jueves, 7 de diciembre de 2023

La amiga de mi esposa se anima a tener sexo conmigo


Mónica y su marido son habitués de casa, nos conocemos hace algún tiempo. Nuestra amistad nació de una juntada que hicimos en la cortada donde vivimos. Cruzamos los autos en cada calle de acceso y armamos las mesas con todos los vecinos en la calle. Una tardecita de verano espectacular, con mucho calor, por lo que las bebidas heladas corrían a raudales. Tanto que al rato ya había gente muy alegre. Luego de la cena se armó el baile y la noche terminó con una gran jarana que duró hasta las cinco de la mañana.


La verdad es que Mónica, la mujer de mi amigo, está muy pero muy buena. Es por demás simpática y es de esas mujeres besuconas, que te saludan con un abrazo y un beso. Es bastante alta, debe medir 1.72cms. Su cabello morocho y su piel blanca permiten suponer que sus genes provienen del hábitat nórdico, o de algún país de Europa oriental, como Ucrania, Kazajtan o algo así. Sus ojos rasgados de tono verdoso le otorgan una imagen de gata.

Desde el primer día que la vi, me sentí muy atraído por ella y su forma de ser. Pero obvio que al ser amiga de mi esposa, es como que estaba vedada. Pasó el tiempo, y nos fuimos haciendo cada vez más amigos, lo que no quita que me deleitara cada vez que podía mirándole ese hermoso culo, últimamente, cada vez que la veo inmediatamente siento unos inmensos deseos de cogerla. Y al fin salió un tiro para el lado de la justicia.

Mi esposa tiene su madre muy mayor y está algo enferma, por lo que tuvo que viajar hasta otra ciudad, y no volvería hasta que su madre se componga. Al segundo día de estar solo, suena el portero, controlo quien es y veo que Mónica está en la puerta con lo que parece ser una fuente. Corriendo voy y abro, y me encuentro con mi amiga que está deslumbrante. 

Una sonrisa de oreja a oreja, sus ojos me miran fijo a través de sus largas pestañas, medio me hipnotizan, me imagino la cara de bobo que debo haber puesto ya que exclamó una gran carcajada. Me pregunta con su voz de gata  si puede pasar. Claro que no la iba a dejar en la puerta. Nos  sentamos en el living, ella dejó la tarta que traía para mí, ya que sabiendo que mi esposa no estará por varios días, vino a hacerme compañía y de paso me trajo algo para comer. 

Charlamos por un rato de cosas banales, y de pronto Mónica me pregunta así de rompe y raja si teníamos buen sexo con mi esposa. Claro que me atoré, se imaginan que es algo bastante privado, no es para andar ventilando cuantas veces por semana haces el amor con tu esposa. Pasado el momento vergonzoso, le contesto que sí, que es muy bueno y que normalmente de no mediar algo que lo impida, hacemos al menos tres veces por semana el amor.  

Me mira serio, y se queda pensativa. Eso me dio pie para preguntarle por su vida sexual, se sonrojó, y bajando la vista me cuenta que con su esposo, a veces pasan hasta un mes sin tener relaciones. Yo inmediatamente pensé, este debe estar enfermo, con tremenda mujeraza al lado y no la coge como debiera. Que cabrón. Pero también eso me dio pie para hacerme el galán, y como quien no quiere la cosa, le comento que me parecía raro, ya que con tamaña belleza en su cama, yo no podría salir de su lado. Tendríamos sexo al menos día por medio. 

Y ella levantando la vista hasta encontrar su mirada con la mía me dice, anda, tan machote vas a ser. Pero su actitud corporal cambió, se relajó y sacó pecho con lo que sus hermosas tetas se precipitaron hacia mí. No podía apartar la vista de esos senos. Me pide permiso para pasar al baño, y cuando va caminando puedo apreciar ese hermoso culo embutido en un estrecha calza de lycra de media pierna, guau. inmediatamente tuve un principio de erección. Yo al estar en casa vestía un short de futbol sin nada debajo, por lo que al ponerse dura la verga el bulto en el short era muy notorio. Difícil de disimular, tampoco me interesaba hacerlo, es más, quería que Mónica lo viera. 

Es que mi verga es uno de mis orgullos más preciados, son 22×6.5cms, bastante cabezona. Haciéndome el tonto la esperé de espaldas al pasillo como mirando por el ventanal hacia la calle, cuando llegó a mi lado al darme vuelta mi pija rogaba salir de su encierro, lo que no pasó desapercibida por mi amiga. Fue cómico el momento, ya que al divisar mi erección, me miró y volvió a mirar el bulto, y nuevamente buscó mi mirada como preguntándome que pasó. 

