martes, 10 de octubre de 2023

Las niñas de mi barrio, Parte 1



No sé cómo empezar a contar esta serie de relatos. No sé si como simple narrador, en segunda o tercera persona, pero trataré de hacerlo.

Las historias que contaré sucedieron hace algunos años, por allá en los 70´s y sucedieron en mi barrio y específicamente en mi cuadra.

En mi cuadra había siete casas y en seis de ellas vivían familias con hijos, en todas había entre dos y seis hijos con sus respectivos padres. Solo en una vivía un señor mayor con su madre que era una anciana. Ese señor le llamaré don Rafael y su madre la señora Julia. Don Rafael era una persona que no tenía muchos estudios, pero era el más rico de la cuadra, tenía varios negocios y fincas que producían leche, carne, papa y muchas verduras más. Era un señor muy amigable y muy pero muy generoso.


Las demás familias eran familias acomodadas y no había problemas de dinero en ninguna. Obvio, todas las familias pasan a veces por dificultades.

En las esquinas de mi cuadra había dos terrenos baldíos o lotes sin construir, cosa que nosotros como niños aprovechábamos mucho como campo de juegos. Al frente de nuestra cuadra había también un gran terreno que daba a un gran humedal, esto hacía que en algunas épocas del año se levantaran muchos mosquitos. Nosotros teníamos mucho espacio para poder jugar diferentes juegos. En época de vacaciones éramos mas de 15 entre niños y niñas desde los 10 años hasta los 16 años.

A Don Rafael casi nunca lo veíamos pero cuando él regresaba siempre nos encontraba en la calle jugando, montando bici, montando patines, jugando algún juego de grupo, haciendo competencias, él llegaba y nos traía muchos dulces y golosinas. En esa época era muy difícil que un menor de edad tuviera dinero para comprar esas cosas y él nos las regalaba; colombinas, chocolatinas, dulces y lo mejor a veces nos traía coca cola. Nuestros padres nunca nos compraban esas cosas y eso nos dejaba sorprendidos. Obviamente nunca decíamos nada en casa que el vecinos nos había regalado esto o aquello. Esas golosinas nos daban más energías para seguir jugando y muchas veces nos quedábamos hasta las 9 o 10 de la noche en la calle jugando y como estábamos al frente de la cuadra no había problema. Don Rafael era muy cariñoso especialmente con cuatro niñas, dos hermanas Pilar (Pili) de 10 años y Ana (Anita) de 11 años, con Claudia de 11 años y Con Katia de 12 años, la verdad todas eran niñas muy lindas y culoncitas. Él era muy especial con ellas y ellas también lo eran con él. No había sospecha de nada porque Don Rafael y Doña Julia eran muy especiales y muy amables con todos los niños. Doña Julia siempre que hacía calor nos llamaba para darnos helados hechos en casa para todos, eso era un sueño.

Siempre que Don Rafael llegaba y nosotros estábamos jugando nos repartía dulces y las niñas se iban con él a la casa. Nosotros nos quedábamos disfrutando de las golosinas y nos molestaba un poco porque muchas veces los juegos quedaban sin terminar pero igual el resto de nosotros quedábamos contentos y se nos olvidaba.

Alguna vez como a las 5 de la tarde yo estaba jugando con Pili y Anita y llegó Don Rafael nos repartió golosinas y enseguida las dos niñas se fueron con él. Yo me quedé solo y como desorientado me comí mis golosinas y como no había con quién jugar me dirigí a mi casa y al pasar frente a la casa de Don Rafael me entró la curiosidad y como la puerta de la entrada estaba medio abierta me arriesgué a asomarme y ver qué pasaba porque escuchaba ruido. Sin que me vieran pude ver que estaba un televisor prendido con dibujos animados al lado de una mesa de centro estaba inclinada Pili viendo TV y comiendo golosinas y a su espalda en un sofá estaba sentado Don Rafael y tenía encima a Anita sentada en su regazo.

