miércoles, 25 de octubre de 2023

Como resistirme a explicarle el coito a mi sobrina, Parte 2


Las clases de educación sexual de las escuelas siempre se limitan a unas láminas, explicaciones verbales y recomendaciones. Y se olvidan que los púberes, a los 12 años, tienen las hormonas totalmente activadas, por lo que lo primero que intentan hacer es experimentar si lo que le han explicado es así…

La semana pasada tuvimos con mi sobrina Matilde, nuestra primera lección presencial. Ella terminada la sesión se fue muy contenta prometiendo que volvería la semana entrante para que siguiéramos aprendiendo del sexo.


Y llegó el martes, yo estaba bastante ansioso, es que lo que mi sobrina prometía es genial. Está muy buena para su edad, y por sobre todo está interesada en participar en cada clase activa, por lo que seguro hoy pasaríamos al siguiente nivel.

Estaba tomando unos mates y suena el portero. Voy a atender y era Matilde. Estaba preciosa, traía un vestidito suelto a media pierna, se notaba que no traía corpiño, ya que sus pechos se veían como se movían al ella caminar, lo que ya empezó a excitarme. Se me acercó y me planta un beso de lengua sin previo aviso, y bajando su mano directamente toma por sobre el pantalón mi miembro, que dicho sea de paso, ya había comenzado a inflamarse. 

Mi sobrina sonrió pícaramente, se veía que venía dispuesta a experimentar lo que fuere. Observando eso, la estreché en un fuerte abrazo y apoyé mi palo directamente sobre su pubis, a lo que ella reaccionó poniéndose en puntas de pie para quedar a caballito de mi verga. Inicié un falso coito frotándola y estimulándola, a lo que Matilde respondía con mucha intensidad. Mi verga ya estaba a mil, dura y gorda. La fui llevando mientras la toqueteaba toda, sus tetas, su culito, acariciaba un poco su conchita por sobre el vestidito. 

Al llegar al sillón, me senté apoyando la espalda en unos almohadones, e hice que la niña se subiera a caballito de mis piernas, lo que propició que mi palo quede directamente sobre su vagina. AL sentir la dureza de mi miembro, comenzó a estimularse a sí misma, iba y venía por sobre la verga, cada ves con más ímpetu. 

Ya era una tremenda cabalgada y así llegó a un primer orgasmo que la sorprendió hasta a ella. Yo seguía masajeando sus nalgas, mi intención era llegar con mis dedos a su ano para estimularla. La verdad es que la pija ya me dolía de dura que estaba. Desmonté a mi sobrina de mis piernas, me saqué el pantalón y calzoncillo dejando al aire mi palo, Matilde lo observaba con atención, de pronto estira la mano, toma mi palo e inicia una paja de novela. 

La atraigo hacia mí y suavemente meto mis manos por debajo de su vestido y bajo sus calzones, me ayuda y se los saca. La hago arrodillar y le meto la verga en la boca, no se niega, es más, participa con muchas ganas. Ya esa lección la sabía, y es una alumna muy aplicada. Me llevó al borde del éxtasis, pero yo quería hoy continuar la enseñanza, para eso había preparado ciertos elementos necesarios. Gel lubricante, un paquete de condones y un abridor de cola

Le expliqué en lo que consistiría la clase hoy, pondríamos el abridor en su culito para que se fuera acostumbrando y se dilate. E intentaríamos la penetración vaginal. Estuvo de acuerdo y siguió mamando, yo aproveché su posición de arrodillada entre mis piernas, mamando, y unté con mucho gel el abridor, también unté un dedo y se lo metí despacito, lo aceptó como si nada. Me llamó un poco la atención que entrara tan fácil y la niña no se quejara. Pero no me preocupé mucho. Seguramente al estar relajada, lo hizo más fácil. 

Metí el consolador en su culito hasta el fondo. Matilde se agitó un poco y se excitó sobre manera. Ya se tragaba la pija entera. Entonces, aprovechando su calentura y los fluidos de su acabada, le propuse que probáramos la penetración. No se hizo rogar, se subió el vestido hasta la cintura, dándome un hermoso espectáculo de sus piernas y su núbil vagina sin pelambre. 

La tenía superlubricada por la excitación previa, mi verga estaba gorda y cabezona. Mis 19×5,5 cms se harían notar, por lo que debía ir despacito para no lastimarla y que no fuera esta la única vez. La tomé de la cadera y la aproximé a la verga, le hice que tomara el palo por el tronco y se lo colocara enfrente de su cuevita y que suavemente se sentara una vez que la punta de   la pija esté entre sus labios vaginales. Como buena alumna siguió todos los pasos, pero cuando la cabeza inició su tránsito por la virginal cueva, Matilde se comenzó a quejar, y me decía que la pija está muy gruesa, que le duele, le pregunté si se la sacaba, lo que no quiso. 

Simplemente, cerró sus ojitos y sufría en silencio. La verga fue entrando de a poquito, claro que al llegar a su himen, la pija no pasaba, le expliqué que era ella la que debía romperlo con un movimiento de empuje hacia abajo, no me dio ni tiempo y se pegó un tremendo sentón, también el alarido se debe haber sentido en la calle. Pero la verga se le fue hasta el fondo y quedó totalmente ensartada. No se podía mover. 

La abracé y consolé hasta que su dolor se fue desvaneciendo. Tiene una vagina realmente estrecha, sentía como apretaba mi pija como si fuera una mano. Pasado unos minutos la inicié en un movimiento de caderas, adelante y atrás sin sacarle la tripa, pronto se acostumbró al grosor y tamaño de mi palo, y ella solita buscó los movimientos que más la estimulaban, pronto ya cabalgaba media verga con muchas ganas. Por otro lado, tenía en su culito el consolador para abrir su esfínter.  

Se me ocurrió masturbarle el culo con el consolador y Matilde se puso como loca, ya cabalgaba toda la pija, se sentaba con unas ganas terribles y así llegó a su segundo orgasmo, pero eso me puso también a mi en condiciones de llenarle la conchita de semen. Logré controlarme y ella seguía moviéndose descontroladamente, aprovechando ese momento saqué el consolador abridor de su culito, la hice levantarse un poquito, saqué mi verga de su inundada vagina, y le apoyé la cabeza de la verga en su recién dilatado y lubricado ano. 

Al sentir que la verga estaba entrando, mi sobrina se paralizó, gimió fuerte, me arañó el pecho y mientras parte de la cabeza la penetraba comencé a lanzar chorros de semen en su precioso culo. Pasado el clímax del momento, ambos quedamos quietecitos. Ella con su cabecita apoyada en mi pecho, yo con la verga blandita entre medio de sus nalgas. 

Me da un beso largo en la boca y me dice que a pesar de que le dolió mucho al principio, luego lo disfrutó, y que cuando le metí la punta de la pija en el culo sintió unos chispazos como electricidad y mucho dolor. Y ahí me confesó que un par de veces se ha metido una zanahoria y un pepino por el culito, pero ninguno tan grueso como mi palo. Y que la semana que viene probaremos de que entre toda en su pequeño pero hambriento ano.

Por CRAYZZYGARY1

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