lunes, 9 de octubre de 2023

Anhalía y Yo: El descubrir del sexo


Anhalía es una morochita de una estatura mediana, alta, flaca, pero con buena cola y unas tetitas incipientes. Su boca es ancha, de labios gruesos. Reconozco que muchas veces al masturbarme imaginaba con que esos labios aprisionaban la cabeza de mi verga y me generaban mucho placer. Convengamos que yo estoy en plena pubertad, vivo, masturbándome. A veces hasta tres veces al día. Consumía cuanta revista erótica o porno andaba por casa. Mis padres siempre me dieron libertad de pensamiento y acción. Cuando Ellos no estaban, yo pongo el canal porno y me pajeo a gusto frente a la tele. Y eso fue la llave que me abrió el acceso al cuerpazo de mi prima. En realidad, Ella fue la que propició el primer encuentro sexual entre ambos. Yo soy un poco más alto que Anhalía. Convengamos que a mis 12 años, mi pene no es para ponerlo en un escaparate. Pero supera un poco la media. Principalmente por lo grueso. Es bastante cabezón y en la base del tronco se hace bastante gordo. Es medio deforme.


Y todo aconteció la noche del 15 aniversario de casados de mis padres. Se organizó una pequeña fiesta en casa, con buena cena y mucho alcohol. Por lo que a la media noche, ya la gran mayoría estaban alcoholizados, se bailaba y se tomaba mucho. obviamente, nosotros acompañábamos en todo menos en el alcohol, aunque algunas copas nos tomamos. Anhalía y yo somos los más chicos en la casa. Mi hermana es mayor que yo, tiene 16 años. Y la hermana de Anhalía tiene 15.

Entre baile y baile con algo de alcohol de por medio fui perdiendo la inhibición que me caracteriza, soy bastante tímido. Pero esa noche estaba desatado,. Mi prima también, y en determinado momento se le ocurrió que fuéramos a tomar algo de aire al patio trasero. Es muy lindo, tiene muchos árboles, y hay una casita elevada que mi padre construyó cuando yo era pequeño. Es amplia y cómoda, yo tenía allí una bolsa de dormir, y varias cosas más que usaba cuando no quería que nadie me molestara, principalmente cuando me masturbaba. Allí tenía un par de revistas porno, un pote de gel lubricante que le había sacado a mis padres, y algunos trapos que usaba para limpiarme. Salimos con Anhalía, caminamos en la oscuridad y me propone subir a la casita. Ella iba delante mío, y con la iluminación de la casa en la penumbra pude observar que hermoso culo tiene mi prima. Para ayudarla a subir la tomé de las nalgas, duras, rellenitas. Y eso ya hizo que mi verga se pusiera dura.

No se necesitaba mucho, era un pendejo calentón. Nos acomodamos en el suelo en la bolsa de dormir y mi prima se me tira encima, me apoya las tetitas en mi pecho y se hace la somnolienta, mimoseaba un poco, y yo tenía la pija dura como un tronco de quebracho colorado. Se quiere acomodar mejor y al estirar la mano la pone directamente sobre mí entre pierna y descubre la dureza de mi miembro. ¡Enseguida brotó la exclamación, Tito, tenes tu pito duro!!!! Y yo, todo canchero y liberado por el alcohol, le contesté que sí, que por culpa de ella estaba así. Lo que más me sorprendió es que no quitó su mano, al contrario, comenzó a acariciarlo, lo apretaba y lo recorría en toda su extensión. Y con sus hermosos labios buscó mi boca. Nos besamos tiernamente, ninguno de los dos sabía mucho del tema. Pero la temperatura sexual fue subiendo al extremo de que metí mis manos por debajo de su remera y me adueñé de sus tetitas, que ya estaban comenzando a inflarse.

Ella me dejaba hacer, estaba concentrada en acariciar mi pene. Ya la excitación de los dos era muy notoria, entonces se me ocurrió proponerle que nos desnudáramos, total nadie iba a venir a vernos a la casita, y además, al no haber casi luz, mejor todavía, la verguenza de mostrar nuestros cuerpos no nos incomodaría. Para incitarla me paré y me saqué toda la ropa, al bajarme el calzoncillo liberé mi pija que saltó hacia adelante quedando casi a la altura de la cara de mi prima. Quedó sorprendida, pero enseguida ella también se desnudó y allí el que se sorprendió fui yo. 

