viernes, 20 de octubre de 2023

Las niñas de mi barrio, Parte 7.5


Las niñas llegaron a la piscina y sin decir nada se metieron otra vez al agua, Anita con su vestidito de baño blanco y Danielita esta vez con los mismo calzoncitos blancos y su pequeño brasier.

Inmediatamente, los dos adultos saltaron al agua y empezaron a perseguir a las niñas, cada cual detrás de la que le correspondía y la que deseaban culearse.


Las niñas nadaban mejor que los dos señores y se demoraron un poco en lograr agarrarlas. Jugaron en la piscina nuevos juegos y cada vez que tenían la oportunidad metían mano a las chiquitas y ellas se reían y se divertían. Danielita era la más atrevida de las dos chiquitas y cada vez que podía le tomaba la verga por debajo de agua a David. Don Rafael era el que tomaba la iniciativa con Anita y ella se dejaba hacer todo lo que su amante quisiera. Las niñas querían aprovechar y disfrutar de la piscina bueno más Anita que no siempre podía disfrutarla, porque Danielita si podía hacerlo casi todos los días. Los dos adultos tenían otros planes y debido al licor y a las tremendas ganas querían penetrar a las chiquitas ya.

David tenía arrinconada en la piscina a Danielita y la besaba en la boca como queriendo comérsela, los besos eran largos y profundos mientras por debajo del agua sus dedos trabajaban la vaginita apretadita de la nena. Ella respondía al prologado beso de su amante mientras emitía pequeños gemidos por las suaves caricias bajo el agua.

Mientras tanto en el otro lado de la piscina Anita estaba de frente a la pared de la piscina y Don Rafael la abrazaba desde atrás y la punteaba con su verga erecta mientras ella sacaba más su culito para sentir mejor la punteada. Con los brazos rodeándola desde a cintura una mano se perdía en la entrepierna de la nenita, ellas solo empujaba hacia atrás mientras los dedos de amante jugaban con su pequeña vagina haciendo que abriera las piernas y le permitirá jugar libremente.

Ninguno miraba hacia el otro lado para ver qué estaba haciendo cada cual estaba concentrado en lo suyo.

El pequeño brasier de Danielita ya había volado para algún lado y David estaba ahora chupando suavemente las téticas de la chiquita, chupaba una tética y pasaba a la otra y los gemidos de la niña eran cada vez más fuertes. El calzoncito también había desaparecido y los reemplazaba un dedo entrando y saliendo de su cuevita.

Anita dejaba que Don Rafael le quitara otra vez su vestidito de baño y estaba ya completamente desnuda, sentía la presencia de la verga punteando su culito que sin proponérselo parecía penetrar su anito. La niña le decía que no, que por favor por ahí no, que le dolía. Don Rafael no quería tampoco pero las posiciones se prestaba para eso. La verga del señor entró un poco por el culito de la nena y ella se retiró y no dejó que eso pasara. Don Rafael a ver que estaba a punto de hacer también se retiró de ella y le tomó de la mano y se llevó a la niña fuera de la piscina en dirección a su habitación.

La otra pareja estaba concentrada en sus cosas y no notaron cuando la pareja se fue de la piscina. David subió a Danielita ya desnuda al borde de la piscina y la abrió las piernas y pudo disfrutar de la vista de la vaginita inflamada de la nena. Metió su cabeza entre las piernas y empezó a pasar las lengua por los labios vaginales haciendo círculos y recorriendo completamente esa vaginita más desarrollada que la de su propia hija. Su boca jugaba con la vagina de la nena y chupaba también cada vez más. La niña se agarró de la cabeza del adulto y sin avisar tuvo su primer orgasmo del día. Un chorro de orina salió de la nena al tiempo que otros fluidos también la hacían. David se bebía parte de esa orina pero era tanta que no pudo más, cuando ella acabó simplemente paso otra vez su boca por los labios vaginales de la chiquita y probó el sabor del néctar divino de la pequeña. La niña tenía sus manos agarradas al cabello de su amante. La dejó descansar y la metió otra vez en la piscina y le dio un beso de lengua profundo. Cuando se dieron cuenta la otra pareja había desaparecido y decidieron seguir el mismo camino e irse a la habitación. Iban desnudos y tomados de la mano. La diferencia de estatura y de edad se notaba mucho, era la de una adulto con una niña.

