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jueves, 7 de julio de 2022

Incesto forzado con mis hijas

 

Corrían tiempos amargos en aquella zona del país en que no hace mucho era un oasis de paz y prosperidad, me contó aquel hombre medio borracho, sentados en una mesa de un café de las ramblas en Barcelona España con la intención de que yo plasmara en el papel su historia de incesto. Les advierto que es muy cruda y tuve oportunidad de comprobar que son casos muy comunes en un viaje que hice a Colombia en calidad de periodista.


He cambiado los nombres propios por privacidad y protección de los implicados.

También como el relato es un poco largo lo voy a desglosar en 2 partes.

– Mire amigo, yo no se si hice bien o mal pero si le aseguro que todo fue por proteger a mis hijas y a mi esposa, y le voy a contar todo como sucedió con pelos y señales.

– Con el dinero que me correspondió de la herencia de mi padre compre una finca de 874 hectáreas en el departamento del Meta, Colombia situada en el pié de monte llanero.

Allí me traslade con mi esposa Lucia y mi hija mayor Jessica que aun no cumplía el año de edad, luego nacieron Nathalia y Daniela, unas gemelas preciosas y buscando un hijo varón llego Vanesa la menor, todas con un año de diferencia.

Los primeros años fueron de alegría y bienestar, pero resulta que en aquella región se instalaron grupos guerrilleros y cuando intente marcharme con mi familia fue tarde y quedamos atrapados entre estos facinerosos,

Jessica ya tenía 10 años, Nathalia y Daniela 9 y Vanesa 8 todas muy hermosas, sanas y aparentaban más edad que la que realmente tenían.

Asistían a una escuela rural no muy lejos de la finca y mi esposa complementaba los estudios de ellas con sus conocimientos.

Una tarde de domingo las empleadas no estaban, llego a mi casa un comandante con 4 sujetos malencarados bien armados con fusiles y medio borrachos.
– Señor Chepe, me dijo, usted tiene que colaborar con nosotros, así que nos vamos a llevar un novillo y su esposa se viene al campamento a hacer trabajos de cocina durante un mes y no se nieguen porque ya saben las consecuencias y nos llevamos a sus hijas huérfanas para adiestrarlas en la causa.
Lucia pálida a punto de desmayarse les dijo:
– No por favor, no hagan eso, yo voy con ustedes y hago lo que me pidan.

– Bien, así me gusta, dijo el comandante y llamo a Vanesa mi hija menor que andaba por ahí solo con unas braguitas que le quedaban demasiado holgadas porque se iba a bañar y le acaricio las nalguitas un rato mirándola con lujuria, luego metió la mano entre sus piernitas y vi como le acariciaba la vagina.
Sus hombres me apuntaban con los fusiles por si reaccionaba, mi niña me miro con ojos asustados y trataba de cerrar las piernitas pero el se las abrió y metió la mano por entre sus pantys y le hizo masajes con brusquedad, la niña lloraba sacando el culito hacia atrás cuando el tentando con el dedo buscaba su entradita, de pronto la niña se quejo, doblo el cuerpo hacia delante y poso sus asustados ojos sobre mi, se quedo quieta sin llorar con cara de asombro y la boquita abierta dejando ver el hueco de los dos dientes de arriba que los estaba mudando, comprendí que le tenia un dedo dentro despertándole el sexo y haciéndole enrojecer las mejillas, vimos que se orino, el saco la mano y se llevo el dedo a la nariz para olerlo.
– Comandante suelte a la niña que yo le doy todas las reses que necesite.
– Tranquilo Chepe que hoy no les va a pasar nada, más bien tráigame un aguardiente.

Me fui a traerle una botella escoltado por un esbirro, cuando regrese Vanesa estaba agarrada a la falda de su mamá pero el desgraciado tenia a Nathalia y le había bajado el pantalón y las bragas y le estaba intentando meter el dedo en su tierna vaginita pero ella no se dejaba, bruscamente la sostuvo quieta y ahí si la penetro hurgando como un sátiro feroz.
Hizo que le metiera su inocente manito por entre el pantalón para que le acariciara el pene.
– Comandante, aquí tiene el aguardiente y suelte a la niña para que hablemos de negocios.
– No se preocupe Chepe que solo estoy revisando la mercancía dijo cínicamente con una sonrisa malévola.

La aparto, se tomaron un trago y el turno fue para la gemela Daniela, la sentó en sus piernas después de hacerle quitar los pantys y la falda, metió la mano por debajo de la blusa, se sorprendió, le manoseo los pechitos, el le hablo al oído y ella se descubrió la tetina que no le estaba manoseando, comprendí el asombro del comandante al ver esa areola rosada grande e hinchada propia de una adolescente, rematada por un pezón duro, se pego a mamar como ternero hambriento, Daniela entorno los ojos y adelanto el pecho,

Su otra mano acariciaba su tierna vagina, ella se dejaba hacer sin protestar, vimos espantados cuando se la abrió y le clavó un dedo hasta el fondo y enseguida le metió 2. Daniela no se quejo pero miro a su mamá como sintiéndose culpable cuando se orino con un gemido largo a consecuencia de las metidas y sacadas de esos asquerosos dedos y con la carita roja por la vergüenza.
– Muy bien muñequita, le dijo dándole un beso en los labios, luego volvió a susurrarle algo al oído y ella asintió y nos miro antes de agachar la cabeza.
– Oye “malasangre” tu regalo de cumpleaños, le dijo a su segundo en el mando.
El aludido se acerco, ella lo cogió de la mano así desnudita de la cintura para abajo, y meneando el culito lo entró al cuarto de los aperos.

Se me cayó el alma al piso con solo imaginar lo que le iba a hacer.
– Un momento comandante, negociemos.
– No pasa nada yo se como hago mis cosas, contesto.
Todos escuchamos los gemidos de Daniela, las suplicas para que le mamara las tetinas, los ruegos para que le hiciera duro, el golpeteo del mueble donde se la estaba follando, el ronquido gutural de “malasangre” cuando se descargo dentro de ella y el gemido largo del orgasmo de Daniela.
Primero salio la niña, despeinada, desnuda del todo con las tetinas hinchadas y rojas, chorreando semen por sus piernitas que escurría de sus brotados labios vaginales, luego salió el tipo abrochándose el cinturón.

