viernes, 19 de abril de 2024

El Secreto en la Familia Parte 3


Luego de esa vez en que se las cosas cambiarían, los juegos se iban ampliando entre Rob y Matilda, cada que dormían juntos, después de ver a sus padres coger como animales, admirados por cómo es que el hombre penetraba con desespero el cuerpo de su mujer, logrando que vibrara cada centímetro, haciendo una demostración de fuerza viril cargada de erotismo que lo hacía verse como un bárbaro, empujaba con una fuerza salvaje la vulva de esta, moviendo a tal nivel las cadenciosas formas de Lara se agitaran, ella gemía como una puta en celo, haciéndola perderse en un placer como no conocían los chicos, pero que encendían sus deseos, incitándoles a buscarlo entre ellos, impulsado cuando los veían diciéndose toda clase de juramentos de amor cargados de lascivia, logrando que buscaran restregar su cuerpo para sentirse parte uno de otro, como si aquel contacto fuera pieza clave para seguir vivo, en especial para ese hombre que parecía furioso por gozar de cada parte de aquella preciosa figura, era prueba los sonidos que hacía mientras movía sus caderas, aparte que lo realizaban con un ritmo potente, pues muchas veces se escuchaba un sonido como de aplausos que enmarcaban el frenesí carnal vicioso y aunque llegaran al orgasmo, no se detenían, parecían ser parte de una maquina sexual que no acabaría nunca de producir un calor apasionado que llenaba la habitación con su aroma, por ello los hermanos se iban al cuarto del mayor, para empezar a sentirse mutuamente. Una vez dentro de aquel pequeño nido de amor, comenzaba otro dilema, ambos eran más tímidos, diferente a lo que habían visto de sus padres, realizaban juegos íntimos, pues algo los detenía de seguir al siguiente paso, consumar su relación en un encuentro carnal total, el temido sexo real, pues Rob era un joven muy caliente, pensando solo en tener a una buena hembra para volverse un macho completo, soñando con el momento de perder su castidad, deseando con fervor a su amada niña, una belleza de cuerpo precoz y rostro angelical que la sabia suya, a quien quería cogerse con todas sus fuerzas, pero algo parecía asustar a Mati en ese momento, quien se veía ansiosa de sentir aquel pedazo de carne entrar en su conchita, en sus encuentros aceptaba como este la sobaba, logrando que escurriera, sin embargo había una ligera resistencia cuando quería penetrarla, sonaba como si estuviera a punto de lastimarla, aunque no se alejaba, se mantenía a su lado buscando su cariño apasionado, resultaba confuso, y no quería lastimarla, por ello se conformaba con besos, caricias, sentir aquella figura lasciva entre sus dedos, y olerlos al amanecer cuando aun tuvieran el aroma de ella, haciéndola quererla más que a nadie. Rob no tendría ojos para nadie más, la deseaba como jamás pensó, sin embargo la mirada de Matilda en veces lucia apagada, eso le preocupaba, pensando que había estado haciendo algo malo, haciendo que fuera más cariñoso con ella, buscando tenerla contenta con detalles propios de un novio, lo que hacía que la niña al lado de su hermano recuperaba el brillo, lo cual le emocionaba tanto, en especial cuando llegaban a su cuarto a pasar un rato intimo.


Ahí el muchacho la tomaba, le quitaba la ropa, sin dejar nada, mirando cómo es que ante sus ojos quedaba una niña con formas de mujer, tan sensuales que ya se ganaba los chiflidos de muchos, pues las tetas las tenía grandes, para sus tiernos 12 años, además que la cinturita era breve, y sus muslos tomaban una forma redonda, haciéndola ver como una niña hermosa que debía ser atendida sexualmente a la brevedad, pues algo en ella era como si gritara pidiendo sexo salvaje, por ello Rob miró su vulva con deseo, sobándola un poco con sus dedos, luego probó sus pechos, saboreándoles como si fuera a disfrutar leche de estos, la chiquilla solo gemía quedamente, rendida al juego de su hermano mayor para saberse de este, sintiendo sus manos con toda gracia de aquel calor que compartían, suspirando copiosamente, pues le daban un cariño erótico que sonrojaba sus mejillas, haciéndola cerrar sus ojitos, mientras ambos gozaban de aquel contacto tan especial, y con gusto el joven la atraía para quedar en la cama, donde esperaba seguir con más, le chuparan los pechos mientras la mano se metía en su vulva dándole el placer que deseaba, pero contrario a eso, beso sus labios, sorprendiéndola, mientras sus manos tocaban lo demás, calentando tanto a la menor, quien antes que se diera cuenta quería jadear de placer, mientras sentía como cada centímetro de su ser estallaba en pasión por los dedos del chico quien no soltaba esos labios, estimulaban todo con una gracia que mejoraba con cada encuentro, haciendo que la chiquilla pudiera disfrutar del contacto con mas agrado, pues una serie de orgasmos invadirían su interior, hasta llegar a salir en continuas corridas, que serian saboreadas por el muchacho, quien no podía creerlo, pero veía a su hermanita como la mujer más bella del mundo, un ser divino, sensual, sintiendo el deseo de hacerla suya para siempre, en especial al ir notando como se iba desarrollando.

