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jueves, 21 de julio de 2022

Incesto inculcado, por años practicado


Capítulo 1

Vivíamos en un pueblo pequeño muy tranquilo donde nunca sucedía nada fuera de lo normal. Jorge es un primo hijo de un tío hermano de mi mamá en ese entonces de 14 o 15 años y fue el que nos inculco el gusto por el incesto a mi hermanita y a mí.

He tratado de recordar los hechos lo más fielmente posible para narrarlos en esta página y para acrecentar el morbo que dichos recuerdos me producen.


Aquella tarde mi mamá nos había duchado, me entrego ropa limpia para que me vistiera y cogió a Noelia para vestirla, le coloco una falda larga amplia, una blusita color rosa y unos cuquitos blancos, la peino y le coloco una balaca para que el cabello no le tapara la carita y nos dio permiso para jugar al frente de la casa con la condición que no ensuciáramos la ropa, Noelia saco unas muñequitas y yo un puñado de canicas.

Estábamos entretenidos cuando llego el primo Jorge y nos dijo que si lo dejábamos jugar, le contestamos que si, Noelia guardo las muñecas, Jorge pinto un circulo en el piso con una tiza y metió varias canicas dentro y con otra teníamos que lanzar para sacarlas, el primer turno le correspondió a Noelia, se acuclillo pero al hacerlo la falda se le subió y le vimos los cuquitos porque estábamos de frente, lanzó y saco una canica del círculo, lance yo pero no saque ninguna, lanzo mi primo y tampoco saco nada, cuando iba a lanzar Noelia, Jorge se le hizo de frente para poder mirarla entre las piernas, así jugamos un rato, Jorge siempre mirándole los cuquitos.

En esas llegaron unas señoras a visitar a mi mamá, mi primo nos dijo que fuéramos al parque a comprar helados, le pedimos permiso a mama y nos contesto que no nos demoráramos mucho, Jorge compro los helados y nos llevo para la casa de él que estaba sola para comerlos tranquilamente.
A Noelia le quedo helado untado alrededor de la boca y mi primo la cargó para limpiárselo con sus labios pero se demoraba mucho como si le estuviera dando un beso largo, ella cerró los ojitos.
Nos propuso que si jugábamos un juego nuevo nos hacía bastantes regalos, pero que no le podíamos contar a nadie.
– Pimo pero dedo no, le dijo mi hermanita.
– Tranquila amorcito, no tengas miedo.

Jorge me sentó en un banquito y Noelia de pié al lado mío con las piernitas medio abiertas y rodeándome el cuello con los bracitos, Jorge le metió las manos por entre la falda y le quito los cuquitos los coloco en una mesa y fue al baño a traer una toalla grande y la puso frente a mi hermanita, le volvió a meter las manos entre la falda, sentí que mi hermanita se estremeció, le subieron los colores a la cara, puso su mejilla contra la mía con su boquita cerca de mi oído y me abrazo más fuerte, le sentía el corazón latiendo fuerte, la respiración entrecortada, yo no comprendía lo que le estaba haciendo mi primo sentado en el piso frente a nosotros, Noelia temblaba como una rama agitada por el viento, note que mi hermanita retiro el culito hacia atrás y gimió:

– Dedo nooo pimo, dedo no, decía mi hermanita con su vocecita de niña.
– Solo un poquito Noelita, y te doy otra muñequita.
Ella se quedo quietecita, sentí que por mi mejilla bajaba la humedad de sus lagrimitas y en mi oído en dulces quejidos murmuraba:
– Ay…. aay…. aay…. aay…. Aayyyyy.
En eso que se queda calladita un rato sin quejarse, sus caderitas se mecían de adelante hacia atrás
– Pimoooo, me hago pis.