Llamo a Jessica mi niña mayor, se tomó otro trago, ella casi no podía caminar por el temblor en las rodillas, se le acerco de frente y le arranco la blusa con botones y todo quedando sus incipientes pechitos al descubierto, empezó a mamárselos mientras le quitaba el short y las bragas dejándola completamente desnuda, ella pudorosamente se cubrió la vagina con una mano pero se la retiro y la cubrió con la de el, le apretó las nalguitas, que dicho sea de paso son duras y redondas incitándolo mas, la penetro la vagina con el dedo, se saco el pene de tamaño normal pero muy cabezón y grueso.

La inminencia de otra violación ante nuestros ojos flotaba en el aire cuando la atrajo hacia su miembro y se lo restregaba por la rajita dándole golpecitos en el clítoris.
– Comandante, lo necesitamos con carácter urgente en la base uno, le dijeron por radio-teléfono.
– ¿Qué pasa?
Que hay una patrulla del ejército merodeando por la zona.
Después vengo por ti “ternerita hermosa” Le dijo a Jessica dándole un apretón largo en la vagina.
-Bueno señora recoja sus cosas, nos vamos le grito a mi esposa Lucia que se despidió de las niñas y de mi llorando.
– No se vaya a mover de aquí que su mujer va en calidad de rehén, la monto en la grupa de su caballo volteo y me dijo: en 15 días vuelvo y se fueron.

Mil cosas pasaban por mi atontada cabeza sin saber que hacer, odio, miedo rabia, impotencia, dolor y vergüenza con mis hijas y con mi esposa.
Intente llamar pero habían cortado la línea telefónica.
Al cabo de 2 horas mis niñas ya se habían calmado y estaban conversando acerca de lo que les habían hecho.
– A mi me metió un dedo y sentí cosquillas, dijo Vanesa.
– Yo tuve que cogerle esa cosa toda tiesa y gruesa, y sentí ardor cuando me dedió dijo Nathalia.
– A mi me gusto con los dos, dijo Daniela
– A mi también me dedió, me chupo las tetinas y sobo esa cosa entre mi almeja, dijo Jessica.
– Bueno niñas, dejen esos comentarios y vengan a cenar, les dije.

Al acostar a la niña le vi manchas de sangre en las braguitas.
– ¿Te duele aquí tesorito?
– No papá, solo me arde, ¿cierto que ustedes no se enojaron porque sentí cosquillas?
– No mi amor, acaso fue culpa tuya.
Esa noche no pude dormir pensando en Lucia y en como salir de semejante problema.

Al día lunes llego la señora de la cocina muy temprano y como a las 10 am. un par de facinerosos y se llevaron un novillo, pero a mi no me importo.
– ¿Cómo esta mi esposa? les pregunté.
– Muy buena con ese culo y esas hermosas tetas, me dijeron riéndose.
En la comida, mirando a mis niñas, tan tiernas e inocentes, tomé una decisión; Yo desvirgaría a mis hijas para que no sufrieran cuando esos desalmados las violaran.

En la noche después de que la asistenta se marcho todas se quedaron dormidas en mi cama, ya había planeado comenzar con Jessica la mayor de 10 años, me la lleve cargada a su cama, la desperté y le di un abrazo.
– Hijita perdón por lo que te voy a hacer pero es por tu bien, le dije mientras la desnudaba de píe.
– Esos mal nacidos te van a hacer lo que te voy a enseñar, pero te van a hacer mucho daño si no estas preparada.

Su cuerpo de niña delicado y hermoso con su pecho plano donde solo sobresalían sus areolas rosadas y sus pezoncitos más obscuros, su vagina gorda completamente lisa y dura dejaba ver el nacimiento de su canal rosadito que se ocultaba entre sus piernas.
Acaricie sus pezones, pero quizá por un sentimiento de culpa no se me paraba el pene aunque le estaba lubricando su rajita, pero al mamarle las teticas y sobar su clítoris se puso a gemir entrecortadamente, eso y el meterle un dedo con lubricante nuevo me causo la erección, le levante las piernas abiertas y comencé a penetrarla muy suave lentamente, mas profundo.
Me demore ½ hora desde que le entro la cabeza hasta que se lo metí todo desvirgándola.
– ! Hayyyyy papaaaaaa ¡dueleeeeee, dijo cuando le rompí el himen.
La folle durante 5 minutos y se lo saque sin eyacular luego un buen aseo y la deje dormida en su cama.

Envuelto en una toalla me recosté en mi cama al lado de Daniela, me miro con sus hermosos ojos enmarcados por su cabello alborotado y acercando su boca a mi oído me susurro:
– Métamelo papá.
– Mi sorpresa no tubo limites, ¿Qué dices?
– Que follemos papito, dijo bajando los tirantes del camisón del pijama mostrándome sus teticas más grandes que las de su hermana mayor.
– ¿No quedo contenta con lo de ayer? Le dije a modo de reproche.
– Por favor papá, te vi con Jessica y me dieron ganas.
Le hice una mamada larga en sus pechos, cuando metí la mano a su vagina no tenia pantys y mi excitación siguió creciendo cuando Daniela sin yo decirle nada me quito la toalla y me lo mamo, después se acomodo entregándose sin miedo, pues tiene el apetito sexual escociéndole entre las piernas.
– ¿Cierto que tu no eras virgen cuando “malasangre” te follo?
– No papito.
– Y ¿Quién fue?
– Mi tío Ángel.
– ¿Cuándo?
– En el paseo que me llevo a Bogota donde los abuelos.
Ángel es un hermano menor de mi mujer que me ayuda en los trabajos de la finca pero en esos momentos estaba en Bogota, el paseo al que se refiere Daniela fue hace 5 meses. Con razón yo les veía tantas confianzas pero no sospeche nada.
Cuando me le monte y empecé a penetrarla, mi pene se deslizo hasta el fondo sin obstáculos en medio de sus gemidos y el meneo de su culito.
Inicie el mete y saca duro como con ira de celos y ella se mojo en un orgasmo tan escandaloso que me toco taparle la boca, seguí y en su 2º orgasmo eyacule con 6 palpitantes chorros dentro de ella.
– ¿Otra ves papá?
– Si me cuenta lo de su tío.
– Una vez me invito a su alcoba y jugando empezó a acariciarme la chochita, me gusto y me deje hacer, y después cada que jugábamos escondidos me metía el dedo y me mamaba las tetinas y en el paseo no nos fuimos directo para donde los abuelos sino que me llevo a un motel en Villavicencio y ahí me desvirgo, estuvimos dos días sin salir y nos llevaban la comida a la pieza, en la casa de los abuelos el se pasaba para mi pieza y lo hacíamos pero callados y aquí en la finca yo me le paso para su alcoba para que me lo meta por la vagina o por la boca.
– ¿Cuantas veces lo han hecho?
– Muchas, casi todos los días.
Ahí comprendí porque con solo 9 años tenia las tetas tan grandes y porque se mojo con placer cuando el comandante la dedio y los gritos y gemidos desaforados con “malasangre”
Nos fuimos para la habitación de Ángel a follar desahogándonos a gusto sin despertar a las niñas.

