viernes, 6 de enero de 2023

De viudo a suertudo, Capítulo 4 ¿final?



Hola, mi nombre es Román. En anteriores relatos les conté de la tragedia que sucedió en mi familia y como me inicie en el sexo con mis hijas. La verdad se siente muy bien poder contar mis experiencias y hacerlas públicas, pues me siento un hombre con mucha suerte.

Recapitulando:

Para los que recién llegan. Mi esposa falleció durante la pandemia, al poco tiempo empecé una relación con una chica del trabajo. Al intentar formalizar la relación y hacerlo oficial con mis hijas, me tope con su negativa. Se negaban a aceptar otra mujer en mi vida. Esta negativa llevó a mi hija menor a ofrecerme a reemplazar a su madre en la cama. La noche que se ofreció a mí, no pude decir que no. Entre dudas y una gran culpa me debato entre lo bueno y lo malo. Pero al sentir su cuerpecito hermoso entregado a mi, no pude contenerme y di rienda suelta a mis ganas. Comencé tocándola y mientras ella iba soltándose y entregándose más, igualmente yo fui perdiendo más la cordura, le masturbe su pequeño clítoris haciéndola llegar a 2 orgasmos, y mientras ella se retorcía de placer yo me masturbe frente a su cara y termine llenándole la boca de mi leche espesa.


El día siguiente la pasé mal, la duda y la culpa me mataban. El miedo a que le contará a algún familiar o algún amigo me tenía estresado. Decidí que lo sucedido esa noche no volvería a pasar. pero esa misma noche… la calentura y la lujuria invadió mi cuerpo y está ves fui yo quien la fue a buscar. Me metí en su cama y nuevamente Fui a deleitarme tocando su cuerpecito hermoso, ahora le comí el coñito y le bese su cuerpecito entero. Perdiendo toda sensación de culpa y duda, tome mi pene y tallando el glande contra su clítoris la hice venir otra ves. No conforme, me acomode la punta del pene en su rajadita, hice presión hacia adentro y la penetre bruscamente. Sentía el tope de su vagina y mi pene aún no le entraba todo, sus gritos y súplicas no me detuvieron y una ves dentro de ella solté un chorro endemoniado de semen dentro de su cuerpo. Yo ya había perdido toda duda y cordura, ahora mi hija es mi mujer.

Al salirme dentro de ella y darme la vuelta, me lleve la sorpresa que mi hija mayor estaba parada frente ala puerta. Confundida de ver lo que sucedió me fui a darle explicación. Por ser ella mayor tenía más preguntas, y lo veía con malos ojos, pero poco a poco use mi labia para hacerla entender que no estaba mal si ellas también querían. Mientras hablábamos, mi pene quedó frente a ella y es allí donde viene una confesión que abrió la puerta a hacer de mi otra hija también mi amante. Me confeso que su mamá las dejaba ver cuándo me hacia orales y hasta llegaron vernos tener sexo. Les hablaba del sexo y les daba consejos de como hacerlo.

Al escuchar esto me ánimo a hacerlo con mi hija mayor, ya convencida de hacerlo ella se da la labor de hacerme un oral como los que tantas veces vio a su mamá hacerme. Me mamo el pene tan rico, que dio para darle leche 2 veces. La primera ves, se lo avente ala a cara, con mi mismo pene se lo recogí y se lo di a comer, poniéndome listo para otro rico oral. El segundo llegó más rápido, pero ahora más brusco y fuerte. La tomé del pelo y no la deje sacarlo de su boca mientras explotaba mi pene en su boca. Con cada chorro ella daba un trago, se trago todita mi leche.

Continuación:

Ala siguiente mañana, era hora de ir ala escuela. Leti aún muy adolorida, se levanta cojeando. Le duele sentarse. Johana se levanta, me mira alos ojos y me da una sonrisa. Parecía que lo que habíamos hecho era normal. Si.. había un ambiente incómodo, Leti sabía que Johana la había visto tener sexo conmigo pero no hizo ningún comentario. Johana por su parte se despertó como cualquier otro día. Se ducho y se estaba arreglando Para la escuela. Yo igual, algo confundido, no sabía como comportarme. Ahora mis hijas son mis amantes, siendo tan chicas e inocentes, eran mías para deleitarme cuando quiera. Así lo comprobé, Johana paso junto a mi y la tomo de la cintura, la repego junto a mi y le doy un beso en la boca. Fue un beso rico, largo y caliente. Mientras la besaba le agarre las nalgas y también le comí el cuello. Johana correspondió sin peros, el seseo de sus dientes y sus brazos envolviendo mi cuello era la respuesta a mis besos y caricias. – termina de arreglarte pronto- le dije, y como si fuera tan normal ella me soltó y siguió su camino. No lo podía creer, mis dos hijas ahora son mías para deleitarme cuando quiera.