Debido a eso el chico recibiría burlas de sus compañeros, quienes no dejaban de decirle cosas molestas, pues ellos querían hacer algunas tonterías propias de su edad, escándalo o travesuras, pero Rob tenía que ir por su hermanita a la escuela, pues no faltaban bobos molestando a Matilda, pero también algunos chicos de secundaria, quienes se acercaban solo para verla, se notaban las ansias de cogérsela, llegó a escucharles decir como la llevarían a lugares para meterle la verga hasta el fondo, escuchaba sus ansias de verla chupar verga o comerle las tetas, como si tuvieran oportunidad, incluso metérsela en el culo hasta hacerla vomitar semen, valientes palabras que fácil calló cuando la niña llegaba a su lado, siendo alcanzada por Rob que ya se sentía dueño de aquella preciosa niña, por lo mismo la buscaba sin dudarlo, y por su parte Maty se dejaba querer por su hermano mayor, a quien veía como si fuera el chico más guapo del mundo, a quien adoraba al punto de buscarle, aunque era tan tímida que no sabía que decir, o hacer, si acaso obedecerle como si fuera una novia devota, y se alegraba al punto de sonrojarse cuando decían en la calle que parecían novios, lo cual hacia que en veces se encerrara en su cuarto, una vez en casa, para tocarse ella solita, pensando que su hermano le hacía cosas, terminaba sobando pechos, la vulva, a veces usando ropa o se desnudaba, le gustaba ver cada parte de su cuerpo, era algo coqueta, como todas las mujeres, pero le daba miedo, porque sus maestros no dejaban de vigilarla, o también sus compañeras le decían cosas feas, mientras que los chicos, quienes no entendían nada, le molestaban, al menos los de su edad, detalle del cual luego se arrepentirían cuando la pubertad los alcanzara, sin embargo los mayores empezaban a mirarla con deseo, buscándola para cumplir sus fantasías, lo que le asustaba mucho.

Por su parte Rob no se quedaría en la casa, a diferencia de Maty que era muy introvertida, el hermano mayor saldría para divertirse, apenas comería, haría la tarea, su madre era estricta con ello, luego saldría con sus amigos a divertirse, y la pasaría muy bien, cuando uno de los chicos del barrio les diría “síganme”, escondía una clase de secreto, haciéndole que fueran tras de él, esto para ver algo inesperado. Las casas de algunos de sus vecinos eran muy viejas, tanto que partes de estas se desmoronaban, no eran tan adinerados como para repararlas, así que en veces solo acomodaban alguna tabla, eso le dio medios a uno de estos para descubrir algo, pues se metería por el hueco para espiar a su vecina, una chica de 18 años que ya iba a carrera. El chico solía vigilarla, le gustaba meterse para verla cuando se bañaba o cambiaba, desde el patio era posible verla, solo debía tener cuidado, pero en usa ocasión cuando los padres no estaban, el grupito se metió furtivo para fisgonear, pero hallaron a la hermana menor, una linda nena mulata de 12 años, de cabello rizado, delgada, de formas nacientes, hacia algo delicioso, pues se vería como esta jugaba a las porristas, pero sabiéndose sola, o eso creería, sacaría un juguete para comenzar a metérselo, su casa era pequeña, apenas sala, 2 cuartos, el baño y cocina, aunque el patio era algo extenso, con varios árboles frutales y el lavadero, pero gracias al jardín descuidado podrían meterse a espiar sin ser vistos, por ello cuando la cría se ocultó donde creyó que estaría segura, dándose un gusto inesperado, sobando su vulva, pero siendo observada por los chicos, quienes verían a la niña disfrutar de su sexo, se abría las piernas para dejar ver su coñito siendo penetrado por un bastón de juguete que abría sus carnes, tanto que podía ver como escurría, mientras cerraba sus ojos por el placer, gemía levemente, dándose el gusto de su naciente sexualidad, tocándose un poco, aunque no se quitó la ropa, solo aprovechaba una minifalda de mezclilla que subía fácilmente para dejas su entrepierna libre, apenas cubierta por un calzoncito rosa, que se empaparía cuando ella se corriera, todo bajo la mira de los chicos, quienes querían entrar a violarla, se notaba perdida, pues pese a ese primer clímax seguiría haciendo de las suyas, dejándoles ver una escena muy morbosa pues se empezaría a sobar sus pechitos, mientras volvía a sobarse, mordiéndose el labio para no gemir más fuerte, incluso un dedito se lo metería en el culo, haciendo que todos pensaran en meterse para usar todos sus agujeritos, pues la chica en su faena privada al menos tendría 2 orgasmos más, los cuales fueron intensos, no dejaba de palparse hasta llegar al clímax, y apenas dejaría ver uno de sus redondos pechitos. Luego de ello la plática sería de cómo querrían cogérsela, meterle la verga, pues la niña era bonita, se estaba desarrollando, en especial su culito, las tetas casi no, de hecho la madre tenía poco pecho, igual que la hermana, aunque esta era más sabrosa, si bien sabían que se iba a besuquear con el novio en un parquecito que estaba cerca, lo cual les dio una idea.