A la siguiente noche desvirgue a la niña pequeña.
– Amorcito te voy a hacer sentir cosquillas como el comandante.
– ¿Me vas a meter un dedo?
– Si tesoro y otra cosa que te va a doler un poquito.
La abrase con ternura y la tendí en la cama, la toque mientras la besaba, le metí un dedo, luego le mamé el clítoris y toda la rajita hasta que se estremeció gimiendo y le sentí la humedad natural de un preorgasmo.
Después de hacerle muchas caricias me lubrique el pene con vaselina le dije que se sentara sobre el y se lo fuera metiendo por donde entro el dedo del comandante y el mío.
Abrió las piernitas obediente y se acuclillo sobre el, yo la sostenía con las 2 manos de la cintura, en los 3 primeros intentos se le resbaló hacia el clítoris.
– Amorcito, cójalo con las manitos y se lo pone donde es, le dije.
Sus ojos interrogantes como con la mente puesta en las nuevas sensaciones
Cuando note que lo tenía en su sitio la bajé lentamente, se encajo la cabeza en la gruta explorando un poco mas profundo dejando que las paredes dilataran naturalmente dando paso hasta su himen.
No se por qué con mi niña Vanesa de apenas 8 años estaba sintiendo un placer tan enorme, ella que hace 3 días no sabía que era un miembro estaba ensartada a punto de perder la virginidad, mis sentimientos de culpa estaban muy escondidos entre mi excitación.
– Baja tu solita mi tesoro, le dije y la solté de la cintura
– No se como papá, ayúdame.
Metí la mano y empecé a acariciarle el botoncito del clítoris.
– Papitooooo, se siente muy bueno, dijo estremeciéndose.
Momento que aproveche para con la otra mano empujar sus nalguitas y darle la estocada final a su pureza.
Abrió los ojos muy grandes y a punto de llorar se recostó sobre mi pecho.
– Duele papito, dijo gimoteando.
La abrase y la deje un rato quieta calmándola, diciéndole palabras de amor en sus oídos, bebiéndome sus lágrimas y besando sus labios tiernitos.
Me gire con ella sin sacarlo y quedo debajo, inicie un mete y saca corto, lento, rítmico, hasta llegar al fondo.
– ¡Que rico papito¡ ya no me duele.
– ¡Siiiiiiiii papaaaaaaaaaaa!, maaaassss maaaaasss, decía jadeando.
Diez minutos de gloria y explote como un volcán incontrolado, se lo saque muy suavemente y procedí a limpiarle la sangre de su rajita y de mi pene.
Después de un breve descanso me dijo:
– Papá, echeme “caldito caliente” otra vez.
No tuve que esforzarme mucho para que haciéndome la paja se me volviera a parar y ella mirando con curiosidad se atrevió a hacerme caricias y ayudó a lubricarlo de nuevo.
La penetre pero esta vez le hice el mete y saca mas fuerte hasta que ella en una serie de convulsiones me hizo eyacular y remato con un haaaaaaaaaaa profundo quedando adormecida.
Después las preguntas de rigor cuando la estaba aseando: que papa, ¿por que se siente tan bueno?, papá ¿que es el caldito caliente? – ¿que porque le dolió al principio? – ¿que porque le cabía todo eso? – ¿que porque no aguanto las ganas de orinar?, a todo le respondí sin mentiras y durmió a mi lado.

En el siguiente día a Nathalia ya le habían contado las hermanitas lo que les hice, después de comer la llamé a mi alcoba, pero se aparecieron todas.
– Dije que Nathalia solamente, váyanse a jugar por ahí
– Queremos ver papá, contestaron.
– Esta bien pero se quedan quietas.
De facciones y estatura es igualita a Daniela, solo que un poco más gorda, su vagina más abultada y su pecho completamente plano sin esbozos de tetinas aún.
Después de hacerle todas las caricias preliminares y de meterle un dedo con lubricante la acomode en el borde de la cama con los pies colgando, puse una almohada en el piso me arrodille en ella y me acomode entre sus piernas, con una mano la sostuve de los hombros y con la otra guíe mi pene a su entradita.
Se me acrecentó el morbo cuando vi a todas las niñas alrededor mirando el momento de la penetración, empuje suave pero firme y le entro la cabeza, penetre hasta el himen.
Nathalia gimió, levante sus piernitas colocando cada una en mis hombros, la tome de la cintura con mis manos empecé a hacerle el mete y saca sin romperla aun, Daniela se me arrimo por un lado ofreciéndome sus teticas al aire duras como la roca, se las mame, Nathalia se estremecía en medio de un gemido largo, Jessica me empujaba las nalgas, y Vanesa la menor me decía al oído que le hiciera duro como a ella.
En medio de esta vorágine de sexo en que todas participaban de algún modo u otro la desvirgue, luego la penetre del todo y al final del mete y saca puso los ojos en blanco y jadeando por las convulsiones de su orgasmo lanzo un: – Yaaaaaaaaaaaaaaa papito, cuando estaba recibiendo los chorros de mi semen.
Sus hermanas solicitas ayudaron a limpiarla.

