martes, 9 de agosto de 2022

Miriam


Miriam (mi hermana menor) entro a mi habitación como otras tantas veces para charlar solo que está vez se le veía nerviosa, debido a que nuestra familia nuclear era un poco «tradicional» (muy común en México) ella solía acudir a mi cuando tenía algún tipo de problema o cuando quería salirse con la suya ya que al ser el mayor tenía un poco más de libertades


-que pasa, tienes cara de pedo atorado, ahora que hiciste

-es que…es que necesito tu ayuda

Sus piernas temblaban y se mordía las uñas por poco y sudaba frío así que me preocupe y le insistí
-ya dime, que paso

-es que… Raúl (su mejor amigo)…el…el me pidió que

-¡Que!

-me pidió que tuviéramos sexo

-que culero, quieres que le rompa la cara?

-no, es que yo si quiero

Me molestó un poco que me confesará eso, claro, nos teníamos confianza pero no a tal grado

– Y yo que, ¿o acaso quieres que le compré los condones y le enseñe a usarlos? -le dije un poco irritado-

-es que quiero que me ayudes, mi mamá no me va a dar permiso para salir tantas horas pero si tú le dices que saldrás conmigo, me dejas en el centro comercial que es donde me quedé de ver con Raúl y luego te vas a dar la vuelta por ahí puedo estar más tiempo con el

Miriam a pesar de tener 18 años recién cumplidos, su propio espacio y libertad que a su edad creíamos conveniente aun estaba bajo el cuidado de todos nosotros especialmente por qué la seguridad en nuestra localidad no era la mejor y las mujeres (desafortunadamente) corrían mas peligro

No me asustó en lo mínimo su petición, ella tenia que comenzar a vivir su vida y tener sus propias experiencias así que solo atiné a pedirle que me dejara pensarlo

-bueno y al menos ya sabes cómo protegerte? Acaso tienen dinero para el hotel?

Respondió que si que solo necesitaba una coartada para que pudiera ir sin prisas, por que aunque otras muchas veces ya había salido con su amigo había cierto punto en el que mamá le llamaba para ver qué estuviera bien cosa que está vez no iba a suceder. Tendría la libertad de llegar a la hora que fuera por qué estaría conmigo

-anda di que si es más te doy dinero para que vayas al cine en lo que regreso

-al menos invita a Nadia (su mejor amiga) así me dejas con ella y le meto mano en la oscuridad

Me miró enojada y me dio un puñetazo en el hombro solo me eche a reír

-¡es más, mira! -dijo más tranquila –

Salió corriendo a su habitación su nerviosismo se convirtió en emoción por qué sabía que no me iba a negar a apoyarla. ¿De verdad iba a poner a mi hermana en bandeja de plata para ese tonto? No tenía más remedio si no lo hacía ella iba a buscar la manera de lograrlo así que decidí que si sería su cómplice

Regreso con la respiración algo agitada y me lanzó unas prendas en el rostro, las cuales al levantarlas para ver que eran solo hicieron que me pusiera rojo de vergüenza; se trataban de 2 conjuntos el primero un sostén pequeño que no iba a alcanzar a cubrir del todo sus senos (nunca los ví con morbo sin embargo los notaba al ver cómo crecía) junto con una tanga y unas medias color negro. El segundo, un body transparente color blanco

-es lo que tengo para la ocasión pero aún no me decido a ti cuál te gusta más

– por qué me preguntas eso ¿acaso no tienes amigas a quién pedirle su opinión?