No aguante la curiosidad y levante la falda de Noelia para ver, Jorge le tenía una mano en las nalguitas y un dedo de la otra entre el huequito de la vaginita, el le saco el dedo despacio arrastrando hacia fuera una telita casi transparente que se lo envolvía, ella empezó a hacer pis con chorritos entrecortados, un estremecimiento un chorrito de orines amarillitos otro estremecimiento otro chorrito que humedecían la toalla, cuando termino le dijo que se acostara en la cama con la faldita subida mostrando su panochita hinchada de tantas caricias.
Yo miraba todo esto con la inocencia propia de mi edad sin comprender porque mi penecito se ponía tieso al mirarle su vaginita gordita y lisa, el me quito mi pantalón y se sonrió cuando me lo vio paradito, me lo acaricio un rato haciéndome sentir desaliento en el estómago y estremecimientos en mis huevitos.

Me llevo al lado de ella y me dijo que le metiera el dedo mientras el se desnudaba de la cintura para abajo dejando ver su pene parado.
Le metí el dedo y sentía caliente y babosito por dentro, mientras el la besaba en la boca y luego le mamaba los botoncitos chiquititos del pecho.
– No más primo, que nos tenemos que ir, le dije sacando mi dedo.
– Solo otro poquito, me contesto con voz temblorosa, le abrió la rajita rosada por dentro y le metió la lengua, chupaba y lamia de arriba abajo desde el botoncito del clítoris hasta el hueco de su culito, (todas estas palabras las aprendí después) ella con los ojitos entre dormidos gimió:
– Pimo me dan cosquillas, le dijo.

El retiro la boca de su vaginita y con dos dedos le acaricio el botoncito, vimos como se orino de nuevo. Jorge estaba aprovechando para meter el dedo por su huequito otra vez y ella se dejaba sin decirle que no y abrió más las piernitas, se lo metió todo y le hizo un rato dentro fuera, dentro fuera, después se le monto y tallo su pene en la rajita de mi hermana hasta que temblando descargo unos chorros de leche blanca y espesa en la rajita y en la barriga de Noelia.
Jorge aseo y vistió a mi hermanita y nos fuimos para el parque a comprar más helados, una muñeca para Noelia y una pelota para mí.
– ¿les gusto lo que hicimos?
– Si porque sentí cosas muy raras, dije.
– A mi me dolió, pelo espues me guto, contesto Noelia.
– No cuenten nada de lo que hicimos y les sigo regalando cositas, ¿vale?
– Vale primo, le contestamos.

– ¿Dónde estaban que se demoraron tanto? Preguntó mi mamá.
– Jugando en el parque mamita, y te trajimos este helado, conteste.
– Y Jolge me dio una muñeca y a “Nano” una pelota, dijo Noelia.
– ¿Le darían las gracias?
– Si mamita.

Después de esta mi primera experiencia en el incesto y la segunda de mi hermanita, pasaron como 6 meses para nuestro segundo juego al escondido con mi primo, Noelia ya había cumplido los 4 años.

Mi mamá le pidió el favor que nos cuidara porque tenía un compromiso que la demoraría toda la tarde, Jorge acepto muy contento y nos invito a jugar como la otra vez, nosotros con malicia infantil aceptamos, nos llevo a mi alcoba y nos hizo desnudar, tendió un plástico en la cama, beso a mi hermanita en los labios y me acaricio el pene hasta hacérmelo parar, me acostó bocarriba y puso a Noelia en cuatro patas para que me lo mamara el se quito la bermuda y los calzoncillos, se unto aceite de bebe en el dedo, metió la mano entre sus piernitas y le agarro la panochita y fue penetrando la vagina de mi hermanita, ella se dejaba sin quejarse.

Nos hizo cambiar de posición, mi hermanita acostada y yo encima de ella metiéndole mi penecito como Jorge nos estaba enseñando y yo sentía mas bueno que la vez anterior, mi hermanita jadeaba y se pasaba la lengüita por sus labiecitos resecos hasta que se orino, no aguante más y también me orine dentro de ella.
Me bajo y se le monto el, le pasaba su pene por la rajita, Noelia se estremecía cuando le tallaba la pepita del clítoris y el le baño la rajita con semen espeso.

Los encuentros con mi primo no eran muy frecuentes, recuerdo que en uno de esos, Noelia tendría 6 años y medio Jorge la acaricio mucho haciéndole de todo, Noelia con mucha emoción no se orino sino que temblando y gimiendo soltó un caldito espeso y transparente Jorge aprovecho y la penetro con el pene pero solo la cabeza, fue la primera vez que le echo el semen adentro.
Y así fue transcurriendo el tiempo, Noelia cumplió 8 años, yo 10 y unos pocos meses.

