miércoles, 5 de octubre de 2022

Mi sobrina Betina: por curiosa terminó siendo poseída


Betina está en quinto sexto grado, ya el año que viene ingresa a la escuela secundaria. A sus 12 años es toda una Afrodita. Como dije, Betina es una Afrodita, alta para sus doce años, con un cuerpo muy bien formado, no es exuberante, pero por donde pasa, los varones le dicen cosas, algunas subidas de tono. Ella es muy simpática, es una colorada de ojos verdes, pelo hasta la cintura, sus pechos sin ser grandes tienen un tamaño apetecible, y su cola es, sin exagerar, un monumento.


Ella es hija de mi hermana, al estar separada, Betina pasa bastante tiempo en casa, normalmente cuando vuelve del colegio, ya que mi hermana está trabajando y ella quedaría sola en casa, prefiere venir a almorzar con nosotros. Nosotros somos, mi padre, mi madre y yo, Eliana, mi hermana es mayor que yo por 10 años. Ella tuvo a Betina a los 18 años, el padre de la niña se separó de mi hermana hace dos años. Desde entonces, toda la familia ayuda. Mi parte siempre fue ayudar a mi hermana en su casa, también cuidando a Betina más de una vez, normalmente los días miércoles debo cuidarla yo, ya que mis padres vuelven muy tarde del estudio de abogados del cual son los dueños, y mi hermana tiene guardia las 24 horas en el hospital, hasta el jueves por la mañana. Entonces Betina pasaba a ser mi responsabilidad. Siempre nos hemos llevado bien, yo con mis 20 años, no soy un muchacho complicado, soy muy familiero, quiero mucho a mi sobrina y trato de que cuando está conmigo, la pase bien.

La tarde en cuestión, miércoles luego de su colegio, llegó a casa toda mojada, es que estaba lloviendo y las ocho cuadras que hay del colegio a casa fueron suficiente para mojarla toda. Llegó aterida de frío y chorreando agua. Apenas entró comenzó a sacarse la ropa, yo corrí a buscarle una toalla para que se secara, cuando volví estaba en bombacha y corpiño, obvio que toda mojada y a través de su poca ropa se podía apreciar muy bien su entre pierna, donde su monte de venus, con vello colorado se podía notar, y sus pezones estaban erguidos por el frío tironeando del corpiño. 

Verla así y tener una descarga erótica hacia mi verga fue instantánea, es que nunca había prestado demasiada atención a mi sobrina desde el punto de vista sexual. Pero en ese instante me di cuenta que la piba estaba muy bien, por lo que a los 15 segundos yo tenía la pija dura como un tronco. Ella paradita en el hall de entrada con sus manitas al pecho, me acerqué y le extendí la toalla, no sin antes darle una extensa mirada a ese precioso cuerpo, lo que para ella no pasó desapercibida. Se puso algo colorada, tomó el toallón y se cubrió. Yo la abracé, la alcé para que no caminara descalza y la llevé al baño, una vez allí le abrí la ducha con agua bien caliente y la dejé para que se bañara. Yo mientras tanto comencé a buscarle algo de ropa para que se pusiera, pero no podía sacarme de la cabeza ese hermoso cuerpo, transcurrido unos minutos siento que Betina me llama, ingreso al baño y pude apreciar a través de la mampara, que no es del todo traslúcida ese cuerpazo, y otra vez la líbido me puso a mil, le pregunto que necesita y me dice que si puedo ayudarle a lavarse la cabeza, ya que con tanto pelo, sola no puede. Yo ya estaba excitado y medio por perder el control de la situación. 

Le pregunto como hacemos, a lo que ella muy descocada o sin mucha preocupación me dice que me meta a la ducha y así la puedo lavar bien. Ella estaba totalmente desnuda, por lo que sin hacerme rogar me saqué el pantalón, y quedando en sleep ingresé a la ducha con ella. Hay papito, qué imagen, ella estaba de espaldas a mí, sus glúteos redondos, macizos, ese pelo colorado hasta sus nalgas, sin decir palabra para no romper el encanto del momento, tomé el champú y comencé a lavarle la cabeza, lo hacía con delicadeza, pero tenía la verga a mil, en determinado momento ella se agacha hacia adelante y me incrusta sus cachetes directamente sobre mi verga, medio se sorprendió al contacto, pero no se retiró, simplemente estiró la mano hacia atrás y tomó mi palo por sobre el calzoncillo, apretándolo suavemente. Lo acarició un par de veces y me dice por lo bajo, tío, tienes la pija parada. Obviamente, era algo que no se podía negar. La prueba estaba a la vista, son 18 x 7 cm de carne en barra, llena de venas y nervios. Solo respondí, sí, Betina, es que me tienes muy excitado, eres muy linda y verte así desnuda, me excitó mucho. 

Perdón, no quise ofenderte. A lo que ella riéndose, me dice, tío. No me ofende, de hecho me agrada, y dándose vuelta se arrodilla delante de mí, y tomando el sleep con ambas manos me lo baja, con lo que mi verga quedó apuntándole derecho a su boca. Yo quedé medio paralizado, ella no. Simplemente, tomó la poronga por el tronco y se la metió a la boca. Y sin ninguna vergüenza me empezó a dar una hermosa mamada, y lo hacía con mucha clase y conocimiento. Esta piba ya había mamado más de una verga antes. Eso derrumbó mis defensas y me dejé llevar por el momento. Ella seguía chupa que te chupa. Se la metía toda hasta la garganta, luego de un rato, se para, se apoya con ambas manos debajo de la caída de agua y me dice, tío, hazme el amor, sé el primer hombre en mi vida. 

Yo me aproximé y la tomé por la espalda, me adueñé de sus pechos mientras le apoyaba la verga entre sus cachetes, Betina abrió un poco las piernas y le dio cabida a mi poronga entre sus piernas, se inclinó hacia adelante con lo que su vagina quedó lista para ser invadida por mi tronco. No me hice rogar, tenía que aprovechar el momento, y buscando con la cabeza de mi pija su canal, me fui introduciendo entre sus gorditos labios vaginales hasta encontrar su túnel, presioné y entró la cabeza, ella gimió y abrió un poco más las piernas, yo la tomé firme de las caderas y de un empellón se la enterré hasta el fondo, ella gritó y se le doblaron las piernas, como yo la tenía sostenida no se cayó. La ayudé a mantenerse de pie, pero estaba totalmente ensartada, hasta las pelotas. 

Me comencé a mover suavemente, adelante y atrás, cada vez más fuerte, cada vez se la sacaba más y se la metía más fuerte, Betina gemía, suspiraba fuerte, pero no se doblegaba, seguía recibiendo pijazos a pie firme. De repente, en medio de un pequeño aullido, me dice tío, estoy por acabar, y eso fue el detonante para mí, simplemente me dejé ir y le disparé cinco chorros de semen bien en el fondo de su matriz, ella acababa entre gemidos y grititos. Pasado el momento de éxtasis, le saqué la verga y de entre sus piernas surgieron fluidos, sangre y semen. Mi sobrina no dijo ninguna otra palabra, simplemente se dio vuelta, me abrazó y me dice, tío, fue genial. ¿Cuándo podemos repetirlo? Y ya van varias veces de repetición. Hoy los miércoles es día de sexo. Es una amante muy complaciente y entregada.

Por Crazzygary1

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