Don Rafael no quería más juegos previos, quería culiar, quería poder disfrutar completamente el estar con su nenita, pero también se la quería comer toda y que ella disfrutara en todo momento. La llevo al cuarto, los dos desnudos la depositó en la cama. Anita acostada boca arriba vio como su amante le separaba las piernas y se disponía a besar su vaginita. Eso le gustaba mucho. La lengua de Don Rafael trabajaba suavemente las vaginita de la nena, haciendo un recorrido por el pubis, luego los labios mayores y por último los labios menores de la chiquita, haciendo círculos alrededor de la vaginita. Sin hacer daño, solo suaves caricias con las lengua. Por momentos Don Rafael se desesperaba por que quería meter toda la vagina en su boca pero se concentraba en el clítoris de la niña. Anita parecía convulsionar cuando eso pasaba. A veces también por la torpeza le producía algún dolor en esa parte. Un suave masaje alrededor y la niña sentía morir de placer. La lengua invasora por ratos se introducía un poco en su hendidura. Anita solamente movía las caderas hacia adelante pretendiendo que esa lengua penetrara más y más, era muy difícil. La niña emitía gemidos suaves y prolongados que era la manera de comunicarle a Don Rafael que le estaba gustando lo que hacía ya que la nena no hablaba solo se dejaba llevar (algunas personas le dirían sumisa).

Acomodando unas almohadas en la espalda y la cola de Anita, Don Rafael apuntó su verga en la entrada de la vagina y empezó a frotarse en ella dirigiendo la verga hacía arriba y hacia abajo, pero las tremendas ganas de penetrarla acabaron con los preámbulos y fue introduciéndola poco a poco. No era difícil ya que con la prolongada estimulación y los abundantes líquidos emitidos por la nena y los propios de Don Rafael la penetración fue relativamente fácil. Suavemente fue entrando en ella, la niña se sentía completamente llena y no podía moverse. Don Rafael una vez que sintió que su verga había llegado al máximo posible de penetración, que no era toda, se relajó un poco y no se movió por un rato. Quería disfrutar el sentir que tenía la verga dentro de la chiquita. La respiración de Anita era agitada y su carita estaba colorada. Después que sintió que Anita se relajaba un poco, empezó a sacar la verga de a poco y volverla a meter suavemente controlando la penetración para no hacer daño. Anita sentía los movimientos suaves de entrada y salida y le gustaban mucho, ella solo trataba de moverse un poco hacia adelante como permitiendo la penetración y sobre todo como queriendo sentir toda la verga de su amante adulto. Don Rafael seguían en sus penetraciones controladas y cada vez con mayor ritmo. Anita con la boca abierta respiraba rápidamente, agitada. No hubo besos, no hubo palabras solo se escuchaban los jadeos de ella y de él. Los embates se incrementaban cada vez, las entradas y salidas tomaron ritmo. Don Rafael muy controlado pero sin perder el ritmo, claro, también controlando sus ganas porque no quería venirse rápidamente, quería prolongar su maravillosa experiencia y seguir culiando a la niña un buen rato más. Anita no aguantó más y se vino en un estallido de lujuria. Gimió fuertemente su Don Rafael lo notó al sentir las pequeñas contracciones vaginales de la chiquita, pero no quiso dejar se culiarse a la nena.

Para no venirse pronto la dejó descansar un poquito y la cambió de posición y la colocó al borde de la cama, acostada sobre la cama, los pies casi en el suelo y él encima penetrando la vaginita desde atrás. Otra vez por la cantidad de fluidos la penetración era muy fácil pero de esta manera la niña no tenía manera de moverse solo dejar que Don Rafael se la culiara a placer. La verga otra vez entrando y saliendo y ella solo sintiendo las penetradas. Los líquidos fluían y facilitaban el acto sexual sin dolor y sin parar. En una de las embestidas Don Rafael no tuvo cuidado y otra vez su verga fue a dar al anito de la chiquita. Sin sentirlo Don Rafael continuó un momento hasta que la niña le dijo que estaba entrando en su culito que le dolía mucho. Don Rafael se retiró un poco para ver y se dio cuenta que su verga tenía un par de centímetros dentro del anito de la niña. En un momento pensó en darle una estocada total y penetrar ese culito pero los lamento de Anita lo trajeron a la realidad y decidió sacarlo completamente, no sin antes dejarlo unos segundo para recordar ese momento y esa visión de ver su verga en el culito de la niña.