Pensando en eso iban a ver en ese lugar, un parquecito colonial, frente a un viejo templo, pero había una parte donde quisieron hacer un laberinto con arbustos, aunque era un cuadro de 4×6, solo que no lo cuidaron, y el lugar se volvió todo un cuarto vegetal, dejando que vagos se metieran de noche a esconderse, pero de día eran las parejitas que se aprovechaban del escondite para besuquearse, o fajar tanto como podían, dejando un olor curioso, pues al estar ahí, no faltaba que vieran orines o excrementos que eran limpiados por los intendentes en la mañana, pero también podían distinguir a los jóvenes haciendo algunas travesuras durante las tardes dejando en veces el aroma del sexo impregnado, de hecho esa vez notarían al hermano mayor de uno de ellos, sobando a una de sus compañeras de clase, a quien le subió la falda de tal manera que se le veía una tanga puesta, apenas cubriendo sus partes intimas, porque una mano la estaba sobando hasta hacerla escurrir y gemir como si fuera una putita del monton, así despedía un olor a sexo intenso, mientras sus besos acallaban sus jadeos sexuales, una mano alcanzaba a sobar aquel pecho bastante deseable, a pesar de verse como una de las más serias del salón, ahora enseñaba todo lo que tenía, además que se veía más rica, el maldito uniforme no le hacía justicia a sus curvas delirantes, aunque eso era porque no se arreglaba como otras, que gracias a su precocidad sexual ahora se dejaba tomar por un chico muy mayor, quien se acomodaba de tal forma, que sentía desde su vulva hasta sus nacientes tetas, igual se podía ver sus piernas, aunque no eran tan sexys, todavía podría disfrutarse más de su culo redondo que levantaría sensualmente la parte trasera de esa tela, haciéndolas desearse por sus compañeros o maestros.

Rob miraba aquello, pero no le impresionaba nada, el cuerpo de su tía o primas eran por mucho mejores, también le gustaba mas Maty, así que no se emocionó tanto, mientras que otros juraban que tratarían de acercarse a la golfilla para intentar algo, lo cual estaba bien para ellos, aunque no tanto para el chico, quien no podía dejar de compararlas con las mujeres de su familia, y en ese momento era porque la figura de su prima demasiado sensual, con grandes pechos que parecían toronjas, su culo levantaba mucho su falda, las piernas torneadas, en general su forma deliciosa lo hacían desearla más, seguro no le faltaban imbéciles alrededor. Luego de ello, se retiraron antes de ser descubiertos, además un chico entre ellos empezaría a contarles como vio antes a su hermano mayor coger con su prima, siendo un gran morboso, daba detalles de esta, además la conocían al menos de vista, era una chica bastante bonita de largo cabello castaño, figura envidiable, con unas tetas que siempre estaba presumiendo con sus sujetadores, vientre plano, caderas torneadas, por que iba al gimnasio, de ojos celestes que se veían grisáceos, y un cuerpo atlético, sin quitarle nada de atractivo, siendo una figura muy deseable, y este dijo:

