lunes, 4 de octubre de 2021

Contractura, calentura y locura


Como pequeña introducción les contare que me case a los 22 pleno de amor y felicidad. Mi mujer Fernanda era la mujer que siempre quise conocer, dulce, cariñosa, inteligente y todo una mujer a la hora amar. Morocha de ojos verdes con apenas 1,60 mts (mido 1,87 mts) su cuerpo era de puras curvas destacando sobre todo sus hermosas y grandes tetas con pezones rosados y duros. Sus caderas dibujadas y acordes a su tamaño anidaban no solo un culo suave sino también una concha preciosa y que calzaba como un guante en mi. Nuestros gustos a la hora de hacer el amor era simplemente probar todo aquello que nos hiciera sentir plenos a ambos y no tener miedo de pedir o simplemente dejarnos hacer.

De esas maratónicas y satisfactorias veladas a los dos años nació Soledad, una espiguita de ojos grandes y verdes de pelo castaño claro que en verano se convertía en rubio. Una nena que guiada por la paciencia y sabiduría de la madre, la firmeza de carácter mía y el amor y la libertad de ambos fue creciendo plena. Amar y compartir era la forma en la que creció la familia y así durante unos cuantos años solo vimos la luz. Éramos 3 en 1, la preocupación de uno era la de los otros dos.

Y las preocupaciones llegaron, mi mujer desarrollo una enfermedad que no nos dio siquiera tiempo a nada, solo a saber que ella no nos abandonaría nunca pero si que se iría de este mundo, sus ojos nos dijeron todo "los amo, siempre estaré en ustedes.".


Ese fue el día mas triste de nuestras vidas, solo el consuelo de que no sufrió demasiados dolores ni largos sufrimientos nos hizo ver algo positivo, el resto solo era oscuridad.

Como quien pierde un miembro del cuerpo simplemente intentamos complementar la falta, yo redoble el amor y el cuidado hacia Sole (gracias a lo que la madre me enseño lo pude hacer bien) y ella se dedico a cuidarme y a su manera llevarme como lo hacia la madre.

Esa nena de solo 10 años lograba sacarme de la oscuridad en la que a veces me sumia, lograba recordarme que el trabajo era la forma de no querer recordar, pero que ella estaba ahi para cuidarme. Pequeños gestos de una nena que también había aprendido de su madre.

Esos dos años hicieron que me descuidara de mi, engorde, me recluí del resto y de mi, no lograba conectar, solo Sole me traía de vuelta y también me olvide del sexo y las mujeres. Simplemente queria a alguien que no volvería.

Como la madre, Sole no se rendia y de a poco me fue sacando, volvi a hacer deporte, volvi a sonreir con el resto y asi en 6 meses volvi a ser el de antes de que Fernanda muriera. Ella era mi nena que se habia hecho de a poco grande.

Y asi una de esas noches en las que me decia que saliera que no me quedara en casa y que me divirtiera que ella me iba a estar esperando, asi lo hice.

A la siguiente mañana me desperte con gusto a cal en la boca y el cuello duro de dormir en posicion "acomocaiga", mi queja por despertar y por el dolor debe de haber llamado la atencion de Sole que ya daba vueltas por la casa porque entro en mi habitacion repentinamente con una remera larga de dormir y solo una bombacha de algodon con una sonrisa de buen dia y un:

– Como te sentis Papi? Senti que te quejabas

– Nada mi amor, me duele el cuello y la espalda, una contractura seguro por dormir mal

– Lo pasaste bien anoche?

– Si, pero si el costo es este me parece que la proxima no salgo

– No seas tonto, yo te ayudo

Y sin mas me agarro de de un hombro y me dio vuelta (ella 1,55 menos de 50 kilos yo 1,87 y cerca de los 85) asi como estaba boca abajo se monto sobre mi espalda y empezo un masaje cariñoso y suave sobre los hombros y espalda a la par de decirme palabras dulces y que me calmaban. Creo que por fin, despues de 2 años me relaje del todo y de a poco las sensaciones abandonadas llegaron a mi y todas juntas. De repente empece a sentir el cuerpo de mi hija, sentia su pequeña vulva en en la parte baja de la cintura, sentia sus manos que me recorrian, sus besos en la columna, su piel, su olor. Y me senti pleno. Empece a sentir ese amor perdido, ese fuego que la trajo a este mundo, escuchaba sus palabras

