martes, 17 de octubre de 2023

Las niñas de mi barrio, Parte 6


Pasaron unos pocos días en las cuales Anita no tuvo sexo con su padre y fue por recomendación de la señora Julia que le dijo a David que debía tener más cuidado con la niña para no hacerle daño.

Mientras tanto, Don Rafael planeaba cómo podía tener acceso a la niña Anita y se imaginaba la forma de acceder a las niñas de la cuadra que le tenían la cabeza echa un lío. Con la información que le había dado su madre, su mente no podía dejar de pensar en Anita.

Como era ya viernes, ideó la forma de invitar a David a su casa para tomarse unos tragos y así sondear la situación. Casualmente, le hizo la cacería a David para lograr hablar con él y el mismo viernes en la mañana vio a David saliendo de su casa y Don Rafael aprovecho y salió al encuentro de David como si fuera un encuentro casual:


¡Hola vecino, hace días no lo veía! ¿Cómo van las cosas? Me dijeron que ha estado algo enfermo.
Hola Rafael. Si hace días no los veía tampoco. Gracias por preguntar, ya mucho mejor.
David por qué no se pasa en la tarde y nos tomamos unos tragos, hace semanas que no me tomo un trago. ¿qué le parece?

Don Rafael conocedor del gusto de David por el whisky le propuso la reunión sabiendo que David no perdería oportunidad de tener una buena excusa y beberse unos buenos whiskys que además sabía que Don Rafael le brindaría un whisky 18 años.

Muchas gracias Rafael, me parece una excelente idea
Me alegra David, así conversamos muy sabroso. Lo espero a las seis de la tarde para no trasnochar mucho que mañana tengo que hacer algunas cosas y tal vez me acompañe.
Me parece muy bien Rafael, usted me dirá que tengo que llevar.
Nada David, está en mi casa y yo invito.
Quedaron de verse a las seis en la casa de Don Rafael. Rafael se frotaba las manos, su plan estaba en marcha y era ese día. Tenía que preparar todo y ver cómo hacía para su mamá no estuviera presente pero también pensaba en cómo haría para que Anita acompañara a su padre. Por el whisky no había ningún problema, tenía suficientes botellas como para hacer una reunión con muchas personas más y sobraba. En cuanto a la comida, pensaba que debía ser poca para que David se emborrachara fácilmente. Lo que si debía comprar eran golosinas y chocolates para la niña. Se le ocurrió la idea de que esa tarde/noche su madre fuera a la casa de David para enseñarle a la joven que les ayudaba para enseñarle algunas recetas que ya le había prometido enseñarle mientras la madre de las niñas (Anita y Pili) no estuviera.

Don Rafel llegó a su casa tipo 5 y media de la tarde y se dio cuenta que todos los niños y niñas de la cuadra estaba afuera de sus casa jugando despreocupadamente. Se dio cuenta que Anita estaba con ellos y vestía una camisetica blanca con unos shorsitos rojos. Se veía muy linda. Se bajó de su auto y saludo a todos los niños que inmediatamente, como ya sabían, les daría algunas golositas que sus padres no les compraban pero que Don Rafael no tenía problema en brindarles. Los niños lo rodearon y Don Rafael les fue dando a cada uno y cuando las niñas estuvieron también él les daba golosinas no sin antes decirle a las niñas que se veían muy lindas y las acariciaba un poco demás. Las niñas no se fijaban en las caricias de Don Rafael pero Anita si sintió que Don Rafael la manoseo más de la cuenta colocando una mano suavemente por su culito y también sobre su cuquita. Esa sensación le gustó mucho a la nena. Se miraron a los ojos y Don Rafael le sonrió y ella le devolvió la sonrisa inocentemente. Nadie se dio cuenta de las caricas atrevidas del seños. Al oído le dijo a Anita que más tarde se verían en su casa, ella no entendió el mensaje pero igual le sonrió otra vez.

Todo estaba planeado. Rafael entró a su casa y empezó a preparar todo. Le dijo a su madre que fuera donde los vecinos e hiciera lo acordado. La señora Julia tenía también sus intereses en ir a enseñar pero esa parte no es de esta historia. La señora Julia salió inmediatamente donde David que le abrió la puerta de su cas y le dijo que su hijo la esperaba.