El imbécil de mi hermano se la pasó muy metido con ella, pensando que no nos daríamos cuenta, si bien que estaban muy acaramelados, pero cuando se retiro a su cuarto, uf, yo le seguí y uf, se fueron al oír música, mi jefecita me dijo que viera si no se fumaban un porro, pero no solo eso paso, el desgraciado de repente la encuero sobre su cama, le comió por minutos la concha peluda, luego se la fue a clavar bien duro, la abrió de piernas y Pum, pero si no me creen, me sabía una forma de espiar, como es casa vieja con techo alto, desde mi cuarto y por arriba hay un espacio, ahí me metí para verlos, que rayos, cuando me trepe ya estaba sobre mi prima, uf, la tenía abierta de piernas, metiéndole la verga hasta el fondo, se besaban, o le chupaba las tetas, le llegó a poner las piernas en los tobillos, mientras hacían todo eso, era bien sabroso, gemía como en las películas, las chichis se le veían geniales, se me antojaban tanto, con pezones cafecitos, no oía nada, se decían cosas, como tenían la música, le agarró ese culo grandote, seguro que se corrió dentro de esta, uf, mi prima resulto bien puta, y seguro que este le robo la tanga.

Nadie le hubiera creído si no fuera porque les mostró una foto, lo cual estaba medianamente bien hecha, dejando ver que el amigo se había estado pajeando mientras los espiaba, pues era una toma pésima y movida, sin embargo era lo más caliente que habían visto en toda su vida (para la mayoría), emocionando a todos los de la bandilla, así se la estaban pasando, cuando súbitamente uno de ellos dijo algo que llamó la atención general, parecía querer decir algo interesante, pero no sabía que era, así que guió al resto, entre ellos a Rob, quien se quedó inquieto, pues confesaría un gran secreto, uno que no deseaba compartir, pero se animaba por lo escuchado esa vez.

Entre los muros de las casas de su cuadra, hay un mini callejón donde dicen que uno no se meta porque hay alacranes, ratas y toda clase de cosas, como basura apestosa, aunque algunos lo usan como cochera de motocicletas, en el fondo hay un espacio por el que cualquier hombre no podría pasar, pero ellos si gracias a su talla, por lo que se fueron a asomar, al principio ignoraban que pasaba, sin embargo sabían que sería de lo mas erótico, pues su amigo era el clásico pervertido que se mataba a pajas todos los días, un crio consumado en espiar y buscar formas de ver toda clase de cosas eróticas, pues este lo había visto de todo y tomó fotos de eso gracias a su celular: una vez grabó cogiendo en una bodega de la escuela a la empleada de cocina con el jardinero en la escuela, un par de viejos que sólo a él calentaron, también a una estudiante de primero, muy linda la desgraciada, de cabello largo oscuro y ojos color almendra, pero que acabó sobre el escritorio del profesor siendo penetrada por este para pasar el curso después del horario de clase, también cerca del estacionamiento de la escuela, medio ocultos por unos árboles a una maestra muy golfa que le hizo una mamada a un compañero que se había graduado el año pasado, fue una toma de lujo esta porque la fotografió mientras se estaba metiendo los dedos por la vulva peluda que escurría mucho, incluso llegó a ver como 2 de sus compañeros se besaron en los baños de la escuela, muy tempranos, haciéndose una paja mutua, salieron homosexuales, pero eso no se comparaba con lo que estaban por ver, uno de los secretos más fuertes jamás vistos en su vida.

Tuvieron que moverse con cuidado al entrar a la que llamaron “La Grieta”, que estaba justo al lado de su casa en el pequeño callejón, por suerte había colocado tablas de triplay para no tener problemas, justo al llegar al extremo donde se podía dar vuelta, desde ahí se movieron hasta llegar a un lugar que reconocían, la parte trasera del taller mecánico, donde había un hueco que hicieron estos por sus borracheras, pero era perfecto en ese momento, pues repentinamente notaron una presencia conocida. Llegaba la señorita Maruja, o así le decían, era una mujer de algunos 28 o 30 años, bajita, pero de buen cuerpo, formas pronunciadas, solía vestirse muy ligera, nada exhibicionista pues la ropa cubría casi toda su piel, en veces parecía que era moda de monja, sin embargo todos la sabían una puta que frecuentaba la plaza cercana en las noches, aunque a pocos de ellos les importaba, pues con $50 les podía hacer una mamada a cualquiera, y tenía una lengua experta que sabía exprimir a cualquiera, también sabían que por lo suficiente se dejaba hacer otras cosas, donde se decía que tenía un talento inesperado.