Noelia y yo practicábamos sexo infantil con mamadas mutuas de nuestras partes y penetración como nos había enseñado Jorge, claro que yo aun no eyaculaba pero mi hermanita si sentía orgasmos, inclusive una noche mi papá nos pillo por los gemidos de ella, nos miro muy serio pero no nos dijo nada, simplemente cerró la puerta y se fue a su alcoba.

Capítulo 2

Os narre en el primer capitulo que llegue a los 10 años y unos pocos meses, mi hermanita Noelia a 8 años y nuestro primo Jorge andaría por los 18.

Pero hay cosas que se me olvido contar entre mis 8 y mis 10 años, por ejemplo:
Los actos sexuales con mi hermanita se volvieron muy frecuentes a partir del día que ella teniendo 6 años y medio sintió su primer orgasmo cuando mi primo le metió solo la cabeza y se descargo dentro de ella.
Era muy común que mientras el uno la besaba en los labios y le mamaba los pezoncitos del pecho el otro le chupaba la rajita hasta hacerle soltar el caldito del orgasmo y lo bebíamos con deleite porque sabía muy bueno.
Otras veces yo la penetraba con mi pequeño pene para darle gusto, recuerden que yo aún no eyaculaba, y mi hermanita se lo mamaba para tomarse el semen que también le gustaba mucho.
La primer vez que yo probé el semen de mi primo fue en una ocasión que el se lo echo en la boca a mi hermanita y le dijo que no se lo tragara, empecé a besarla y ella con su lengua me paso una parte, como me gusto el sabor un poco diferente al de ella lo compartimos y me lo tragué, otras veces le mamaba el pene y me tomaba el semen directamente, pero lo más común era cuando se lo echaba en la rajita a Noelia, yo se la lamía y lo sorbía mezclado con el de ella.
Cuando mi primo la follaba con la sola cabeza, ella a veces en medio de su emoción le rogaba que se lo metiera todo pero el no le hacía caso.
Bueno para no hacer más larga la historia pasaron infinidad de cosas menos penetración anal.

Jorge cuando termino la secundaria lo enviaron interno a una escuela militar a hacer un curso de cadete y solo le daban 4 días de permiso cada mes, en los cuales aprovechábamos para tener 1 ó 2 encuentros furtivos con él para hacer lo que nos gustaba tanto.
En el séptimo permiso, lo recuerdo muy bien, mi primo llego al pueblo con uniforme y en un jeep militar, le pidió permiso a mi mamá para llevarnos a dar un paseo.
Mamá se llevó a Noelia aparte para conversar con ella, luego la hizo vestir de minifalda, blusa de tirantas y zapatillas deportivas, nos hizo las recomendaciones de rigor y con un beso a cada uno nos despidió.
Nos fuimos para la finca, al llegar entramos a una alcoba a desvestirnos, comenzamos el acostumbrado trío en el que Noelia era el plato principal.
– “Nano” ¿tú le echas leche a tu hermanita? me pregunto Jorge.
– No, todavía no me sale, le respondí.
– Eso hay que remediarlo, pues mira como se ha puesto de linda, hasta teticas le están saliendo ya, decía mamándoselas, y este culito redondito esta hermoso.

Acto seguido mi primo empezó a mamarme el pene un rato, me dio un vacío en el estomago y el pene me daba brinquitos solo, entonces me dijo que penetrara a Noelia, ya estaba acostada con las piernitas abiertas esperando cual de los dos le iba a hacer primero, me le monte y al cabo de unos 5 minutos de estar follándola empecé a sentir algo indescriptible, mi cuerpo se tensó, el corazón se me quería salir del pecho, la cabeza me daba vueltas, no veía ni escuchaba nada, de la cintura para abajo unos espasmos incontrolados me inducían a enterrar mi miembro lo más profundo posible en la tierna vagina de mi hermanita, sentí como si en mis entrañas se hubiese roto un conducto para dar paso a un borbollón de semen que con la primera oleada también me obligo a lanzar un gemido gutural largo y quejumbroso, luego otra oleada y otra y un sinfín de espasmos que se fueron espaciando, quede como si mi hermanita me hubiese arrancado todas mis fuerzas y me desplome sobre ella.