David salió dirigiéndose donde Rafael y así disfrutar de una noche de tragos sin saber que todo estaba saliendo como Rafael quería. Abrazo va, abrazo viene, las sonrisas de los dos y se sentaron a compartir. Se sirvió el primer trago y comenzó la conversación de temas de negocios, del trabajo de cada uno y así se fueron enrollando en su velada.

Como a las 9 de la noche Anita terminó de jugar con sus amigos y se dirigió a su casa. Timbró y como se demoraron en abrirle se dirigió a la casa de Don Rafael porque sabía que su padre estaría allá.

La puerta de la casa de Don Rafael casi siempre permanecía entre abierta y sin golpear primero la niña entró directamente y encontró a su padre y a Don Rafel compartiendo y conversando animadamente. Inmediatamente Don Rafael se dio cuenta de la presencia de la chiquita y le dijo que se acercara y que era bienvenida, los ojos de Rafael se le salían de la emoción la abrazó y la pasó una mano por el culito de la niña, sin notar nada David le dijo a su hija que lo saludara y ella saltó a sus brazos y se sentó encima de las piernas. Don Rafael no perdió detalle de la maniobra y con las piernas abierta se fijó en la vaginita de Anita que se asomaba entre los shorsitos rojos. Don Rafael apuró un trago de whisky rápidamente para poder pasar la imagen, se levantó y fue por una chocolatina grande que tenía reservada para la nenita. Cuando regresó vio que Anita estaba todavía encima de su padre y sus piernas estaban completamente abiertas pero una mano de David estaba alojada encima de la vaginita de la nena acariciándola suavemente. Inmediatamente tuvo una gran erección, observó la escena y los interrumpió ofreciendo a la niña la chocolatina. David sin darse cuenta que estaba siendo observado detenidamente no dejó de acariciarla. La niña vio la chocolatina que le ofrecía Don Rafael y de una salto le agradeció dándole un beso en la mejilla pero en un movimiento rápido este volteo la cara y el beso su en sus labios. Anita muy colorada por el beso, agachó la cabeza pero pensó para sus adentros que había sido un accidente. Anita se dio cuenta de la barba dura de su “amigo” y del aroma a loción que este tenía, esto le gustó. Don Rafael tomó a la niña y la acomodó entre su piernas. Anita inmediatamente notó la verga dura en su trasero y sin pensarlo se movió un poco de una lado al otro como sintiendo bien ese aparato en su culito.

David no se fijó en eso porque se estaba sirviendo uno trago más. Se dio cuenta que el hielo se había acabado y de un salto se levantó y dijo que iba a la cocina por más hielo. Mientras tanto las manos hábiles de Don Rafael estaban entre las piernas de Anita que solo abría sus piernitas. Don Rafael acariciaba la vaginita por encima del short. Al oído le decía que era la niña más linda que había visto. Anita comía su chocolate y se dejaba manosear. Un dedote de la mano de Don Rafael ya acariciaba directamente los labios vaginales de Anita suavemente. Se escuchó un leve gemido de la niña y Don Rafael le besaba la orejita. Anita se sentía en el cielo. Amaba esa sensación de ser tocada y también de sentir una verga adulta en su culito.

En medio de la escena en la cocina se escuchó un gran ruido. Don Rafael preguntó si todo estaba bien y al poco rato David respondió que se le había caído el hielo, que todo estaba bien que él recogía todo. David había estado observando la escena de cómo su hijita estaba siendo manoseada por Rafael y al bajar su bajo para tomarse la verga se le cayeron los hielos. Claro, también era que el efecto de alcohol en David era evidente y David cuando estaba con tragos perdía un poco las proporciones y hacía cosas que en otras condiciones no haría. Con todo el desastre cometido por el hielo David fue en busca de algún trapero y un recogedor para arreglar el daño.

Mientras tanto Don Rafael seguía con sus suaves caricias a la niña que no hacía nada para evitarlo. Don Rafael también un poco pasado de tragos y dispuesto a todo, seguía tocando a Anita. Que pasara lo que tuviera que pasar. Sintiendo que la vaginita de Anita se humedecía cada vez más llevó su dedo a su boca y probó el sabor dulce de Anita:

Mi amorcito que linda que estás, qué rico sabe…
Cochino, le dijo Anita
Anita quiero hacerte de todo ¿me dejas?
 

