jueves, 14 de octubre de 2021

Erla y su familia


Capitulo 1 "Mi Primera vez" (Un sueño hecho realidad)

Me encanta poder relatar, todas las cosa que al final contaron para establecer lazos tan especiales con algunos miembros de mi familia. Al principio me costaba un poco hablar sobre el tema, pero con el tiempo aprendí a entender lo bien que me hacia hablar de ello.

Siempre me llamó la atención mi hermano, desde pequeña lo veía con otros ojos; y dentro de mi inocencia no tenia idea de las consecuencias que eso me traería. Somos tres hermanos: El mayor, la mayor y yo. Mi preferido para todo siempre fue mi hermano, siempre estaba conmigo. Pero jamás me vio con otros ojos; siempre como mi hermano. Cuando tenia 13 años muchas cosas en mi cambiaron. Vino mi desarrollo, mi avance a la secundaria y mi interés por los chicos. Solo que el que me llamaba la atención era mi hermano. Siempre estaba pensando en él y me molestaba el hecho de que fuéramos familiares. Y es que fue, él quien de tanto pensarlo me inspiró para mi primera masturbación.

a con esa herramienta, “me refiero a la masturbación”, las cosas cambiaron; porque el interés que sentía, ahora era otro, ya era deseo. Durante las noches no hacia otra cosa que acariciar mi cuquita masturbándome pensando en él. Recuerdo esa primera vez cuando, inconsciente de lo que hacia, sumida en temores conocí los primeros espasmos de un orgasmo. Una noche en mi cuarto, una de esas en que la inquietud y el deseo por mi hermano atormentaba mis sueños, de manera involuntaria baje mi manita hasta mi vientre acariciándolo; una sensación extraña comenzaba a sentirse a medida que mis caricias se alejaban de mi vientre llegando a mi pubis.

Para ese entonces, aun cuando ya tenia un cuerpecito bastante bien formado, apenas una pequeña capa de suaves vellos comenzaba a cubrir mi conchita; allí, se entretenían mis deditos jugando con aquellos pelitos y fue cuando sin darme cuenta, con mi dedito del medio recorría la rajita de mi cuquita de arriba hacia abajo continuamente.


No pude evitar que un leve suspiro escapara de mi ser; inmediatamente aparté la cobija con que me arropaba y bajé mis pantaletitas hasta quitármelas por completo, buscando con ello poder abrir mis piernas improvisando colocarlas en alto; con mi mano izquierda separaba mis labios vaginales y con la derecha colocando un dedito dentro de mi pequeña hendidura, me dedicaba a moverlo suavemente. Podía sentir como desde mi entrepierna hasta mi garganta una pequeña cosquillita circulaba indetenible haciendo que involuntariamente arqueara mi espalda y moviera mis caderas al ritmo de esas caricias. Sentía además, como de mi rajita abierta manaban pequeñas cantidades de un flujo viscoso que divinamente lubricaban mi cavidad para hacer más placentero aquel momento.

Imaginaba entre tanto que era mi hermano que, con ávidas manos me acariciaba. En ningún instante llegué a introducir mi dedo en mi vaginita, solo, con movimientos ahora circulares con toda la extensión de mi mano masajeaba mi sexo; notando como al inicio de mi cuquita, se asomaba prominente el botoncito de mi clítoris, el cual comencé también a acariciar obteniendo un placer casi indescriptible. A medida que iba conociendo mi cuerpo, sus partes sus emanaciones, sus olores, su textura, su humedad; por otra parte una sensación de temor se hacía presente.

Los senos me dolían, mucho más en la parte de mis pezones que asombrada podía ver como sobresalían erectos; y sin saber como, comencé a acariciarlos y apretarlos tratando de disminuir esa molestia que poco a poco se transformaba en un mayor placer.  Mi hermano me está tocando, mi hermano me está provocando todo este placer que siento; era lo que pensaba entonces. Parecía una serpiente ondulante mientras me contorneaba deleitada por todas las caricias que recorrían electrizante mi cuerpo por completo. Por un instante quedé paralizada al sentir como una ola de espasmos comenzaba a originarse desde en interior de mi vaginita llegando hasta mi cabeza que parecía desvanecerse. Si, estaba viniéndome en aquel mi primer orgasmo; y es que además, era la primera sensación gratificante que recibía de mi hermano, aunque de manera indirecta. Toda mi mano quedó impregnada de mis jugos, estaba temblando y sudada; las sábanas, la cobija, toda la cama y yo olíamos a sexo, era divino.  

Sin embargo, las cosas con él siempre fueron iguales; aunque cuando tenia oportunidad para insinuármele lo hacia sin ningún pudor; pero no me servia de mucho debido a la confianza y la unión que había entre nosotros. A veces pasaba para su cuarto o lo llamaba al mío estando yo en ropa interior. Una vez hasta llegué a pasar delante de él desnuda saliendo del baño a mi cuarto, sabiendo que  estaba en el pasillo de la casa; pero él como si nada; aunque yo pienso que en el fondo esta vez sí sé fijó un poquito.    

Pasó el tiempo, pero no así mis deseos hacia mi hermano. Para esos días yo contaba con 14 años y el 18. Mi hermana mayor ya estaba casada y no vivía con nosotros. Un día, “Martes”, eso no se me olvida, yo sabia que mi mamá viajaría con mi papá para Caracas y se iban temprano. Ese día hice que iba para clases pero no asistí. Así que luego llegué a la casa explicándole a mi hermano que me sentía un poco mal. Me fui directo a mi cuarto y me puse la ropa mas cómoda que conseguí, una camiseta  holgadita (solamente); Me acosté en la cama, me arropé y encendí mi televisor.

En ese momento el corazón parecía como si se me fuera a salir, pues sabia que era lo que estaba buscando que pasara con todo eso. Y ya con esto, me dispuse a llamarlo pidiéndole que me acompañara para ver juntos la televisión. Él acostumbraba a recostar su cabeza en mi regazo sobre mis piernas mientras yo jugaba con su cabello. Después de un rato y aprovechando un juego que teníamos, le reclamé diciéndole que me tenia botadita y no me quería porque ya no me consentía. Lo acostumbrado en esos casos era que él me volteaba de espalda y me daba de nalgaditas por malcriada para luego hacerme cariños.

Esta vez las cosas fueron diferentes; porque al voltearme se consiguió no solo con mis nalguitas, sino con todito mi culito al aire libre. Se quedó completamente en silencio, sin moverse, no pronunció palabra alguna, solo veía mi trasero en silencio. Lentamente me volteé estirando todo mi cuerpo como cuando una se acaba de despertar; la expresión que tenia en sus ojos era como si se hubiese congelado. Fue cuando le dije: ¿Que te pasa hermanito, nunca habías visto una de estas?, Señalándole mi cuquita.