Leti aún estaba muy adolorida, así que decidí mejor no llevarlas a la escuela. Me sentía culpable de su dolor y Apresar que son mis amantes también son mis hijas, y las amo como mis hijas. Así que por lo bien que se portaron la noche anterior me decidí a consentirlas. Las lleve a desayunar a un restaurante, y las lleve de compras. La gente nos veía e incluso una señora me felicitó por ser tan buen padre. Saliendo de allí las lleve a comer un helado, entre risas y bromas, todo muy normal. Así regresamos ala casa poco después de medio día. Ya en casa, Leti aún sigue adolorida. Le doy nuevamente una fuerte dosis de calmantes, que poco a poco hacen efecto y la ponen a dormir. La llevo a su cama y como tal padre amoroso la cobijo y le doy un beso en la frente. En realidad amo a mis hijas.
Johana estaba en el sofá viendo dibujos animados, me senté junto a ella y recuesto su cabeza sobre mis piernas. No pasaron ni 5 minutos cuando el morbo me invadió y estando ella de lado empiezo a acariciar su cuello. La textura de su piel era suficiente para encender mis ganas, comienzo a acariciarla de las mejillas hasta su cuello, poco a poco metiendo mi mano bajo su blusa queriendo alcanzar sus pechos. Johana es tímida y reservada, por eso a pesar que de que le estaba gustando que la tocará, disimulaba que no se daba cuenta lo que le hacía. Su mirada fija en el televisor, casi que ignorando que mis manos ya estaba dentro de su blusa, jugando con sus pezoncitos. Sus pechos pequeños y firmes, de pezón pequeño pero con juego de rebote que me encanta. Pasan los minutos, y yo tocando sus pechos, mi pene estaba que se quería salir de mis pantalones, ya estaba bien duro. Bajo el cierre de mi pantalón y me saco el bestial pene, empiezo a darle golpes con en la mejilla. Inserto mi dedo en su boca para abrirla y con un poco de fuerza empujó su boca hacia mi pene, metiendo mi glande y moviendo mi cintura, empiezo el a penetrar su boca. Johana, sigue fija en el televisor, apretando mi glande con sus labios, no dice nada. Sola ella tomo iniciativa, acomode su cuerpo y su rostro a forma de chuparme el pene mejor. Recostada sobre su estómago y con sus codos cruzados, mete y saca mi pene de su boca.

Pasaron unos minutos, Johana me estaba dando una mamada deliciosa. En la pose que estaba sus nalgas quedaron paradas, extiendo mi brazo y meto mi mano entre su pantalón. Empiezo el masaje o en sus nalgas, bajando hasta su ano, y siguiendo hasta su rajadita. Johana ya estaba mojadisima, al pasar mi dedo por su rajadita, podía escuchar un seseo de entre sus dientes. Apretaba mi mano, pero soltaba rápidamente para que siguiera tocándola. Recogiendo sus viscoso jugo vaginal con mi dedo de en medio, empiezo a lubricar su ano. Para facilitarme le bajó el pantalón hasta las rodillas, dejando en descubierto su hermoso culo. Redondo en forma de corazón, bien firme y su piel lisa. Hermosura de culo me puso más caliente aún. Ya que su ano estaba bien lubricado, empiezo a meterle el dedo. Las primeras metidas la incomodaron, pero poco a poco se fue dejando y aflojando. Le metía el dedo al mismo ritmo que ella bajaba y subía su cuello para mamarme el pene.

