lunes, 20 de noviembre de 2023

Nuestra primera experiencia mi hijo y yo


Recientemente, me aconteció algo que quiero compartir en esta página. Para empezar yo tengo treinta y seis años, edad en la cual me siento aún joven, a pesar de tener un hijo de diez y siete años, porque me case cuando apenas había cumplido los diez y ocho años, básicamente por haber quedado en embarazo de mi novio, pero él asumió su responsabilidad y en su momento me dijo que me amaba y quería compartir toda su vida conmigo, además siendo profesional tenía la capacidad económica que le permitía atender los gastos de una familia en la cual ya venía en camino un hijo.


Por la época que nos casamos él tenía veintiocho años, o sea me llevaba diez años y ahora acaba de cumplir cuarenta y seis años. Debo contarles que el pensamiento de mi esposo es muy liberal y para él es muy normal aceptar parejas de amigos con matrimonio abierto.

Pero la historia que les quiero compartir está relacionada con mi hijo, que como les mencioné, por su edad, está en la época del despertar de la sexualidad y me he dado cuenta por qué al ordenar su habitación encontré revistas con mujeres desnudas, pero especialmente me llamo la atención que siendo un chico de apenas diez y siete años le atrajeran las mujeres mayores de treinta o cuarenta años. Esto lo confirme cuando un día que él se entró a bañar, como sé que se demora una eternidad bañándose, aproveche para ordenar su habitación y por casualidad roce el mouse de su computador y enseguida se abrió la pantalla y apareció una página de relatos, llamándome la atención que todos se referían a mujeres mayores.

Al ver esto sali de la habitación esperando que la pantalla se cerrara antes que mi hijo saliera de bañarse y pensara que lo estaba espiando, no obstante, me fije el nombre de la página y cuando estuve sola en la tarde entre a ver en detalle su contenido. Abrí mi computadora, busqué la página y aparecieron cantidad de relatos de mujeres mayores con jovencitos, llamándome la atención específicamente relatos de hijos jóvenes que compartían sexo con sus madres. Sorprendida estuve leyendo un par de relatos, con tanto detalle, que debo confesar que al imaginar esto con mi hijo sentí que mi concha se humedeció y hasta me excité.

Al principio pensé comentárselo a mi esposo, pero me arrepentí y lo dejé solo para mí.  Ya estando prevenida, en los siguientes días discretamente preste atención sobre al comportamiento de mi hijo, por ejemplo, cuando él se encontraba frente a su computadora y yo me acercaba, él cambiaba la página, pero al mismo tiempo observe bajo su pantalón una erección, así que si lo llamaba sabiendo en lo que estaba, él se demoraba en acercarse mientras le bajaba su erección.

También noté que mi ropa, especialmente la interior, la encontraba cambiada de orden a como la había acomodado. Pero lo que prendió más mis alarmas fue cuando un día sali del baño desnuda para sacar mi ropa y vestirme, mi hijo entro intempestivamente en la habitación y al verme desnuda en vez de haber dicho… Perdón y darse vuelta, fue todo lo contrario, se quedó observándome de arriba abajo y me dijo… Oye ma, tienes un cuerpo maravilloso, dichoso mi padre y con una risita nerviosa se dio vuelta y se fue a su habitación.

Me quedé atónita y luego caí en cuenta que mientras él estuvo observándome, no hice nada por ocultar mis senos o mi sexo de manera que él se llevó una foto mental de su madre desnuda.

Yo no supe que hacer, si llamarle la atención, decirle… debes tener cuidado y pedir permiso cuando entres a mi habitación, pero creí que era darle mucha importancia y si él veía a diario mujeres de mi edad desnudas en sus revistas y videos, se reiría de mi mojigatería. Así que no hice nada, ni siquiera le comenté a mi esposo.