Noelia a sus 8 años y 8 meses me hizo sentir el momento más maravilloso de mi corta vida faltándome dos meses para mis 11 primaveras.
Cuando se lo saqué, mi primo le hizo abrir las piernas con las rodillas encogidas y con los dedos le abrió la panochita rosada por dentro para ver como en pequeñas convulsiones brotaba mi semen espeso y cremita bajando lentamente por el canal de su vagina hacia su culito, dejando un charco cada vez más grande en la sabana de la cama.
Jorge limpio un poco con papel higiénico, la tomo de sus caderas con las dos manos, acerco su miembro que nos parecía grande a nuestra edad, le metió la cabeza fácil y la penetro más profundo que las otras veces, Noelia se quejo:
– Primo, hágase mejor encima de mí, le dijo

El pene que se vuelve a hundir, entra todo suavemente, los quejidos de mi hermanita se convierten en gemidos al sentir el mete y saca pausado y recio, sus estremecimientos que anuncian un orgasmo, Jorge que con la frente perlada en sudor eyacula en lo más profundo de su vagina por primera vez, recordé cuando mi hermanita de casi 4 añitos lloro sobre mi mejilla murmurando: “Pimo, dedo no” y luego dejándose meter un dedo de Jorge con la promesa de que le iba a regalar otra muñequita. ¡Que diferencia¡ Aquel dolor se transformo en placer.

Noelia desde los 9 años empezó a desarrollarse con cuerpo de mujer, tengan en cuenta que practicábamos sexo desde hacía 5 años, cada vez sexo más duro, sus pechitos de tantas mamadas eran turgentes y erectos como pirámides con las areolas permanentemente hinchadas, labios carnosos similares a los de Angelina Jolie, un culo redondo y firme, esta transformación física no paso desapercibida a los ojos de mi padre ni a la de muchos hombres del pueblo, inclusive los maestros de la escuela que la miraban disimuladamente con lujuria.
En los estudios le iba muy bien y todos los compañeritos de clase eran sus amigos y amigas, alguna vez me presento una niña de su edad, que también tenía un secreto pero con el papá, hicimos un hermoso trío en el que por primera eran dos niñas para mí ó yo para dos niñas según se mire, esa tarde me desempeñe como todo un varón para satisfacer sus ansias sexuales.

Os había comentado que Noelia ya no pasaba desapercibida a los ojos de nuestro padre, pues os voy a narrar lo más fielmente posible lo sucedido con él, teniendo Noelia 10 años y yo 12.

Fue una imagen supremamente erótica la que presencie al entrar a la alcoba matrimonial para buscar algo que necesitaba.
Mi padre tenía a Noelia de espaldas contra su pecho, una mano apretándole una teta y la otra sobre su vagina con un dedo dentro, ella desmayada placidamente con la cabeza girada le ofrecía los carnosos y rosados labios, las mejillas encendidas y la mirada adormecida disfrutando de un húmedo orgasmo.
Pero lo que más me impacto fue ver el enorme y grueso pene de mi papa que sobresalía entre las piernas de ella un poco más abajo de su vagina atrapado por su manita.
El espectáculo era maravilloso, pero yo no sabía que hacer, si marcharme sigilosamente, seguir mirando o unirme a la fiesta, pero como no me habían invitado me dio vergüenza con mi padre, opte por mirar escondido tras unas cortinas.

Les cuento que mientras miraba el desarrollo de los acontecimientos sentí celos por la forma tan apasionada en que mi hermana se le estaba entregando, pues mi hermanita es el amor de mi vida, no se era diferente a las veces que hacíamos trío con mi primo Jorge, pues el nos había iniciado en el incesto y hacía parte del secreto por tanto tiempo compartido en el que habíamos disfrutado momentos tan agradables, pero con mi padre sentía que estaba perdiendo algo mío sin poder luchar contra el respeto filial que siempre merece un padre y más viendo a Noelia que con sus hermosas piernitas abiertas recibía semejante tolete que le producía orgasmo tras orgasmo en una forma que se me hacía interminable, mi padre no se quedaba atrás, con pasión desbordada le hizo el amor dos veces eyaculando dentro de su vagina y una en su boca.