La niña pasando una mano hacía atrás tomó la verga de Don Rafael y fue guiando la penetración vaginal. Sintió otra vez que estaba en el lugar deseado y tratando de moverse echó su culito hacía atrás y la verga entró lo que pudo en ella. Don Rafael retomó las embestidas, esta vez no tan suavemente. El ritmo desde el principio fue rápido como queriendo acabar pronto. Para él esa posición era perfecta, la culiaba desde atrás y en un ritmo frenético de entrada y salida sintió que no aguantaba más y como pocas veces sucede el orgasmo para los dos fue casi al mismo tiempo. Se escucharon gemidos altos y un Si de Don Rafael. El maduro se desplomó en la espalda de la niña y para no ahogarla se desplazó hacia un lado saliendo del interior de la menor. La imagen de la niña al borde de la cama y sus piernitas abiertas, la vaginita abierta y mucho líquido saliendo del interior y escurriendo entre su piernas. Imagen maravillosa.

David decidió hacer un alto y se dirigió a servirse un trago de whisky y refrescar la garganta que estaba seca por el agite, le ofreció un refresco a Danielita. La niña aceptó pero fue ella misma que se dirigió a tomar el refresco, se agachó casi hasta el suelo donde estaban los refrescos y David pudo observar lo que se iba a comer. La visión de un culito hermoso y la vaginita sobresaliendo ya húmeda por los juegos previos era todo un poema. David pensó en penetrarla ahí mismo pero la diferencia en estatura no lo permitía así que simplemente dirigió una mano hacia la cuquita de la niña y acarició ese tesorito hermoso, introdujo un dedo en ella y la nena solo emitió un “ayyy” juguetón.

Danielita era una niña más fuerte que Anita, de piel bronceada y de músculos mucho más hechos. Tenía un culito mucho más pronunciado y una cuquita más formada, con labios vaginales más grandes y también más vellos negritos que se asomaban. También había tenido más sexo, mucho más que Anita.

David no se aguantó las ganas y sin llegar a la habitación decidió utilizar un sofá que había en la casa y sin esperar más acostó a Danielita boca abajo y sin colocar ningún cojín bajo la niña decidió ahí mismo penetrarla. Solo tuvo que apuntar su verga larga y ella misma encontró el camino de la felicidad. Danielita estaba super lubricada y excitada así que fue una penetración fácil. La larga verga de David se hundió en la pequeña pero obviamente no entraba toda. David era mucho más cuidadoso que Don Rafael con las niñas. Contuvo la penetración al sentir en su verga las paredes vaginas permitiendo la entrada parcial pero suficiente para sentirse en la gloria. Danielita si era gritona y al sentir la verga del maduro gimió con fuerza y emitió un “Sii, que rico”. Las palabras de la niña lo emocionaron más y empezó la culiarla con buen ritmo. Danielita la gritona, se quejaba y gemía fuerte, David no perdía la concentración pero le emocionaba mucho los gritos de la niña. Igual nadie podía escuchar excepto la otra pareja. Nadie prestaba atención.

Las embestidas de David aunque controladas eran constantes y se aceleraban cada vez más. Danielita aguantaba muy bien y colaboraba en las penetraciones moviendo su culito de un lado a otro, David estaba enloquecido con la forma de culiar de la niña. Sus hijas no sabían moverse.

La nena le indicó a David que cambiaran de posición y sin muchas ganas David sacó su verga de la niña y la nena le indicó que se acostara que ella quería sentarse encima de David pero que él permaneciera acostado, ella haría el resto.

La niña se empezó a sentar tomando la verga de David y dirigiéndola a su entradita. David le advirtió que no creía que le cupiera toda la verga. La nena no le prestó atención y empezó lentamente a bajar y dejar que se fuera metiendo poco a poco: La niña dejó de bajarse y le dijo a David que la sentía en la garganta. David se burló de la ocurrencia de la chiquita y la ayudo con las manos en las caderas de la chiquita, sin embargo la nena quería lograr meterse toda la verga, pero David se lo impedía. De todas formas la nena empezó a moverse para los lados, apoyando o tratando de apoyarse con las rodillas pero no lo lograba así que como pudo logró colocar una rodilla a una lado y así como de medio lado empezó a moverse de adelante hacía atrás al tiempo que combinaba moverse a los lados también, como haciendo círculos. La chiquita sabía, sabía y mucho. En esta posición David no tenía salvación y con los movimientos de la nena no aguantó más y después de unos segundos se vino abundantemente dentro de la chiquita. Danielita quería más y a medida que la verga de David iba bajando de tamaño la nena no dejó de moverse hasta que ella misma se vino también. Final completamente feliz.