La escena no paraba. David entre mirar desde la cocina y limpiar se demoraba en regresar y le daba tiempo a Rafael de seguir disfrutando de su chiquita.

Rafael punteaba el culito de Anita y ella se movía encima cada vez más sin disimular. El dedo seguía recorriendo la vaginita de arriba había abajo, al tiempo que lo introducía un poco y hacía presión en la las paredes vaginas. Anita estaba entregada a las sensaciones, cuando Anita estaba por tener un fuerte orgasmo Don Rafael no siguió con las caricias y la colocó de pie en el piso y le dijo que iba a ver qué pasaba con David, también el indicó que se acostara boca abajo al frente del televisor y mirara televisión mientras él arreglaba las cosas en la cocina. Se sirvió un trago puro y grande de whisky y se lo bebió de una solo paso, sirvió otro David y se dirigió a la cocina.

Cuando entró a la cocina David estaba con los ojos desorbitados y se notaba muy excitado, sin mediar palabra hizo que David se tomara su trago de una vez. Lo apuró y bajó la cabeza. La pidió disculpas por las cosas regadas en el piso de la cocina como tratando de evitar el tema. Rafael le dijo:

Es inevitable amigo, tu nena es maravillosa
Si vieras, le respondió
¿Desde cuándo te la culeas?
Los dos hombres empezaron a conversar ya pasados de tragos parados al lado de una mesa en la cocina.

Tú sabes que mi mamá se está culiando a tu empelada del servicio, ¿cierto?
Si, claro, yo lo sé, mi mujer también lo hace.
Somos unos degenerados.
Se rieron a carcajadas y siguieron conversando, olvidándose un poco de la niña que se había quedado viendo TV. Don Rafael regreso a la sala y tomó la segunda botella y al pasar vio a Anita acostada en el suelo boca abajo con las manos sosteniendo la cabeza y sus piernas abiertas dejando ver sus calzoncitos y parte de su vaginita. Don Rafael paso su mano por su verga y pensó que esa noche sería espectacular.

Al volver donde David este ya había limpiado todo, sirvió un par de tragos. Los tomaron haciendo un brindis. Continuaron riéndose y vinieron las preguntas y el intercambio de información.

Entonces mi amigo, tu mujer no culea contigo y por eso lo haces con Anita
No, con mi mujer si lo hacemos, pero también están las niñas
¿Ah, entonces con la otra niña también?
Con la otra empecé antes, Pili es un terremoto
Qué envidia amigo. ¿las dos están entrenadas? Jajajajaja
Más o menos, pero sí.
¿Entonces iniciaste a Pili antes?
A Pili la inició otra persona, yo no fui, solo que ella me lo contó
No jodas. ¿Quién la inició entonces?
Después te cuento, la historia es un poco larga
Pero seguro me cuentas. Está noche es para Anita
Si Anita quiere está bien, pero no voy a forzar nada
La conversación siguió y a pesar de que los dos estaban ebrios acordaron que no iban hacer una orgia o un trio. Tomarían turnos. Mientras uno estaba con la nena, y si ella quería, el otro desaparecería de la sala y así, obviamente sin que la niña se diera cuenta mientras uno estaba con la chiquita el otro podía mirar a la distancia.

Con lo acordado salió de la cocina Don Rafael y se dirigió donde la chiquita que sin sospechar nada vio como se sentaba en el sofá grande. La llamó para que se sentara a su lado y le entregó unas gosolinas, que la niña agarro con ansiedad e inmediatamente comenzó a comer. Rafael se servía otro trago y abrazó a la niña y esta se reclino hacía él. Con la mano que la abrazaba empezó a acariciarle la cadera y fue bajando hasta el culito de medio lado, o sea solo le tocaba una nalguita suavemente. Con la otra mano le señaló la verga que estaba bien levantada dentro del pantalón y la indicó que la tocara. La niña no lo hizo, le preguntó por su papá y Don Rafael le respondió que había salido para hacer una llamada, la niña preguntó que por qué a esta hora, pero Don Rafael solo levanto los hombros como respondiendo que no sabía. David estaba en la cocina observando en un ángulo que la nena no podía ver.

