miércoles, 13 de diciembre de 2023

La siesta en que mi sobrina probó el sexo por primera vez


Gogo, así le decimos a mi sobrina. La verdad es que describirla es perder tiempo. Para mi basta con definirla o describirla con una par de palabras: ¡Es HERMOSAAAA!!!! A sus 10 años ya exuda sexualidad. Y me tenía loco.

Gogó es todo lo que uno quisiera tener cerca siempre. Hermosa, con un cuerpecito exuberante para su edad, apenas 10 añitos, es genial, cariñosa y muy dada a las caricias. Por ejemplo, no había día que cuando llegaba a mi casa no se me subiera a la falda y me abrazara, me daba besitos, intenta hacerme cosquillas para que yo se las haga a ella. Lo que si pasa es que desde hace un par de meses esta niña ha pegado un estirón importante, toda ella ha crecido. Ya sus tetitas no son tan chicas, ya tienen forma y con unos pezones bastante agresivos. Su culito se ha rellenado y por donde se le toque está duro. Ya está tomando las formas de lo que será en poco tiempo una hermosa señorita a la cual todo el mundo querrá poseer.


Y lamentablemente para los demás, yo he sido el primero en disfrutarla. Y como. Todo sucedió una tarde de mucho calor. Yo soy soltero, tengo 26 años y vivo solo en mi departamento. Por cierto, gozo de buena posición económica. Trabajo en Software y lo hago desde casa. Es un trabajo muy bien pago, por cierto. Y por eso tengo tiempo para dedicarlo a mi cuerpo y a los deportes. Soy de estatura mediana, bastante musculoso, con un cuerpo bien formado y mantenido. Y como atributo a detallar, gozo de una buena verga que nunca hasta ahora me ha dejado de a pie. De hecho, tengo un par de relaciones ocasionales con algunas señoritas que me mantienen activo.

Volviendo a mi sobrina Gogo. Llegó ese sábado al mediodía para que la ayudara a realizar unas tareas del colegio que no lograba entender. No se lleva muy bien con las matemáticas. En fin, llegó y me llamó la atención como venía vestida. Traía una camisola suelta, con un cintillo por debajo de su busto, (es cierto que están haciendo unos calores de más de 30 °C) el pelo suelto casi hasta su cintura, con unas zapatillas sin talón, toda muy etérea. Al verla así realmente me llamó la atención de forma diferente, se la veía mucho más mayorcita de lo que realmente es. Es más, debo declarar que inmediatamente tuve un tirón en mis testículos y mi pene comenzó a erectarse. 

Suprimí en un primer momento esa reacción, es mi sobrina y es todavía una niña. Pero no se me quitó de la cabeza la idea de qué lindo sería saborear esa carnecita tierna. Como hace siempre se me vino encima, me abraza y me llena de besos, pude sentir sus turgentes pechos contra el mío, pero lo que también noté que la niña con su cadera empujaba su pubis contra mi entrepierna, como buscando algo, y desde luego que lo encontró. Mi verga ya estaba casi dura, Gogó al sentirla, se apoyó fuerte contra ella y se quedó algo laxa. Yo la tomé de la cintura abrazándola y apretando su cuerpecito contra mi verga. Y lentamente le froté la pija contra su conchita. Ella ni se inmutó, es más, reaccionó tomándome fuerte del cuello y me planta un beso en la boca, y no solo eso, con su lengua busca la mía. Yo totalmente sorprendido ante la actitud de mi sobrina, respondí con un beso que le llegó hasta la garganta. Ella excitada, respondía con firmeza. 

No se amilanaba. Y yo ya muy excitado, con la pija totalmente dura. La alcé tomándola de las nalgas, que por cierto las tiene duritas y rellenas, y ella con sus piernas abrazó mi cintura, lo que promovió un mejor rozamiento de mi pija y su vagina.  Nos aproximamos al sillón, me senté con ella encima de mi falda, con sus piernas a ambos lados de las mías, estaba bien acomodada sobre la pija, y sintiendo eso, comenzó a moverse en forma excitante, buscando masturbarse con mi tripa. Yo la ayudaba teniéndola tomada de sus nalgas. En un momento levanté su falda y metí mis manos por debajo de su bombacha, encontré su canal trasero con mis dedos y el agujerito de su ano. Aterciopelado y suavecito, cerrado. 

