lunes, 18 de octubre de 2021

Mi prima, mi hermana y yo


Hola a todos los lectores y lectoras. Lo que a continuación voy a narrarles es verídico y sucedió hace casi diez años. Por lo fuerte del tema y del relato, se decidió cambiar nombres y lugares. De hecho, he pedido la autorización de mi hermana para poderlo escribir, ella se negó al principio, pero ahora lo tomó como una travesura.

Mi nombre es Jorge en ese entonces de 16 años, edad de muchos cambios hormonales y que uno de hombre tiende a experimentar y buscar desarrollarse sexualmente. Otro personaje de la historia es mi prima Rebeca, en ese entonces también de 16 años, ella era muy bonita, algo rellenita, pero ya se le habían desarrollado dos senos grandes, además de caderas y un trasero grande. La prima tenía un carácter fuerte para ser mujer, era voluntariosa y quería manejar las cosas a su modo. Y un tercer personaje es mi hermana Ivana de 15 años, muy bella, en pleno desarrollo, son senos aún pequeños pero puntiagudos atractivos, sumamente delgada de cintura, piernas delgadas y un trasero compacto pero paradito.


Nuestra familia es de clase media baja. La casa que era bastante pequeña y albergaba a mi madre, padre, mi hermana y yo, aunque la prima Rebeca llegaba por largas temporadas a la casa, sobre todo en vacaciones. En ese verano del 2000, Rebeca llegó como otras veces de vacaciones, ella es hija de una prima de mi padre. No cabe duda que las chicas desarrollan sexualmente primero antes que los varones, ese verano mi prima lucía diferente, tenía ya sus buenas tetas y usaba solo blusas escotadas y con shorts cortos o minis para lucir sus piernas. En mi caso yo también andaba como perro caliente, explorando, tenía una colección de videos porno personal, era muy ardiente y no tardé en hacérselo saber a mi prima, quien me dio entrada rápido y los primeros besos entre ella y yo llegaron a los pocos días en la cocina de la casa. Rebeca me dio clases de besos de lengua, yo estaba fascinado por todo lo que ella me enseñaba.

Quiso la suerte que todo caminara sobre ruedas, en ese entonces, el hermano de mi madre, se separó de su mujer por parrandero y borracho y le pidió asilo a mi madre, quien no tuvo más remedio de meterlo en nuestra pequeña casa. Le dio mi habitación y a mi me mandó con mi hermana y mi prima, solo metieron una cama más grande y nos hicieron quedar a los tres allí. La habitación era estrecha, yo dormía en una orilla, mi prima en medio y mi hermana al otro lado. Como andábamos calientes con mi prima, de noche después que mi hermana se dormía, comenzaron las tocaditas y los besos. En una de esas puse a Rebeca de lado dándome la espalda, me bajé el bóxer y froté mi verga en sus nalgas encima de su pequeño short, a ella le gustó eso y se bajó los short, quedando en una pequeña tanguita, ahora mi verga se frotaba piel a piel en las nalgas de Rebeca, casi pude alcanzar mi orgasmo sobre ellas esa noche. Allí terminó esa primera vez.

Las noches siguientes después de besarnos y tocarnos, volví a hacer lo mismo, solo que cada vez aumentábamos el morbo, en una de esas, ella se bajó ante mi sorpresa, su tanguita a las rodillas y ahora froté mi verga directamente en la raya de su cuquita, ella levantó un poco la pierna para que toda mi verga incluyendo mi tronco se frotara a lo largo de su vulvita. Aquello fue fenomenal para mi, su cuca se llenó de líquidos lubricantes provenientes de su vagina y yo le empapé también de mis líquidos pre seminales. Nuestros juegos fueron en aumento y eran solo de noche, ya que de día mi prima me ignoraba, creo que para no crear sospechas. Ahora Rebeca también mientras nos besábamos metía su mano en mi bóxer y me agarraba la verga, me masturbaba. Mi hermana no se daba cuenta, pensaba yo, dormía a nuestro lado, aunque hacíamos todo lo posible y el cuidado de no despertarla.

Mi prima era más experimentada que yo, a la siguiente noche, me bajó los calzoncillos y me dio mi primera mamada de verga, lo hizo con mucha destreza, se podía asegurar que no era la primera verga que metía en su boca. Me lamió todo el tronco y en cuenta los testículos, uso su boca como una vagina y yo no pude más y me corrí casi en silencio, estoy seguro que ella tragó parte de mi venida esa vez. Cuando terminó ella me preguntó si alguna vez había mamado una cuca a una chica, yo le dije la verdad, que nunca lo había hecho, mi experiencia sexual se limitaba a dos visitas a un prostíbulo en el pueblo y a varios videos porno. Ella se abrió de piernas, me fue guiando y lentamente sin hacer ruido, me fui colocando entre sus menudas piernas, casi no se veía nada, pero pude oler el sexo mojado y caliente de Rebeca cuanto lo tenía a escasos centímetros de la boca.