– Papá, ¿Por qué a todas les echo semen y a mi no? preguntó Jessica.
– Porque como tú fuiste la primera y yo no tenía mucha práctica pensé que te podía hacer daño.
– Echeme ya.
– No mi amor, estoy agotado, mejor esta noche cuando nos acostemos.
– Papá, y le podemos decir a Vanesa que nos acompañe.
– Si tú quieres amorcito.
Esa noche las gemelas se fueron a su alcoba, Jessica y Vanesa se quedaron conmigo.
Jessica de perrito exhibiendo su casi virginal sexo, haciéndole la mine a la niña y la niña agarrada a sus tetinas. Me lubrique con vaselina y la penetre haciéndola alcanzar 2 orgasmos, me corrí con vibraciones pausadas y sensibles.
La volví a follar en posición del misionero, la niña mamando sus teticas excitadas, un solo orgasmo largooooooo matizado con gemidos a causa de mi ardiente eyaculación.

La siguiente noche le toco el turno a las gemelas de 9 años, me descargue 2 veces en cada una.
Por supuesto la que mas gozo fue Daniela debido a su larga experiencia y se meneaba mejor que Nathalia.

De ahí en adelante dormía con una cada noche, comenzando por la pequeña, porque de todas maneras ya me estaba sintiendo agotado.
Cada noche disfrutaban más y para que negarlo yo también, se notaba que ya no les dolía el coñito.

Pasaron los 15 días, esa tarde aciaga las niñas después del baño se peinaron y se vistieron todas con minifalda y blusas vaporosas con la esperanza que la mamá también vendría.

– Papaaaaa, papaaaaa, grito Nathalia.
– Queeee.
-Ahí vienen esos hombres por el camino del monte.
Salí a mirar y efectivamente eran 6 a caballo fuertemente armados, vi cuando el comandante mando a uno a un aguacatal que queda a unos 100 metros de la casa y a otro al galpón de gallinas un poco mas cerca.
– Vayan para su habitación y no salgan si no las llamo, les dije a las niñas.
Cuando los 4 que quedaban llegaron al patio desmontaron y uno de ellos llevo los caballos a la cuadra.
– Hola Chepe, saludo el comandante.
Yo con el alma en vilo casi no puedo contestar.
– Buenos días, comandante.
– Le presento unos camaradas: alias “gatillo”, alias “burro” y alias “gardel”
– Mucho gusto, pero sigan a la sala y se toman algo.
El salón de mi casa es amplio: la entrada principal y dos ventanales grandes, en un lado tiene 2 entradas a las alcobas de las niñas separadas por el baño de ellas, en el otro la entrada a mi alcoba con baño, (las alcobas no tienen puertas, solo unas cortinas de velo que dan privacidad), y luego un pasillo ancho que comunica a la cocina y al comedor, al fondo otras 2 alcobas y otro baño, una de ellas la de Ángel donde tantas veces se follo a mi hija Daniela.

Cuando se sentaron lo primero que pregunte fue por mi esposa.
– Su esposa hummm……………. Menudo lío se me formo con ella, no fue sino llegar y toda la tropa se alboroto.
– ¿Por qué?
– Chepe, porque su esposa es muy bonita y esos patí rajaos no están acostumbrados sino a las putas del pueblo y a las pocas compañeras del campamento.
La primera noche antes que me diera cuenta ya se le había metido uno al vivac y había como 7 haciendo fila, les di la orden para que la dejaran quieta y siguieran el orden regular.
– ¿El orden regular, y que es eso?
– Hombre que cada compañero, hombre o mujer tiene que pasar una nota escrita solicitando con quien quiere follar, menos mal su mujer no alcanzo a ser cogida por ninguno y en agradecimiento paso la noche conmigo y para que le voy a mentir Chepe…… folla muy bueno.
– Y de salud ¿Cómo esta?
– Bien, solo que cada noche la solicitan para follar, a veces ella pide otro y pasa toda la noche con el, anoche nada menos despacho a tres, 1 que la solicito y 2 que pidió ella, eso si a ninguno se lo da sin condón.
– En el día son como moscas rogándole que se los de.
Esta conversación me excito.

– Bueno Chepe ¿y donde están las niñas?
– Comandante, le propongo que no les haga nada, yo le escrituro esta finca con todo y ganado y cuando venga mi esposa nos deje ir.
– No Chepe yo tengo mucha tierra, a mi lo que me hace falta son mujeres y si son niñas y bonitas como las suyas me gustan mas, llámelas.
Salieron tímidamente Jessica con Vanesa de la mano, y luego las gemelas cuando las llamé y se hicieron alrededor mío como una piña. Las vi tan hermosas y desvalidas que me alegre haberlas desvirgado.
No se que les habrá dicho el comandante a sus amigotes pero las miraron lujuriosamente como calculando a cual escoger esperando a que el decidiera primero.
El jefe se puso de pie y como la primera vez opto por la niña, tomándola de la mano la llevo al sofá y la sentó en las piernas acariciándole la carita.
– ¿Cómo te llamas?
– Vanesa ¿y tú?
– Después te digo, ¿cuantos años tienes?
– Voy a cumplir 8.
– ¿Quieres que te haga como la ves pasada?
Ella aprobó inocentemente con la cabeza y le dijo:
– Si pero con el pene.
El comandante se turbó con la respuesta, se noto como le subieron los colores a la cara e inmediatamente le creció el bulto entre el pantalón.
– Y tu ¿como te llamas?
– Jessica y tengo 10 años y un mes.
Antes que preguntara yo le dije:
– Ellas son las gemelas Nathalia y Daniela y tienen 9 años.