Lo menos que se imaginaba era que yo estaba desnudita de la cintura para abajo. No aguanté, así que  lentamente y con cuidado tome su mano y la acerqué a mi conejito, la dejé reposar allí sin que él opusiera resistencia. ¡Cielos!, se sentía tibia, el corazón se me iba a salir. En ese momento afín volteó a mirarme a la cara con intención de reprocharme, así que antes de que dijera algo puse mi mano sobre su boca, me incorporé a él y nos quedamos así un rato solo viéndonos, sin que él quitara su mano de mi conejito. Y otra vez no aguante mas y acerqué mi boca a la suya. Debo decir que jamás había besado a alguien a excepción de una amiga en el liceo que pretendía enseñarme como era. Pero esto fue totalmente diferente y único; pero luego se separó de mí diciendo que estábamos locos, que eso no podía estar pasando; y viendo que la cosa se estaba poniendo difícil tomé medidas de emergencia, así que le dije: pues si esta pasando, Mira;  tomando nuevamente su mano y colocándola entre mis piernas haciendo que tocara con su dedo la entrada de mi vaginita, que para ese momento ya estaba bastante húmeda. En ese momento sonrió y me dijo: definitivamente eres una diablilla; acostándose a mi lado para comenzar a besarme tiernamente. Me besaba toda, desde el cuello hasta los pies. Me estremecía sentir sus manos agarrando mis senos y su boca besándolos y chupándolos. No pronunciábamos palabra alguna, solo nos amábamos. Se dedicó a tocarme por todas partes hasta que llegó a mi cuquita besándola, lamiéndola, metiendo su lengua.

Mordía mis labios vaginales con sus labios, era tan diestro con su lengua que me volvía loca; su lengua se detenía en el botoncito de mi clítoris presionándolo y moviéndolo alrededor haciendo que mi espalda se arqueara y moviera mis caderas de manera incontrolable. Al principio me sentí un poquito extraña porque no me imaginaba que esas cosas se podían sentir; después solo deseaba que se quedara allí por siempre. Pero eso no pasó, porque en un momento comencé a sentirme rara, recordé de inmediato las veces en que me masturbaba pensando en mi hermano; empecé a temblar, a gritar y apretar su cara contra mi conejito.

Si, me estaba viniendo; era mi primer orgasmo no masturbándome y qué orgasmo; llegué a pensar que me estaba orinando, pero no era eso, simplemente estaba acabando a chorros, porque eso era lo que salía de mi vagina; y él seguía allí pasando su lengua suavemente relamiéndose y viéndome con una sonrisa maliciosa. Se incorporó recostándose a mi lado y me volvió a besar, suave y tierno; aunque suene extraño, era la primera vez que probaba el sabor de mi sexo y esto lo sentía mientras pasaba su lengua por mi paladar, cosa que me estremecía. Luego fue él quien tomó mi mano indicándome que agarrara su miembro, que sentí tan suave, duro, caliente; tiernamente me indicó que  bajara y lo besara, pero no me parecía. Así que esta vez fue él quien se puso malcriado diciéndome que no lo quería ya que no lo consentía.

Me pareció gracioso y tierno a la vez; así que decidí hacerlo. Suavemente lo pasé por mis labios, suavemente fui pasando mi lengua notando como en la puntita se asomaba una gotita cristalina la cual tomé con la punta de mi lengua para luego saborearlo y notar un sabor un poco salado que no me pareció desagradable, todo lo contrario y poco a poco lo fui metiendo en mi boca. Pero no me cabía allí, así que me dedique a chupar y besar la punta de su verga que estaba hinchada y dura. Era una sensación extrañamente divina tener su glande recorriendo mi paladar casi hasta mi garganta, por momentos sentía que me ahogaba pues me despreocupaba por respirar concentrándome en saborear aquella verga tan sabrosa que me ofrecía mi hermano. Luego me pidió que parara y seguidamente me preguntó que si ya había hecho el amor antes. A lo que con un poco de pena, no sé por qué, le respondí que no.

Así que tiernamente volvió a besarme colocándose sobre mí. Luego, suavemente separo mis piernitas y colocó la punta de su verga sobre mi cuquita acariciándola y jugueteando con ella y poco a poco fue metiendolo; al principio molestó un poco, pero estaba demasiado excitada en ese momento como para estar pensando en dolor, aunque debo decir que si lo hubo, y bastante, pero como dije antes, no era el momento de pensar en ello. Al principio lo metía y sacaba suave, lento y no tan profundo, pero luego los dos estábamos como locos gimiendo, jadeando y sudando. Ninguno de los dos aguantamos; yo volví a temblar y gritar en otro orgasmo pero más fuerte mientras que él rápidamente sacaba su verga de mi cuca y apretándolo vi como salía de él todo ese líquido que caía sobre mí vientre hasta mis senitos. A pesar de que estábamos agitados, sudados  y acalorados su semen se sentía caliente, muy caliente.

Acerqué mi mano y acaricié su péne  preguntándole si no le molestaba que lo agarrara, a lo que me dijo que no había problema; no sé si fue por instinto o por curiosidad, pero mientras acariciaba su péne y sentía como me impregnaba de su semen y mis jugos, me provocó hacer algo, así que arrodillándome en la cama acerque mi boca hasta él lamiéndolo y metiendolo en mi boca. La sensación fue indescriptible, ya que era la primera vez que probaba semen, su sabor era extraño, seguramente debido a la sangre despedida por la rotura de mi virginidad pero aun así no me resultaba desagradable. Esta vez si me cabía pues la erección era menor. Sentí el sabor de su semen entre salado y dulce. Me dediqué a chupárselo todo tragándome lo que quedaba a su alrededor y me di cuenta que se ponía más pequeño; así que dejé de hacerlo. Allí nos quedamos acostados un rato. Fue cuando le dije que lo amaba y que no quería a nadie mas que a él. Me miró y sonrió, pero no dijo nada.

Desde aquel momento fueron muchas las veces que estuvimos juntos haciendo el amor. Convirtiéndose en algo natural entre nosotros. Pero cuidándonos mucho de que nadie se enterara de nada, pues es de imaginarse el escándalo. A veces, en la noche, mientras mis padres dormían, nos pasábamos de los cuartos para estar juntos. Lo único malo de eso es que teníamos que hacerlo calladitos y evitando hacer cualquier ruido para no despertar a nadie. Pero jamás ha dejado de ser algo maravillosa y hermosamente divino.

Capitulo 2 "Mami solo hay una"

Todo con mamá fue diferente, todo sucedió de una manera tan imprevista; mejor dicho, jamás me imaginé que llegaría a suceder y mucho menos que fuese tan especial. En ese entonces vivía aun con mis padres. Mi mamá tiene ahora 43 años, pero se conserva bastante y para ser franca no los aparenta, mi papá si es un poco mayor y los años han marcado su paso en él. Sin embargo, fueron muchas las noches en las que me desvelaron con las fiestas que formaban en su cuarto.

Mi padre tiene una empresa de mantenimiento; y por esos días estaba viajando por una semana debido a un contrato en el Zulia. Mis hermanos ya casados, no vivían en la casa, así que dormía con mi mamá ya que no le gustaba hacerlo sola. Al segundo día de haberse ido mi papá  vino a visitarme mi prima Zuly y aprovechando esa tarde que mi mamá estaba recostada durmiendo una siesta, mi prima y yo nos metimos a mi cuarto a disfrutarnos como otras veces. Al rato salimos y mi mamá ya estaba levantada. Ya en la noche cuando Zuly se iba, mientras nos despedíamos y fijándonos que no nos veía nadie; nos besamos apasionadas como siempre.