Me puse a lamerlo como si fuera un perrito, usando la punta de mi lengua, poco a poco mis lamidas iban en aumento y cubriendo más superficie sobre su vulva, lamí todos sus labios vaginales tomándolos con los labios y sentí el sabor, por primer vez, de sus jugos vaginales calientitos. Ella misma se abrió con los dedos la cuquita y pude meter bien mi lengua en medio de ellos hacia su parte más intima. Rebeca comenzó a gemir excitada y tuvo que taparse la boca con una de sus manos. Los labios de su vagina ya humedecidos, se abrieron para darme paso a lamerle la entrada de su cuquita, luego como había leído y visto en algunos videos, le busqué el clítoris y lo encontré, estaba como parado, parecía un diminuto pene erecto, lo metí entre mis labios y lo lamí desde adentro de mi boca, en ese momento Rebeca se retorció de placer sobre la cama. Cuando regresé mi lengua a su cuquita sentí más líquidos que habían salido de su vagina. Creo que se había corrido en ese momento. Terminé de chuparle la cuca, ella estaba como fatigada, por eso nos dormimos.

Al día siguiente casi repetimos lo mismo, una de las diferencias fue que me pidió que prendiera una lampara en una mesita de mi lado. Luego, ella acomodándose, me mamó la verga como una diosa, me excitó tanto que le tomé la cabellera y la estuve jaloneando todo el tiempo, sin embargo no llegué a correrme. Luego era mi turno, me sumergí entre su cuquita caliente y le repetí la dosis de la noche anterior, solo que ahora yo mismo le abrí los pliegues de su vagina con mis dedos, para chuparla todita, metí mi lengua por todas partes y ella volvió a tener un orgasmo mojando toda su vagina. Después la coloqué de lado como los primeros días de nuestros juegos, le froté mi verga empalmada en su cuquita, la fricción era diferente porque nuestros sexos estaban mojados y viscosos, se sentía más excitante. Allí fue cuando pasó, ella levantó la pierna más que de costumbre y tomando mi verga con su mano la puso en la entrada de su cuquita, luego yo empujé un poco y la penetré. Hubo una pausa, nos quedamos como quietos, ella era mi prima después de todo, y mi verga estaba a la mitad del camino ensartada en su cuquita.

Fue ella la que empezó a mover sus buenas nalgas, al rato yo comencé a mover mi cintura hacia ella, con eso, en pocos segundos todo el largo de mi verga estaba en el interior de su vagina. Rebeca mordió la almohada y gemía con pequeños gritos reprimidos. Yo muy a gusto agarré un buen ritmo de mete-saca en su cuca. Al poco rato ella enterró la cara en su almohada, estaba llegando a una corrida, yo estaba también por llegar, fue entonces que ella volteo la cara hacia mi y me dijo que si me había puesto condón, yo le dije que no, entonces ella retiró mi verga de su cuquita y haciéndose para abajo tomó mi verga con su boca, la cual debía estar repleta de sus líquidos vaginales y de los míos también, y en un minuto me hizo terminar en su rostro, fue una cantidad semen escandalosa la que me salió. Finalmente nos dormimos después de colocarnos la ropa de dormir. Esa noche supe que Rebeca no era virgen, ya que ella lo había asegurado en una conversación conmigo.

Los días pasaron y como relojitos jugábamos y terminábamos cogiendo casi todas las noches siguientes con Rebeca, ella consiguió unos condones y luego yo me hice de algunos en la farmacia. Utilizábamos la sabana para cubrirnos mientras lo hacíamos, como protección, ya que mi hermana se despertó dos veces por tanto movimiento de la cama, ella empezaba a sospechar. Eso me lo contó Rebeca.

Otra cosa que hacíamos con Rebeca era bañarnos de noche por separado, para estar limpios y tener sexo oral con confianza. Lo que yo no contaba era con la mente morbosa de Rebeca, ella no se saciaba fácilmente, al poco tiempo proponía otras cosas. Hasta que una noche, ella me pidió que apagara la luz de la mesa de noche, lo hice, luego me dijo que me durmiera que ella tenía dolor de cabeza y que mejor lo dejáramos para mañana, bueno, accedí y me dormí, en eso no se a que horas de la madrugada, sentí que me bajaban el bóxer, pensé que era Rebeca, como era tan caliente creí que quería su ración de verga. Me dejé quitar los calzones y luego abrí las piernas, me comenzaron a dar una mamada diferente, besándome primero la entrepierna y los muslos, con bastante uso de la lengua y bastantes besitos.