Le asigno a Jessica a “gatillo”
Creo que se equivoco porque asigno a Nathalia al llamado “burro”
– Tú con esta que ya tiene experiencia.
– “gardel” tu con la otra gemela. Pórtense bien muchachos les dijo.
Chepe, tu eres el anfitrión, acomódalos a ellos que yo me quedo en la sala.
Lleve a las gemelas a su alcoba, cada una en su cama con su pareja, Nathalia con “burro”, Daniela con “gardel” y a Jessica con “gatillo” a la suya, tuve la precaución de dejar las cortinas de los cuartos abiertas para vigilar.
– Comandante, queda mi cama libre.
– Aquí estoy bien gracias, y empezó a besar a la niña en la boca metiéndole la lengua.
– Señor. ¿Quiere que me quite las braguitas?
– Si mi amor, eres un tesorito.
– Comandante me voy por ahí para que estén tranquilos.
– No, quédese aquí para poderlo vigilar, me contesto.

Voy a detallar los siguientes sucesos de cada una de las niñas por separado.

Jessica no tuvo problemas con su pareja y disfruto enormemente con los 3 polvos que le echo.
Daniela se desnudo del todo y empezó por mamarle el pene a “gardel”.
Nathalia también se desnudo del todo pero abrió unos ojos enormes cuando vio el miembro de “burro”, no se quería acostar y el la tiró a la cama y puso ese enorme pene en su raja y empujo.
– Noooooooo, papaaaaa ayúdameeee ayyy, ayyyy, grito.
Intenté pararme pero el comandante me detuvo, déjalo por eso le dicen “burro”.
Mire y solo le había metido la cabeza.
– Pero………
– De eso no se ha muerto nadie, contesto y siguió en lo que estaba con la niña.
Entonces Daniela dijo:
– Señor yo soy igualita a ella, cambiemos, el negro acepto.
– Úntese esta pomada, le dijo, Daniela se tendió, el se acomodo encima y le metió la cabeza de un empujón.
– Bueno pues, hágame suave, no sea bestia, aprenda, lo regaño.
La fue penetrando, -quejidos cortos-. La poseyó como si fuera un fauno devorando una tierna ninfa y aun le quedaron por lo menos 5 centímetros por fuera.
Daniela se agarró de la cama, puso los ojos en blanco:
– Asii, asiii, un lapso de silencio…….. Asiiiiiiiiii negroooooooooo métamelo todooooooooo! gritaba disfrutando de semejante tronco, el negro se corrió 4 veces y ella con unos orgasmos que parecían eternos, quedo casi desmayada sudando a mares, con una vagina preparada para recibir cualquier miembro en el futuro y emanando semen amarillento y espeso.

Después del cambio Nathalia también disfruto con 3 orgasmos, en cada una de las tres posiciones que yo le había enseñado al copular con ella.

Y Vanesa, la mas pequeña, la mas frágil de las niñas, la mas hermosa, solo se quejó un poco cuando el pene demasiado cabezón del comandante se iba abriendo camino pero después con su carita arrebolada y espasmos en sus caderitas, mirándome a los ojos como preguntándome si lo estaba haciendo bien, le vino el primer orgasmo Después empezó a mover el culito como yo le había enseñado, hizo eyacular al comandante y ella se estremeció voluptuosamente en su segundo orgasmo al recibir el “caldito caliente” como ella lo llamaba.
Al rato de tenérselo adentro lo sacó flácido, y se recostó en el sofá, pero se notaba que mi niña había quedado con ganas porque comenzó a mamárselo hasta hacérselo parar de nuevo y fue ella la que se montó a cabalgar.
– Señor, ahora si dígame como se llama.
– Ramón, me llaman Ramón.
Satisfecha su curiosidad siguió cabalgando y le dijo que le mamara las inexistentes teticas, el la complació y después de un rato se corrieron; el en un gemido ronco de hombre y ella en un gemido dulce de niña.
Y yo, en medio de esa orgía de sexo con una erección que me comenzó casi desde el principio me hice la paja dos veces; mirando a Daniela con el negro en una y la otra mirando a mi niña Vanesa con Ramón. Sentí remordimientos porque es de lo único que me siento culpable.
– ¿Quién te enseño? le pregunto Ramón después que descansaron.
– Mi papá, contesto sin malicia.
– ¿A todas?
– Si señor.

El comandante me miro.
– Chepe admiro tu sagacidad, y gracias por adelantarnos el trabajo, dijo mimando ala niña.
Se tomo otro trago: de ahora en adelante esta finca será protegida y tú solo nos tienes que dar un novillo cada 15 días.
– Bueno ¿y las niñas?
– Las niñas tendrán libre albedrío y solo follaran cuando ellas quieran.
– ¿Y mi esposa?
– Ella si tiene que quedarse el mes entero porque es orden del comando central pero la sacare del orden regular y dejara de ser rehén, si quiere follar, eso es cosa de ella.
– Chepe, y le puedes decir a los trabajadores que regresen porque esto esta muy descuidado, que no les va a pasar nada, lo único es que cuando te avise que voy a venir se alejen de la casa.
Vanesa aun estaba desnuda sentada en las piernas de Ramón y le acariciaba la cara.
– Don Ramón lléveme donde mi mamá, pidió con su carita de ángel.
La solicitud me cogió de sorpresa.
– No, como se te ocurre, eso queda muy lejos, le dije.
– Si mi angelito quiere ir, por mi no hay problema, me comprometo a cuidarla y tratarla bien, además yo vengo en 10 días, dijo Ramón.
Vanesa rogó tanto que accedí, claro que le advertí que si iba a follar solo lo hiciera con el comandante, dando saltitos de felicidad fue a ducharse y a empacar un poco de ropa, Ramón le dijo que llevara algo abrigado porque allá hacia frío.

Las niñas empezaron a salir desnudas de sus habitaciones parecían esculturas griegas, reflejaban en sus rostros la satisfacción del placer sentido, los cabellos desordenados, sus entrepiernas chorreando semen que ya estaba empezando a secarse formando placas de nácar, Daniela cojeaba, Ramón cuando la vio la llamo para admirar sus teticas, no se aguanto y se las mamo hasta que sintió salir a Vanesa del baño.
– Es que ver una niña de 9 años con teticas tan desarrolladas, no tiene precio, dijo.