Desvirgo a mi hija:

Pasaron varios minutos de esa manera, mi dedo violando su ano y su boca mamando mi pene… pero yo quería más. Estaba muerto por sentir la vagina de mi hija. Me levanto, pongo a Johana boca arriba y me subo encima de ella, con mi pene busco su rajadita y con mi boca paso a deleitarme en su boca. Empiezo a besarla, chupando sus labios carnosos, y metiendo mi lengua en su boca. Johana me corresponde igual, sus brazos envuelven mi cuello y sus piernas envuelven mi cintura. Johana está entregada a mi, de igual manera está decidida a entregarme su virginidad. Tengo en mente que a Leti la dejé muy lastimada por metérselo muy bruscamente, así que con Johana me voy a tomar mi tiempo. Voy despacio, beso a beso, la desnudo completamente. Su cuerpo es hermoso, es baja de estatura, medirá 1 metro 60 cuando mucho, y pesará unas 90 libras. Sus pechos en forma de gota, su estómago lo plano y liso, todo me gusta de ella. Beso a beso, me bajo hasta su ombligo, de sus boca solo sale un seseo, un sonido entre sus dientes apretados. Con mi boca encuentro su clítoris, primero con mis labios succionó su pequeño clítoris, con mi lengua hago presión y después nuevamente con mis labios succiono suavecito y así repitiendo lentamente. Su entrada estaba empapada y viscosa. Ya lista para ser penetrada. Me acomodo de rodillas colocando mi pene sobre vientre.. por morbo quería ver hasta donde le iba a llegar, y le pasaba del ombligo. Con el glande de mi pene empiezo a masturbar su clítoris, mi intención era calentarla al máximo para que se dejara penetrar sin problemas. Así que empiezo a rozar su clítoris con mi pene, de arriba abajo.. ella de la sensación apretaba el cojín del sofá, y se tapaba la cara con la mano. Sus gemidos eran más discretos que los de su hermana, pero aún así se escuchaba lo mucho que lo estaba gozando.

Ahora sí, Ya estaba bien mojada, lista para recibir mi pene. Abro sus piernas y coloco la punta en la entrada. Poco a poco hago presión para que le entre; suave, sin lastimarla lo hago y veo como poco a poco le va abriendo más. Me tomo pausas para relajarla y entre besos a sus pies empiezo nuevamente a inténtalo. Beso a beso en el talón de sus pies, mi pene va entrando. Se siente rico, apretado, caliente y viscoso. El glande de mi pene está adentro, lo dejo quieto por unos minutos mientras le hablo para que se relaje. Le duele, pues es Virgen.

Le saco el pene para nuevamente volverlo meter, poco a poco va dilatando más, un par de metidas y voy penetrando más fácilmente. Es muy grande para ella, pero decidida a regalarme su virginidad ella lo aguanta. Pasan minutos, y va entrando con más facilidad, a pesar del dolor ella sigue mojada, también ella siente rico. Poco a poco voy sacándolo y metiendo, ya es más fácil pero aún no rompo su himen. Ella cada vez está más mojada, dejo el pene adentro y me inclino para besarla en posición de misionero. Es allí donde empiezo a bombear y moverme para cogérmela. Empiezo con un mete y saca, besos de lengua y le hablo de lo de lo rica está . Está riquísima, su cuerpecito me tiene loco, lo apretada que está me tiene a punto de reventar. Entra y sale mi pene, cada vas más fácil y menos doloroso, voy metiendo más profundo sin romper su himen aún. Me estoy conteniendo pues quiero que esto dure. Apunto de venirme, empujó suavemente para romper su himen, va entrando más, poco a poco pasa toda mi glande.. de repente, se siente como rompe la tela de piel dentro ella, la mitad de mi pene ya está adentro de ella y con un grito agudo de su parte recibo la confirmación, acabo de tomar la virginidad de mi hija.

A pesar de las súplicas, no le saqué el pene. Se lo deje adentro. Sabía que era cuestión de tiempo para que se le pasara el dolor. Sentía riquísimo, empiezo otra ves a moverme, a meterlo y sacarlo. Ahora se lo meto más profundo, y a pesar de sus quejidos, sigo sin parar, suave y lento lo meto y lo saco. A punto de venirme empujo suavemente, siento que estallo en cualquier momento. No sé porque, pero al sentir que me venía, lo saqué y empecé a soltar chorros de semen sobre ella. Mi semen mezclado con sangre y jugos vaginales cayó sobre su estómago y sus pechos. Con cada estrujada de mi mano derecha un chorro semen caía sobre de ella. Ahora mi hija ya no era una niña sino mi mujer.

Después de limpiarla, nos quedamos abrazados en el sofá. No pasaron ni 30 minutos cuando empezamos a besarnos y otra ves me monte encima de ella y otra ves a meterle mi pene.. esa tarde lo hicimos 3 veces en total. En otro relato les describo como fue…

Por El Malo

No hay comentarios:

Publicar un comentario