En pocos minutos yo estaba muy excitado, pero reprimía mis quejidos, luego con una mano tomó mi verga y la empezó a chupar repetidamente. En eso, oí unas risitas malévolas, eran de Rebeca, pero lo raro era que se escuchaban en la otra orilla de la cama, levanté mi brazo y prendí la luz de la lampara de noche, vi sorprendido que entre mis piernas salía una sonrisa mojada con saliva y mis líquidos pre seminales, era mi hermana Ivana. Ella al verme tomó de nuevo el glande de mi verga y lo mamó para que yo lo viera bien. Al lado Rebeca se carcajeaba maliciosamente. Yo aún no daba crédito a lo mis ojos veían, mi propia hermana me daba una rica mamada de verga. Me quedé como congelado.

-Ahora súbete sobre él!- le dijo Rebeca como ordenándoselo. Ivana estaba solo con la parte de arriba de su ropa de dormir, ella se fue subiendo sobre mi cuerpo, en eso Rebeca interrumpió y tomó mi verga en sus manos y la puso en posición vertical, Ivana se fue sentando sobre ella hasta que la vi perderse en la vagina de mi hermana. –que estas haciendo!- le dije serio a Ivana, pero actuando rápido Rebeca me envolvió con besos la boca para que no siguiera hablando, mi hermana que se había detenido, comenzó a moverse sobre mi, metiéndose mi verga hasta el fondo, su cuquita era más estrecha que la de Rebeca y se sentía más deliciosa la fricción de nuestros sexos.

Luego, Rebeca me ponía sus grandes tetas para que las mamara, mientras que Ivana me cabalgaba la verga de forma inexperta, pero exquisita. Pasaron varios minutos antes de que le avisara a Ivana que iba a correrme, ella se bajó de mi verga y la empezó a lamer, en eso que empieza a disparar chorritos de semen, que caen en el cabello de mi hermana y en la cama. Ante el jubilo de Rebeca.

Ya en calma. Rebeca e Ivana me dijeron que mi hermana tenía varios días que ya nos había sorprendido cogiendo y mamando con Rebeca, solo que se hizo la que dormía. Y luego la caliente de mi prima la convenció para que se uniera con nosotros a pesar de ser mi hermana. Le pregunté a mi hermana si era virgen, ella me confesó que lo había perdido con su último novio unos meses atrás. Hablamos de que debíamos mantener bajo juramento este secreto.

Ahora las noches cambiaron. Mi hermana y Rebeca mamando juntas mi verga, algo que solo en videos porno había visto, y Rebeca a veces se quedaba besando a mi hermana en la boca, era un acto lésbico, al principio mi hermana se opuso, pero con la excitación que nos embargaba a todos nosotros con nuestros juegos sexuales y éramos jóvenes que querían experimentar la sexualidad, ella dejó de oponerse y puso a la disposición de las ideas de su prima. No tardó Rebeca en hacerle sexo oral a mi hermana, mientras que yo me colocaba atrás de ella y la penetraba en su vagina, solo de ver ese cuadro lesbiano me venía a chorros, tuve que aprender a calmarme, para durar más.

Las noches cuando mis padres salían por alguna invitación de sus amigos o a fiestas, casamientos u otros, era noches de lujuria en exceso, no fueron muchas veces, pero las recuerdo muy bien, poníamos un video (en ese entonces teníamos vhs) para ver poses sexuales entre tres, y las copiábamos en la cama. Primero les comía su cuquita a cada una, las dos estaban con las piernas abiertas sobre la cama. Ya no me importaba que Ivana fuera mi hermana, igual la cogía en distintas formas, le mamaba la cuca hasta que brotaban sus jugos vaginales que yo aprendí a beber. Era genial tener dos hembritas a mi disposición, eso es único. Quiero decirles que gozaba más teniendo sexo con mi hermana que con la prima.

Estando cogiendo con Ivana en la posición perruna, ella gemía mucho, le gustaba esa posición. Rebeca se acercó a mi con un pomo de Vaselina, se la puso en el ano a mi hermana y luego echándose en la mano me frotó la verga con ella, luego me dijo que se la debía meter en su culito, ya lo habíamos visto en una peli, pero nadie había dicho nada después, se la coloqué en su ano y Rebeca le abrió las nalgas con las manos, luego yo empujé y mi verga se por la acción de la vaselina se fue metiendo despacio en su colita, ante los gritos de dolor de mi hermana, al oírla quise detenerme, pero Rebeca que tenía un carácter fuerte me dijo que siguiera adelante, ella se acercó a Ivana y le dijo que dejara de gritar, que se relajara y que no se opusiera, le indicó que no hiciera fuerzas por sacarme de su culito. Así que lentamente mi verga se fue perdiendo en el recto de mi hermana, hasta que desapareció, hubo una pausa, el esfínter de mi hermana me ahorcaba la verga y se sentía delicioso.