Muchachos nos vamos que ya obscureció, monto a la niña horqueteada en la silla delante de el y se marcharon, yo note que la miraba con amor y la trataba con delicadeza pero ni por eso me tranquilice.

En esos 10 días solo le hice el amor a cada niña una vez por noche y en riguroso turno.
El comandante Ramón llego con un solo escolta y con Vanesa como a las 8 de la noche, con las presentaciones de rigor, al camarada le decían el “universitario”
Desmonte a Vanesa del caballo apretándola fuerte en un abrazo y muchos besos en la boquita, las niñas salieron y prácticamente me la quitaron de las manos con muestras de alegría.

El escolta fue a desensillar los caballos a la cuadra mientras Ramón me ponía al tanto de Lucia mi esposa.
– Como te prometí Chepe la niña siempre durmió conmigo y tu esposa es un polvorín con decirte que ya se ha comido a los 80 hombres a mi mando y la mayoría ha repetido, aquí te mandó este encargo.

Lo que me contaba Ramón me dejó pensativo pero no hice preguntas y guarde el morral sin mirar que era.
– Chepe, voy a dormir aquí esta noche.
– ¿Con la niña?
– Claro, no voy a cambiar a mi tesorito precioso.
– No hay problema, pueden quedarse en la habitación de atrás para que nadie los moleste.
– Permiso Chepe voy a descansar un rato, tu acomoda al “universitario” donde quieras.
– Que duerma conmigo dijo Jessica
– O conmigo dijo Daniela.
– Yo también quiero quedarme con el, dijo Nathalia.
– Arréglense como quieran, les dije y cogí a Vanesa de la mano y me la lleve a mi alcoba a mirar lo que me había enviado Lucia, abrí el morral y estaba lleno de dólares, quede asombrado y le pregunte si sabía algo de eso.
– Es la plata que les cobra por follar con ellos, ahí hay un poquito mío pero Ramón no sabe.
– Cuénteme como le fue.
– Llegamos al campamento muy tarde, y le pregunte a Ramón por mi mamá, me llevo a una carpa y la encontré con un hombre encima, ¡y mi mamá gimiendo! esperé que terminara, me saludo con un abrazo muy fuerte, entonces Ramón le dijo a mi mamá que yo era su novia, me cogió de la mano y me llevo a dormir con él.

Todos los días me encontraba con mi mamá y le ayudaba en los oficios o me iba por ahí a conocer. Tenían a dos señores barbados amarrados con cadenas a un árbol y me dio pesar de ellos

Guarde el morral sin contar el dinero, Vanesa me contó que allá solo habían 7 mujeres y que una noche que ella había dormido en la tienda de la mamá porque Ramón no estaba la mamá cogió con 4 y ella con 2.
– Bueno hija váyase para la pieza con Ramón, pero si esta dormido se regresa le dije con un tono cómplice.
– Vale papá.
Al momentito regreso, esta roncando, me dijo.

La acosté en mi cama con prisa, desaforado como sintiéndome culpable, como si mi hija de 7 años a la que hacía un mes había desvirgado ya fuera ajena, la desnude mientras escuchaba los gemidos de Jessica copulando con el “estudiante”, empecé a penetrarla, le note mas práctica en sus movimientos de cadera pero también mas amplio el canal hacia la dicha, mas fuertes los gemidos, mas largos sus orgasmos, sentí por primera vez su lengua entre mi boca, y con un estremecimiento inmenso me corrí entre su monte de Venus.
En el descanso escuchamos a Jessica culminando su momento de pasión, después el “estudiante” la beso y le dio las gracias entró al baño, inmediatamente vi a las gemelas sin ropa llevándoselo para la alcoba de ellas.

Yo le eche otro polvo a mi niña adorada y la mande a que amaneciera con Ramón.
Casi toda la noche escuche a las gemelas retozando con el “estudiante.

Al amanecer fui a la cocina a preparar café, y escuche al comandante Ramón echándole un polvo tempranero a Vanesa y luego una conversación en que mi hija le decía que se quería devolver con él
– No mi amorcito quédese con su papá que yo tengo que bajar en 5 días a traer a su mamá y para que celebremos tu 8º cumpleaños, así que espéreme juiciosita, que le voy a traer un buen regalo.
Se levantaron y Ramón llamo al “estudiante” tomaron café y se marcharon.

Las otras niñas se levantaron tarde, las gemelas en sus ojeras denotaban la noche de francachela que habían pasado.
– Esto no puede seguir así, les dije a la hora del desayuno, es cierto que las tuve que desvirgar por temor a una violación dolorosa, pero ustedes lo han convertido en libertinaje, cuando venga Ramón con su gente cada una escoge con quien hacerlo pero con mi permiso, tengan en cuenta que ustedes son unas niñas y tienen que regresar a la escuela, pues se terminaron las vacaciones.

Y otra cosa no le digan a nadie lo que aquí ha pasado en este mes, ni siquiera a su mamá.
– Y entonces ¿Quién le decimos que nos desvirgo? Pregunto Jessica.
– No le digan nada que yo hablo con ella.
Y lo más importante……a partir de la llegada de su mamá no cuenten más conmigo para realizar el acto sexual.

La primera de las noches de los 5 días de espera, la pase con Jessica, mi niña mayor que aprendió a defenderse prematuramente en las lides de sexo, no hace un mes que le escuche ¡Hayyy…. papaaaa….dueleeeee! y ya estaba disfrutando de las mieles del placer.
Hicimos el amor desaforadamente en un ritual de despedida cada uno tratando de entregarse por entero y en un delirio sexual nos sumergimos en la profundidad de la noche hasta quedar agotados.

EL turno tácitamente establecido en la segunda noche fue para Daniela, la más fogosa, la que conociendo el imán de sus pechos los enseña como al desgaire para incitar.
A ella le gusta en la posición del misionero con sus piernitas totalmente cerradas para friccionar mi pene dándome más placer, así se lo hice varias veces advirtiéndole que era la última vez.