En breve esta quedó entre 5 de los mecánicos, quienes se veían sonriendo, le dejaban una parte del dinero que le iban a pagar, se dijeron algunas cosas, y sin esperar nada, la comenzaron a coger como si fueran salvajes, primero sacándole la ropa, dejando a la vista un cuerpo menudo que parecía tener una fragancia exquisita, haciéndole tragar primero sus vergas, estaban haciendo 5 felaciones al mismo tiempo, mientras los tipos quedaban sin pantalones, disfrutaban del trabajo bucal, se notaban en su cara, sus dedos eran también habilidosos, se veía que no aguantaron mucho, pues pronto la mujer se fue tragando su leche, mientras los hombre respiraban agitados, pero esto no se detenía, un par más aguantador la levantaron para ponerla sobre una mesa donde le acomodaron, le terminaron de quitar su vestido que apenas cubría su parte baja, se la sacaron de un jalón, para comenzar a manosearla con más descaro, logrando que la golfa se mostrara más caliente, mientras fueron quitándole una vista una ligera tanga negra muy ajustada, que fue arrancada y lanzada lejos, si uno de los críos, el del descubrimiento, haciendo algo demasiado osado, se metería dentro del taller, casi ahogando con el aroma a lujuria y la llegó a robar, sintiendo en sus dedos el olor a hembra en celo, todo mientras empezaban a penetrarla. Estaban que no se aguantaban, se jugaron un volado para ver quien comenzaba, aunque todos acabarían encajando sus vergas, así comenzarían un verdadero deleite sexual, pues iban bombeando en aquel coño, moviéndose a ritmos despiadados, tratando de sentir ese cuerpo con todo su gusto, uno que se iba moviendo al son de cada embestida, mientras la mujer empezaba a jadear, apenas terminaba uno, otro se lanzaba, no dejando que escurriera fuera su semen, también sus pechos fueron atendidos, aunque igual la obligaron a hacer mamadas, o les sobara las vergas para no perder rigidez, entre los 5 pasarían un momento increíble, bombeando intensamente, mientras igual lamian sus pechos, pero antes de acabar un par se animaría a hacerle una penetración doble, dejándola suspendida en el aíre entre sus vergas, logrando que la puta se quejara un poco, incluso tratando de hacerla gritar de placer, ambos tipos estaban enardecidos, y es que la señorita Maruja sabía cómo satisfacerlos, en veces parecía que podría chuparles con sus huecos inferiores, por ello los mecánicos, no deseando quedar atrás se acomodaron para hacer que esa penetración se volviera triple al hacerla tragar verga, aunque hicieron un gran escándalo, apenas siendo ocultados por la música de una bocina, pero al cabo de una hora todo acabó, y los chicos necesitaban marcharse o serian descubiertos.

Todo estaba bien, la tal Maruja se iba contenta acomodándose su vestido, aunque estaba escurriendo semen, aparte se veía molesta por la tanga perdida, la cual buscaron por largos minutos sin obvia suerte, pero eso no importaba tanto luego esta iría a comprar más ropa y necesitaba el dinero, aunque no le gustaría a Rob escuchar algo una vez que la golfa se marchó, pues estos chicos pasaron al frente, y en un descuido el jefe del local diría:

Ah, esa golfa es de lujo, sabe cómo trabajar, pero nada comparado con las putitas de la cuadra, lástima que tratan de esconderse, pero luego me desquito – dijo con morbo el tipo, haciéndole creer que no solo metían a las golfas de la cuadra, también hacían eso con otras chicas.