No aguante más y me fui para mi alcoba a hacerme una paja, sin embargo los días siguientes me sentía enojado con mi hermanita hasta que me llamó la atención:
– Fernando, ¿Qué te pasa?
– Nada……. le conteste secamente con ganas de gritarle en su cara lo que estaba sintiendo.
– Yo si se lo que te pasa, pero tranquilo que te estamos preparando una sorpresa para que se te pase el enojo, acto seguido comenzó a besarme en los labios y a brindarme sus enhiestos pechos que ella sabía eran mi debilidad, y como todos los hombres caí redondito en sus artimañas de niña-mujer.

La sorpresa llego ese fin de semana:
– Nano, mi papá nos necesita en su alcoba, me dijo Noelia.

Al llegar estaba mi papá como un Apolo completamente desnudo en la cama, el ambiente estaba impregnado de un suave y agradable olor a sándalo, la tenue luz de una lamparilla dejaba ver los objetos de la habitación en un misterioso claro-obscuro.
A una señal de él, Noelia y yo nos sentamos a su lado, de pronto………
– Ta tan, ta tan, ta tan, del baño sale en su esplendorosa belleza, cubierta por un baby-doll transparente mi madre que sonriente se acerco a nosotros para besarnos en la boca, ¡no me lo podía creer¡

Comenzó a desnudar a Noelia mientras mi padre hacía lo mismo conmigo, luego de varias caricias mutuas, madre e hija se trenzaron en un erótico 69, el miembro de mi papá parecía un mástil, mi excitación era sublime al ver esto, me lo cogió para pajearme suavemente, yo con timidez hice lo mismo.
La tierna y lisa vagina de Noelia y la de mi madre grande y completamente depilada brillaban por la humedad de sus fluidos, casi simultáneamente entre gemidos se regalaron el primer orgasmo.
Luego mi mamá me estreno a mi, es indescriptible y difícil de narrar lo que sentí al mamar sus grandes pechos, al penetrarla, al descargarme entre su coño haciéndole sentir un escandaloso orgasmo.

De Noelia y mi papá solo les diré que disfrutaron tanto o más que la primera vez que los ví.
Después de un descanso en que nos tomamos una copa de vino brindando por la nueva experiencia en que se cerró el círculo familiar incestuoso seguimos dando rienda suelta al más maravilloso amor filial.

Fue una noche donde se desbocaron nuestros más profundos instintos sexuales guiados por los expertos conocimientos de mis padres.
La hemos repetido varias veces pero ya no me siento en desventaja con respecto a mi padre porque mi pene también adquirió buen tamaño.

En una posterior conversación con mamá le pregunte como se había enterado del incesto practicado entre Noelia y yo.
– A una madre no se le puede ocultar nada, me dijo, yo siempre supe de vuestros escarceos amorosos desde que erais pequeños, pero los deje para que desarrollaran su libido sexual naturalmente sin que sintieran complejos de culpabilidad, eso si a mi sobrino Jorge que fue alumno mío desde que lo desvirgue le había advertido que no penetrara a la niña hasta que no estuviera lista para merecer sin sentir daño alguno, por eso Noelia nunca sangro, ni cuando tu la penetrabas con tu penecito de niño, ni cuando Jorge la penetro totalmente en aquel recordado paseo, ni con tu papá, pues ella desarrollo un himen elástico que muy pocas mujeres se precian de tener, en fin creo que ya estáis listos para volar en el maravilloso mundo del incesto pero siempre con una actitud responsable.

¡Mi mamá estaba enterada de todo! Comprendí porque mi primo nunca nos advirtió que no debíamos contar nada y porque siempre nos dejaban estar a solas con él.

Al primo Jorge poco lo vemos, más que todo porque se casó y lo trasladaron a otra ciudad con el grado de teniente y yo no me he casado porque en casa tengo todo lo que necesito con mí amada hermana y mi maravillosa madre.

FIN.

Anónimo

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