Nathalia mi gordita hermosa, la de la vagina grande y el clítoris escondido, flor pura y tímida como las violetas, la de los cabellos ondulados, me enardeció con sus gemidos, con sus ojazos grandes que nunca los cerraba al sentir venir el orgasmo como escrutando los espasmos para alargarlos hasta el infinito. Lloro cuando le dije que era la despedida en esa 3ª noche.

Por último mi tierna niña, que en 3 días cumplía sus 8 años, la que me despertaba mas ternura, y mas placer, con la que estaba seguro de no cumplir mi promesa, por eso no le dije que era la última vez, se me entrego confiadamente con la inocencia infantil impoluta de pecado y por eso llore en el momento en que abrasándola tan fuerte como nunca lo había hecho eyacule poniendo mi semilla en la boca de su matriz y sintiendo sus uñitas clavadas en mi espalda tratando que los sexos se fundieran en uno solo.
Así nos encontró el amanecer del 5º día.

En las brumas del atardecer, 4 figuras a lo lejos se movían serpenteando en el camino del monte, inmediatamente sin reconocerla supe que era ella, el corazón me dio un vuelco, la ansiedad se apodero de mí, ¿será o no?, se acercaron más, estuve seguro y llamé a las niñas que salieron en tropel al grito de:
– ¡Viene su mamá!

La comitiva entro en una hondonada donde el camino no se veía.
El tiempo se hacia largo, mas con una hora de retrazo en lo que uno se demora en cruzar la hondonada a caballo. Tuve dos pensamientos: O les pasó algo ó se la están cogiendo…… calle el último y le dije a las niñas que estaba preocupado, al rato volvieron a aparecer envueltos en las primeras sombras de la noche, esta vez mas cerca.
¡Por fin!

Cuando llegaron al patio corrí a ayudarla a desmontar, puse mi mano en sus axilas y la vi hermosa con el firmamento lleno de estrellas de fondo, su cabello rubio en dos trenzas que caían por cada uno de sus pechos sin brassier, solo cubiertos con una blusa transparente, me miró con sus hermosos ojos claros, su rostro sudoroso denotaba cansancio, la descolgué y le di un beso largo tratando de transmitir en el toda la energía de mi amor.

Las niñas la rodearon, nos fundimos todos en un abrazo, Lucia lloro lágrimas de felicidad, cuando nos separamos vine a reparar en los tres acompañantes que ya habían desmontado, uno era el negro “burro” los otros no los conocía.
– Don Chepe le presento al “contador” y a “mingo”, me dijo el negro.
– Mucho gusto, y gracias por acompañar a mi esposa.
– De nada, para los señores fue un placer, dijo el “burro”, no se porque note un tono mordaz.

Me entrego el maletín de la ropa de Lucia y pasamos a la sala, les ofrecí de cenar, luego un trago de whisky, charlamos un rato mientras mi esposa se duchaba.
– Que en dos días baja el comandante con algunos camaradas para celebrarle el cumpleaños a Vanesa, nosotros lo vamos a esperar aquí para ayudar en los preparativos, me dijeron.
Al rato salio mi esposa maquillada discretamente y vestida con un sujetador y una falda corta muy delgada y transparente que dejaba vislumbrar que no tenía ropa interior debajo, se sirvió un trago y se sentó en mis piernas.

Las niñas revoloteaban por ahí como mariposas alrededor del fuego, haciendo confianza con los muchachos
La conversación se alegro, desocupamos 4 botellas de licor, hubo chistes, risas, historias.
Varias veces descubrí a lucia abriendo las piernas para mostrarle la vagina al “burro”

Lucia me llevo a la alcoba para hablar confidencialmente:
– Mi amor, me dijo sonrojándose, yo le prometí esta noche al negro, se lo debo porque me protegió en un caso de vida o muerte -después te cuento- , me quede callado.
– Pero no te pongas triste, duerme con Daniela ó con Vanesa que yo se que no son vírgenes.
– Las otras niñas tampoco, le contesté.
– ¿Quien se los hizo?
– Yo las desvirgue a todas, menos a Daniela.
– ¿Quien se lo hizo a Daniela?
– Tú hermano Ángel, hace 6 meses.

Lucia se puso pensativa y como triste, me pregunto que porque tenía que ser yo el que las desvirgara, le dije que para evitarles una violación dolorosa y traumática.
– Mi amor ten cuidado que ese hombre está muy dotado, la única que le ha aguantado es Daniela, le dije.
– No te preocupes amor, ¿te entregaron el morral que mande?
– Si.
– Este maletín también viene lleno de dólares, la ropa se la regale a las muchachas del campamento.

Regresamos a la sala, ya medio borrachos,
Daniela se sentó en las piernas del negro, le dijo algo en un susurro y el le contestó que no, quedo triste y se fue a su alcoba, ahí supe que se le había ofrecido.

Jessica me miro interrogante yo asentí con la cabeza, agarro al “contador” de la mano y se fueron para una alcoba de atrás.
Nathalia se estaba besando con “mingo” pidió permiso y también se fueron.

Quedamos mi esposa sentada en mis piernas, y el “burro” en una silla charlando con Vanesa.
Le acaricié las tetas a Lucia (las note más grandes), y con el negro mirando le mande la mano a la vagina completamente depilada, nos besamos apasionadamente luego me dijo al oído:
– Voy a calmarle los calores al negro, y se cambio de mis piernas a las de él. También abrió las piernas para que yo la viera mientras se quitaba el sostén, se morrearon un rato pero no lo besaba.

Mi esposa entro a mi habitación con el “burro” con los pechos al aire ¡se lo iba a follar en mi cama!
Les oí una discusión acerca de que los condones no le servían al fin ella acepto.

Yo apague luces y entre con Vanesa a su habitación, no pensaba hacer nada pero los gemidos de mi esposa me excitaron, y folle como loco con mi niña rompiendo mi promesa.
Las expresiones de placer inundaban toda la casa, Oí a Lucia agotada por 6 orgasmos decir que no mas, luego la vi pasar desnuda y entrar donde Daniela regreso con ella de la mano y ahí fueron los gritos infantiles de sexo desenfrenado los que taladraron mis oídos.

