porque la veía en todo su esplendor y ella quería ser vista de ese modo. Él se desnudó con rapidez, mientras ella arreglaba coquetamente su largo cabello y al instante estaban el uno frente al otro mirándose arrobados.

Él la miró con calma y le encontró perturbadoramente bella . Se le aparecía como el fruto más hermoso y el más prohibido y en esa unión de cualidades se sentía cerca de lo completo. Cada pedazo de su piel , cada parte de su relieve le parecía un desafío y quería vencerlos todos.

Ella lo miraba embelesada, porque era el primer hombre que veía desnudo, pues la semana anterior no lo había visto, sino únicamente lo había sentido y se dio cuenta que era ese el cuerpo que mas había deseado en su sueños de mujer ardiente y secreta.

Fijó sus ojos en el miembro que la apuntaba agitándose levemente en el aire y se estremeció al recordar como la había desgarrado y ese recuerdo la estaba haciendo latir en forma rítmica y profunda. Se inclinó , y lo tomó entre sus manos apreciando con cuidadosa pasión sus dimensiones terroríficas y luego se arrodilló para besarlo y acariciarlo entre su pechos. Se abrazó a las piernas del hombre para acariciarse el rostro con esa masa de carne endurecida y quemante apretándolo entre su barbilla. En seguida se puso de pie, separó las piernas y se lo puso en la entrada de su sexo quemante y líquido.

Estaba ofrecida.

Para él no fue problema tomarla por las nalgas y penetrarla lentamente hasta tocar su fondo, manteniéndola adosada a él mientras ella lo abrazaba con sus piernas. La extendió sobre la mesa y comenzó a destruirla.

Entró y salió de ella con violencia, porque quería marcarla como suya y la hizo gritar y le complació oír sus gritos en el silencio del recinto , sus quejidos roncos en cada embestida .

Ella se sentía complacida de oírse gritar porque no solamente quería ser penetrada, sino que deseaba que él le dejara huellas en el cuerpo y en la mente porque de algún modo quería que solamente ella supiera a quién pertenecía , porque exteriormente seguiría siendo la difícil mujer inalcanzable que todos conocían...

Como obedeciendo a esos deseos no expresados en palabras él la llevó contra la pared y buscando todos los ángulos posibles la penetró hasta sentir dolor y le mordió los pechos hasta que las marcas se hicieron evidentes y rodaron luego hasta el suelo y allí sobre la alfombra los demonios los llenaron de orgasmos prolongados ,rotundos, y dolorosos.

Cuando cesaron las palpitaciones y los besos se pusieron de pie y al contemplarse se vieron los rostros casi deformados por el placer brutal , los labios separados y abiertos de la mujer y los líquidos manando de su fuente. Entonces comenzaron a incitarse, como para exprimir lo que quedaba en la copa de la lujuria y adoptaron posiciones casi grotescas y se dijeron palabras vulgares que ninguno de los dos jamás había pronunciado .

Eso encendió particularmente a Seni, porque ella era la más cuidadosa en el lenguaje diario . Pero ahora quería sentirse, no solamente penetrada y poseída, sino también profanada . Quería explorar este otro mundo sin que le quedara ningún rincón por conocer y estar en el con su hombre, su amante , su macho y su dueño y quería ser para el su instrumento servil, para que saciara todos sus apetitos y así se los estaba diciendo ahora con esos latidos con que su tubo quemante mordía el mudo grosor con que él la estaba destruyendo y sumiéndola casi en el inconsciente del placer.

Habían estado mas de una hora en ese paraíso y cuando se hizo plenamente consciente, ella le pidió que se adelantara y que en el almuerzo se encontrarían .

Seni llegó cuando estaban terminando de tomar el aperitivo Entró gloriosa en la sala y se despojó del abrigo negro . El se estremeció, pero nadie pudo notar ni un detalle de la turbación de ambos al mirarse , porque la violencia de su sexo era el gran secreto de los dos .

Para ella, en ese momento, era un liquido secreto que seguía manando de su fuente , empapando las pequeñas bragas blancas, dibujando pequeños ríos bajo su liguero y entrando silenciosamente en sus medias.

Era el gran secreto de Seni durante el almuerzo reparador.

Por Jotate

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