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jueves, 6 de octubre de 2022

Mi papá y hermana en modo cuarentena


Soy Agustín, de Argentina, 28 años, estudiante de medicina. Normalmente vivo en una ciudad capital que es donde está mi facultad, pero por la pandemia tuve que regresar a mi pueblo.

En casa vive mi padre, Antonio (52) y mi hermana Mariana (12), mi madre también, pero en otra casa, ya que formo otra familia hace varios años.


Los primeros meses de cuarentena fueron tranquilos, todos ok con la novedad. No fue hasta el 5 mes que las cosas se fueron yendo de madre.

Poco a poco, note como mi presencia en la casa se hacía pesada, si bien mi padre y hermana no me lo decían, yo podía darme cuenta de como mi presencia interrumpía con cierta rutina ya establecida en su convivencia.
Al principio no me daba cuenta de que podría ser. No fue hasta un día que harto del aburrimiento, decidí romper la cuarentena y visitar a un amigo que vive a unas 10 cuadras de casa. Mi padre, para mi sorpresa, me alentó a salir de casa, cosa rara porque hasta el momento era muy precavido con las medidas sanitarias.

Como el trasporte público estaba limitada a profesionales de la salud y tal no me quedo de otra que caminar. Eran tipo 18 pm y el sol recién empezaba a menguar y todavía se sentía pesado el clima.
A mitad de camino decidí que mejor iba otro día, di media vuelta y emprendí el regreso a mi casa.

Cuando llegue, entre normal, como si nada y subí a mi habitación, en lo que iba por las escaleras escuche gemidos, me paré super extrañado por los ruidos y preste atención, también escuche los ruidos de la cama moviéndose. No había lugar a dudas de que dos personas estaban cogiendo, pero quienes el ruido venía de la habitación de mi hermana Mariana. Muy muy lentamente fui acercándome, la sospecha no se hizo lugar a dudas y rápidamente deduje que podría tratarse de mi hermana y mi padre juntos, la sola idea me puso la chota dura. 

A medida que me acercaba a la habitación se me hacía agua la boca. La puerta estaba entreabierta. Me asomé y lo que vi me dejo helado.

Mi padre estaba arriba de lo que a las claras era mi hermana, ya que solo podía verle los brazos envueltos en la espalda de papá y sus piernas separadas al costado. Mi padre, que para sus 52 años está bien conservado, estaba en medio, entrando y saliendo lentamente.

– uff nena las ganas que tenía de hacerte mía.
– Yo también papi…. ay … Ay qué rico papá…
– estas cerradita mi amor ajja
– ay si papi, ya me hacía falta un poco de verga.

A estas alturas yo ya estaba amasando mi pija sobre el pantalón, siempre fui más caliente que perjuicioso y no le di muchas vueltas a la idea de que mi padre se esté cogiendo a mi hermana de 12 años. Después de todo, Mariana no era ninguna estúpida y se notaba a leguas que estaba gozando como una enana.

Mi padre empezó a aumentar sus embestidas, de apoco un nuevo sonido fue haciéndose presente. Chasquidos húmedos que no podía ser otra cosa que la vagina de mi hermana siendo penetrada por el pene de papá. Mi mente estaba a full. Libere mi chota y me la empece a cascar ahí mismo. Ya me llegaba olorcito a sexo, olorcito a hembra en celo.

– a ver nena, subí arriba

Mi papá sale de mi hermana y se pone boca arriba. Pude ver por primera vez su pija, y qué pija… nada mal, casi unos 20 centímetros, y de ancho bastante grueso.

Mi hermanita, más menudita, con los pechos que apenas le asoman, se trepó sin reparos sobre el, acomodando la pija en su vaginita, que ya se la veía colorada y muy muy húmeda.
Mariana empezó sus movimientos de cadera de forma circular. Poco a poco empezó a aumentar el ritmo, hasta que al último empezó a saltar arriba y abajo.
Mi padre tenía los brazos al costado, podía ver como se aferraba a las sabanas, supongo que en un intento para controlar su corrida.

– bebé me vas a hacer acabar.
– ay, no papi un ratito más… tengo muchas ganas.
– estoy a punto bebé… a ver hija

Mi padre sacó a mi hermana de encima de él y le dijo: 

– Ponte en cuatro amor.
– si papi

Mi hermana se puso en cuatro, llevo su pecho sobre el colchón y con sus manos hacia atrás se abrió las nalgas. Papá se agachó y se puso a comerle el culito.

-nena aguántala hee… ya acabo.
– aa aaa si papi

Papá se paró y dirigió su cipote al ano de mi hermanita. Comenzó a puertiarle el culo, de a poco metía solo la cabeza y la sacaba, metia un poco mas y la sacaba.

– Ahí termino bebé aguantalaa aaaaggg

Y hundió de una el resto de la chota en el culo de su hija.

-AAAAY PAPIII AAAGGH si siii

la saco hasta la mitad y volvió a meterla muy despacio. Supongo que estaría acabandole adentro.

-Ufff hija de putaaa, mi amor.

Papá se quedó quieto durante unos segundos, y salió del culo de Mariana, ella seguía abriendose las nalgas.
Papá se acercó a mirar los daños, el culo estaba rojo y abierto como en un bostezo.

– larga la lechita Mari.

Mi hermana empezó a hacer fuerza, unos peditos salieron junto con la leche de mi papá, un poco fue a parar sobre su propia pansa. Papá se paró y le dijo – Muy bien princesa. Mientras metía dos dedos en el culo de mi hermana, jugando son su leche.

Mi teléfono comenzó a sonar. Fue un solo instante en el que sono el aparato, yo abrí los ojos asustado y mi papá y hermana giraron la cabeza hacia la puerta.

Por Monoliso

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