No me quedó otra que decirle la verdad. Que ella me gustaba mucho, que me excitaba cada vez que la veía, y que quisiera hacerle el amor en ese mismo momento. Se puso colorada, baja la vista y se queda pensativa, de pronto sin mediar palabra se arrodilla frente a mi entrepierna, me baja el short y libera mi tripa. Al apreciar el tamaño y la cabeza de la pija emite un gemido, casi un ronroneo como gato mimoso. Toma la pija en sus manos y con esfuerzo se mete la verga a la boca. 

Comienza a darme una tremenda mamada, es toda una experta, lo bueno es que yo esa mañana me había masturbado por lo que pude aguantar la excitación de su trabajo bucal, luego de un rato de  mamarme la verga, se para y me dice, que bueno sos de los que aguanta mucho, y sin más se saca la remera y la calza quedando en ropa interior, y ahora podía apreciar en primera plana lo hermoso de su cuerpo. La abracé y mi verga quedó sobre su abdomen, que dicho sea de paso son puro músculo,  nos besamos apasionadamente, y nos recostamos en el diván, yo sentado y ella se sube arriba mío, a caballito de mis piernas, su vagina se monta a la pija. 

Mientras amaso sus pechos y nos besamos, ella cabalga suavemente mi tripa, pronto estaba ya muy excitada. Solita hizo a un lado su calzón, paró la verga con su mano, la ubicó bien en el centro de sus labios vaginales y se fue sentando despacio, mientras amoldaba su vagina a mi tripa. Se la metió todita, y luego inició un movimiento de vaivén y circulación de cadera que parecía una licuadora a baja velocidad. La verdad es que esta mujer coge de maravillas, pronto por su necesidad de sexo estuvo lista para acabar, me lo notificó y se dejó ir en un hermoso orgasmo, su vagina apretaba mi verga como si fuera una mano. Pasado el momento como yo tenía la verga mas dura que nunca, siguió cogiéndose solita. 

De pronto se para, me hace correr y se pone en cuatro, de rodillas sobre el diván y me dice, dale, cógeme a lo perrito que me gusta. No me hice rogar y de un solo empujón se la enterré toda, como ya había acabado yo pensé que tardaría en tener otro orgasmo, equivocado estaba, no duró ni tres minutos y tuvo su segundo orgasmo, no se imaginan lo hermoso que es su culo. Y obvio que es la gran tentación. Y no iba a dejar pasar la ocasión, y le hice saber que me gustaría penetrarla por el chiquito, a lo que ella responde que mi verga es muy cabezona y le va a doler mucho. 

Su esposo nunca le hizo el amor por el orto. Pero que podíamos probar, lo cierto es que Mónica estaba por demás caliente y excitada, fui hasta el baño y traje gel lubricante, unté un dedo y se lo fui metiendo de a poquito,  lo cierto es que su culito es muy estrecho, pero con paciencia y con saliva el elefante se cojio a la hormiga. Luego le metí un segundo dedo y ya estaba más relajada, más lubricada, cuando le metí el tercer dedo medio quiso corcovear, pero pronto se entregó a las caricias, es que su excitación estaba a full, y sin  demorar más puse mucho gel en la cabeza de  mi verga y apoyándose en su ano de un empellón se lo perforé, gritó como una marrana, no le hice caso, la tomé firme de las caderas y seguí penetrándola hasta que mis testículos chocaron contra sus nalgas, ya estaba totalmente empernada. 

Lloraba y gemía, mordía un cojín del diván, yo quietecito hasta que se le estiró y adaptó el esfínter al grosor de mi tripa. Y luego empecé a darle matraca como loco, Mónica se sacudía toda, se babeaba, suspiraba y gemía, y pronto comenzó a disfrutar  de m i verga en su culo y ante mi sorpresa sin aviso alguno se corrió como una cerda, sus fluidos corrían por sus piernas, y al sentir sus espasmos vaginales en mi verga, le solté una cantidad impresionante de semen en el fondo de su culo. Habiendo acabado, sin esperar aproveché la calentura y se la saqué del culo, y simplemente así medio dura como estaba la pija se la metí en la concha, se sorprendió pero no se achicó y me dedicó un cuarto orgasmo en honor a tremenda culiada que le pegué. Cuando nos calmamos, sonriendo me dice que le gustó mucho aunque le duele el trasero, mucho. Nos lavamos y vestimos y acordamos que al menos una vez por semana, nos encontraremos para ir al hotel alojamiento para tener una buena sesión se sexo.

Por CRAYZZYGARY1

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