Después de cenar, mi mamá me hizo un comentario que me dejó helada. “ De cuando acá las primas se besan como los primos? “. No supe  que decir y me hice la desentendida; a lo que ella insistió contándome que me había visto por la ventana de su cuarto mientras me despedía de Zuly. Solo se me ocurrió decirle que tal vez le pareció ya que estaba bastante lejos de donde estábamos. Y como para que no me quedaran dudas de lo que sabia; me comentó que al levantarse en la tarde escuchó algo raro en mi cuarto, así que entreabrió la puerta, nos escuchó pero no nos vio; pero que con lo que había escuchado era obvio que no estábamos jugando con muñecas. Luego se sonrió diciéndome “ Ah muchachita traviesa caramba, por qué  mejor no me cuentas “.

Tal vez fueron  esas palabras, que más que de una mamá regañona, parecían venir de una amiga; que en ese momento le conté lo que estaba pasando con mi prima y yo. Sorprendida e incrédula de lo que le estaba contando, soltaba sonrisas diciendo “ no puede ser que hayas hecho eso Erla “. Debo confesar que su actitud cada vez me confundía más. No hizo comentario alguno, a excepción de que tuviera cuidado ya que con esas cosas no se jugaba y por supuesto seguirse riendo. Ya que mi mamá lo tomó de esa manera, quedé tranquila y el susto se me pasó. Bueno; eso es lo que yo había pensado.

Estando acostadas ya para dormir, mamá me dice “ hija de verdad todo lo que me contaste en la tarde es cierto?”, A lo que le contesté que si y que ya eso lo habíamos hablado. Pasó otro rato cuando se dirigió nuevamente diciéndome que si eso se sentía bien, que como era. Creo que me molestó un poco la cosa así que le conteste que si quería lo hacíamos para que lo viviera en carne propia. Inmediatamente me di cuenta la falta de respeto, así que le pedí disculpas; pero fue como si no le hubiese dicho nada. Y nuevamente, el balde de agua fría!. Porque al comentario que le hice de probarle como lo hacían dos mujeres ella me respondió que si yo era capaz de hacerlo con ella.

De verdad que ya era la gota que rebasaba el vaso así que para meterle un susto  le dije “ah no?” Y me acerqué metiendo mi mano entre su bata colocándola sobre su seno izquierdo  agarrando un pezón entre mis dedos. Yo sabia que en ese momento como mínimo una cachetada y un regaño de padre y señor nuestro. Pero no fue así tampoco; el comentario fue: “sabes qué hija? se siente rico”.

Tal vez los sustos, quizás la intriga de saber por qué se interesaba tanto en el tema o quizá el escuchar esas palabras de ella mientras mi mano reposaba sobre su seno; hicieron que mi corazón latiera más rápido, convirtiendo el miedo y las dudas en deseo. Si, en ese momento estaba sintiendo deseos por esa mujer que estaba a mi lado y que era mi mamá. Me incorporé a ella sin quitar mi mano de su seno; y acariciando su mejilla acerqué mi boca a ella besándola tiernamente mientras sentía como respondía apretándome en un abrazo que casi me asfixiaba mientras me decía “ hija, y es que tu mamá como que también esta loca no sé que me pasa”.

Recordé lo que me había pasado con mi hermano, delicadamente coloqué mi mano sobre su boca, señalándole que no dijera nada. La volví a besar mientras con cuidado le iba desabrochando su bata y ella por su parte se dejaba hacer. La incorporé a sentarse en la cama mientras besando su cuello le quitaba su sostén, ella se reía repitiendo “ Dios mío estoy loca”; pero yo podía sentir la excitación en su respiración.

Suavemente la acosté y me dediqué a besar sus senos, chupandolos y notando como sus pezones crecían cada vez más. Mi mamá a pesar de la edad mantiene un cuerpo muy bello, senos firmes, un trasero grande y divino y el resto... bueno, a eso voy. Mientras hacia esto metía mi mano entre sus piernas agarrando su cuca, apretándola y sintiendo como se estremecía. Ella por su parte también me acariciaba los senos, de una manera inexperta, pero se sentía divino. Y en un momento estábamos las dos completamente desnudas, sudando y oliendo a sexo. Saque mis dedos de su vagina y acercando mi boca me dedique a besársela, estaba completamente húmeda y ese olor me enloquecía; no era la primera vagina que probaba, pero creo que esta vez tratándose de mi mamá me excitaba mucho más.

Gemía al tiempo que se movía frenética mientras mi lengua pasaba de su cuca a su culo combinándola con mis dedos que tampoco se quedaban quietos; llenándose toda mi cara con sus jugos y ese olor que tanto nos caracteriza. ¡Era la locura! ; con sus piernas alrededor de mi cuello me apretaba contra su cuca mientras gritaba que se venia “hija me vengo, me vengo sigue” decía. Efectivamente se venia. Con mi dedo en su culo y mi lengua en su cuca sentí en mi boca como salían sus jugos; calientes, con ese sabor a mar tan divino. Sentía también como mi vagina se estremecía y se mojaba cada vez mas, pero no acababa aún. Delicadamente me solté de ella e incorporándome nos abrasamos y nos besamos.

Ella me decía sin dejar de mirarme a los ojos “ Esto es demasiado divino Erla, jamás me imagine que fuese así”; me besó nuevamente preguntándome luego si ella podía hacer lo mismo conmigo; a lo que le respondí como una niñita pequeña que si no lo hacia me iba a poner muy triste. Sonrió, mientras yo me dedicaba a contemplar como mi mama me acariciaba los senos, suavemente metía mis pezones a su boca, chupandolos lamiéndolos y si dejar de preguntarme si me gustaba o que si lo estaba haciendo bien. Vaya si lo estaba haciendo bien; al tiempo sentía su mano jugando y acariciando mi cuquita luego lentamente fue bajando hasta que su cara quedó frente a mi entrepierna. Allí se quedo un rato contemplándome, acariciándome con sus mejillas y dándole besitos pequeños pero divinos, realmente me desesperaba. En ese momento paró diciéndome que no sabia si lo iba a hacer bien.

Le dije que solo siguiera, que me hiciera lo que sintiera, lo que quisiera y como quisiera. Suavemente separo más mis piernas mientras sentía como su boca se adueñaba de mi vagina, sentía su lengua moviéndose dentro, apretaba mi clítoris con sus labios arrancándome suspiros de gusto. Paró nuevamente. “Ay como me desesperaba esa señora pero con qué gusto”. Me preguntó si podía jugar con mi cosita, refiriéndose a mi culo; a lo que le respondí que por favor siguiera que no se parara, que quería sentir sus dedos dentro de mi culo que los moviera que también quería sentir su lengua adentro de mi culo, pero que no parara porque me tenia mal, que me desesperaba. Y vaya que es muy  obediente mi mamá, porque se dedicó a trabajar mi culo de una manera única.

Era increíble ver y sentir a mi mamá mamandome mi cuquita y mi culo como lo estaba haciendo; así que no aguanté más y como pude me coloqué sobre ella de manera que hiciésemos un 69 único. Y mientras ella seguía mamandome toda yo me dedicaba a hacer lo mismo con ella. Las dos temblábamos en espasmos ininterrumpidos meneándonos y jadeando de gusto, anunciando por supuesto un orgasmo que jamás olvidaríamos. En esa posición nos apretábamos las nalgas mientras las dos nos metíamos los dedos en el culo, ¡locas! , ¡estábamos locas!. Apretando nuestras bocas a nuestras cucas, mientras movíamos las lenguas sobre nuestros clítoris nos estábamos viniendo a chorros en un orgasmo único que; como dije antes jamás olvidaríamos. Yo me tragaba sus jugos mientras sentía que mi mamá hacia lo mismo con los míos.