Tenía un cuerpo espectacular, armonioso y lleno de curvas por donde se la mire. Sus pechos eran mucho más grande de lo que parecían, sus nalgas invitaban a morderlas, su monte de venus estaba totalmente lampiño, se veía la estrecha hendidura de su canal vaginal detrás de esos gorditos labios rosados. Para esto mi tripa ya no daba más, la abracé y apoyé mi pene en su pubis, metí la poronga entre sus piernas, ya que ella abriendo las mismas facilitó que entrara, y así comenzamos a frotarnos, pronto era una locura de placer, ambos suspirábamos y nos tocábamos, se me ocurrió tomarla de las nalgas y encontré el agujero de su ano, por instinto metí medio dedo mayor, y Anhalía buscó con más ganas mi verga, estaba como loca y de pronto me dice Tito no sé que me pasa, creo que me hago pis, y gimiendo y suspirando fuerte comenzó a chorrear fluidos de su vagina que sirvieron para lubricar más las idas y venidas de mi rabo, y no duré mucho más y soltando chorros de semen aguachento, acabé junto a mi prima.

Quedamos abrazados, mi verga todavía entre las piernas de mi prima. Ella inició un suave vaivén nuevamente, otra vez buscaba estimular su clítoris, habiendo visto muchas páginas porno, la hice colocarse de espaldas a mí y semi agachada, mientras le agarraba las tetas con una mano, metía mi verga entre sus piernas desde atrás y con mi otra mano masajeaba su vagina de forma inexperta, pero servía, pronto Anhalía estaba nuevamente en camino de lograr otro orgasmo y yo tenía nuevamente la poronga erecta, para esto la cabeza de mi verga estaba bien encajonada entre sus labios vaginales, mi prima se agachó un poco más, abrió más las piernas y con su mano tomó mi pija y la colocó en medio de sus labios vaginales justo bien ubicada en la entrada de su virginal cueva, y cuando fui hacia adelante la cabeza entró en su canal, mi prima pegó un gritito y suspiró fuerte, ya la cabeza había entrado toda, ella misma suavemente se fue como sentando sobre mi pija hasta que llegó a su himen, y se ve que no le dolía nada porque siguió hasta que toda la tripa estaba dentro de ella.

Lo que sí es cierto es que una vez empernada no se podía mover, el grueso de mi pija la tenía totalmente con la vagina estirada al mango. Pasaron unos minutos hasta que se relajó y su vagina aceptó el grosor del intruso, para mientras yo jugaba con su clítoris y con su ano, ya había logrado meter todo el dedo mayor hasta el fondo, empecé a pajearle el culo mientras estimulaba su clítoris y la tenía toda penetrada. Anhalía comenzó a gemir, yo comencé a cogerla con ganas, ella acompañaba, y pronto estábamos ambos en erupción, la calentura era terrible, yo estaba desbocado, ya se la sacaba toda y se la metía fuerte hasta el fondo, ella se movía buscando más penetración y nuevamente fue ella la que llegó primera al orgasmo, yo seguía serrucho y serrucho, cuando mi prima acabó se le doblaron las piernas y mi pija se salió de su concha, inmediatamente se dio vuelta y con ojos desenfocados tomó mi tripa y se metió más de la mitad de un solo envión, y me la mamó de tal forma que pronto estaba por acabar, se lo comenté y ella tomó más velocidad y cuando comencé a acabar se tragó todo lo que salió de mi pene. Es más, a lengüetazos limpió todos los restos.

Pasado el frenesí del momento, nos acostamos sobre la bolsa de dormir, y nos abrazamos con la promesa de que no sería esa la única vez que tendríamos sexo. Y la verdad es que así fue. En la parte II les cuento cuando se nos ocurrió que podíamos tener sexo anal. Y ahí ya no le fue tan bien a Anhalía. Pero es motivo de otro relato.

Por CRAYZZYGARY1

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