Al principio no me pareció una escena extraña pero conforme iban pasando los segundos las cosas iban tomando otro color. Pili se arrodilló y puso los codos sobre la mesa de centro y se inclinó, eso hizo que su faldita se levantara y dejara ver sus calzoncitos blancos, se notaba lo culoncita que era. Al mismo tiempo me doy cuenta que encima de Don Rafael estaba Anita también con su faldita, no saltaba sino que se movía de un lado para el otro suavemente. Don Rafael también se movía al tiempo que le decía algo al oído y Anita no decía nada, su cara estaba enrojecida pero se notaba que le gustaba lo que estaba haciendo porque tenía una cara como de gusto. Nadie hablaba solo se escuchaba la TV.

Los movimientos de Anita sobre Don Rafael seguían y Don Rafael pasaba las manos encima de las piernas de Anita y las separaba, acariciaba entre sus muslos. Anita abría sus piernas un poco más y pude notar sus calzoncitos de color Rosado. Una mano de Don Rafael que parecía una garra se posó sobre la vaginita de Anita encima del calzoncito y ella trato de cerrar las piernas y Don Rafael le dijo algo al oído y ella como que se relajó y esta vez abrió más sus piernas para permitirle. Anita sintió la caricia de Don Rafael y echó su cabecita hacía atrás y se dejó hacer.

Don Rafael apartó el calzoncito de Anita y empezó a frotar la vaginita de Anita directamente de arriba hacía abajo, lo hacía suavemente y Anita se retorcía. Esto duró unos segundos más. Anita estaba disfrutando de las caricias y abría lo que podía sus piernas que se veían completamente abiertas ya.

Mientras tanto Pili no perdía detalle de la TV como hipnotizada. Yo no lo podía creer, pero tampoco podía dejar de ver. En un momento Don Rafael levanto a Anita y como pudo y desde atrás le fue quitando el calzoncito a la niña y Anita no dijo nada solo pude notar que su colita estaba coloradita. Don Rafael se bajó los pantalones y pude ver (por primera vez) su verga larga y delgada. Anita se volteó y la vio y no dijo nada. Me parecía que no era la primera vez.

Don Rafael se volvió a sentar y fue acomodando la colita de Anita encima de su verga y ella se fue acomodando al tiempo que Don Rafael la iba guiando. No puedo decir que las estaba penetrando pero seguían los movimientos. La mano de Don Rafael volvió a pasar al frente de los muslos de Anita y ella con las piernas bien abiertas solo dejaba caer su cabecita hacía atrás. En estos momentos si se escuchaban algunos quejidos de Anita que solo respiraba agitadamente. La escena era fascinante, delante de su hermana Anita estaba siendo manoseada y no sé qué más y ella solo prestaba atención a la TV.

Don Rafael pasaba su mano por la vaginita de Anita y la iba acariciando, arriba y debajo de tal forma que la nena lubricaba cada vez más, así que con un dedo que pasaba por su vaginita esta se iba inflamando poco a poco al mismo tiempo que se iba abriendo más. La primera falange de su dedo entraba en su cavidad y se iba abriendo camino. Insisto no era la primera vez. Su dedo iba entrando y saliendo. Entraba una pequeña parte y la sacaba al tiempo que presionaba la parte de arriba de la vaginita. La niña se movía ahora de adelante hacía atrás como queriendo que ese dedo entrara más y más. La mejor escena, el dedo entraba y salía cada vez más profundo. Los fluidos salían y se veía la cara de placer de Anita, estaba lista.

Don Rafael se acomodó mejor y puso su verga de tal manera que se salía de entre las piernitas de la niña y la colocó pasándola por la vaginita de Anita, la frotó de abajo para arriba, la niña no se inquietó, ya sabía que eso pasaría. La posición lo era la mejor pero Don Rafael logró poner su verga en la entrada de la vaginita de Anita y ella se dejó caer un poco, la verga entró un poco y sintió la incomodidad sin embargo era suficiente, entraba un poco y con los brazos Don Rafael la subía y ella sola bajaba, así iba entrando un poco y los gemidos eran cada vez más fuertes. Por la posición no entraba toda la verga en la niña pero el placer era total. Se escuchó un pequeño grito. Anita estaba casi desmayada.

En ese instante Pili de levanto y se volteó a ver y dijo: ”Ay no, me toca a mí, me toca a mí”.

Al mismo tiempo apareció Doña Julia y dijo: “Rafa cuidado con las niñas, cuidado con las niñas”.

Por EFEBOLICOMADURO60

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