-pues Nadia me prestó lo de color negro dice que lo tomo del cajón de su mamá – su amiga (si este relato les agrada quizá les cuente de ella en otro) es lo que en el Argot Mexicano conocemos como una «alacrana» a ella si la veo de reojo cada que viene a visitar a Miriam-

-ay ya, no seas tan mojigato solo quiero tu opinión de hombre a ti cuál te gusta que lleven tus parejas es que quiero que todo salga bien

-¿si te contesto prometes irte de inmediato y dejarme tranquilo? antes de que me arrepienta de decir que si a tu locura

-¡¿entonces si me llevarás?! sabía que podía contar contigo -Miriam me abrazo tan fuerte que casi tatua sus pechos en el mio-

-el de color negro me gusta más siento que tus piernas se verán mejor -le dije con algo de indiferencia por el momento ya quería terminar con el asunto –

<<Hasta ahora había omitido la descripción de Miriam y es que es la de una chica promedio, aquí no hay un cuerpo sobre desarrollado o exageradamente voluptuoso para una joven; tan solo es una persona con unos pechos de «buen tamaño» y unas piernas algo torneadas por el ejercicio que aveces realiza en casa, de estatura promedio y un poco miope así que usa lentes>>

Me dió las buenas noches y se retiró a su habitación aún así notaba que no me había contado toda la verdad, de nuevo se le veía pensativa. A eso de la medida noche llegaron un par de mensajes a mi celular los abrí algo adormilado, eran de Miriam quien me había mandado un par de fotos de ella usando esa lencería negra parecía que sus senos iban a romper el brasier de lo ajustado que le quedaba y entre sus piernas se notaba el triángulo de la tanga que quedaba opacado por esas piernas que se le veían tan hermosas enfundadas en esas medias, todo el conjunto le favorecia tremendamente su figura tanto así que por un momento me dije «si no supiera que es ella seguramente le tiraría el perro». «Mira, si me quedo bien, que sueñes lindo» -decía el pie de foto-

Mi cabeza me asalto con miles de dudas, ¿estaba haciendo bien en llevarla? ¿Era correcto tomarnos tanta confianza? ¿Era normal que por un momento sentí atracción por ella?

Al otro día mientras desayunábamos aun estaba esa duda moral en mi cabeza, no es que fuera lo más atrevido y osado del mundo pero yo me sentía «raro» sin embargo y con la mirada de mi hermana clavada en mi le dije a mis padres con toda confianza

-Oigan el sábado voy con Miriam al centro comercial vamos al cine y a ver las tiendas -sabia que mis padres gustan de salir con nosotros de vez en cuando así que jugué bien mis cartas y me anticipe. A ellos les cagan las películas de superhéroes-

-cual vamos a ver -contesto mi papá-

-la de los Avengers solo que no alcance boletos para temprano y vamos a probar suerte a ver si consigo para la tarde, así que regresaremos al anochecer por qué dura 3 horas, quizá después vayamos a cenar

-Ellos se miraron y mi madre contesto por los 2-

-IUG, vayan ustedes ñoños nosotros nos quedamos, «a ver qué se nos ocurre» -esa era la frase clave que mi madre solía usar para decirle a mi papá que tendrían casa sola y así poder tener sexo como bestias, así que no me preocupe por qué nos quisieran contactar durante todo el día-

La semana se fue muy rápida si bien aún tenía las fotos de — no les había dado mucha importancia a excepción de una noche que tuve un sueño húmedo en dónde Miriam me modelaba todas sus prendas íntimas y desperté con una tremenda erección. Durante esos días ella se comportó más cariñosa de lo normal yo pensaba que era por qué había accedido a su petición

Llegó el sábado su «gran día» ella salió de su cuarto vestía con ropa cómoda, unos jeans de mezclilla, tenis y una blusa modesta, aunque llevaba una mochila que me llamo un poco la atención

Nos despedimos de nuestros padres y emprendimos la marcha, en el camino no quise saber sobre sus planes así que solo íbamos platicando de cosas random y escuchando música. Llegando al centro comercial estuvimos sentados un momento

-Espera aqui debo ir a cambiarme, Raúl ya casi llega por mi solo que nos veremos del otro lado de la plaza para que no vea que estás conmigo -yo seguía sin entender como un idiota como el tendría tanta suerte con mi hermana-