Rob se emocionó mucho al oír eso, quizás verían alguna chicas aparte, aunque al mismo tiempo se sintió incomodo, recordaba como esos idiotas molestaban a su tía y primas, aunque lo pasaría por alto, pues lo llamaban sus amigos, por lo que rápido les contó de eso a todos, quienes se fueron emocionando, aunque no tanto el que hizo el descubrimiento, pues parecía que le arruinarían la exclusividad de su canal de morbo privado, o así se referiría al hueco, además el vivía justo detrás del taller, por lo que se sentía con cierta autoridad, así que todos tuvieron que prometer que le pedirían permiso. Luego de eso mandarían llamar a varios, entre ellos a Rob, pero este no para volver a casa, su abuela le pedía que fuera a buscar a su prima Noriko, parecía que la señora estaba molesta así que no quiso contrariarla, por lo cual se fue al mercado cercano, pues se suponía que iba a comprar unas cosas, pero se tardaba demasiado, aunque quizá sólo era que su prima se regresaría muy cargada, cosa que no le molestaba mucho, ayudarla, si siempre podría ver o tener cerca ese enorme par de tetas casi al alcance de su boca, o ver como rosarle la verga en su precioso culo, el cual muchos de sus compañeros deseaban, aunque Rob era algo celoso, pues a su prima no parecía disgustarle que este se le acercara con esas intenciones, bueno, sin más fue a revisar, esperando tener algo de suerte, quizás tener un rozón con ella, y en buen momento llegó, porque un imbécil, quizás de unos 20 años, la estaba molestando, se notaba insistente en llevarla con él, un “fifi” como diría su abuela, un chico pijo con billete que le gustaba salirse con la suya, así que rápido fue a apoyar a Noriko, lo cual fastidio al imbécil, quien ya quería golpearlo para quitarlo de en medio, o eso creería este, pues Rob no era precisamente un chico tímido, o debilucho, antes que se diera cuenta le estaba golpeando con fuerza, (el chico al imbécil) dejándole en el suelo, peleaba sucio le tiró tierra en la cara, le pateo la espinilla, en el suelo le dio de golpes, así que no tuvo problemas para someterlo aunque fuera como 5 años mayor que él, quedando muy bien frente a todos, y siendo la burla aquel Junior que nadie sabía que estaba haciendo ahí, un barrio popular, aunque era evidente que no se traía nada bueno con Noriko, quien antes de decir algo, ya era jalada por Rob para volver a casa.

Durante el camino de vuelta este le diría que no debía acercarse a esos idiotas, aunque estuvieran guapos, o lo que fuera, que se buscara un novio mejor, un verdadero macho rudo que la tuviera cuidada, pero esta aseguró que no era nada de eso, al contrario, se trataba de un patán que la acosaba, y por más que hiciera, no era capaz de quitárselo de encima, lo cual la tenia frustrada, por lo cual, curioso el chico le diría:

Y ¿cómo te gustan los hombres? Eh, te podría ayudar con eso, eres mi prima, familia, no quiero verte con un tarado, panzona por un imbécil así – dijo Rob viéndola bien.

Realmente su prima estaba preciosa, usaba una playera de manga larga de color rojo, que le apretaba las enormes tetas, que hacían una tremenda curva al frente, la cintura era breve, pero el culo sobresalía mucho gracias a sus jeans, su figura era demasiado excitante, muchos chicos la miraban con ganas de darle una mordida, siempre usaba el cabello corto, hasta medio cuello, y se veía tan hermosa, su rostro femenino, su actitud como todas las mujeres de la familia era sumisa, no sabía porque pasaba eso, pero todas se dejaban manejar muy sencillo, además aunque era mayor no era tan alta, eran casi de la estatura, pero Rob seguía creciendo, mientras que ella se había quedado de esa estatura, la cual le resultaba perfecta para besarla, pero eso no importó, pues esperando la respuesta se daba cuenta que algo pasaba por la mente de Noriko, una idea, que no se terminaba de gestar, la pregunta le dejó pensando, y de repente miraba a su primo, notándose una chispa en sus ojos.

Por desgracia nada más pasaría esa tarde, ya casi noche, pues apenas llegarían, siendo alcanzados a la mitad del viaje por July, quien parecía contenta de verlos ahí, de hecho iba con Maty, quien estaba ansiosa, aferrándose a su hermano, aunque no pareció ser nada importante porque ambas fueron a hacer tareas en casas de algunas amigas, sin embargo su presencia detuvo lo que pudo ser algo comprometedor entre Rob y la mayor de sus primas, quien parecía a punto de confesarle algo, se notaba sonrojada, mirándole con cuidado al chico, algo nerviosa, incluso movía sus caderas de forma sugestiva, como si presumiera su redondo culo, más nada de eso importaría ya. Ahora cabe decir que ambas niñas mantuvieron un silencio sospechoso, igual que Noriko, pues al pervertido muchacho le daba la impresión que algo escondieron, todas, no solo la mayor, pero no se atrevió ninguna a decirlo, su único consuelo sería llegar a la casa para ver a su tía salir del baño, dejando ver su escultural cuerpo a la vista de todas, tetas enormes, la cintura breve con una ligera llantita que reafirmaba su sensualidad, sus piernas, una pubis recién depilada, secándose el cuerpo con movimientos lentos que dejaban sentir su aroma intimo, pero al darse por enterada de su visita sólo diría:

Ah, estabas aquí mijo, dime, te gusta lo que ves – fueron las palabras de Claudia mientras dejaba a la vista toda su figura, la cual parecía invitarle a ser tomada por este para disfrutar, sin olvidar que su sonrisa le decía que podía hacerle lo que quisiera.