Y esta situación se repitió varias veces y yo no sabía cómo evitarlo hasta que una vez él me dio la oportunidad de preguntarle si tenía novia y me dijo… lo intente, pero como no tengo experiencia con las chicas de mi edad ellas prefieren a muchachos mayores.  Y agrego… A propósito, tú que eres mi madre deberías enseñarme como tratar a las mujeres, por ejemplo, como cautivarlas, pero no con regalos, eso a ellas no les interesa, sino algo más íntimo… ejemplo besar, o acariciar determinadas partes de su cuerpo, porque eso es lo que veo que hacen los chicos mayores con ellas también como cuidarme para no irlas a embarazar, como te paso a ti con mi padre.

Después de estas consideraciones de mi hijo no sabía por dónde empezar y me fui por lo más fácil, los besos, pero antes le mencioné que no debía preocuparse por ir tan rápido. Y el me replico… Pero es que eso es lo que veo a diario, en el cine o en las fiestas y en ocasiones uno queda como un tonto.

¿Y qué quieres que yo haga por ti?

Por ejemplo, enseñarme a besar

Bueno yo te digo como lo debes hacer y tú lo tienes en cuenta cuando sea el momento.

No ma, eso lo puedo ver en los videos, pero lo que yo espero de ti es una enseñanza práctica.

Le replique, pero ten en cuenta que yo soy tu madre y eso no puede ser.

Y él dijo… Pero que tiene de malo un beso, yo soy tu hijo, tú me tuviste en tu vientre o sea soy parte tuya, Esto sería como darte un beso a ti misma.

Con esta teoría me desarmó

¿Y qué quieres que hagamos?

Que nos demos un beso y tú me enseñas y me corriges.

Pero esto va a quedar entre nosotros dos, a nadie le puedes comentar esto.

Por supuesto, solo lo sabremos tú y yo

Yo me puse muy tensa, pero creo que él estaba más nervioso que yo. Hasta lo sentí temblar en los primeros momentos.

Nos pusimos de pie, lo tome por los lados de la cabeza y él con sus brazos rodeo mi cintura y al hacerlo me fue apretando contra su cuerpo y pasando el tiempo sentí algo duro en mi pelvis, y supuse lo que era. Pero tome las cosas con mucha calma, primero nos rozábamos los labios interrumpidamente y más tarde pequeños mordisquitos para seguir con el cruce de lenguas. La vedad a mi hijo le faltaba mucha finura, eran movimientos bastante toscos que no despertaban sensualidad. En esto pasamos unos diez minutos, hasta cuando le dije… Bueno hijo la clase termino y nos separamos. Y él me dijo… Gracias ma, eres una experta y espero aprender todo lo que tú sabes.

Pasados tres días me reclamo una nueva clase y me preocupo lo que había sentido la primera vez en mi pelvis, la erección de mi hijo mientras nos besábamos.

Comenzamos la segunda clase y como esta vez él fue menos brusco, la verdad me olvidé que estaba con mi hijo y hasta sentí que mi concha se humedeció y tal vez por eso cometí mi peor error que fue tocar su pelvis y confirmar que su verga estaba erecta y le dije… ¿Y esto?

Él me dijo… es que me he excitado y por eso la erección, lo mismo me ha sucedido cada vez que te he visto desnuda y como no logro bajar la erección, para que no me duela después, me he masturbado pensando en ti.

¿Como? ¿Como me dices que ver a tu madre desnuda te produce erecciones?

Si, yo creo que para que exista confianza entre los dos, yo te tengo que decirte siempre la verdad.

Pero recuerda que soy tu madre.

Si eso lo tengo muy claro, pero no puedo negar que tengo una madre con un cuerpo espectacular.

Creí que debía cortar, porque todo había ido demasiado lejos. Entonces dije… Bueno, suficiente por hoy.

Me fui a mi habitación más confundida que la vez anterior sin saber que hacer a futuro. Cuando entre al baño y revise mi concha me di cuenta que estaba muy mojado mi panty, como cuando era novia de su padre.