Estamos solos Anita, tu papi ya viene
Sin sospechar nada Anita puso su manita encima de la verga y la sintió dura y grande, pasaba la mano encima de esta y Don Rafael le dijo que la apretara. Cuando la niña hizo esto se sintió en la gloria, una pequeña manita de niña de 11 años le estaba agarrando la verga. Su otra mano estaba posada en la nalguita y esa mano abarcaba toda la nalga, la apretaba y la soltaba al tiempo que trataba de ocupar más espacio pero los shorsitos rojos de Anita no dejaba que avanzara más. Trató de meter la mano por entre el short pero era imposible, su mano era muy grande y no podía entrar en sus calzoncitos. Como Anita estaba recostada de costado al lado de él, sin pensarlo Don Rafael decidió abrirse el pantalón y dejar salir su verga que no era tan gruesa y grande sino más bien delgada y larga. Era la segunda verga que Anita veía y era diferente a la de su padre. Anita tomó la verga con sus dos manos y empezó instintivamente a subirla y bajarla, esto se facilitaba por la cantidad de líquido preseminal que emanaba de la verga del adulto. Con sus movimientos Don Rafael inclinó a la nena hacia la verga como diciéndolo que se la mamara. Anita que ya sabía depositó un beso en la punta y Don Rafael sintió el beso y le indico que la chupara. La chiquita metió una pequeña parte en su boca mientras Don Rafael le decía que lo estaba haciendo bien. La nena chupaba esa pequeña parte mientras era guiada. Don Rafael quería venirse en la boquita de la niña pero se contuvo porque tenía que prolongar el momento por mucho más tiempo. Separó a la niña de su verga y la levantó y la puso de pie en el piso. La observó, miró su camisita y vio que sobresalían dos punticas que sobresalían, sus téticas estaban levantadas y se notaban, levantó un poco la camisita de la nena y aparecieron dos limoncitos con unos pezoncitos erectos se acercó a ellos y se metió uno a la boca. Anita se sintió morir, era una sensación maravillosa mientras pasaba de una tética a la otra. Con la otra mano Don Rafael empezó a desabrochar los botones del shorsito de Anita pero ella lo detuvo y le dijo que su papá podría venir de pronto. Don Rafael la convenció de que eso no iba a suceder. Arrastró su shorsito a los tobillos de la nena junto con sus calzoncitos, como pudo se los quitó completamente y rápidamente también la despojó de su camisita. Anita estaba con los cacheticos de la cara colorados, se sentía realmente acalorada y al mismo tiempo deseosa de lo inevitablemente que le iba a ocurrir.

Don Rafael quería verla desnuda, se alejó un poco y la escena era una niña de 11 años con limoncitos como téticas, una piel blanca, una cadera ya un poco pronunciada de forma de mujer aunque era una niña, sus pies solamente con unas pequeñas medias blancas, sus piernas algo gruesas para su edad y su montesito especial abultado que sobresalía un poco. Se alcanzaba a notar cierta pelusa que ya tenía Anita. La hizo dar vuelta para observar su colita parada, se agachó y le dio un beso en la colita de la nena al tiempo separó las dos nalgas de la niña y aceró su cara y pasó la lengua por su ano. Eso hizo estremecer y gemir a la chiquita que no había sentido eso ahí. Don Rafael estaba como ido de este mundo, excitado y enloquecido por tan delicioso manjar. La volteo otra vez para que la niña quedara otra vez de cara a él y así observó el cuadro que tenía en frente. Le separó un poco las piernas y pasó una mano entre ellas tocando completamente su vaginita que emitía fluidos blancuzcos, la mano era muy grande y las piernas de la nena tuvieron que darle paso y abrirse bastante. Sacó la mano de ahí y observó entre las piernas que los labios vaginales ya caían un poquito. Sin pensarlo mucho se arrodilló frente a la nena y acercó su boca a la hendidura de la chiquita y con su lengua la fue recorriendo de abajo hacía arriba y trataba de chupar, de meterse toda la vulva de la niña en su boca. Anita solo gemía y se dejaba llevar por las sensaciones haciendo que esta abriera sus piernas un poco más y le diera acceso total.