Ante esa imagen Rob se quedaría tieso de abajo, deseando poder metérsela a esa hembra tan seductora, era demasiado sensual, no podía dejar de soñar en coger con ella de manera intensa, igual que como lo hacía su padre con mamá, verla gemir de forma desesperada, lamer sus pechos sentir sus piernas aferradas a su cintura mientras la embestía, escurrir hasta llenarle la vulva con su leche de macho, pero su hermanita lo jalaría para que salieran de ahí, parecía celosa, como si dijera que ese hombre era suyo, era divertido verla así, pues en comparación ella no podría competir con su tía, aunque no se quedaba tan atrás a pesar de la diferencia de edades.

Durante la cena ya en casa comerían en silencio, no sabía que decir Rob no podía quitarse la imagen de su tía de la cabeza, invitándole a sentir su interior, no pudo dejar de pensar en meterle la verga, chuparle los pechos, besarse apasionadamente, era una imagen demasiado buena, le hacía hervir sus ideas, deseando tener a tan sensual mujer, mientras que Maty se hallaba tan callada, algo roja, celosa por lo ocurrido, aunque no lo dijera, pensando en que su hermano si debía hacer esas cosas de papás, debían ser con ella, no le gustaba la idea de compartirlo, y cabe decir que los gemelos seguían metidos en sus mundos ligados a los juegos, lo usual, aunque no se hallaban contentos, en especial la chica, quien parecía incomoda al sentarse, su madre los regañaba por ello, diciéndoles que pasaban demasiado tiempo con los videojuegos, mientras que su padre se quedó diciendo cosas de su empresa, parecía que le estaba yendo bien, así diciendo:

Jajaja, la empresa mejora, sino me gustara mucho este barrio nos iríamos, pero no quiero mezclarme con los “fifis”, como diría su abuelo, esos no convienen, aunque de hacerlo, me llevaba a su abuela, tía y primas, que ellas necesitan de un macho que las cuide, y yo mero lo soy, y no me mires así mujer, que sabes perfectamente que nunca te ha faltado mi cariño – dijo el hombre mientras que la mujer se ponía roja.

Era señal, su madre esa noche recibiría el cariño de su padre, o eso notaba Rob, si aparte le agarraría el enorme culo logrando que ella suspirara algo inquieta, y le jalaría para besarle el cuello, pero le diría algo en el oido que le haría alejarse, regañándole un poco, pero este haría caso omiso, le dedicaría una mirada muy suya, como si le dijera que no podía resistirse, lo cual avergonzaba a la mujer, dejándole la duda al hijo de que pasaba. Luego de ello fueron a ver películas, siendo viernes por la noche el hombre imponía un poco de convivencia familiar, lo cual desesperaba a los gemelos, y pese a que Rob quería que Matilda se acostara a su lado, esta se fue a un lado, dejándole un poco inquieto, pues la niña se veía moles, por lo que Josh un poco borracho, mientras acariciaba a su esposa les dijo antes de terminar la película: ¿Qué? Su primera pelea de novios, ja; eso haría a la niña irse corriendo a su cuarto, mientras que su primogénito se quejaría un poco respondiendo “eran hermanos no amantes” pero el hombre le decía que ya se dormían juntos, así que no fuera hipócrita. No pudo decir nada mas Rob, pues tenía razón su padre, había estado jugando con su hermanita a cosas de pareja y este siempre se dio cuenta, los vio amanecer desnudos a los 2 en su cama, había cierta intimidad, pues no podía resistirse a tener aquel cuerpo, pese a que dijera lo contrario él seguiría haciendo eso, algo pasaba entre ambos, aunque no sabía que era, sin embargo ahí estaba.

Esa noche era tranquila, al menos en el clima, porque sus padres encendían la noche con su pación y lujuria, sin importarles nada se entregaban al deseo, de hecho comenzaron haciendo el amor en la regadera, aprovechando que su cuarto era el único con una regadera dentro, casi podía imaginarlos el muchacho, su padre imponiéndose contra su madre para ponerla contra la pared, mientras la embestía, incluso por la diferencia de estaturas la cargaba un poco para hacerla sentir dominada, lo que sabía que en las mujeres de la familia de ella, era tan excitante, palabras de su abuela, por ello el hijo mayor seguía muy caliente, se la pasó hablando de cosas eróticas, así que se empezó a sobarse abajo, pensando en lo rico que sería cogerse a su tía, si con ese cuerpo era toda una tentación estaba demasiado buena, no podía evitarlo, quería metérsela en donde fuera, lamer sus pechos, tocar sus nalgas mientras la penetraba, jugar con su cuerpo entero disfrutar de aquella pasión sexual, soñaba con poder llegar hasta el fondo, al tiempo que se movía de forma viciosa sobre ella, llenándole su vagina de semen, besarla apasionadamente, al tiempo que ella le decía que era todo un semental, incluso metérselo por el culo mientras le agarraba las tetas, realmente le resultaba difícil contenerse, le dolía la verga de tanta excitación.