Pasando los días fui con mi hijo a una fiesta familiar, sola porque mi esposo estaba fuera de la ciudad. Yo me tome un par de copas y mi hijo como ya había cumplido los diez y ocho acepto tomar también, no sé cuántas, la verdad es que cuando regresábamos en el auto a casa lo noté muy eufórico y cariñoso. Apenas entramos a la casa, estando los dos solos me dijo… ¿Y sería posible que me dieras una clase esta noche?

La verdad lo dude, pero alentada por las copas que había tomado acepte creyendo que lo hacíamos y nos íbamos a descansar. Deje mi cartera en el asiento junto con el abrigo y mi hijo que estaba muy elegante con su vestido formal de corbata, se quitó el saco y la corbata y empezamos la clase sin que yo midiera las consecuencias de lo que podía pasar al estar los dos alicorados.

Comenzamos como en las veces anteriores, muy lentamente y poco a poco los besos tiernos se fueron convirtiendo en besos muy eróticos acompañados de caricias, y pronto sentí en mi pelvis la verga erecta de mi hijo y él se fue apoderando de mi cuerpo excitándome más y más, al punto de entregarle el control que a mí me correspondía.

Sus manos comenzaron a deslizarse por debajo de mi blusa y pronto sentí que soltó el broche de mi sujetador y no hice nada, creo que la excitación iniciada con los besos eróticos que estábamos disfrutando liberó mis controles mentales frente a lo que debía hacer en ese momento y me abandone a lo que pasara.

Mi hijo mientras con una mano acariciaba mi espalda directamente sobre mi piel, con la otra soltó los botones de mi blusa y pronto estaban a la vista mis senos llegando a ellos las caricias elevando mi excitación y sin pensarlo dos veces mi mano fue a su pantalón, le baje el cierre y me apodere de su verga que estaba dura como una roca y mientras él masajeaba mis senos y nos besábamos como poseídos, yo acariciaba su verga suavemente.

En este punto yo ya había entregado totalmente el control y solo quería disfrutar el orgasmo que tanto deseaba hace tiempo, porque mi esposo al estar ocupado en su trabajo me tenía olvidada.

Al seguir sus besos en mis senos y la libertad que le había dado de las caricias por todas partes de mi cuerpo, pronto él deslizo su mano por debajo de mi falda llegando a mi concha, y al encontrarla super húmeda, corrió mi panty hacia un lado y sus dedos sin problema comenzaron a penetrarme y más tarde vinieron las fricciones en mi clítoris de forma un poco brusca, pero gracias a mi excitación no me importó.

En medio de tanta pasión mi hijo me dijo… te voy a desnudar quiero ver tu maravilloso cuerpo y yo no hice nada distinto que colaborarle, y como yo también deseé ver su cuerpo desnudo se lo dije. Él rápidamente se quitó la ropa y los dos quedando en almendra nos abrazamos. De inmediato sentí como su verga se albergó en medio de mis piernas rozando mi concha.

En este punto la suerte estaba echada y ya deseaba sentir su verga dentro de mi concha. Lo tome de la mano y nos fuimos a mi habitación. Cuando me acosté para que él se subiera sobre mí y me penetrara, el cambio lo que yo esperaba y acomodo su cabeza entre mis piernas para darme una sesión de sexo oral maravillosa.

Sentir su lengua tratando de penetrar mi concha y luego sus labios chupando mi clítoris me hicieron gemir cada vez más duro hasta que le dije… No aguanto más, quiero que me penetres, súbete y él deslizó su cuerpo sobre el mío y cuando nuestros sexos se encontraron yo tome su verga y la puse a la entrada de mi concha y comencé a sentir una deliciosa penetración. Percibí que mi hijo estaba mejor dotado que su padre cuando toco fondo y me hizo reaccionar. Él me pregunto… ¿te duele?