Mientras tanto desde la cocina David observaba como se comían a su pequeña al tiempo que se sacaba la verga y se masturbaba viendo la escena. Él quería salir corriendo e unirse a la fiesta pero tenía que esperar su turno.

Don Rafael toco la chiquita y la acostó en el gran sofá y le separó las piernas, se acostó y pasando las piernas por sus hombros se hundió en la niña chupando la vaginita. La niña estaba totalmente entregada a las caricias y chupadas de su amante adulto. Suavemente y tomándose todo el tiempo Don Rafael siguió chupando y acariciando la pequeña vagina. Metía su lengua al interior de la nena y ella solo podía gemir y mover su cadera hacia adelante como queriendo que esa lengua penetrase más en ella. La lengua recorría los labios vaginales haciendo un surco entre ellos una y otra vez, suave y lentamente. Después de una buen rato en esa labor la vaginita de la chiquita estaba muy inflamada por la sabía manipulación del adulto.

Se sentó en el gran sofá, la tomó de las caderas y le dijo que ahora si estaba lista para lo que venía. La subió a sus piernas y de frente le separó las piernas y dirigió su verga a la entrada de la vaginita. La nena se sentó y poco a poco ella misma fue guiando la penetración. Una pequeña dificultad en el primer intento pero solo fueron unos pocos segundo. La niña gimió duro cuando se dejó caer encima de la verga. Se sintió invadida completamente. Mucho más que cuando su papá se la culeaba. La verga de Don Rafael fue mucho más profunda en ella y lo sintió. Sin embargo el adulto la controló sosteniéndola de las caderas. La totalidad de la verga no le cabría, no toda, por ahora no le cabría y le podía hacer algún daño. Lo evitó y la fue levantando poco a poco y otra vez la dejaba caer para que ella se ensartara. Anita con esos movimientos supo cuáles eran los limites de la penetración y fue agarrando el ritmo de los movimientos, ya se levantaba ella sola y se dejaba caer, se levantaba y se dejaba caer. Don Rafael gemía y sentía como la pequeña vaginita le apretaba su verga al tiempo que entraba y salía. A pesar del licor en su cuerpo se controlaba para no hacerle daño y dejaba que la pequeña tomara el ritmo ella sola. Fueron tantas veces que se sentó en esa verga larga que en un momento dado Anita se desgonzó encima de Don Rafael y tuvo su gran orgasmo acompañado de un poco de orina.

El maduro la depositó en el sofá y saliendo de ella se incorporó observando la cara de la nena congestionada por el placer. Al dejarla acostada de medio lado vio que la vagina de la niña estaba abierta y dejaba salir algunos líquidos él solamente de volvió agachar y empezó a chuparle la cuquita de la nena. Anita se contraía del placer.

Se levantó un poco y miró hacia la cocina, vio a David con la cara totalmente ida. Se notaba que David estaba como loco y quería entrar en la escena pero Rafael le hizo señas para que no lo hiciera, le indicó que todavía no. Se tomó un trago, respiró profundamente e inicio otra vez la batalla.

Agarró unos cojines y los puso debajo de Anita, la acostó boca debajo de tal forma que el culito de la chiquita quedara bien alto y así él se arrodilló detrás de la nena y dirigió su larga verga a la entradita de la vagina de la niña. Sin ninguna dificultad la verga entró en la chiquita otra vez, pero esta vez él tendría el control de la situación, controlaba la entrada y salida de su verga y la profundidad. Al sentir que la verga de Don Rafael volvía a entrar en ella solamente sintió la embestida y los espasmos y movimientos involuntarios volvieron. Se agachó un poco más para permitir la penetración y su culito y vaginita se levantaron un poco más al tiempo que su carita quedó hundida en otros cojines, para más comodidad y la de su amante adulto.

David mientras tanto con su verga en la mano se acercó al lado de los amantes y trató de ver más de cerca las penetraciones que su amigo le daba a su chiquita, pero Dan Rafael lo apartó y con señas le indicó que se fuera, él no había terminado.