Comencé a friccionarlo y a frotarlo, pronto noté como mi sobrina se estaba calentando por demás, y para mi sorpresa con un largo gemido y un mordisco a mi cuello tuvo su primer orgasmo producto de un hombre. Yo ya a esa altura estaba muy excitado, por lo que simplemente me paré y me desnudé por completo, dejando a la vista de la pequeña mi poronga totalmente enhiesta, cabezona y con las venas hinchadas. Sin mediar palabra se la acerqué a la boca, ella me miró con ojos intrigados, simplemente le dije, chupala. Gogó tomó mi miembro por la base, abrió grande la boca y se metió una tercera parte dentro. 

Luego, sin saber bien qué hacer, inició una mamada mezcla de mordidas y raspadas de dientes. Fui aleccionándola como hacer y finalmente atendiendo a las lecciones, me estaba propiciando una exquisita mamada. Pasado unos minutos de mamada yo estaba listo para penetrarla, sería hoy o nunca. Sacándole la verga de la boca, la hice pararse y la desnudé por completo. Qué exquisitez, tener  una niña de 10 años con ese cuerpazo, esas hermosas tetas, ese culito parado  y la predisposición para el sexo, nunca más se daría esa conjunción. 

Y no iba a desperdiciarla. Por lo tanto, la hice poner de perrito en el sillón, me arrodillé detrás de ella y acometí su vagina con mi lengua, totalmente cerrada, su cuevita, pero muy lubricada, con la lengua fui separando sus pliegues hasta encontrar el canal hacia su virginidad. Acometí su clítoris y de tres lengüetazos lo puse duro como mi verga. Llené su conchita de saliva, también el agujerito de su culito, al que sin pedir permiso con la saliva enterré medio dedo ante la sorpresa de mi sobrina. Pero no se resistió, es más, se movió hasta que el dedo estuvo todo enterrado en su ano. Ya era hora de poseer la virginidad de esta niña, y no me hice rogar, me coloqué a la altura justa de su vagina, tomé mi pedazo por el tronco, aparté sus labios y penetré la entrada de su virginal cuevita. 

Fui entrando lentamente ante los gemidos de Gogó, llegué a su himen, y tomándola fuertemente de los hombros, sin advertencia alguna, perforé su virginidad, enterrándome hasta el fondo en su conchita. Pegó un grito importante, gemía y sufría, luego de unos momentos de espera inicié un ida y vuelta que a los dos minutos incluía sacar tres cuartas partes de la verga y enterrársela hasta el fondo de una sola estocada, pronto mi sobrina ya participaba saliendo al encuentro con su trasero pegando en mi pubis, y así le llegó un segundo orgasmo. Su conchita latía y apretaba mi verga. 

Yo estaba desaforado, no me importaba nada, y seguí con mi interés, perforarle el culito hermoso a mi sobrina. Escupí un par de veces sobre su ano, y sacando mi verga llena de sus jugos y su sangre, la posicioné en la entrada de su culito, y simplemente presionando no fuerte, pero sostenido se la fui enterrando ante los grititos y gemidos, pero se la comió entera, cuando me quise acordar mis testículos pegaban en su trasero, por cierto su canal trasero es muy estrecho, no me brindaba placer, ya que apretaba demasiado mi verga, pero se fue estirando, y finalmente pude ir i venir sin lastimarla y no duré ni tres minutos y con fuerte chorros le llené el culo de leche.

Tuve que esperar un rato hasta que mi verga se achicó para sacársela. Finalmente, fuimos al baño a lavarnos. Para mi sorpresa Gogó abre la ducha y me invita a que ingresemos juntos, como toda una dama tomó el jabón y lo primero que hizo fue lavarme bien la verga y luego ella se lavó su conchita. Pero apenas finalizó con su argolla, se prendió a mi verga y me la mamó hasta que nuevamente pude llenarle la boca de semen. Recién ahí se quedó conforme. Terminamos de bañarnos y fuimos a realizar sus tareas. Ahora día por medio viene a realizar sus tareas. Por supuesto, antes de realizarlas, tenemos nuestra sesión de sexo. Cada día la pendeja coge mejor.

Por CRAYZZYGARY1

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