miércoles, 4 de enero de 2023

De viudo a suertudo, Capítulo 2


Hola, soy Román. En el relato anterior les contaba de lo sucedido con mi hija menor. El morbo de la situación me hace que muera por contarlo, pero lo Tabú del tema me detenía, pero ahora decidí hacerlo público… les recomiendo leer la primera parte para que entiendan mis sentimientos y el porqué sucedieron estas cosas.


El día siguiente:

El día siguiente fue una tortura, después del incómodo desayuno en casa y lo abrumador y callado que se sintió el manejar hacia la escuela de las niñas, me sucedió un día muy distraído en el trabajo. Soy vendedor de seguros, y por esto de la pandemia trabajo desde mi casa y paso muy poco tiempo en la oficina. Ese día en particular no pude concentrarme, imágenes de la noche anterior me tenían navegando entre dudas y morbo. Me quería convencer que no estuvo mal lo que hice, pero ala ves no podía dejar sentir miedo a que Leti le contará a alguien en la escuela.

En la tarde cuando fui a recogerlas de la escuela. El camino a casa se sintió más normal, Leti actuaba como si nada hubiera pasado. Johana apresar de los comentarios de su hermana no tenía ni la mínima sospecha. En la cena las dos niñas estaban muy bromistas, chistes y risas, la mirada de Leti era la de una niña inocente de 10 años, cómo sino se acordaba de nada de lo que pasó. Eso me puso más tranquilo y así llegó la noche.

Decidido a decir no

Llegó la noche y después de ducharnos nos fuimos ala cama. Yo no sabía si Leti vendría a mi cama otra ves, y si lo hacía; estaba decidido a decirle que no.. era mi hija y no pensaba cometer incesto, ni mucho menos aprovecharme de una niña de esa edad. Pero mis miedos se hicieron realidad. Está ves alas 10 de la noche, Leti vino a mi cama, se metió bajo las sábanas y nuevamente repegó su cuerpito al mío. Nuevamente inmóvil y con el corazón a mil, una gran erección me traicionó. Mi penne se puso durísimo, cómo aceptando mi realidad y el hecho que mi hija de 10 años estaba en mi cama porque quería sexo. Ella estaba en mi cama como respuesta de que le gustó lo que le hice una noche anterior. Ella estaba allí porque quería mi penne, quería sentirse mujer a manos de su padre.

Me hice el dormido, y sin yo decir nada ella me agarró el pene por si sola. Se dió la vuelta puso sus nalgas bien pegadas a mi penne… Duras, paraditas, bien rico el culito de mi hija me tenía nuevamente confuso, Con ganas de tocarla, pues sabía que estaba mojada, con ganas de masturbarla y hacerla tener orgasmos junto conmigo…

Contra mi voluntad me di la vuelta, y tape mi penne con una almohada. Leti se sorprendió, se quedó quieta unos minutos y después busco mi oído y me preguntó: -“papi… No quieres que hagamos lo mismo que ayer?”- claro que quiero, pensé en mi mente. Pero me quedé callado. Seguido Leti me dice: -” está ves no lo escupo, me lo trago papi.. yo si quiero que me hagas lo que mi hiciste en mi rajadita, se siente rico”- uufff… Claro que quería. Pero aun así la mande a su cuarto y con un tono enojado le dije: -“Leti, no vuelvas a repetir eso, soy tu padre y eso está mal”-

enfermo sexual:

Leti salió llorando de mi cuarto hacia el suyo. Yo,  me quedé pensando en que era lo mejor y era mi deber decir que no. Casi orgulloso de mi mismo me acomode para dormir. A decir verdad, yo sabía que no iba a poder dormir, no después de semejante erección. Así que me desnude y comencé a masturbarme. Primero pasaron por mi cabeza imágenes de mi esposa, después.. la de mi amante. Pero sin poder contenerlo, las imágenes que más caliente me pusieron fueron las de Leti. Sus palabras se repetían en mi cabeza mientras me estrujaba el penne. Me estrujaba el pene de arriba a abajo imaginando que era Leti la que estaba encima de mi, y por más que quise no podía dejar de pensar que la tenía tan cerca, decidida a comerse mi penne. 10 añitos, de cuerpecito delgado y tierno, pechos planos y pelo rizado. Su culo hermoso, durito y parado.. una delicia de niña. Era mía, solo para mí, lista y decidida a qué le hiciera lo mismo que le hacía a su mamá.