Había hecho el amor con mi mamá, había tenido sexo con mi mamá; ¡Guao!. Por un momento nos quedamos en esa posición. Yo con mi cara sobre su cuca y ella jugando aun con sus dedos en mi vagina mientras se relamía y gemía todavía. Luego nos incorporamos y nos abrasamos besándonos tiernamente otra vez. Y definitivamente tengo que admitir que mi mamá estaba loca. Lo digo porque mientras nos besábamos, hizo un comentario graciosísimo, ¿Sabes Erla? La boca te sabe a cuca; es más “toda tú hueles a cuca”. A lo que riéndome le dije “Si mami, a tu cuquita, y tu también hueles y sabes a cuca, a mi cuquita mami, la cuquita de tu hija”. Ella también sonrió. Suspiramos y nos quedamos así abrazadas, sudadas, cansadas y oliendo a puro sexo.

Fue así como a partir de ese día me sentí más cerca que nunca de mi mamá; y digo mas cerca que nunca ya que siempre habíamos sido bastante unidas. Pienso que fue esa confianza que nos teníamos y que aun nos tenemos, que pudimos llegar, mamá y yo a hacer el amor y no sentirnos mal.

Tiempo después llegamos a compartir con mi prima Zuly momentos de sexo bien ricos. No fue sino hasta hace un año que mamá se enteró que lo mismo estaba sucediendo con mi hermano; igualmente él, que tampoco sabia lo de mi mama. Pero ambos lo tomaron sin ningún perjuicio. Sin embargo, aun cuando en muchas oportunidades hemos compartido todos juntos; y me refiero a tener sexo en un grupo conformado por Zuly mi hermano, su esposa, mi mamá y yo;  jamás mi hermano se ha atrevido a tocar o a tener sexo con mi madre.

Supongo que debe ser un poquito complicado para él, siendo hijo varón, en realidad no sé cual es la razón. Lo que si sé es, como mamá si se inquieta con la idea de tener sexo con mi hermano. Y así como para consolarla, mientras tenemos sexo y nos tocamos ò uso mis juguetitos con ella, le digo cosas así como: “Imagínate que es tu hijo que te la está tocando” o “ Siente como te coge mi hermanito mama” mientras le meto mi consolador en su cuca. Y de verdad como que da resultado porque inmediatamente al decirle esas cosa se viene solita en orgasmos ricos. Ella respeta su decisión, pero no deja de desearlo. Mucho menos aun viendo como mi hermano me coge, o a su esposa o a mi prima Zuly. Debe ser difícil aguantarse esos deseos, y no sé cuanto tiempo duren los “consuelos” que le doy con mis juguetitos.

Capitulo 3 "Día de San Valentín"

Si, y es que no podíamos pasar desapercibida una celebración tan bonita y; mucho menos la oportunidad de celebrarlo “en familia”. Imagínense, el día de San Valentín, signado día de la amistad, también del amor, pasarlo en familia, pero de una manera muy especial y diferente.

Esta celebración para mí significó mucho; mi iniciación en una variante del sexo que no había practicado aun y la integración de todos como familia haciendo el amor juntos.

Todo comienza el día anterior (martes) en la noche, al recibir la visita de mi prima Zuly en el apartamento. Donde con botellita de vino y todo comenzamos nuestra extraña celebración por adelantado. Y digo extraña, porque una de las cosas que caracteriza nuestros momentos íntimos es precisamente la locura que en estos se manifiesta, mas no así esta vez. En donde me encuentro con una Zuly tierna, llena de detalles y abierta a que fuese yo quien tomara toda iniciativa.

Dentro de un ambiente colmado de ternura y amor, disfrutamos nuestros cuerpos de una manera muy hermosa. En ningún momento dejábamos de besarnos; mientras jugábamos con nuestras vaginas hacíamos pausas para incorporarnos y besarnos, de igual manera mientras hundíamos nuestros dedos en nuestras húmedas cavidades nos besábamos; y finalmente para conseguir nuestro anhelado orgasmo, en una posición que a mí particularmente me fascina, a horcansas una sobre la otra rozando o mejor dicho restregando nuestras vaginas al tiempo que movíamos nuestras caderas y por supuesto, nos besábamos. Allí, exhaustas pero satisfechas y abrazadas, nos hemos quedado dormidas.

Al día siguiente ya Día de los enamorados, luego de tanta insistencia por parte de Zuly; pedí permiso en el trabajo para ausentarme y así salir con ella de tiendas a comprar algunos regalos. Para mi sorpresa no me había comentado que ese día ya había acordado con mi mamá y mi hermano,  reunirnos a celebrar el día en mi apartamento.

Entrada la tarde, cerca de las 5 fue mi hermano con su esposa Nena, quienes se presentaron primero. Trajo tres botellas de vino espumante y algunos pasapalos. Colocamos música  y hablábamos de las cosas que pasaban en el país cuando a eso de las siete y media llegó mi mamá. La cara de mi hermano era de película; pienso que no estaba al tanto de que mi mamá también estaría presente en la celebración. No se molestó, pero inmediatamente se sintió el ambiente como se tornaba lleno de expectativas y sí, hasta un poco tenso. Por lo que mi cuñada Nena destapó una botella de vino y comenzó a servir a todos. Zuly y mi mamá fueron hasta la cocina para servir unos pasapalos mientras mi hermano Luis me hablaba de la intranquilidad que sentía por la presencia de mamá; mientras que Nena reprimiéndolo le dice que eso se le quitaría sintiendo y disfrutando el cuerpecito caliente y lozano de su mami.

Me extrañaba un poco el que hacia bastante tiempo la otras dos estaban en la cocina y no traían aun los pasapalos; y me fui para allá a ver que las demoraba. Y para mi sorpresa, allí estaban las dos como unas colegialas besándose y tocándose; como no se percataron de mi presencia me retiré nuevamente al otro salón dejándolas solas.

Mi hermano, inquieto también por la tardanza de estas, se decidió a ir allá para ver que sucedía y; cuando me aprestaba a detenerlo la Nena fue quien me detuvo indicándome al oído que seria una oportunidad para que se acercaran. En ese momento Zuly salía con los pasa palos y nos dijo que se quedaron hablando. Después de un momento salieron los dos, mamá sonriendo y mi hermano algo serio. Hasta el momento y aun hoy, jamás he sabido sobre qué hablaron. No le prestamos mayor importancia y continuamos la celebración.

Un poco mas tarde, serian ya las nueve de la noche, el ambiente estaba más tranquilo, bueno, en realidad no tan tranquilo, porque mi cuñada y yo ya estábamos haciendo de las nuestras. Ya bastantes alegres y quizás llevadas por los efectos del vinito, me encontraba con la Nena bailando una música suavecita en el medio de la sala. Allí, a la vista de todos, no pude evitar deslizar una mano sobre una de sus nalgas al tiempo que la besaba tiernamente. Ella cargaba puesto un vestido bastante corto que me permitió acariciar sus nalgas que se sentían suaves y firmes. Desde ese punto, podía observar como Zuly en el sofá, posaba una mano en la entrepierna de mi mamá mientras que esta acariciaba tiernamente las mejillas de mi prima.