Tomó su mochila y entro a los sanitarios, tardo un poco y cuando salió casi me da un sobre salto; venía caminando vestida con un crop top de tirantes que le marcaba el sosten, una falda corta ceñida que cada tantos pasos devia acomodar por qué se le subía y se alcanzaban a ver sus medias por completo y unos tacones que usaba como toda una experta. De pronto sentí unas tremendas ganas de reprenderla y exigirle que se cambiara de inmediato a lo que mi sentido común me cerro la boca «wey acabas de traerla para que se vaya a coger con un tipo no te creas tan moral»

Muy a mi pesar y con algo de rabia pude notar como varios tipos la penetraron con la mirada mientras caminaba hacia mi, incluso una pareja comenzó una discusión por qué el novio prácticamente babeaba sobre el trasero de Miriam

-bueno, deséame suerte te llamo cuando venga y nos reunimos aquí -dijo Miriam un tanto nerviosa mientras dejaba sus cosas y me daba un beso-

-no mames si te vas a vestir así por lo menos cobrale -le susurré antes de que se fuera a lo que ella se rió y me hizo «pito» con su dedo medio y se dió la vuelta-

Mientras se alejaba entre la gente note como sus nalgas rebotaban a cada paso, provocando de nuevo una nueva jauría de miradas lujuriosas

Pase aproximadamente una hora dando vueltas en el lugar, viendo escaparates, tratando de distraerme para no pensar en lo que pudiera estar haciendo o pudieran estar haciéndole

De pronto sonó mi teléfono «voy para aya» decía Miriam en un mensaje -caray entonces para que quería tanto tiempo yo pensé que iba a hacer el kamasutra -me dije-

Unos minutos después pude verla regresando. La luz que irradiaba su sonrisa y la sensualidad que ofrecía su cuerpo se habían desvanecido. Cómo si el amanecer más bello se convirtiera en un día nublado; tal fue el caso que por un momento la idea de que quizá pudieron interceptarla en el camino y se aprovecharon de ella me hizo un horrible nudo en el estómago y la culpa me quemó vivo (afortunadamente no fue el caso)

-¿Que paso no llego tu cita? Regresaste muy pronto…¿estás bien?

-Si llegó y estoy bien gracias -dijo un tanto seca-

Yo seguía tratando de mantener cierta distancia en este asunto así que decidí no preguntar el motivo de su regreso prematuro

-¿Quieres comer algo? ¿O ir al cine? Tenemos la tarde libre -fingi una voz alegre para tratar de animarla-

-vamos a casa…

Subimos al auto y ella se recargo en la venta con la mirada perdida podía notar cierta decepción en su semblante

-no te preocupes las primeras veces en esto las cosas no salen como imaginas, no importa si hoy les ganaron los nervios y se arrepintieron -intentaba levantar su moral, (torpemente claro está)-

Un silencio incómodo invadió el auto; En un semáforo en «rojo» quise romper el hielo y proponer de nuevo alguna otra cosa para que se olvidará de este día así que le hable pero no contestó, me di cuenta de que no iba dormida entonces para sacarla de su trance puse mi mano sobre su pierna y en ese momento note que no se había cambiado de ropa…

Ella soltó un pequeño brinco de sorpresa y un leve suspiro, como si mi mano fuera una corriente eléctrica que la regreso al mundo real. Me miró en silencio, mi mano seguía en su pierna y se sentía tan suave envuelta en la media que no pude evitar acariciarla. Su respiración comenzaba a agitarse, había fuego en sus ojos lo note a través de sus lentes mientras ella se mordía sus labios carnosos pintados de color rojo, baje la mirada y vi que el cinturón de seguridad hacia que sus senos se vieran aún más grandes baje otro poco y disfrute lo bello de su ombligo…seguí bajando la mirada y ella comenzó a abrir las piernas poco a poco hasta que su corto vestido subió casi hasta su cintura… no llevaba puesta ropa interior…De pronto el claxon del coche de atrás fue la corriente eléctrica que me regreso al mundo real. El semáforo estaba en «verde» …