El otro día mí esposa se levantó especialmente alegre a hacer limpieza a la casa ayudada por las niñas, fuimos a la alcoba a organizar el dinero, casi 70.000 dólares, me dijo que eran para cuando nos pudiésemos ir, lo guardamos bien escondido. No le hice preguntas ni reproches
Los hombres de Ramón y algunos de mis trabajadores hacían preparativos, limpiaron corrales y patios, trajeron un torete destinado a la matanza.
En la noche acomodamos al negro y a los otros en las habitaciones de atrás, las niñas se durmieron cansadas, mi esposa y yo hicimos el amor en un rito de perdón mutuo.

La fiesta
Ramón con su comitiva (unos 40 hombres y 4 mujeres jóvenes) llegó muy temprano, Vanesa salió a saludarlo con muestras de alegría, él la levantó para besarla y ella le rodeó la cintura con sus piernitas.
– Hola Chepe, me saludo, todos estos son amigos y camaradas.
-Bienvenidos, les dije.
Apostó varios hombres por los alrededores y entró a la casa sin bajar a la niña a saludar a Lucia.
– Esta muchacha si es pegajosa, ni siquiera se ha bañado, le dijo la mamá.
– Déjela para eso es mi novia, contesto el comandante dándole besos.

Unos mataron el torete y pusieron a asar carne a la llanera, otro se encargo de la música, las mujeres le ayudaban a mi esposa, todos comenzaron tomando cerveza helada, algunos se cambiaron a aguardiente o whisky.

Lucia mando duchar a las niñas y vistió a Vanesa con una minifalda de cuadros y una blusa vaporosa, zapatillas con medias tobilleras y una cinta en los cabellos dorados que caían en rizos sobre su espalda, quedo hermosa.

Unos camaradas llegaron en un carro con una torta enorme, nos reunimos alrededor para cantar el feliz cumpleaños y Vanesa soplo las 8 velitas después partió el primer trozo y se lo llevo a Ramón, él a su vez le entrego un paquete grande dándole un beso en los labios, la niña lo abrió ante los presentes: una muñeca grande, varios juguetes, un ordenador portátil y un sobre el cual le dijo que abrieran después.

Varios hombres también le dieron regalos, y las mujeres que ya la conocían la felicitaron.
El baile continuo, Ramón hablo conmigo y con mi esposa, le ofrecimos la alcoba de Ángel y entro con la niña, desde la cocina escuche los gemidos y los ruegos de Vanesa para que le hiciera duro, estuvieron dos horas encerrados.

Ramón me llamo con mi esposa y las otras niñas, entramos a la alcoba, Vanesa desnuda mostrando su vagina chorreando semen estaba sudorosa como desmayada, el abrió el sobre saco un anillo con esmeralda y se lo dio a mi esposa, luego a cada niña le dio una cadena de oro con dijes, y a Vanesa una cadena, un anillo, unos aretes y una pulsera, todo de oro blanco y con esmeraldas de muy buena calidad a mi me dio 20.000 dólares y un revolver.
Miro a mi esposa y le dijo que se lo debía, a las niñas por juiciosas y a mí porque me lo merecía.
Lucia llevo la niña al baño y la volvió a vestir con ropas limpias.

La fiesta transcurría normalmente, el temor que yo tenía de una orgia desenfrenada se fue disipando, Las únicas que se desaparecieron por un rato con permiso mío fueron Nathalia y Jessica.
El baile se prolongo hasta las 4 de la mañana y luego se marcharon unos en carro y otros a caballo.
Le dimos las gracias a Ramón se despidió de la niña y se marcho con sus hombres.

El tiempo corría, mi esposa quedo embarazada y parió un morenito de ojos claros, supe que no era hijo mío, le pregunte y me dijo que con el único que había estado sin protección era con el negro la noche que follo en mi cama, no volví a mencionar el tema y le cogí cariño al niño como si fuera mío, le bautizamos con el nombre de Alberto.
Ramón venía a visitar a Vanesa cada quince días, siempre le traía regalos, yo me preguntaba porque un hombre de 35 años se había encaprichado de una niña de 8, porque se notaba que la amaba con pasión y la niña le correspondía, nunca se fijo en sus hermanas y Vanesa tampoco le era infiel.
Yo cumplí la promesa y nunca más volví a yacer con mis hijas.

Así pasaron 3 años en relativa calma, pero hubo un suceso que empezó a cambiar todo:
Una tarde llegaron a mi casa en un carro 2 hombres de Ramón, con prisas dejaron a guardar dos tulas grandes recomendándome que las guardara bien, siguieron por la trocha hasta perderse de vista, me di cuenta que iban huyendo, al rato escuchamos una balacera que duro hasta el anochecer, luego el resplandor de un incendio, al otro día muy temprano llegaron dos de mis vaqueros con la noticia que habían matado 2 guerrilleros al pie del puente y les quemaron el carro.

A los días pasó un comando del ejercito haciendo preguntas no les dije nada, me acorde de las tulas, las examine y contenían 50 millones de dólares.
La guerra se recrudeció, la última vez que vi a Ramón le dije que iba a sacar a mi familia, no preguntó por el dinero, seguramente pensó que se había quemado en el carro cuando el combate, me autorizo la marcha y durmió con la niña como siempre.
Empecé a sacar el dinero en partidas de 10 millones y a lavarlo con ventas ficticias de ganado y otros negocios
Cuando llegaron los “paracos” a la zona puse un administrador en la finca y me marche con mi familia, Vanesa ya de 11 años no se quería marchar hasta que la convencimos de que Ramón la visitaría en Bogota.

– Ahora llevo 7 años viviendo con mi familia en Barcelona España, todo se normalizo, mi hija Jessica con 20 años estudia medicina.
La gemela Nathalia estudia veterinaria.
Daniela la otra gemela opto por la arquitectura, ambas tienen 19 años.
Vanesa con 18 años termino la secundaria que aquí se llama E.S.O. y me dice que quiere ser abogada.
Alberto que cariñosamente le decimos Morocho por el color de su piel tiene 10 años y esta en primaria.
Todos estudian en buenos colegios y el recuerdo de lo que paso va quedando en el olvido.

FIN.

Anónimo

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