Pero no era suficiente, también empezaba a fantasear con su prima Noriko, imaginándola con su uniforme escolar, una falda corta, una camisa delgada que parecían que sus botones saldrían volando, siempre la miraba con deseo, y quizás eran sus imaginaciones, pero ella se dejaba ver debajo de la falda en veces, notando que no traía shorts debajo, o quizás se los sacaba ella misma para que el chico le viera las tangas que usaba, pues eran contadas las ocasiones, pero muy recordadas, parte de las convivencias, pero empezaba a fantasear con ella, soñando que ella le fuera a decir momentos antes.

Tú me gustas primo, quiero ser tu mujer, hazme tu perra, quiero que me cojas, hasta llenarme la concha con tu leche, te necesito dentro, no me hagas esperar, mírame como estoy, escurriendo por tenerte dentro, dámelo todo hasta quedar preñada…

Eran las palabras que necesitaba para encenderse mientras se sobaba la verga, cargado de una excitación tan  feroz que no podía controlarse, estaba que escurría por lo que imaginaba, pues su prima estaba deliciosa, con sus curvas en su uniforme, no había quien se le resistiera, no podía aguantarlo, aunque prefería a Maty, en esa ocasión pensaba en noriko, hacerla suya, meterle la verga hasta el fondo, mientras le comía las tetas, casi por un instinto muy personal quería creer que si fuera por ella, esta lo recibiría con el coño escurriendo sus mieles sexuales, que podría penetrarla hasta correrse, disfrutar de aquel cuerpo delicioso hasta que no pudiera más, siendo un verdadero deleite mental que lo llevaría al clímax deseado.

Con ese sueño se corrió antes de dormir, pero algo pasaría, todavía no empezaba a amanecer, era muy temprano, cuando sentiría algo extraño, como si lo aplastaran, se quedó haciéndose el dormido, quería averiguar lo que sucedía, así pudo darse cuenta por el olor, Maty había entrado a su cuarto, y hacia algo inesperado, se estaba tallando su conejito sobre su verga, a mitad de la noche lo desvistió sin que se diera cuenta, ya estaba hinchado cuando se pudo despertar, era extraño, pero tan intenso, quería actuar, aunque la sabía enojada, así que apenas pudo contenerse empezando a abrazarla, tratando de fingir que lo hizo soñando, lo que calmó a la niña, quien se detuvo por unos segundos, pero al ver que este murmuraba algo con ella se calmó, así siguió tallándose, dejando escapar un aroma potente, además en ese momento Rob notaria que ella estaba desnuda, lo cual hacia que se calentara más, queriendo “despertar” para hacerla suya de una vez, realmente le gustaba aquello, su hermanita se adentraba a su cuarto, buscando un contacto intimo, sentía sus sexos listos para unirse, pero nuevamente algo le decía que no era buena idea, mas porque ella murmuraba algo que no pudo entender, sin embargo sonaba asustada, le daba una mala sensación, así que apenas se pudo mantener firme ante ello, justo cuando acabó sintiendo como su hermanita se corría dejándolo con su olor, como si fuera marcado por ella.

Te amo hermanito – acertó a decirle Matilda antes de darle un beso en los labios, siendo bastante atrevida a su parecer.

Yo también Mati – le respondería Rob mientras la abrazaba justo cuando ella quería marcharse.

La pondría debajo de sí, no la dejaría ir, estaba demasiado caliente para permitirlo, ella pretendía irse, aunque sería detenida, y el chico la besaría en el cuello, empezando  a acariciar su cuerpo con un gusto inesperado, comenzando a tallarse por su parte, aprovechando su cuerpo, ella no lo esperaba, pero antes que pudiera reaccionar satisfacía los deseos de Rob, quien tallaba su verga con un deseo total, dejándose llevar por el erotismo del momento hasta derramar su semilla en sus muslos, apoderándose de ella por el resto de esa noche, hasta que amaneciera, siendo descubiertos por su padre, quien diría: bien, ya se reconciliaron, ahora vístanse, tienen que acompañarme de compras.

Por LOBO85

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