Emprendimos la marcha pero está vez mi instinto animal me hizo manejar «automáticamente» hasta un auto-hotel muy discreto

Apenas al bajar del coche y aún sin cruzar palabra alguna entre nosotros Miriam me tomo de la mano y me guío por la escalera que llevaba a la habitación, mientras subíamos tenía una vista impresionante de sus nalgas aún descubiertas ya que ella no se acomodo la falda del todo

Ni bien entramos al lugar y nos fundimos un beso, en ese cuarto jamás nos acordamos de nuestra hermandad solo éramos una pareja bastante exitada. Ahora era yo el que se sentía nervioso

La tome de la cintura y la levanté de manera que ella me rodeo con sus piernas la humedad entre ellas era evidente y se sintió tan bien tener ese calor pegado a mi, la sostuve por las nalgas hasta llevarla a la cama en dónde la recosté para poder desnudarme… Mientras tanto ella solo se quitó el top y saco sus tetas sobre el sostén, subió totalmente su falda y con las piernas abiertas y una sonrisa lujuriosa me invitó a saborearla

Me puse de rodillas y subí cada pierna en mis hombros me acerque poco a poco y pude ver cómo su vagina palpitaba ansiosa así que dando lamidas con mi lengua y con mis manos acariciando su pubis poco rasurado me dispuse a beber sus jugos y juguetear con sus labios. Ella me tomaba del cabello y hundía mi rostro mientras su espalda de arqueaba y sus tacones se clavaban en mi espalda

Comencé a masturbarme mientras metía un par de dedos en su interior; levanté la mirada y ella con los ojos cerrados se acariciaba sus deliciosas tetas así que no resistí más e incoporandome puse mi pene en su vulva lo pase entre sus labios metiendo un poco la cabeza y ella con impaciencia me dijo -damelo ya, cogeme-

Entre lentamente en ella saboreando lo estrecho de su interior. Miriam gemia con un poco de vergüenza la cual fue perdiendo a medida que la embestia cada vez más rápido. Me encantaba el vaivén de sus senos por lo cual «el misionero» se convirtió en nuestra posición favorita por qué que también podía chupar sus pezones y acariciar sus muslos cosa que le gusto mucho

No podía dejar pasar esos labios rojos así que sacando mi miembro lubricado en ella se lo ofrecí a mamar lo cual acepto con gusto, note que aún no sabía hacerlo «bien» por qué hubo momentos en los que me lastimaba con sus dientes aún así eso provocó más excitación en mi. Mientras acariciaba sus tetas y la masturbaba Miriam acariciaba mi abdomen y mis nalgas al tiempo que lamía mis huevos con dedicación

– ella comenzaba a decir con una voz entre cortada «ya casi me vengo mi amor, ya estoy» así que la puse en 4 y le di todo mi miembro con penetraciones rapidas, apretaba sus tetas colgantes y le daba nalgadas (lo que al parecer le fascino) mientras ella se estimulaba con frenesí su punto G hasta que un chorro delicioso me empapo el miembro y bajo entre nuestras piernas; soltó un gemido espectacular seguido de espasmos así que no aguante más y eyacule en su espalda en gran cantidad que alcancé a darle un poco a sus nalgas temblorosas

Caímos rendidos ella jadeando y yo aún en cima de su espalda acariciando su cadera y oliendo el perfume de su cuerpo. Se giro de manera que quedó frente a mi y me sonrió, aún con su rostro enrojecido, su maquillaje corrido y su cabello despeinado se veía tan hermosa que de nuevo me deleite con un vistazo a su cuerpo, se acercó a mi y nos besamos

Mientras ella se iba a duchar me quedé acostado pensando en que seguía de ahora en más. Por lo pronto era hora de volver a casa…tal vez lo averigüemos después

Anónimo

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