En el mismo sofá y como para romper ese cuadro tan hermoso, se encontraba mi hermano observándolas con su cara muy seria. Le guiñé un ojo a Zuly para que tratara de integrarlo, cosa que trato de hacer inmediatamente, no teniendo muy buenos resultados. Viendo esto, nos acercamos al grupo. Mi cuñada se quedó con mi hermano mientras que yo me acerque donde mi prima y mi mamá. Allí estuvimos un rato mientras reíamos y nos besábamos y acariciábamos. Luego de un momento y viendo que los ánimos ya estaban propicios como para pasar a algo más intenso; les propuse a todos irnos para el cuarto y así estar un poco más cómodos y con un poco menos de ropas. Bueno, eso de un poco menos de ropa era un decir; porque para ese momento ya seria estar desnudos, ya que durante los juegos anteriores era mucha la ropa que ya estaba en el piso. A esta invitación accedimos a excepción de mi hermano quien decidió quedarse allí con su esposa.

Así que nos fuimos nosotras para el cuarto. Antes pasé por otra botella de vino y al llegar a la habitación estaba mi prima, con su tía tendida en la cama dejándose chupar los senos. Aproveche ese momento para ir a mi cuarto y buscar unos juguetitos que tengo para mis ratitos de aburrimiento y; que este, aunque no era precisamente uno de aburrimiento, se prestaba perfectamente para utilizarlos. Me acerqué por detrás de Zuly y tomándola suavemente por sus nalgas me dispuse a separarlas para luego colocar mi lengua sobre el arrugado agujerito de su culo que temblaba y se contraía divinamente cada vez que la rozaba con ella. Me percaté mientras hacia esto, que mi mamá acercaba su mano para acariciar le sexo de mi prima y hundir sus dedos en él. Zuly entre tanto movía sus caderas jadeando y suspirando al ritmo de las caricias que le propiciábamos mi mami y yo. Separándome de aquella posición me acerqué a mi mami y; cuando me proponía a separar sus piernas para hundir mi cara en su vagina, me detuvo indicándome que me colocara sobre ella de manera que mi vaginita quedara sobre su cara.

Quiero comerte hija, me dijo. Me estremecí inmediatamente cuando sentí como mi mama con su lengua acariciaba los labios de mi vagina. Podía sentir, como ya menos inexperta que antes, metía su lengua profundo y acariciaba con ella mi clítoris que se encontraba ya hinchado y palpitante debido a tantos estímulos. Fue mi prima Zuly quien ocupó el lugar donde yo quería estar antes, colocándose hábil sobre la entrepierna de mamá para lamerla y arrancarle como a mí, exquisitos gemidos a cada envestida le las lenguas sobre nuestros clítoris.

Fue inevitable que me viniera, me corrí en espasmos múltiples, allí con mis piernas abiertas sobre la cara de mi mami; sentía también como ella jadeaba descontrolada indicándome que también estaba teniendo un orgasmo bajo la mamada que le propiciaba mi prima Zuly. Mientras esto ocurría, ¿cuál fue mi sorpresa al ver como desde la entrada de la habitación nos observaban mi hermano y su esposa?. Era tan evidente la excitación que esta escena les había provocado; sobre todo viendo ese brillo en sus ojos y como se acariciaban mientras nos veían.

Les pregunté que desde cuando estaban allí, a lo que respondieron que lamentablemente no mucho tiempo, pero lo suficiente para disfrutar de lo más importante que fue nuestra venida. Me sorprendió además la disposición de mi hermano, quien acercándose se sentó en la cama al lado de mamá, tomándola de la mano acariciando con esta su mejilla. Como recordarán, mi hermano siempre se mostró reacio a la idea de tener sexo con ella, aun cuando mami supo de nuestras relaciones y él de las mías con ella. Mirándome a los ojos Luis mi hermano, hizo un gesto invitándome a unírmeles besándome en la boca para luego  hacer lo mismo con mami. Un poco confundida vi como mi cuñada y mi prima me sonreían, haciéndose a un lado y dedicándose a amarse mientras nos dejaban a nosotros  hacer lo mismo.

De los ojos de mami salían pequeñas lagrimas, al tiempo que nos decía lo feliz que se sentía de tenernos juntos y de aquella manera. Vi como al tiempo sonreía y besaba a mi hermano en la boca mientras llevaba una de sus manos a su entrepierna para asirse de su pène que, para ese momento se encontraba totalmente erecto y a lo que seguidamente comento:

¡Cómo haz crecido hijo, en verdad... cómo has crecido!. 

Lo acariciaba suavemente mientras él besaba y chupaba sus pezones junto a mí. Entre tanto ocurría esto, en la alfombra se desarrollaba otra escena similar con mi prima y mi cuñada. Las cuales daban uso de los lubricantes de sabores y juguetitos que momentos antes llevé al cuarto. Con mi preferido que es la Balita, Zuly se masturbaba mientras que mi cuñada Nena hacia lo mismo con sus dedos. Simultáneamente con uno de mis consoladores el cual tiene una apariencia bastante real y de prominentes dimensiones, pude ver como increíblemente La Nena lo hundía en su trasero; nunca me imaginé que algo de esas dimensiones pudiese estar en aquel lugar. Creo que mi cuñada se percató de mi asombro, a lo que dirigiéndose a mí sensualmente me dijo:

Se siente divino Erla, tienes un juguete fabuloso... me imagino que te la pasas haciendo esto con él, putica.

Supongo que era el hecho de no haber tenido nunca sexo anal y; el ver a mi cuñada como disfrutaba penetrando su culo con aquel instrumento, que me impresioné tanto. Mientras, sumida aun en mi asombro, ella me invitaba a acercarme diciéndome:

Ven tontita, quiero que me metas esta vaina en el culo y me la muevas rico... ¡Ahhhh... anda ven!.

Me acerqué, ella tomó mi mano casi obligándome a agarrar el consolador y moverlo junto con ella al principio, luego era yo quien excitada cada vez más, se lo hundía como si se tratara de un pène de verdad. Muchas veces he tenido deditos dentro de mi trasero, pero jamás algo como aquello; en realidad me sentía turbada y excitada observándola. Desde el piso podía escuchar a mi hermano como gemía diciéndole cosas a mi mami. Alcé la vista y pude ver como mi mama tenia su pené dentro de la boca; en verdad lo lamía y chupaba con ganas; y mi hermano casi irreconocible para mí, ya que antes no aceptaba la idea de tener sexo con ella. Viendo esto, dejé a mi cuñada para unírmeles.

Mientras besaba a mi hermano Luis, le decía al oído lo divino que se siente la vagina de mamá, que por qué no se la besaba, a lo que me dijo que no se entusiasmaba mucho aun. Con esa respuesta y; decidida a que aquella ocasión fuera de completa satisfacción para todos; me coloqué detrás de mama para besar sus nalgas y lamer su sexo.  Luis me veía con deseo, saque mi dedo da la vagina de mi mami, para pasárselo a mi hermano por sus labios. Inmediatamente comenzaba a olerlo y a chuparlo; sonriéndole le invite a que se acercara y; tomando a mi mami por las nalgas, comenzó primero acariciando su vulva con la cara. Me quedé allí observando como suspiraba mientras la olía diciéndole repetidas veces: ¡Que rico mama... Que rico!