Las dos parejas se quedaron acostadas donde estaban descansando por un buen rato, recuperándose de la acción. Tenían tiempo suficiente para seguir culiando.

A estas alturas los 4 andaban por la finca desnudos sin ningún pudor. Los dos maduros se sentaron alrededor de la piscina y otra vez se tomaron una tragos y se comentaban entre si lo que habían hecho. Don Rafael le comentaba de cómo se había culeado a su hija, esas palabras encendían a David y le hacía sentir ganas de culiarse otra vez a su hijita pero Don Rafael le dije que no, el trato era que esos días Anita era solo para Rafael y David solo podía estar con Danielita.

Mientras tanto las dos niñas se fueron juntas al cuarto de Anita para conversar, descansar y otras cosas. Las niñas estaban cansadas y se bañaron con agua fresca las dos juntas. La vaginita de Anita estaba algo maltratada y se puso crema que le había regalado la señora Julia. Cuando se estaba echando la cremita, Danielita le empezó a decir cómo era que debía masturbarse cuando tenía ganas. Haciendo círculos en los labios mayores y adentro también, lo mismo que haciendo círculos en su pepita. Anita no se masturbaba nunca, pero había empezado a sentir las ganas de hacerlo. Lo extraño de todo es que no hablaron de sus amantes maduros. Ni una sola palabra.

Danielita estaba un poco preocupada por la llegada al día siguiente de su prima también de 12 años. Le preocupaba que ella no era como ellas dos. Decía que su prima Mariela era muy inteligente y seguro se daría cuenta de lo que pasaba. Anita no entendía nada, pero le decía que tranquila que las dos harían que la otra niña se sintiera bien.

Don Rafael conocía a la otra chiquita pero nunca había podido hacer nada con ella además de alguna vez que le tocó la vulvita en la piscina pero todo pareció un accidente, claro, le tenía muchas ganas también.

Cuando ya anochecía los señores estaba todavía tomando en la piscina y las niñas aparecieron para bañarse en la ya casi noche. Las dos venías desnuditas sin ninguna vergüenza.

Los hombres al ver a las niñas volvieron a sentir deseos de más batalla, pero las niñas les dijeron que estaban hambrientas y que por favor hicieran de cenar.

Cayeron en cuenta que eso era verdad y se levantaron de sus sillas y se dirigieron a la cocina a ver qué podían preparar porque salir a comer no era una opción ya que no podrían conducir así como se encontraban.

Encontraron carne cruda y otras cosas como para hacer un buen asado. Don Rafael no sabía cocinar mucho, David si sabía y tenía buena sazón para cocinar, igual prepararían un asado. Anita tampoco sabía cocinar absolutamente nada pero Danielita si sabía. Resultado: terminaron en la cocina David y Danielita. Era muy lindo ver a Danielita desnuda o semidesnuda vestida solamente con un delantal que solo la tapaba por delante y por detrás mostraba ese culito divino. David no se perdía la oportunidad de pasarle la mano por las nalguitas de la niña y ella solo se reía y se quitaba para poder seguir picando los alimentos. Mientras tanto Dan Rafael se metía a la piscina y acompañaba convenientemente a la otra chiquita.

Don Rafael apoyaba a la nena en la piscina y la volvía a colocar de frente a pared y el tras ella, así podía disfrutar de sus nalguitas y podía manosearla a su gusto.

La noche fue maravillosa, las dos parejas cenaron abundantemente y cada pareja se fue a dormir a una habitación diferente y ya se imaginan lo que ocurrió.

Sin embargo las dos chiquitas amanecieron acostadas en la cama de Anita y con ropa de dormir…

Al día siguiente muy temprano llegó Marielita pero esa ya es otro capitulo y el final de la historia de Anita.

Por Efebolicomaduro60

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