Al rato fui metiendo y sacando mi verga muy lentamente del orificio anal de Ivana. Era diferente que cogerla por la cuca. Era muy excitante. Creí que me iba a correr rápido, pero Rebeca me amenazó de que no lo hiciera, que aguantara. La razón la supe después y era porque ella quería que también la cogiera por el culo. Terminé de culear a mi hermana. Ahora ella se colocó en cuatro y me hizo echarle la vaselina y luego se la dejé ir en su ano, a diferencia de mi hermana, la prima sabía como relajarse y dejarse meter la verga en ese orificio, en pocos segundos se la metí hasta el cabo, la muy puta ya no era virgen de allí. Rebeca se puso a dar de quejidos mientras yo la cogía por allí. Me hizo correrse en su ano.

Los días pasaron y seguíamos teniendo nuestros juegos nocturnos en trio. Yo estaba desgastado, que llegó un momento en que mi verga ya no se paraba más. Rebeca entonces tomaba a mi hermana y se ponían a tener sexo oral frene a mi. Pero yo estaba tan desgastado de tanto coger, que a pesar de que era excitante ver a dos hembritas chuparse los sexos, no se me paraba la verga.

Uno de esos días que yo no tenía ganas de jugar con mi prima y mi hermana. Estábamos con mi hermana en la habitación de mis padres viendo Tv, ya era tarde, y Rebeca no estaba, le pregunté por ella, pero vi que mi hermanita no quería decirme, hasta que me vio enojado, fue entonces cuando ella me confesó que Rebeca estaba en la habitación del tío, hermano de mi madre teniendo sexo. Salí de allí con rumbo a mi antigua habitación, me quedé en la puerta, se escuchaban los gemidos de Rebeca y de mi tío, entreabrí la puerta que no estaba cerrada y pude ver a mi tío encima de ella moviéndose en la posición del misionero clavándola. Que puta es Rebeca!, pensé un poco celoso. Eso se repitió otras dos veces, antes de que los padres de Rebeca llegaran a traerla para llevársela. Eso calmó la casa.

Las primeras noches solos, mi hermana y yo, no nos atrevíamos a empezar una relación sexual. Sin embargo sentíamos el deseo. Fue hasta cuando cierto día, mis padres estaban en su recamara y yo me estaba dando una ducha en la noche, en la casa solo hay una, cuando abren la puerta, era mi hermana envuelta en una toalla, ella se la quitó quedando desnuda y luego se metió a la ducha conmigo, me dice que quiere bañarse conmigo, nos empezamos a tocar nuestros cuerpos sin besarnos, realmente mi hermana tiene un cuerpo de muñeca, no tardamos en calentarnos y en forma silenciosa nos fuimos hacia la habitación e hicimos el amor por primera vez solos. Fue increíblemente placentero, mejor que cuando lo hacíamos con Rebeca los tres. La besé en todos lados, desde el cabello hasta los pies, le lamí también su ano arrugadito. Luego ella hizo casi lo mismo. Después la penetré y lo hicimos como en cinco posiciones distintas, en cada una ambos lanzábamos gemidos de placer, cogimos como lo hacen dos amantes que tienen tiempo de no verse, la cogí por sus dos estrechos agujeritos de su cuerpo y me vine tres veces, ella el doble y aún quería más. Nos dormimos abrazados, cansados y desnudos.

Nuestra relación incestuosa siguió, aún después de que se fuera mi tio y me devolviera mi habitación, lo nuestro tardó un poco más de un año. Hasta que mis padres me enviaron a la universidad de interno. Yo tuve mi novia, mi hermana tuvo su novio. No casamos, ella hace poco. Hemos platicado al respecto, recordando los mejores momentos, ella dice que no podrá olvidar esos momentos y que por ratos quisiera que lo hiciéramos de nuevo, pero que ahora su moral no la deja y que de alguna forma agradece que nunca se supiera nuestro idilio, ya que hubiera sido desastroso para la vida de cada uno.

En mi caso, aún después de diez años, masturbo pensando en Ivana. Ojala les haya servido nuestra historia para enriquecer sus fantasías.

Anónimo

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