Y mi madre respondiéndole:

¡Aahhh!... Sigue hijo, me encanta así... aahhh sigue bebé, cómale la cuquita a su mami... Siii  así.

Aunque estoy segura que no hace falta que lo diga; debo confesar que en ese momento casi sentí que me venia, la piel se me erizaba de solo escuchar aquella conversación y verlos haciendo un sesenta y nueve espectacular. Claro, que mientras pasaba todo aquello, mi mano no se quedaba tranquila, ya que me tocaba suavemente, masturbándome como si se tratara de una película XXX.

Entre tanto, no me había percatado de que las otras dos, me refiero a Zuly y mi cuñada; también se deleitaban de la escena en curso.

Mira como se comen Nena- a la mama como que le gusta, verdad; decía mi prima Zuly. Yo lo que quiero es ver cuando se la coja Zuly, esta vaina me tiene caliente; decía La Nena. Y viendo que yo estaba allí solo observando y tocándome; se me acercaron las dos. Zuly que colocada entre mis piernas me masturbaba con su lengua, bueno, mejor dicho, me cogía con su lengua; y La Nena parada delante de mí, dejándome su conchita para que se la comiera, fue suficiente para venirme inmediatamente.

Por un momento quedé rendida en la cama bajo los efectos de aquel orgasmo tan divino. Al poco rato me levanté para ir un momento al baño. En ese recorrido no pude conseguir rincón alguno donde no se percibiera olor a sexo, solo se escuchaban gemidos y suspiros en todo el apartamento, todo ese ambiente era realmente excitante. Acercándome al oído de mi mamá le dije que ya vendría siendo tiempo de probar con algo diferente; así que  luego de que mamá se hiciera a un lado, me subí sobre  mi hermano Luis y tomando su verga la dirigí a la entrada de mi húmeda vaginita para luego cabalgarlo divinamente. Primero comencé subiendo y bajando suave y lento, luego, sintiendo como su duro péne se deslizaba en mi húmeda conchita, comencé a moverme más rápido y fuerte.

Mientras, mami besaba mis pechos agarrando mis nalgas tan fuerte, que en un momento pude sentir sus uñas casi arañándolas. Sin haberme venido aun, mi mama me pidió que me hiciera a un lado para ser ella quien montara a mi hermano. Al momento sentí un poco de molestia, pero inmediatamente me di cuenta que lo que sucedería luego me encantaría tanto como estar sobre mi hermano. Inmediatamente mami  arrodillada a horcansas de frente a mi hermano asiéndose de su péne, lentamente fue metiendolo en su vagina. Cerrando los ojos soltó un largo gemido que nos hizo erizar la piel a todas, comenzando luego a mover sus caderas como desesperada; gritaba y gemía sin dejar de decir:

Así hijo, así, ay còjeme papito... aahh cògeme Luis, tienes una verga tan dura ¡aahhgg!

Nunca me llegue a imaginar escuchar esas palabras de mi mamá y mucho menos con su propio hijo.

Me tumbé de espalda y tomando uno de mis juguetes comencé a penetrarme yo misma; sentí una mano... era la de mi prima Zuly que tomando mi vibrador me penetraba entonces. La Nena tenia su cosita sobre la cara de Luis, mientras este, penetraba a mami. Uno de los dedos de Zuly se encontraba dentro de mi cerrado culito. La Nena al ver esto ce acercó; retiró el vibrador de mi cuquita y; donde antes estaba el dedito de mi prima estaba ahora el suyo. Si, sentía su dedo dentro de mi culo moviéndose tan rico, tan suave, mientras maliciosamente se quedaba observándome.

Pasaba su lengua sobre sus labios y; con cara de perversa, sin sacar su dedo, usando sus dientes, retiró la funda de látex con forma de pené de mi vibrador. En realidad no entendía; un sentimiento de confusión me invadía en ese momento para luego convertirse en desesperación; una desesperación que me excitaba mas todavía. Volteé a un lado y estaba mi hermano sobre mi mama que tenia sus piernas abiertas recibiendo sus fuertes embestidas. Zuly sentada al otro lado se masturbaba con otro de mis juguetes. Luego, un dolor me invadía desde atrás; y es que La Nena sacaba su dedo bruscamente de mi hoyito. Como para compensar colocó su boca sobre mi rajita tocando con su lengua mi clítoris que temblaba incontenible.

En ningún momento me quitó aquella mirada llena de malicia. Colocando la punta del vibrador en el anillito de mi trasero, comenzó a jugar con él pero sin meterlo, solo presionaba con la puntita. Mi desesperación crecía; y para variar, mi cuñada lo percibía. Porque a cada bocanada de aire que yo absorbía, iba hundiendo mas el aparato. Lo encendió, y juro que simultáneamente lo hizo conmigo; y digo esto porque al sentir su vibración comencé a excitarme más y más. Sus dedos jugando con mi clítoris me ponía más caliente; así que comencé a mover mis caderas involuntariamente, lo que aprovechó Nena para ir empujando mas aquello en mi culo. Era extraño; me dolía enormemente, pero a la vez me encantaba, mejor dicho me gustaba, lo deseaba, lo deseaba más y más profundo; lo deseaba con más y más fuerza.

Para colmar mas mi locura, no podía creer lo otro que veía; mamá colocando una almohada alzaba sus caderas y abría sus piernas mientras mi hermano hacia lo mismo con sus nalgas. Colocaba un poco de lubricante en su trasero y su pène que luego se perdía en aquella oscura cavidad. Mama gritaba, gemía, se movía como una loca. Éramos solo las dos las que nos escuchábamos en esa habitación. Era verdaderamente increíble como me estaba gustando sentir aquello en mi agujerito, era divino. Fue entonces cuando pensé, como se sentiría con uno de verdad, si, con el de mi hermano, ¡qué divino sería! pensaba. Y no aguantando más, le pedí a mi cuñada que sacara eso de mi culo ya que tenia algo mejor en mente. Ella lo sabia, ¡por supuesto que lo sabia!. Dirigiéndome a mi mamá y sabiendo además lo que eso la irritaría, le dije como otras veces con voz de niña consentida:

Mami no seas malita, yo también quiero un poquito de eso; yo también lo quiero aquí en mi culito, anda mami déjame.

Y sonriéndome le indico a mi hermano Luis que se lo sacara, lo que él hizo inmediata, pero lentamente. Automáticamente cerré los ojos, creo que por no ver lo que pensé que vería (el pène de mi hermano impregnado de... de... bueno, creo que me entienden, de eso que normalmente una tiene dentro del culito). Y me sorprendió de sobremanera después que mi mama me animara a mirar; que no había ocurrido nada, ningún accidente, estaba como dicen, limpiecito como un sol.