No pasaron 15 min desde que Leti saliera del cuarto. Yo no podía más. Tenía unas ganas, me sentía un toro… Con el penne duro como metal. Me levanté bruscamente y me fui a su cuarto.  Completamente desnudo me metí en su cama, la abrase y sin decirle nada comencé a tocarla, una mano en la espalda y otra en sus nalgas. Comienzo a oler su cuello y recorrer su espalda con mi mano mientras que con la otra me dirijo entre sus piernas a fin de llegar asu rajadita empapada en fluido vaginal. Ella no dijo nada, pero respondió abrazandome y  arqueando su espalda para repegarse a mi, respirando fuerte y apretando mis brazos. No pude contenerme, pues soy un enfermo sexual y lo admito, me moría de ganas por cojerme a mi propia hija y ya no lo iba a negar. -” si yo estoy desnudo, tu también desnúdate”- le dije. Le quite su blusa, dejando sus pechos desnudos. baje su pijama con todo y su ropa interior,descubriendo su cuerpo divino, (Ella dormía con su lámpara encendida así que no me perdí de ver lo majestuoso de cuerpecito) la dejé completamente desnuda delante de mi caul perro hambriento comencé a comerle los pechitos. Le di la vuelta poniéndola boca abajo, y empeze a besarle las piernas. En la pose en la que estaba, sus nalgas paradas fueron mi destino, por varios minutos le comí las las nalgas y metí mi mano por debajo de sus piernas a fin de llegar a su rajadita. Con el dedo pulgar empecé a sobar su clítoris, que empapado de sus jugos vaginales era su punto de incendio.

A estas alturas ya no me importaba nada, los sonidos de su vagina empapada, y sus gemidos me tenían loco. Comencé a susurrarle lo rico que era tocarla, todo el tiempo estuve hablándole diciéndole lo rica que estaba, y lo rico que me había hecho venirme la noche anterior. Entre susurros le preguntaba – te gusta?- “si papi.. me gusta mucho”- con vos cortada y entre gemidos ella contestaba lo que le preguntaba. – Vas a ser mía todas las noches?- ” si papi, voy a ser lo que me pidas siempre”- esos susurros me tenían a mil, mi pene goteando apunto de reventar. Leti estaba por llegara así segundo orgasmo, pero yo quería más. Ya no me importaba nada.. la puse boca arriba y abrí sus piernas. Empecé a comerle la rajadita cómo perro hambriento. Moviendo mi lengua desde los esfinteres, pasando por su conchita y terminando en su clítoris.. ella estaba quedándose sin aire, sus pies se retorcían y sus manos metidas en mi pelo me daban repuesta de lo rico que le estaba mamando el clítoris a mi hija. Su cabeza se movía como poseída, y sus gemidos cada ves más recios y rápidos.. eran el preludio del chorro de orines que soltó en mi boca. Mientras se venía, sus piernitas le temblaban, su vagina lisa sin ningún vello le pulsaba, que orgasmos tan ricos los que le estaba dando.

Ahora es mi turno:

En la misma pose, me subi en posición misionero, mi boca quedó justo en la suya y empeze a intercambiar besos con ella, desde sus pechitos y enfocándome mucho en su cuello, me empederni en besarle cada centrimetro. Me tenía calientisimo, el glande de mi penne posicionado justo en la entrada de su vagina, y empiezo a pulsarle la entrada con mi glande.. de lo mojada que estaba la punta de mi penne estaba entrando, me moría por penetrarla, estaba loco por atravesarla con mi penne enorme, pero sabía que debía ser poco a poco, así que seguí pulsando su entradita que cada ves estaba abriendo más y cada ves más mojada y ligosa.  Ya estaba entrando la mitad de mi glande, y yo estaba por reventar. Ya estaba en un punto de no regresar, estaba por reventar, me iba a venir pero yo quería más. En mi mente perversa quería venirme dentro de mi hija, sabía que no podía quedar embarazada y eso me dió más ganas de meterselo hasta adentro y sin piedad. Me acomodo, me pongo encima de ella, mi glande acomodado en su entrada y sin piedad y de una se lo metí.

Soy un enfermo sexual no lo voy a negar, tome la virginidad de mi propia hija.. sentí romper su himen y no me detuve allí, se lo metí profundo soltando chorros de semen dentro de ella. Ella entre gemidos y orgasmo daba patadas de dolor. Le metí el pene hasta sentír su fondo, su hueso pélvico me detuvo de meterle todo mi penne, pero no me impidió llenarla de semen. Con cada chorro de semen era una embestida tocando el fondo. – Papi, me duele.. me duele” – entre patadas y empujones me decía que se lo sacará.. pero ya era muy tarde, ya es mi mujer y lo mejor era dejárselo adentro para que se acostumbre. -” relajate, ya se te va a pasar” – me quedé encima de ella con el penne adentro. Esperando que solito se pusiera flácido y así se acostumbrara. Conforme fueron pasando los minutos ella dejo de quejarse, su respiración se fue relajando, dejo de patalear y me abrazó…

Pasaron unos minutos, y mi penne se aguado dentro de ella, poco a poco se lo saco y aún encima de ella, la empiezo a besar.  – “papi, me dolió mucho”- me dijo entre besos, -” es normal, entre más lo hagas menos te va a doler”- “a mami le dolía?”  Me preguntó- la primera ves si,después ya no.. después le gustó mucho. Seguimos con la conversación entre besos, ella empezaba a bostezar seña de cansancio. Me salgo completamente de adentro de ella y me volteo y ambos nos llevamos una gran sorpresa.

Johana estaba parada en la puerta..

Por El Malo

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