No, no, es que tu miembro es más grande que el de tu padre y ha llegado hasta donde nunca antes lo sentí. Y a continuación el comenzó a moverse metiendo y sacando su verga de mi concha y yo a experimentar la excitación que expresaba con mis gemidos y mi hijo me pregunto. ¿te gusta? Y sin pensarlo le dije Siiii. Sigue, sigue, que lo estoy disfrutando, y no sé cuánto tiempo lo hicimos, yo crucé mis piernas alrededor de su cintura para sentir más la penetración, y aumentar mi deseo de disfrutar un orgasmo, hasta que por fin llegué al clímax, retorcí mi cuerpo en medio de gemidos.  Agggg, agggg, agggg y luego me relaje.

Mi hijo me dejo descansar un momento y luego reinició la follada por lo menos tres minutos más y pronto dijo… Me voy a correr, me voy a correr y yo apretándolo con mis piernas cruzadas en su cintura le pedí que se corriera muy dentro de mí.

Cuando vino la calma y recobre la cordura, recapacite sobre lo que había permitido que sucediera y me asuste, al preguntarme, ¡que has hecho? ¿Porque dejaste que sucediera?

Y le dije a mi hijo, no debí permitir que esto sucediera, me siento culpable, pero él me respondió… Tranquila ma, no eres la primera ni la única madre que disfruta del sexo con su hijo y agrego… Se que algunos amigos lo hacen con ellas e incluso con las hermanas.

No te preocupes esto quedara entre nosotros y de paso te agradezco la magnífica clase de hoy, espero con tus enseñanzas graduarme pronto con honores y rió.

Al ver que mi hijo no le daba tanta trascendencia a lo ocurrido, todo lo contrario, estaba esperando que le enseñara más, me tranquilice y para calmarme me levante a darme un baño y cuando estaba bajo el agua observe como salía enorme cantidad de semen de mi concha y al tocarla experimente nuevamente deseos de compartir con mi hijo y lo llame.

El entro desnudo como estaba, se metió bajo el agua y abrazados comenzamos a besarnos y desde luego una nueva erección de él que se acomodó en medio de mis piernas.

Tome el jabón para bañarnos, pero se me cayó al suelo y al inclinarme para recogerlo me dijo mi hijo… que bonito culo tienes y abrazándome por la espalda su verga quedo en medio de mis nalgas y mientras con ella rozaba mi culo, sus manos acariciaban mis senos. La excitación nuevamente afloró y los deseos se alborotaron.

De pronto él me dijo… ¿Y te gustaría follar por el culo? Le respondí que nunca lo había hecho. Entonces sin pedir permiso, tomo un frasco de aceite, lo esparció en mi culo y a continuación hizo lo mismo en su verga. Luego intentó penetrarme, pero su verga se deslizaba para un lado y otro hasta que yo tome la decisión de aceptar lo que me estaba proponiendo y puse su verga en mi culo, me incline un poco hacia adelante y le pedí que la metiera despacio y con mucha suavidad y poco a poco sentí que perdía mi virginidad del culo. Mi hijo después de unos minutos se excito rápidamente y me dijo que se iba a correr, le dije hazlo y el me pregunto… ¿Y tú? Le dije creo que no alcanzare un orgasmo así, pero por favor acaricia mi clítoris y mis senos y de seguro voy a disfrutar un orgasmo.

El sin sacar su verga de mi culo, empezó a acariciarme y pronto estaba disfrutando un delicioso orgasmo que me dejo satisfecha por mas de una semana. Con esto ya no hubo vergüenzas entre nosotros y desde ese día hace tres meses hemos follado al menos una vez por semana cuando estamos solos y ya no me siento culpable porque mi hijo cada vez es mejor amante y compensa las ausencias de su padre.  Se que pronto tendrá que conseguir una novia, pero por el momento lo estamos disfrutando mucho. Hasta aquí lo acontecido por ahora.

Por JAPACA

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