Estaba tan erecto que juro, me daba un poco de miedo tenerlo en mi trasero, al punto de casi desistir de la idea. Zuly colocada debajo de mí, ya que me encontraba en posición de perrito, como dicen por allí, en cuatro, chupaba mis tétas; mientras La Nena separaba mis nalgas y mi mami hundía dos dedos impregnados de lubricante en el interior de mi ya dilatado anito. Los movía en forma circular al principio, “rico”, luego doblándolos como deditos caminando, me hacia cosquillas dentro, “divino”, era único todo aquello. Casi simultáneamente mientras mami sacaba sus dedos de mi ano, Luis me penetraba suave pero decidido donde antes estaban los dedos da mi madre. Me dolía, no podía negar que me dolía, tampoco podía negar que no era lo mismo el pène de mi hermano que el juguetito que tenia anteriormente. Pero también me encantaba; era una confusión de sentimientos encontrados que, unidos a los dedos de mi mami perdiéndose en las profundidades de mi vaginita que casi inmediatamente comencé a venirme en un orgasmo muy pequeño.

En verdad eran demasiadas sensaciones extrañas. Pero le pedí a mi hermano que no parara, que siguiera embistiéndome más rápido con su verga dura aun como un listón. Zuly, que debajo de mí besaba mis tétas; se acerco a mi entrepierna y colocándose boca arriba, sacó los dedos de mi mami para dedicarse a comerme mi cuquita que destilaba grandes cantidades de líquidos mojando su cara. Pero no era que me hubiese venido, no, era la humedad que se apoderaba de mi vagina tras todas las sensaciones que de mí se apoderaban en aquel momento. Yo misma era entonces la que empujaba mis caderas de modo que mi culo se tragara casi por completo aquel pené tan divino, aquella verga tan sabrosa de mi hermano que se contraía y dilataba junto conmigo. Si, porque podía sentir como el interior de mi culo lo hacia, se contraía y dilataba a cada embestida; cada vez que su pené entraba y salía era como si en cada uno de esos movimientos me fuese a venir. Era la locura, era desesperante. Inevitablemente escuchando como mami le decía a mi hermano:

Así hijo dele así, cojase a su hermana bien sabroso... así... quiero ver como acabas y le llenas su culito de tu lechita Luis... ¡acaba hijo acaba!  Y como él en respuesta también gritaba:

¡Me vengo coño!... me vengo hermanita Aaahhhhggg...  

Y me vine, me vine a chorros, me vine como jamás lo había hecho, me vine como una loca, sí como una loca. Grité más, cuando sentí a mi hermano sacando su miembro de mi culito adolorido; de cuyo interior brotaba su semen, semen con el que mi hermano  había regado mi culito virginal. Me tumbé en la cama gimiendo aun y observando ya sin ningún asombro, como las otras, terminaban de eliminar todo rastro de semen que quedaba en el pène de mi hermano. Chupandolo, lamiéndolo con gusto y sin importar que antes,  hubiese estado en mi oscuro agujerito, impregnado además, “esta vez si” de lo que Uds. ya saben... una tiene dentro de su culito.

Rendida como me encontraba de aquella faena, no recuerdo realmente que siguió; creo, según supe después, que mi hermano cansado también, se colocó a mi lado a observar como las otras tres: mi prima Zuly, mi cuñada Nena y mi mama, se entregaban en una orgiaca escena lèsbica  llena de lujuria  y desenfreno que las llevaría finalmente, al tan anhelado orgasmo que se manifestaba de manera simultanea y múltiple.

Luego... éramos los cinco quienes en aquella cama “que por cierto me salió muy buena”, lo digo porque hay que ver lo que es aguantar a cinco personas y no durmiendo precisamente; descansábamos rendidos luego de esta nuestra celebración del día de San Valentín.

Besos... erlanathy@hotmail.com

Nota: Pasaron dos cosas luego de la celebración, que no estaba dentro de los planes.

Primeramente mi papá no le hablo a mi mamá por espacio de una semana, ya que sumidos en nuestra incestuosa orgía, no nos percatamos de la hora. Ya pasaban de las dos de la madrugada y de paso, tampoco mamá llamó para avisar que se quedaba en mi apartamento.

Y por otra parte, no por ultima menos importante, toda aquella experiencia, toda esa vivencia, me refiero a la inauguración, no la de un centro comercial, no,  hablo de mi culito, si, mi culito, que con tanta lujuria después de ayudarme a experimentar  esas cosas tan divinas, quedó totalmente  ADOLORIDO.   No es justo,  eso de verdad me dolió muchísimo. Aunque debo confesar también, que casi de manera inmediata todas esas molestias quedaron atrás; ya que ahora el sexo anal es una de  las   cosas que nunca ha faltado en nuestros familiares encuentros.

!Ah!, casi lo olvidaba, fue al día siguiente que nos acordamos de entregarnos los regalos por el día de San Valentín. Bueno... que para los efectos, qué mejor regalo que el que nos habíamos dado la noche anterior. ¿Segura estoy de que piensan igual que yo, no?

Capitulo 4 "Picardías de mi cuñada Nena"

Nunca he sabido cual ha sido la razón por la cual mi vida sexual esta signada o dirigida a mi circulo familiar. Siempre fueron fantasías que me habían llevado por los caminos de masturbaciones continuas que dieron como resultado exquisitos orgasmos. En ningún momento llegué a pensar que estas fantasías de niña, en algún momento se hiciesen realidad. Aunque debo confesar que, lejos de haber sido fantasías, fueron muchas las veces en que también anhelaba fueran realidad, ciertamente lo deseaba.

Luego de experimentar con mi hermano y su esposa, mi prima Zuly y luego con mi mamá; todo había trascurrido de manera “normal” dentro de lo que cabe decirse. Siempre nos cuidamos de no manifestar tanto publica como dentro de nuestro propio circulo familiar, nuestras relaciones incestuosas. En ocasiones, eran inevitable estas manifestaciones de  afecto fuera de lo “normal”; y aunado a la perspicacia de este  “grupo”  (me refiero a las personas antes mencionadas) no se hicieron esperar las sospechas por su parte. Increíblemente fue mi cuñada quien se encargó de guiarnos a una integración, que mas tarde se convertiría en orgías de placer con las personas que jamás hubiese imaginado.

La primera integración se dio con mi cuñada (la esposa de mi hermano), mi prima Zuly y por supuesto yo. Para mí fue una experiencia bastante graciosa, tomando en cuenta la manera como se dieron los acontecimientos; a lo que me remito a contar.

En esa oportunidad mi cuñada cursaba su ultimo día de clases en el Tecnológico. Y para celebrarlo luego de compartir con sus compañeros nos había invitado con anticipación (pues vive en otro estado) a mi prima Zuly y a mí. Invitación que por supuesto aceptamos.

Ese día ò, esa tarde para ser precisa, ya mi cuñada había comenzado su celebración, mejor dicho estaba continuando su celebración, ya que esta la inició con sus compañeros de curso el día anterior; por lo tanto ya estaba bastante tomadita. Mi hermano se unió a la celebración luego de llegar del trabajo, pero se fue a dormir temprano. Fue en ese momento cuando pasadas de trago, imprudentemente le di un beso a mi hermano fuera de lo común para dos hermanos; cosa que por supuesto, no pasó desapercibida; pero que en ese momento no trascendió a mayores. No fue sino hasta mas entradita la noche, serian eso de las 10, cuando mi cuñada nena hizo el comentario:

-¿Luis besa divino, verdad Erla?- ,   

Esto refiriéndose a lo ocurrido con mi hermano. Zuly percatándose de lo que ocurría trató de desviar la conversación invitando a destapar otra botella para seguir celebrando. Mas tarde, nos encontrábamos en uno de los cuartos de la casa bastante tomadas ya, y fue cuando las charlas se dirigieron a nuestros cuerpos, criticándonos y alabándonos. Y así, entre charlas y risas nos encontrábamos desnudas y tocándonos.