Una vez logrado esto Rafael se concentró en culiarse a la chiquita como él había soñado. Empezó con suaves penetraciones, repetidas veces, la deja descansar y volvía con más ímpetu. El cuerpo de la niña parecía una muñeca que se mueve sin voluntad. Volvían las penetraciones y esta vez eran más agresivas, hacía una repetición de estas, varias veces y la dejaba descansar. Anita solo gemía y gemía. Rafael quería venirse pronto y lo quería hacer dentro de la niña. Se incorporó un poco sin sacar la verga dentro de la niña alcanzó su bebida, tomo un trago largo e inició la etapa final. Se coloco bien detrás de la nena, le enterró casi la totalidad de su verga y con una brazo estirado pasó la mano para sentir la entrada de su verga en la niña, sintió con sus dedos como entraba y salía su verga, la imagen, sin verla le emocionaba. Al tiempo que la penetraba puso su dedos encima del clítoris de la chiquita y empezó a estimularlo como él sabía hacerle a su pequeñas amantes. Sabía que al tiempo que las penetraba y les masajeaba el clítoris las niñas se enloquecían y tendrían el orgasmo más intenso del mundo. Empezó hacerlo, al principio suavemente, fue tomando ritmo y profundidad, cada vez aceleraba más y más y la niña solo se dejaba llevar, igual no podía controlar nada. Entraba y salía, entraba y salía, ya no salía mucho pero si penetraba más y más y el movimiento era acelerado al tiempo de los masajes en el clítoris. Una y otra vez, cada vez más rápido, más rápido, más rápido. La niña emitió una gemido intenso y se desmayó, pero Rafael seguía entrando y saliendo a mucha velocidad. Sintió que se venía y no detuvo su movimiento hasta que estalló dentro de la chiquita sus corros de semen. Rafael también gimió o grito, todo al mismo tiempo. Quedó encima de Anita por un rato. Quedó dentro de la nena un rato también. Cuando sintió que su verga se estaba encogiendo salió de la nena y se sentó en el sofá. Anita solo respiraba fuertemente y se su cuquita se veía salir parte del semen de su amante adulto y también sus fluidos. Don Rafael se reclino hacia la nena y le dio un beso en la boquita, la niña no respondió el beso, no podía, estaba casi desmayada. Don Rafael agarró una manta de lana que había cerca y se la puso encima del cuerpo temblando de Anita.

Se levantó con su verga semierecta y se dirigió a la cocina y encontró a David como en shock. Le sirvió un trago más y lo calmó aunque la calma la necesitaba él mismo porque no quería que la noche acabara:

Quiero culiar más con la nena, le dijo
No amigo, me toca a mí, es mi turno, ese era el trato
Te doy lo que quieras, déjame más con ella, una vez más…
Hicimos un trato, debes cumplirlo, después la puedes tener
Vámonos mañana para mi finca en tierra caliente, los invito, quiero culiarla de todas las formas, vamos, di que sí.
Lo del paseo es buena idea, pero no podemos los dos al mismo tiempo, le haríamos daño. Ahora es mi turno, voy a dejarla descansar.
Vale, vale, yo quiero ver cómo te la culeas. Pero mañana nos vamos a mi finca y allí hay un par de niñas también. Te dejo con ellas y yo con Anita
Don Rafael era una pedófilo consumado, donde iba conseguía chiquitas para su placer, pero lo veremos más adelante.

David y Rafael se tomaron otras copas y dejaron descansar a la niña, conversaron sobre lo que les gustaba y de las ganas que le tenían a las otras chiquitas de la cuadra.

Después de una hora David se acercó a su hijita y se sentó al lado de ella. La pequeña se incorporó muy apenada con su papá. David la calmó y le dijo que todo estaba bien, que si ella a ella le gustaba a él también le gustaba y le parecía bien mientras las cosas no fueran sin su consentimiento. La tranquilizó y le preguntó si le había gustado, la nena respondió que sí, que le gustaba muchísimo, que no sabía por qué pero que Don Rafael la había tratado muy bien. David le dio un beso a la su hija y la empezó a acariciar. La limpió bien con unos pañuelos y le dijo que él también quería esa noche.

Por Efebolicomaduro60

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