– Papito, te quiero mucho y te voy a cuidar como vos lo hiciste todos estos años

– Gracias amor

Sus masajes se convirtieron en caricias y con esa misma suavidad me giro y se recosto lentamente en mi pecho con una pierna a cada lado de mi cintura, a medida que bajaba su remera se despego del cuerpo y pude ver dos pequeños pechos que estaban desarrollando, blancos y con pezones rosados y parados como buscando, la nena estaba pasando a mujercita. Por fin apoyo su cuerpo en mi pecho desnudo y ahi cai en la cuenta que estaba acostado sin ropa con solo la sabana y en mi vientre mi pene despierto y en plenitud. Todo fue natural, ella apoyo su pubis en mi pecho y lentamente bajo hasta sentir mi glande tocar su vulvita. Y me abrazo.

– Papi, gracias por volver.

Se levanto y me dijo

– Me voy a bañar

Y vi como ese abandonaba el cuarto no sin antes dejarme una vista de su hermoso culito en pantys (por tener la remera arremangada) y su cuerpo que se iba llenando de curvas.

Extasiado cai en la cuenta que hacia mucho que mi cuerpo no sentia, no se excitaba, simplemente habia abandonado el amor y el sexo.

Y recorde a Fernanda, sus besos, sus caricias, sus palabras (todas tan parecida) y solo me abandone a esas imagenes y empece a masturbarme, sobando mis huevos, apretando el glande dentro del prepucio, moviendolo arriba y abajo. Fernanda, sus hermosas tetas, cabalgandome, de parados estrenando la cocina del primer departamento. Sus antologicas chupadas de pija, todo una maestra que no dejaba rincon sin besar y chupar… huevos, tronco, culo… sentir su saliva, el agua que corria en la ducha, las tetas de Sole, esas curvas, sus nalgas, su piel….

No lo pude resistir, necesitaba una boca en mi pija, necesitaba explotar…. Dejandome llevar eleve mis piernas hasta tocar el cabezal de la cama y a fuerza mas de elasticidad (no la habia perdido) que de tamaño (18 cms) simplemente acerque mi lengua al glande y lo empeze a pasar al mismo tiempo que me acariciaba el tronco.

El placer era exquisito, la sensacion de recordar y el sentir aun en el cuerpo los roces con mi hija, su vulva apoenas rozando el glande bajo las sabanas, su boca en mi espalda… mi lengua rozando el glande…. todo muy caliente todo fluyendo…. las primeras gotas de precum en la lengua….Gemi y de golpe se abrio la puerta y mi hija apenas sosteniendo una toalla que la tapaba por delante y con su pelo mojado, me miraba…..

– Papi sigue tu contrc…

Sin mas, dejo la toalla y se acerco a la cama, la imagen de su vulva con apenas pelitos acercandose solo incremento los gemidos y el placer. Senti sus manos en la parte posterior de mis muslos como acercandolos mas a mis orejas y lentamente sus besos que por la raya de mi culo se iban acercando al perineo. Mi paja era ya a esta altura un piston y los labios tocaban la mitad de mi glande ensalivandolo, mi lengua presurosa acariciaba.

Senti las pequeñas tetas apoyarse en mi y lentamente su lengua acariciar el ojete y subir por el perineo hasta los huevos, sus manos me abrazaban por detras… y ya no lo resisti, su calor, su olor, su lengua, mis manos…. me deje llevar…. mi boca se inundo de mi leche en largos espasmos y mis huevos se tensaron por la lengua de mi hija y porque por fin podian descargarse…

La leche me llenaba la boca y mi hija seguia besandome el ojete lo que me hacia seguirr acabando hasta morir… una parte la trague, el resto chorreo. Mis huevos se calmaron, me desenrede y mi hija solo se acosto desnuda sobre mi aprisionando el cansado pene entre sus muslos, me beso dulce en los labios y apenas limpio el semen derramado.

– Papi, gracias por volver con las dos…

Por Anónimo

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