Fue mi cuñada quien comenzó esta otra fiesta besando a Zuly y seguidamente haciéndolo conmigo. Mi prima con mi cuñada y yo de lado y lado no hacia mas que gemir diciendo cualquier cantidad de cosas mientras yo veía con un poquito de asombro como mi cuñada acariciaba con desespero y gusto su vagina. Todo iba muy bien; pero así como todo esto comenzó, así mismo no pasó mas nada pues, nos quedamos dormidas; si, dormidas. Debió ser todo un espectáculo vernos allí en la cama, desnudas y abrazadas las tres. Espectáculo del que fue testigo mi hermano Luis a la maña siguiente (de eso me enteré luego). Pasada la media mañana y observando como nos desenvolvíamos con un poco de vergüenza por lo de la noche anterior,  Traté de romper el hielo que se apoderaba de nosotras diciéndoles que todo había sido producto del licor que tomamos. Mi cuñada nena se me acercó tomándome por las nalgas diciéndome:

Me vas a decir que no te gustó carajita;

Acercándome luego a su boca y propinándome un beso al cual no me pude resistir. Mi prima Zuly se acerca, a lo que dice en tono medio burlón:

¿Hay que ver que nosotras si somos locas, no?.

Y uniéndose al grupo nos beso a ambas para luego entre risas y empujones levarnos nuevamente al cuarto donde habíamos dejado a medias algo la noche anterior. Al principio sentí algo de incomodidad debido a que desde el día anterior no me bañaba, bueno, creo que ninguna de las tres, pero a medida que transcurría el tiempo y subía nuestra calentura, todas las incomodidades provocadas por nuestros sudores íntimos, armonizaban por completo con aquel escenario. Mientras me besaba con mi prima Zuly sentía como desde atrás mi cuñada acariciaba mis nalgas al tiempo que las separaba para pasar su suave lengua por el agujerito de mi culo;  y a su vez hundía sus dedos en mi vagina. No podía resistir aquello, así que me incorporé  volteándome para quedar con mi sexo de frente a mi cuñada que se dedicó a lamer, chupar y comerse mi cuca con todo gusto. Así en esa posición, aproveché para invitar a Zuly a que se colocara sobre mí, de manera que su sexo quedara en todo su esplendor sobre mi cara. Mientras la acercaba a mi boca podía sentir ese olor que me indicaba que no estaba equivocada en cuanto a lo de no habernos bañado aun. Era un olor fuerte que combinado con mi cuñada mamando mi cuca solo me producían mas y mas excitación, casi llevándome a la locura.

Comencé dándole besos suaves, luego pasando mi lengua, saboreaba la humedad que ya brotaba de su vagina. Delicadamente apartaba los labios de su cuca para luego meter mi lengua en esa cavidad que para entonces se sentía caliente y húmeda así como sentía yo la mía. Con mi prima pellizcando mis pezones mi cuñada prendida a mi cuquita y yo saboreando el sexo de Zuly, solo se podía esperar una cosa; Y es que ya no pude aguantar mas viniéndome en una corrida de una manera que, jamás había tenido. Pude sentir como al mismo tiempo, Zuly apretaba mis pezones con fuerza, casi haciéndome daño, mientras me rociaba con su cuca jugos producto del orgasmo que en ese momento tenia. Si, allí estábamos las dos primas corriéndonos como nunca. Luego, sin perder tiempo me incorporé sentándome en la cama, quitando a mi cuñada de mi entrepierna; y besándola con locura pude sentir el sabor fuerte de mi sexo que en ella se encontraba.

Me enloquecía. Solo había olor a sexo en todas partes. Sentía como toda la casa se impregnaba de nuestros olores femeninos. Y con cara de traviesa consentida, mi cuñada nena se tendía en la cama abriendo sus piernas e invitándome haciendo seña con su dedo, para que me colocara frente a su sexo; a lo que por supuesto no me hice esperar. Ella misma separaba los labios de su vagina para ofrecerse divina, “porque en verdad lo estaba”. Esta vez no fui tan delicada como con mi prima; y con gesto de meterla toda en mi boca, me posé en ella metiendo mi lengua hasta lo mas profundo y moviéndola rápido y fuerte. Mientras la sacaba, podía observar como quedaba impregnada de su liquido pegajoso y de sabor fuerte.

En ese momento me sorprendió cuando me dijo que se la comiera como lo hacia mi hermano conmigo. Me detuve y observé como me miraba, pasaba su lengua por sus labios en un gesto seductor al tiempo que me guiñaba un ojo empujando delicadamente mi cara sobre su sexo. Colocando su clítoris entre mis labios, le pasaba mi lengua sintiendo como arqueaba su espalda mientras se estremecía. Aunque no tanto como cuando mientras iba metiendo mi dedo con fuerza dentro de su culo, moviéndolo de igual manera. ¿Mi prima?, pues, mi prima estaba también en lo suyo y mientras se masturbaba, se encargaba de chupar y morder los pezones de mi cuñada.

Quiero una cuca, quiero comerme una cuca coño,

Gritaba mi cuñada al tiempo que me obligaba a colocarme sobre ella para luego mamarme mi cuquita como una loca. Así las dos en esa pose, Zuli colocada detrás de mí, metía dos de sus dedos dentro de mi culo, al tiempo mi cuñada me pedía que  hiciera lo mismo con ella, cosa que hice inmediatamente. Mis dos dedos entraban y salían seguido y con fuerza de su culo mientras me comía su vagina y mi prima también hacia lo mismo con mi culo mientras se masturbaba. Que espectáculo!. No mayor claro, que el que se pudo apreciar en el momento en que las tres, en esa posición nos veníamos en orgasmos gritando, jadeando y mojándonos. No podía creer lo que en ese momento estaba haciendo mi cuñada. Al momento que todas nos veníamos, ella simultáneamente se orinaba, si, se orinaba; y lo peor del caso es que no me molestó en lo absoluto. Era como si aquello fuese algo esperado y natural. En realidad me gustaba lo que estaba haciendo la muy loca de mi cuñada.

Luego, ya entrando la noche, nos recostamos juntas, dedicándonos a besarnos, a agarrarnos y lamernos, para después quedarnos rendidas y dormidas una sobre otra.

Nuevamente el cuadro de la noche anterior el cual, (me entere luego también), fue presenciado por mi hermano al llegar en la noche de su trabajo. Y es que pienso que fue gracias a esas dos situaciones en que nos pilló juntas y desnudas e imaginándose todo lo que pudo haber pasado, que se dio la oportunidad de estar juntas las tres, disfrutando y haciendo el amor con mi hermano. Pero esa ... es  parte de otro relato para no hacer mas largo este.  Y digo esto, no por no querer seguir el relato; sino mas bien porque al recordar esta experiencia me he puesto demasiado caliente; por lo tanto me veo en la necesidad de dejar la computadora para dedicarme a apagar un poquito las demandas  que en este momento implora mi entrepierna. Así que chao!!.

Por Erla


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